lunes, 28 de diciembre de 2015

Emisiones CO2 ENDESA Y GAS NATURAL, LAS MÁS CONTAMINANTES

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ENDESA Y GAS NATURAL, LAS MÁS CONTAMINANTES
Los datos de la Oficina del Cambio Climático permiten ‘mapear’ las empresas que emitieron más contaminantes
As Pontes de García Rodriguez, en la provincia de A Coruña, tiene poco más de 10.000 habitantes. El aire que cada uno de ellos respira ha sido invadido en 2014 por al menos 1,9 toneladas de gases de efecto invernadero cada día. Una cifra equivalente al CO2 que saldría del tubo de escape de un coche que recorra diez veces el trayecto entre Lugo y Barcelona.
En la localidad gallega se encuentra una enorme central térmica. Es la más contaminante de España. Pertenece a Endesa, una de las diez grandes empresas que emitieron seis de cada diez toneladas de gases de efecto invernadero registrados en España en 2014. En este ‘ránking del CO2′, elemento que compone el 85% de los gases causantes del cambio climático, las instalaciones de Endesa emitieron 31 millones de toneladas, seguidas por las de Gas Natural Fenosa (10 millones) y de Hidrocantábrico (8,2 millones).
Son los datos que se desprenden del análisis de los datos de emisiones verificadas y entrega de derechos de emisión que recopila la Oficina Española del Cambio Climático, dependiente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente [ver metodología]. Esta información se utiliza para regular el comercio de derechos de emisión de gases, un mecanismo establecido en enero de 2005 para reducir dichas emisiones. Cada instalación puede emitir una determinada cantidad de gases a la atmósfera, con la posibilidad de comprar o revender el derecho para hacerlo.
Se trata, en todo caso, de gases de efecto invernadero de sectores fijos, como instalaciones industriales y energéticas, que representan poco menos de la mitad (el 45%) de las emisiones de España. Las restantes las producen los sectores difusos como transporte o calefacción. De ahí que las diez grandes empresas que más gases emiten sean las responsables del 29% de todas las emisiones de gases emitidas.



Tanto solo veinte instalaciones -las fábricas que físicamente generan los gases- emiten la mitad del CO2 industrial. La mayoría de ellas se concentran en Galicia, Asturias y León, siendo la generación de carbón la actividad más contaminante. Además de la producción energética extrapeninsualar, la planta de producción de acero de AcerolMittal en Avilés es la otra gran excepción.Endesa, Enagás, Saint-Gobain y Abengoa son las empresas que más instalaciones acumulan en territorio español.
Aumentan las emisiones
Si a algo ha beneficiado la ralentización de la actividad industrial obligada por la crisis económica es justamente a la cantidad de gases emitidos. En 2014, de hecho, la industria emitió doce toneladas menos de CO2 que cinco años antes. Pero las emisiones de España no paran de aumentar, en una tendencia contraria a lo que ocurre en la UE. El año pasado, en España las emisiones de gases de efectos invernadero aumentaron por primera vez desde que comenzó la crisis. Y desde el año 1990, base del protocolo de Kioto, España es el país europeo que mayor crecimiento ha registrado.
La coincidencia de la campaña electoral con la XXI Conferencia Sobre Cambio Climático (COP21), que se celebra en París hasta el 11 de diciembre, ha abierto una de las escasas ventanas de debate sobre el cambio climático. Aprovechando su paso por la capital francesa, Rajoy ha prometido una genérica “ley sobre cambio climático” y ha excluido la posibilidad de incluir impuestos ambientales.
Desde el año 1990, base del protocolo de Kioto, España es el país europeo que mayor crecimiento de emisiones ha registrado.
“Habría que evitar políticas contradictorias y eliminar subvenciones perjudiciales”, destacan desde el Observatorio de la Sostenibilidad, que en los próximos días presentará sus recomendaciones para unas políticas públicas contra el cambio climático. Es decir, el primer actor en dar el ejemplo debería ser justamente la administración pública: “Planes de compra y contracción verde, placas solares en sus edificios, transporte sostenible, abastecer por ejemplo, a comedores y colegios con productos de agricultura ecológica, prohibición de fracking, etc….La administración debe dar ejemplo de coherencia y responsabilidad”, señalan desde el Observatorio.
Nota metodológica


La base de datos de la Oficina del Cambio Climático se publica en la página web del Ministerio de Medio Ambiente en formato PDF. Gracias a la colaboración del Observatorio de la Sostenibilidad este diario ha extraído y organizado esa información en formato reutilizable (puede descargarla en formato .xls en el repositorio de Github de Elconfidencial.LAB ).
Para elaborar el ranking de las empresas que más gases emiten, se han identificado los principales accionistas de todas las instalación en el Registro Mercantil y se han asignado las emisiones al accionista principal
http://www.elconfidencial.com/
ATTAC Madrid no se identifica necesariamente con los contenidos publicados, excepto cuando son firmados por la propia organización.

