viernes, 5 de abril de 2013

Safari mediático contra un juez independiente.

 


 Safari mediático contra un juez independiente.

disminuir el tamaño de la fuente 



No hizo el juez José Castro más que dar a conocer, al mediodía del 3 de abril, el auto por el que imputa a la mujer y cómplice de Urdangarin en sus chanchullos financieros, cuando empezó un safari mediático contra él, más propio de Botsuana que de un país, aunque sea reino, perteneciente a la Unión Europea.

Entrevistado al día siguiente en la Radio Nazional el portavoz de Economía en el Congreso, Vicente Martínez Pujalte, reputado ultraderechista del partido que se dice Popular, tuvo la desfachatez de asegurar que el juez Castro está dominado por un afán de protagonismo que le induce a tomar decisiones contrarias a Derecho. En su opinión, desacreditada como suya, no ha actuado correctamente a lo largo del tiempo que lleva instruyendo el sumario, y por ello hay que pedirle explicaciones. Más bien habría que pedírselas a quienes le han estado poniendo toda clase de impedimentos y triquiñuelas para impedirle encausar a la hija y al yerno del rey multiprotesicado y descorinado. Si hasta el histórico 3 de abril no pudo firmar el auto, investíguese por qué motivo no lo hizo, y sabremos lo que pasa en las cloacas del reino.

   La misma teoría la mantuvo un periodista tan petulante como ignorante, Miguel Ángel Aguilar, que todas las tardes, a las 14,30, tiene un minuto de desfachatez en la cadena de emisoras de los Sociatas Engañosos Reventados (SER). Osa aconsejar a un político nacional o internacional lo que debe hacer, lo mismo a Putin que a Kim Jong-un, a Merkel que a Xi Jinping, y al resto de los mandatarios, porque él está en posesión de la verdad absoluta. También dedicó este ridículo personajillo su minuto de gloria el jueves para dar un tirón de orejas al juez Castro. Suerte tiene de que el juez no se ocupa de los mosquitos ni para espantarlos.

Panfletos con rifles

El diario La Razón, el más retrógrado de los publicados en nuestra galaxia, el mismo día hace balance y comenta a su manera las ocasiones anteriores en las que el juez Castro declaró no encontrar motivos para imputar a la mujer de Urdangarin en los procesos abiertos contra su marido por diversos delitos económicos, y concluye que el juez ha cambiado ahora de opinión para hacerse notar. Como si el año pasado no hubiera conseguido la misma repercusión un auto suyo sobre el mismo asunto. Es preciso tener la mente tan obtusa como los irracionales redactores de ese panfleto para no comprenderlo. Así les va.

El diario más ultraconservador de los editados en el cosmos, La Gaceta, dedica sus páginas de papel y electrónicas a explicar que no existen motivos para encausar a la mujer de Urdangarin, de modo que el juez es un prevaricador. Además, asegura que la monarquía ha proporcionado grandes beneficios a España, por lo que debe impedirse cualquier crítica contra cualquiera de sus miembros. Hasta ahora, que sepamos los sufridos vasallos, los únicos beneficiarios de la monarquía han sido los borbones, empezando por su jefe, que al parecer es poseedor de sustanciosas cuentas secretas en bancos suizos, según dio a conocer un mesurado reportaje de El Mundo, aunque no las usa para comprar sus cartas de amor y sus vídeos eróticos a las felices poseedoras de ellos, sino que se les compran con dinero del Estado. Es que el Estado es el rey, como decía Luis XIV.

   Los ministros del Gobierno supuestamente Popular que han atendido a los periodistas, llevaban aprendida la lección de decir que respetan las decisiones judiciales, pero que deben ser tenidos en consideración los matices. Por ejemplo, el opusdeísta José Manuel García, ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación (de cooperación con la familia irreal, por supuesto), hizo unas declaraciones antes de entrar a una reunión de las Naciones Unidas contra el hambre, oportunamente celebrada en Madrid, capital del hambre y de los buscadores de retos de comida en la basura. Aseguró el ministro: “Cualquier cosa que afecte a una institución que ha sido capital en la transición española, y que es capital para el prestigio de España en el exterior, causa gran inquietud en el Gobierno.”

   En qué estaría pensando el pío ministro para referirse por dos veces al capital. ¿En los bancos suizos tal vez, en donde parece comprobado que guarda sus ahorros, con clara falta de patriotismo, el rey católico nuestro señor? ¿O en los paraísos fiscales en los que acumulan los suyos Urdangarin y su mujer y cómplice? Y hay que advertirle al piadoso ministro que el daño a la imagen de España se lo provocan los defraudadores que utilizan el apellido Borbón para sacar la pasta de España, no los jueces que denuncian sus chanchullos.
 
La llaman Anticorrupción

El safari ha continuado, pero para muestra basta con lo dicho. Al juez Castro le van a dificultar llevar adelante su trabajo, porque ya ha anunciado la Fiscalía Anticorrupción que se opone a la imputación de la mujer de Urdangarin, y por lo tanto impedirá que sea llamada a declarar. El ministro de Justicia del Gobierno presuntamente Popular, Ruiz Gallardón el Derrochón, es el jefe de los fiscales, y no quiere que el juez siga tirando del hilo y acabe preguntándole a él por qué le regaló 120.000 euros de dinero público a los Urdangarin-Borbón cuando era alcalde de Madrid para nuestra desgracia.

   Pero a esta situación le va a poner remedio el partido autoproclamado Popular. Uno de sus dirigentes, Ignacio González, presidente para nuestra desgracia de la Comunidad de Madrid y coleccionista de áticos de lujo, fue entrevistado también el día 4 en esRadio, la emisora más ultrafundamentalista del universo conocido. Al comentar las fotografías publicadas por El País, en las que posaba el presidente supuestamente popular de la Xunta de Galicia en bañador y en el yate de un célebre narcotraficante, se atrevió a exigir que vuelva a imponerse la censura previa de Prensa en España. A su modo de ver, debe impedirse que los periódicos publiquen fotografías o comentarios que demuestran las malandanzas de los políticos. Como siempre, el malo es el mensajero. Los delincuentes son los periodistas que denuncian los delitos, nunca los políticos que los perpetran. Pues nada, que decreten la censura oficial para los medios de comunicación. Estamos acostumbrados, después de 36 años de dictadura fascista y de 37 de su prolongación monárquica.

   Pero a pesar de todo, ¡viva el juez José Castro! Y el día 14, todos a la manifestación conmemorativa de la proclamación de la II República, mientras esperamos la pronta llegada de la III, para que acabe con esta corrupción incontenible.

ARTURO DEL VILLAR

PRESIDENTE DEL COLECTIVO REPUBLICANO TERCER MILENIO

No hay comentarios:

Publicar un comentario