viernes, 26 de abril de 2013

La izquierda tine que tener claro cuales son sus objetivos finales, en un tiempo prudente, si terminar de una vez para siempre con el monstruo del pulpo capitalista, o estar siempre con la amenaza real de que sus tenebrosas garras de sus tentáculos te vuelvan a atrapar para caer en la miseria y en las carencias y sufrimientos. Hay que cambiar para siempre de sistema político-económico-social para que todo ser humano tenga garantizado todos los servicios y sus necesidades.

La izquierda, y cómo cambiar las cosas



El estado de las cosas es de sobra conocido. El capitalismo ha entrado en una fase de recortes y desmantelamiento de lo que se ha venido llamando “Estado de bienestar”, esto es, los caramelos en forma de bienes de consumo que el sistema había ido cediendo en los últimos años para evitar procesos revolucionarios, -al punto de condenar ahora al hambre y la marginación a millones de personas en el lustroso y ejemplar capitalismo desarrollado-  están  arrastrando  al caos a toda la sociedad. Hasta aquí hay cierta unanimidad entre las gentes de izquierdas. La idea central de las llamadas progresistas es avanzar en un proceso de acumulación de fuerzas (marchas verdes, blancas…, movilizaciones pacíficas para no asustar a nadie, intervenciones parlamentarias, ruedas de prensa….), para que se agudicen parcialmente  las contradicciones y desalojar al PP y sus políticas neoliberales del gobierno de sumisión a la Troika. Desalojarlos para dar paso otra vez a un ejecutivo socialdemócrata como el que hubo en Portugal (Sampaio), Grecia (Papandreu), España (Zapatero) o el que hay en Francia (Hollande). Muchas personas honradas que trabajan en esa dirección, argumentan que si a ese caudal de votos tradicional del “centro-izquierda” se le añaden otros de izquierda más real, se pueden condicionar las políticas y hacer un frente de progreso. Es este un discurso muy extendido, y el ejemplo que ponen es el gobierno andaluz (PSOE+IU), el que fuera tripartito catalán (ERC+PSC+ICV), el extinto bipartito gallego (PSOE+BNG) o incluso la posición de Syriza en Grecia, (un conglomerado de grupos nacido tras el desmoronamiento del PASOK pero con un programa no muy diferente al del propio Papandreu hace unos años). Este esquema de que se vayan los conservadores para que entren los socialdemócratas y sus aliados, se nos antoja un ejercicio baladí para pelear contra un capitalismo devastador. Es enfrentarse a una nueva época con una herramienta antigua, superada por la realidad de los hechos, pero también fallida porque insistir que dentro del sistema  hay solución es equivocarse y equivocar a las masas. La capacidad que tenga la izquierda para subvertir el orden establecido no pasa ya por tener un grupo de diputados numeroso que se especialice en negociar reformas tras reformas hasta conseguir el tan anhelado capitalismo con rostro humano. O lo que es igual, ¿podrán satisfacer gobiernos de esta orientación las necesidades de millones de desempleados, de trabajadores precarios, de jóvenes sin futuro sin romper con el BCE, la Troika y el euro; sin romper con el capitalismo? ¿Trabajar para la recuperación del sistema o para su erradicación? ¿Prolongar la agonía de los más desesperados sin agudizar al extremo la lucha de clases?¿Renunciar de antemano a métodos de lucha no tradicionales? Difícil.

No hay comentarios:

Publicar un comentario