WASHINGTON, RIAD Y ABU DHABI TAMBIÉN COMPRAN ARMAS EN BULGARIA Sale a la luz una nueva vía del tráfico de armas destinadas a los yihadistas



WASHINGTON, RIAD Y ABU DHABI TAMBIÉN COMPRAN ARMAS EN BULGARIA

Sale a la luz una nueva vía del tráfico de armas destinadas a los yihadistas

Una investigación del BIRN revela que, desde 2011, Estados Unidos, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos han comprado en Bulgaria armamento de tipo soviético por un monto de 600 millones de dólares para los grupos armados que operan contra la República Árabe Siria. Ese tráfico de armas contradice los principios de la Organización de Naciones Unidas que prohíben a todos los Estados miembros tratar de derrocar un gobierno mediante la entrega de armas a opositores internos o a mercenarios externos.

 | BUCAREST (RUMANIA)  


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Desde el inicio de la guerra contra Siria, el gobierno de Estados Unidos ha comprado en Bulgaria armamento de tipo soviético por valor de 500 millones de euros. Eso incluye 18 000 lanzagranadas antitanques portátiles y 700 sistemas de misiles antitanques del tipo Konkurs.
Este armamento fue entregado a los «rebeldes sirios» por los llamados SOCOM (Special Operations Command del Pentágono.
Las compras se realizaron a través de una empresa tapadera de Delaware (Purple Shovel), perteneciente a Benjamin Worrell, agente –desde 1993– del grupo 902 de contrainsurgencia de Fort Meade, dependiente del US Army. Sorprendentemente, este armamento acabó en manos del Emirato Islámico [1]. En un artículo anterior habíamos mencionado la solicitud que la secretaria de Estado, Hillary Clinton, hizo a Croacia para que esta última equipara a los «rebeldes» sirios con armas antitanque, a través de Jordania [2]. En este momento, la mayor parte de esas armas están en manos del Emirato Islámico.
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Una investigación de Maria Petkova, publicada en Balkan Investigative Reporting Network (BIRN) [3], prueba que Bulgaria envía armas a grupos terroristas en Siria y a otro canal de Estados Unidos. Armamento antitanque, como los BGM-71 TOWestadounidenses, está llegando así a manos del Emirato Islámico, aunque Bulgaria –país miembro de la OTAN y de la coalición contra el Emirato Islámico que encabeza Estados Unidos– dice estar participando únicamente en las operaciones de ayuda humanitaria en Siria.
A partir de octubre de 2014, aviones de carga del tipoBoeing 747 Jumbo Jet, propiedad de la compañía aérea Saudi Arabian Cargo, comenzaron a aterrizar en el aeropuerto internacional de Sofía, la capital búlgara. Los documentos demuestran que hubo 2 vuelos sauditas de carga a finales de octubre de 2014 y uno en mayo de 2015. Según los planes de vuelo, los aviones sauditas despegaron vacíos del aeropuerto de Yedda para aterrizar en Sofía, donde fueron cargados bajo la estrecha vigilancia de un dispositivo de seguridad del ejército búlgaro, y despegaron con destino a Tabuk, un aeropuerto de Arabia Saudita, situado a 100 kilómetros de la frontera con Jordania.
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Hecho interesante, las autorizaciones de sobrevuelo y de aterrizaje para estos aviones fueron concedidas por el ministerio de Defensa, cuando los vuelos de carga normales reciben sus autorizaciones de la autoridad de la Aviación Civil. Conforme al anexo 18 de la Convención de Chicago sobre la aviación civil internacional, el anexo III del reglamento del Consejo Europeo CEE n°3922 y el manual de la Organización de la Aviación Civil Internacional, Doc 9284 (Instrucciones técnicas para la seguridad del transporte de mercancías peligrosas por vía aérea), ese tipo de autorización concedida a los aviones extranjeros registrados como aviones civiles indica que esas aeronaves transportan mercancías peligrosas. Esos vuelos son considerados como vuelos especiales y reciben la misma prioridad que los aviones presidenciales. Así pudo observarse, en la pista de Sofía, el cargamento de cajas de tipo militar como las que se utilizan para transportar armas y municiones. Cada avión transportó alrededor de 80 toneladas de carga.
Posteriormente otros aviones de carga tipo Airbus A330F yBoeing 777F pertenecientes a la compañía Etihad Cargo, de los Emiratos Árabes Unidos, comenzaron a llegar al aeropuerto de Sofía bajo el mismo régimen especial. Estos aviones despegaban de Abu Dabi. Desde junio de 2015 hasta mediados de agosto de 2015, los aviones de carga de esa compañía efectuaron 5 veces esos vuelos especiales de carga desde Sofía. El 19 de octubre, un Airbus 330F de Etihad Cargo aterrizó en el aeropuerto de Burgas, en Bulgaria, y después de embarcar su cargamento especial, despegó con destino a la base aérea de Al-Dhafra, aeropuerto de destino de todos los vuelos de Etihad Cargo. En esta base aérea hay aviones franceses Rafale y aviones estadounidenses (como 5 aviones F-22) que bombardean los blancos del Emirato Islámico en Siria e Irak.
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En el informe anual sobre las exportaciones de la industria militar de Bulgaria, publicado en agosto de 2015, aparece, en la primera parte del año, una entrega de armas valorada en 85 millones de euros a Arabia Saudita. Desde agosto hasta finales de 2015, también hubo entregas de armas a Arabia Saudita por valor de 29 millones de euros. El gobierno búlgaro reconoció haber expedido, durante el periodo 2014-2015, permisos de ventas de armas que tenían como utilizador final los Emiratos Árabes Unidos, además de las de Arabia Saudita. En 2014-2015, Bulgaria vendió armamento a los Emiratos Árabes Unidos por un monto de 30 millones.
Un informe de la ONU detalla la lista de mercancías transportadas desde Bulgaria hacia Arabia Saudita por unBoeing 747 Jumbo Jet de la compañía aérea Saudi Arabian Cargo. El avión contenía 827 ametralladoras con sistemas de montaje sobre camionetas Toyota y 120 sistemas antitanqueSPG-9 [4]. Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos están equipados con armamento moderno, de fabricación occidental, lo cual excluye que la compra de armas búlgaras de tipo soviético esté destinada a sus propios ejércitos. Un alto oficial de inteligencia del ejército búlgaro reconoció ante BIRN que ese armamento está destinado a «la oposición siria» y que es posible que parte de ese armamento haya llegado a Yemen. De la misma manera que las armas provenientes de Croacia y de Bulgaria recientemente descubiertas en el arsenal del Emirato Islámico.
[2] «Pourquoi a-t-on admis la Croatie dans l’Union européenne ?», por Valentin Vasilescu, Réseau International, 12 de julio de 2013.
[3] “War Gains: Bulgarian Arms Add Fuel to Middle East Conflicts”, Maria Petkova, Balkan Investigative Reporting Network, 21 de diciembre de 2015.
[4] «Le mystère des milliers de camionnettes Toyota de l’EI», por Valentin Vasilescu, Réseau International, 9 de octubre de 2015.

El club de los macabros: la necesidad de ruptura con la Unión Europea

Manolo Monereo y Héctor Illueca publican “Por un proyecto de país” (El Viejo Topo)
El gran reto de la Unidad Popular


En las últimas elecciones generales Podemos en alianza con otras formaciones, como Compromis en el País Valenciano, Barcelona en Comú en Cataluña o la Marea gallega, rozaron los 5,2 millones de votos (26,6%). Izquierda Unida junto a otros partidos como la Chunta Aragonesista, Alternativa Socialista e Izquierda Asturiana alcanzó los 923.000 votos (3,67%). Con independencia de los procesos electorales, la movilización popular ha dado muestras en los últimos años de una palmaria capacidad de convocatoria. No sólo por la irrupción en las plazas del 15-M a partir de mayo de 2011, también por las Marchas de la Dignidad que congregaron a medio millón de personas el pasado marzo en las calles de Madrid, y a un millón de personas un año antes. O por la acción de plataformas como la PAH, que ha paralizado 1.663 desahucios y realojado a 2.500 personas. Con este potencial sociopolítico, ¿hay mimbres para tejer un nuevo proyecto de país? ¿Es posible construir la Unidad Popular?El politólogo Manolo Monereo y el inspector de Trabajo y de la Seguridad Social, además de portavoz de la Mesa Estatal del Frente Cívico, Héctor illueca, aportan elementos para la reflexión en el libro titulado “Por un nuevo proyecto de país”, publicado por “El Viejo Topo” y prologado por la diputada electa de Podemos, Tania Sánchez Melero. La fotografía de la portada, un muro en el que aparece dibujada una niña con un globo, sentada y mirando a un costado, contiene una leyenda desiderativa que resume el texto de 257 páginas: “El futuro existe”. El libro se vertebra en cuatro bloques, integrados por varios artículos, en los que los autores desgranan su propuesta: “Por un proyecto de país”, “Construir la unidad popular”, “Europa como problema” y “El mundo del trabajo”.
El libro comienza con una frase demoledora, mortífera, una espita que acelera el reguero de reflexiones: La precariedad está actualmente en todas partes, como advertía el sociólogo Pierre Bourdieu. Esta precarización de la existencia no es un fenómeno meteorológico ni una casualidad sin responsables, tampoco la consecuencia “natural” de una crisis económica cíclica e inevitable. Como señalan Monereo e Illueca, es más bien “el resultado de una intensa actividad reformista conscientemente desplegada por el poder público” y de la que resultan efectos devastadores: “La clase trabajadora se encuentra completamente subordinada a la eficiencia económica y a las cambiantes circunstancias de la vida empresarial”. Las garantías recogidas en el Estatuto de los Trabajadores de 1980 parecen hoy una lejana utopía.
El modelo neoliberal trasciende la realidad cotidiana de la empresa -la relación entre capital y trabajo- para impregnar la vida de las personas más allá de su condición de trabajadores. “El futuro ha dejado de ser algo predecible y controlable para convertirse en un problema político y existencial”, sostienen Héctor Illueca y Manolo Monereo. Personas aisladas, con miedo, que viven “a salto de mata” y sin derechos, con una vida instalada en la incertidumbre, conforman el patrón de las sociedades occidentales. En los albores de la crisis económica (año 2007), Ulrich Beck dejaba unas notas poco esperanzadoras en su obra “Un mundo feliz. La precariedad del trabajo en la era de la globalización”. Afirmaba que la “inseguridad económica” será el rasgo distintivo que caracterice en el futuro el modo de vida de la mayoría de los humanos. El neoliberalismo configura, por tanto, un modelo de vida y de relaciones humanas, y es también una concepción antropológica que supera las ideas de mercado, oferta y demanda.
Entre las diferentes propuestas del libro destaca la de “desglobalizar” o “desmundializar”. De hecho, según Manolo Monereo y Héctor Illueca, cualquier alternativa al neoliberalismo imperante carece de sentido sin aumentar la autonomía económica, política y social de los Estados. En numerosos artículos publicados en Público y Cuartopoder los dos autores han insistido en la relación casi colonial actualmente establecida entre el norte y centro de Europa, y la periferia. No resulta exagerado afirmar, en consecuencia, que España es una colonia alemana y que la moneda única (el euro) actúa como piedra angular de esta relación. “Sin un control a la libre circulación de capitales no parece viable ningún proyecto alternativo a lo existente”. Otra idea esencial para los autores de “Por un nuevo proyecto de país” es la “desmercantilización”, que pone en el centro la idea de “comunidad” frente a la mercancía, adquiera ésta forma de dinero, naturaleza, tierra o fuerza de trabajo. Otros dos ejes, “despatriarcalizar” y “democratizar”, completan el programa de las cuatro “D” para romper con el neoliberalismo.
El 1 de mayo de 2015 Monereo publicaba un artículo en Cuartopoder en el qué se preguntaba “¿Qué es la Unidad Popular?” y señalaba un gran objetivo que cobra plena vigencia cinco meses después: “Construir la alternativa al bipartidismo y gobernar para transformar”. El politólogo andaluz recoge una idea del sociólogo Boaventura de Sousa Santos que apunta al nudo de la cuestión y a la esencia de la Unidad Popular: “democratizar la democracia”. Esto significa combinar un trabajo riguroso en la Institución con la tarea paciente y tenaz de los movimientos sociales. Dado que las instituciones no son neutras y es un error dejárselas al enemigo, Manolo Monereo propone aprovecharlas para conquistar espacios. “Una gestión institucional que genere conflicto y no paz social, que fomente la autoorganización de sujetos sociales fuertes”. Además, muchos de los últimos análisis del militante histórico del PCE han ahondado en la experiencia de histórica de Syriza y las posibles lecciones. Una de las principales es que, dada la disminución del poder de los gobiernos, cualquier esperanza de transformación social dependerá de que se forje una mayoría social, unida y organizada. Lo contrario supone mantener la hegemonía de la Europa alemana del euro y el capital monopolista financiero.
Si hubiera que resumir en pocas palabras la propuesta de Illueca y Monereo, ésta remitiría a otra experiencia política, la de América Latina. De ella tomarían el Proceso Constituyente, al que dotarían de un contenido fuerte y emancipador: una democracia republicana, económica, ecológica y feminista. Este ideal emancipador se traduce en diez puntos, explicados de manera clara y breve en el texto, de los que tal vez se podría subrayar uno: situar al Estado en el puesto de mando de la economía, mediante la nacionalización de la banca y los sectores estratégicos. Marxistas ambos, Héctor Illueca y Manolo Monereo no se dejan amilanar por las críticas al aparato estatal que, por distintas razones, se vierten a izquierda y derecha del espectro. Al final, la gran pregunta aquí y ahora puede sintetizarse en estos términos: ¿Puede la izquierda permitirse el lujo de cederle a los grandes poderes la herramienta estatal? ¿Se le puede hacer frente al monstruo neoliberal sólo en la calle, sin luchar por el BOE o instrumentos como los presupuestos generales del estado? El séptimo punto del decálogo de los autores se refiere a “un Estado fuerte que regule eficazmente el mercado, redistribuya la renta, planifique el desarrollo y defienda los intereses internacionales del país”.
Personas próximas a Julio Anguita, con quien comparten militancia en el Frente Cívico y el PCE, Illueca y Monereo dedican unas páginas a explicar la lucidez política del excoordinador de IU en sus análisis. También a subrayar una afirmación que siempre han tenido bien presente y que en la izquierda muchas veces se ha desconsiderado: “El verdadero partido del Régimen es el PSOE”. O a destripar los retos de Podemos, su relación con Izquierda Unida y, dentro de esta formación, el proceso de refundación pendiente durante años. O a desarrollar la idea de “Europa como problema”, más aún, a explicar “la verdadera historia del euro”. Héctor Illueca destaca algunas claves interpretativas que en su día ya enunció el economista italiano y marxista, Giorgio Gattei: “Los nazis preveían la constitución de un gran espacio de alcance continental, basado en el marco como moneda común, y gestionado por un Banco Central Europeo, que haría posible el desarrollo económico e industrial de Alemania después de la Segunda Guerra Mundial”. Este espacio controlado por Alemania exhibiría una fractura territorial que hoy se aprecia fácilmente, entre unos países que generan excedentes y una periferia subyugada. Puede que en este punto se escondan los orígenes de lo que Monereo titula como “España, neocolonia de una Europa alemana”. O el análisis de Héctor Illueca, siguiendo al geógrafo marxista David Harvey, sobre la actual “acumulación por desposesión en Europa”. Este proceso puede cuantificarse de muchas maneras, por ejemplo, a partir de la caída de los salarios reales desde 2010: un 20% en Grecia, un 7% en Portugal y un 6,4% en España.
El último apartado del libro se dedica al mundo laboral, e incluye textos sobre la iniciativa de “trabajo garantizado”, que en las últimas elecciones Izquierda Unida recogía en su programa y que tiene precedentes en Estados Unidos durante la presidencia de Roosevelt, en Argentina e India, entre otros países. También el Estado posee un papel esencial para desarrollar la idea del “trabajo garantizado”. A partir de su experiencia profesional, Héctor Illueca profundiza en las funciones de la Inspección de Trabajo. Por último, el coautor de “El huracán neoliberal: una reforma laboral contra el Trabajo” (2012) dedica unas páginas a glosar una propuesta que hoy parece preterida, pese a formar parte del acervo reivindicativo del movimiento obrero desde sus orígenes: la reducción de la jornada laboral. La celebración del Primero de Mayo está relacionada con la Revuelta de Haymarket (1886) y los Mártires de Chicago, que aspiraban a las ocho horas de trabajo diarias.

La “CEOcracia” en acción

La “CEOcracia” en acción



Macri debutó con el duro ajuste que endulzó durante la campaña electoral. Su “sinceramiento” de la economía es la típica transferencia de ingresos a favor de los capitalistas, que tantas veces se aplicó en el país. Pretende achatar los salarios a través de la carestía para incrementar las ganancias de las grandes empresas.La inflación comenzó a trepar a principios de noviembre y ya encareció significativamente la canasta básica de alimentos. Esta escalada desmintió todos los presagios de estabilidad por incrementos previos de los precios. Los aumentos se dispararon antes y después de la devaluación.
Esta vez los llamados oficiales a la “responsabilidad” de los empresarios asumieron un tono particularmente cínico. Los remarcadores ahora son ministros y los gerentes del sector privado (denominados CEOs) controlan la administración pública. El manejo del país por sus propios dueños se ha corroborado en un debut inflacionario.
La complicidad entre funcionarios y capitalistas ha diluido todas las sugerencias de retrotraer los precios a noviembre. El sistema de “precios cuidados” sólo persiste como una formalidad para disimular la carestía. Ninguna sanción a los responsables de la inflación es evaluada por un gabinete que endiosa al mercado.
EL PROPÓSITO DE LA DEVALUACIÓN
El objetivo del ajuste es provocar una fuerte caída de los salarios durante el verano. De esta forma se licuarían los ingresos populares antes de las paritarias. Para eso maquillan la evolución de los precios con pretextos de baches estadísticos en el INDEC.
La imposición de un gran retraso salarial durante el primer semestre anticipa las podas adicionales que intentará el futuro Pacto Social. Ese convenio fijará metas decrecientes de inflación solventadas por los trabajadores.
Los economistas del establishment aplauden el curso actual, pero subrayan que la “consistencia” del plan depende de la confiscación del salario. Estiman que esa amputación es indispensable para superar el fracaso de la última devaluación (diciembre del 2013).
En esa oportunidad la brusca alteración de la paridad cambiaria se trasladó a precios y salarios, neutralizando las ganancias de exportadores y financistas. Para evitar este resultado los hombres del PRO esperan que la inflación del 2016 (¿40%?) sobrepase ampliamente a los incrementos de sueldos (¿28%?).
Con esa finalidad promueven mayor contracción monetaria y recorte fiscal. Suponen que esas restricciones afectarán el nivel de actividad, ocupación o precariedad laboral y debilitarán la resistencia de los trabajadores.
A diferencia del 2013 la derecha maneja ahora el gobierno y está empeñada en una batalla frontal contra los asalariados. Pero actúa al final de un ciclo de recomposición del empleo, el ingreso y el nivel de organización de los trabajadores. No cuenta con el escenario de colapso que en el 2001permitió una mega-devaluación, sin transferencias a los precios y salarios.
La primera confrontación para imponer el ajuste se dirime en el bono de compensación que reclaman los sindicatos (5000 pesos). Macri rechazó esa petición y sólo otorgó una irrisoria bonificación en la asignación universal (400 pesos). Luego de entregar fortunas a los empresarios desconoce una demanda básica de los asalariados. Afirma que únicamente homologará las sumas negociadas por cada gremio en el sector privado, como si la inflación exceptuara a los empleados públicos.
Mauricio pretende que cada segmento de los trabajadores se arregle por su cuenta. Tiene tan incorporada la ideología burguesa que anuncia sin sonrojarse beneficios generalizados para los capitalistas, mientras exige tratativas segmentadas a los trabajadores.
La misma cosmovisión de niño rico transmitió Prat Gay en su presentación de la devaluación como un acto liberador. Afirmó que “oxigenará la economía”, presuponiendo que los negocios de una pequeña minoría generan bienestar para toda la colectividad. Describió luego la eliminación de “impuestos distorsivos” como un logro de la sociedad, estimando que cualquier obstáculo para los capitalistas constituye una adversidad para el pueblo.
El equipo macrista despliega presentaciones tecnocráticas del ajuste, como si estuvieran determinadas por exigencias naturales de algún dispositivo. Por eso describe los detalles operativos de la devaluación sin mencionar sus nefastas consecuencias sociales.
El PRO intenta trasladar al ámbito económico el marketing despolitizado que utilizó para ganar elecciones. Con ese estilo ya no se lamenta de la devaluación. Al contrario, la difunde como una gran noticia. Mauricio devalúa con buena onda y alegría, mientras sus funcionarios imaginan las sonrisas de los millonarios. Los sufrimientos de los desposeídos no figuran en sus agendas.
LOS GANADORES DEL AJUSTE
El agro-negocio ha sido el principal favorecido por la simultánea decisión de devaluar y reducir las retenciones. Ese sector incrementa sus ganancias inmediatas en un 50-90% y se embolsa 3.700 millones de dólares, que valdrán un 40% más en moneda nacional.
Las compañías cerealeras apostaron a este desenlace demorando durante meses la liquidación de exportaciones. También los grandes propietarios y contratistas agrarios incrementan sus fortunas, con precios internos que ascienden al compás de la rentabilidad externa.
Todos fijan sus cotizaciones comparando con lo obtenido por los exportadores. Por esta razón la carne, la harina, el pollo y las legumbres se disparan al mismo ritmo. La soja arrastra el encarecimiento de los productos que compiten por el uso de la misma tierra.
Ese encadenamiento torna particularmente nefasta la reducción de las retenciones. La disminución de ese impuesto reconecta los precios locales de los alimentos con su cotización internacional y desprotege al consumidor argentino. Los agro-exportadores vuelven a recuperar preeminencia y ya iniciaron su venganza por la resolución 125. La renta que el estado se apropiaba desde el 2002 retorna al campo.
Macri intenta privilegiar al agro resucitando el imaginario liberal de las “ventajas comparativas”. Supone que el país progresará afianzando su perfil de exportador de productos básicos. Pretende incluso actualizar esa inserción internacional convirtiendo al “granero del mundo” en un “supermercado del planeta”.
Pero el subdesarrollo estructural que históricamente generó la performance primarizada de nuestra economía se acentuará vendiendo nutrientes más elaboradas. Ese modelo no crea empleo, desalienta la inversión industrial, acrecienta las inundaciones y expande el deterioro ambiental.
Con la mira puesta en el florecimiento del agro-negocio, Macri abre las puertas a los tratados del libre comercio con Asia, Europa y la Alianza del Pacífico. Ensaya esa posibilidad a partir de una nueva asociación con Brasil.
Pero el ajuste en curso también favorece a los bancos. Obtienen grandes lucros con la intermediación de los créditos negociados para sostener la devaluación. Ganarán fortunas si se concreta el endeudamiento por 20.000 millones de dólares para apuntalar las reservas y controlar la nueva banda cambiaria.
Esos préstamos provienen de bancos extranjeros (Repo), entidades chinas (yuanes convertibles) y financieras argentinas que administran la fuga de capitales (reingreso de dólares sin encajes).
La gran hipoteca en gestación es presentada como un signo de “confianza” en el país. Se repite el relato que siempre utilizaron los banqueros para vaciar a la Argentina. Hasta ahora ninguno de los créditos presenta finalidades productivas. Sólo solventan gastos corrientes y estabilizan la cotización del dólar.
Los bancos se disponen a lucrar, además, con las altísimas tasas de interés (38-40%) que introdujo el gobierno para contener cualquier corrida hacia el dólar. De esta forma resurge la conocida bicicleta de ingresar capitales golondrinas, que retomarán vuelo cuando se agote el casino.
Para recibir un fuerte respaldo inicial de la City, Prat Gay y Stuzzeneger convalidaron también el desfalco de los seguros de cambio que realizó la administración saliente del Banco Central (enormes pagos a una cotización ridícula del dólar). El nuevo equipo negoció límites a la emisión de pesos que exigía ese contrato, pero aseguró a los bancos todos los lucros de la transacción.
Los financistas obtuvieron además un trofeo largamente esperado: la recuperación del Banco Central. Se disponen a retomar el directorio de esa entidad con el insólito disfraz de asegurar su “independencia”. Su próximo negocio será el arreglo con buitres.
Esa intermediación podría incluir compras totales o parciales de los pasivos en litigio, a cambio de comisiones adicionales o atribuciones para gestionar nuevos créditos. Las versiones sobre un préstamo directo del tesoro estadounidense ilustran el interés internacional por una operación, que seguramente incluirá inspecciones del FMI.
El tercer beneficiario del plan es la burguesía industrial exportadora. Obtuvo la reducción de las retenciones y la eliminación de regulaciones que restringían las importaciones de insumos (DJAI). Comenzará a recibir los dólares demorados por esas adquisiciones y negocia un bono para zanjar las compras impagas y las utilidades no giradas al exterior.
La principal promesa para ese sector es la implementación de una política estatal anti-obrera, que el macrismo disfraza con llamados al “orden, la productividad y la disciplina” laboral. El nuevo gobierno de “CEOcratas” incluye numerosos expertos en incrementar los ritmos de trabajo, organizar despidos y perseguir activistas. Los gerentes de recursos humanos ahora comandan las oficinas gubernamentales y el nombramiento de un ministro con apellido Triacca es un símbolo de lo que se viene.
También las empresas contratistas de servicios públicos recibirán su tajada. Los tarifazos se preparan con la declaración de la emergencia energética y la emisión mensual de facturas. Esos incrementos apuntan a recomponer la caja de las compañías. Ganaron fortunas con las privatizaciones y preservaron sus contratos durante la última década de subsidio estatal.
Ahora reaparecen los argumentos de la sintonía fina -que el kirchnerismo difundió pero no instrumentó- para justificar los aumentos del gas y la electricidad. Se afirma que los ricos malgastan energía calentando sus piscinas y que la clase alta paga cuentas irrisorias por el aire acondicionado. Esos abusos se corregirían con un simple recargo en el servicio. Pero el verdadero objetivo de esas descripciones es penalizar a toda población.
Lo mismo ocurre con las tarifas vigentes en el Interior. Como ciertamente son más elevadas habría abaratarlas, en lugar de encarecer las cuentas de los usuarios bonaerenses.
El gerente de Shell que ahora administra la energía del país tiene la mira puesta en asegurar precios del combustible que actualmente duplican la cotización internacional. Con esos números los usuarios no sólo solventan los beneficios de las compañías petroleras. También se impide cualquier reconversión estructural a un patrón de energía eólica y solar. El nuevo equipo ya decidió profundizar el sendero de Galluccio, que ha manejado YPF como una empresa privada con turbios contratos secretos con Chevron.
Macri ha diseñado un plan para toda la clase capitalista. Esa intención se verifica en la significativa ampliación del blanqueo. Los evasores del fisco -que el kirchnerismo indultó en sucesivas oportunidades- ahora tendrán otra posibilidad para transparentar sus negocios sin pasar por la AFIP.
TENSIONES Y SOSTÉN POLÍTICO
Los neoliberales están de fiesta. Pero la lluvia de beneficios que reparte el macrismo alimenta graves problemas. E l conflicto más previsible se avizora con la recesión. El combo de inflación-devaluación y tarifazos induce fuertes tendencias contractivas en el próximo cuatrimestre.
Si el incremento de las tasas de interés para contener el dólar perdura, la recesión alcanzará porcentuales significativos. El encarecimiento del crédito no sólo afecta la producción corriente. También impacta sobre consumos más bancarizados y dependientes de las cuotas.
A pesar de la gran devaluación es improbable que las exportaciones puedan compensar la contracción del poder adquisitivo. El escenario externo se ha tornado muy adverso por la retracción imperante en el principal socio (Brasil) y en el mayor cliente (China) del país. Además, el aumento de las tasas de interés en Estados Unidos genera una fuerte competencia por la captación de capitales sobrantes.
 Por esta razón es incierta la llegada de las inversiones que promete Macri. Un aluvión de divisas financieras debería compensar el decreciente ingreso de dólares comerciales, que acompaña al fin del superciclo de las materias primas. El 2015 cierra con un desplome del superávit comercial y como la soja ya no cotiza a 600 dólares se endurecen las disputas por preservar los mercados de otras exportaciones.
Los librecambistas del PRO podrían negociar la continuidad de esas ventas, ofreciendo la apertura del mercado argentino a los industriales foráneos. Macri mantiene un cuidadoso silencio frente a este tema, sabiendo cuán vivo está el recuerdo de la invasión importadora de los 90. Ya hay algunos tanteos para autorizar compras de bienes finales, que pueden devastar en tiempo récord al vulnerable aparato industrial del país.
Tensiones mucho más inmediatas se avecinan en el terreno fiscal. Mauricio asume con un déficit de 7 puntos del PBI y numerosas provincias sin fondos propios para pagar los sueldos. Todas las medidas que anunció incrementan el agujero de las cuentas públicas. Redujo drásticamente las retenciones sin explicar cómo compensará ese des-financiamiento del sector público. Sus economistas preparan tarifazos para cubrir ese bache y diseñan una brutal cirugía de gastos sociales, sueldos y jubilaciones del sector público.
El objetivo estratégico de Macri es reiniciar un curso neoliberal con mayor monitoreo estatal, para diluir la impronta neo-desarrollista de la última década. Su reivindicación de Frondizi y la presencia de un nieto de Frigerio en el gabinete sólo apuntan a resucitar el imaginario de crecimiento. Desecha por completo cualquier prioridad de desenvolvimiento industrial.
La viabilidad de su programa suscita incontables especulaciones. Por el momento sólo cabe registrar la evidencia de un ajuste solventado con endeudamiento. Necesitará un fuerte apoyo político para sostener un esquema anti-popular, que precipitará divisiones en las clases dominantes.
Frente a esas perspectivas Macri expande alianzas políticas y asegura su control del estado. Ocupa todos los espacios, coloca funcionarios aptos para la contra-reforma y presiona por los descabezamientos pendientes en sectores de la justicia y los medios de comunicación.
El nuevo presidente ya comenzó a gobernar por decreto vulnerando sus convocatorias a la concertación republicana. Intentó designar los auto-objetados “jueces macristas” en dos cargos vacantes de la Corte Suprema, sabiendo que necesita tribunales afines para bloquear amparos contra los ajustes.
También busca impunidad mediática para reducir la visibilidad de las protestas. Intervino el AFSCA desconociendo en forma grosera la autonomía de ese organismo. Pretende sepultar la ley de medios a cambio de coberturas favorables por parte de Clarín y La Nación. En lugar del prometido pluralismo de voces se apresta a hegemonizar la pantalla con relatos oficialistas, manipulación de la información y pasatismo de contenidos.
Pero la solidez de su gobierno depende de los acuerdos que alcance con los gobernadores, el Massismo y el Justicialismo en el Congreso. Macri negocia las leyes del ajuste con la gran lapicera que define los cheques y las designaciones. Mientras repite frases huecas sobre el consenso, intenta emular el modelo mexicano de turbias coaliciones parlamentarias. Ya instrumentó durante varios años ese tipo de contubernios en la Legislatura porteña y se apresta a reproducirlos en la Provincia de Buenos Aires.
Como los principales conflictos se dirimirán en las calles, Mauricio también prepara la criminalización de la protesta. Apaleó a los trabajadores de Cresta Roja, ensayó un frustrado envío de gendarmes a Jujuy y ultima los detalles de un protocolo para arremeter contra los piquetes. El mismo presidente que reclama la liberación del organizador de las guarimbas criminales en Venezuela hace la vista gorda frente al rebrote fascistoide de sus allegados en Mar del Plata.
Afortunadamente Macri ya afrontó sus primeros disgustos. Debió retroceder en el nombramiento de funcionarios derechistas (Ávila, Manfroni) y pospuso la designación de sus candidatos a la Corte. Tuvo que ratificar, además, la continuidad de los juicios a los genocidas, ante la contundente reacción de los periodistas contra un editorial pro-indulto del diario La Nación.
El PRO multiplicará las agresiones sociales antes del gran test de la paritaria docente. Tramita especialmente la complicidad de la burocracia sindical con ofrecimientos de continuado manejo de las obras sociales. Con cada jerarca discute alguna prebenda específica. Moyano es su principal interlocutor, por ejemplo, en el negocio de la basura.
La pantalla de estos contubernios es el pequeño alivio dispuesto en los pagos del impuesto a las ganancias, que tributan los trabajadores de mayores ingresos. Ese desahogo no alcanza a la inmensa mayoría de los asalariados y es poco significativo para los afectados por esa carga.
DOS RESPONSABLES
El atropello económico en curso se desenvuelve en medio de un gran juego del culpable que marea a la población. Macristas y kirchneristas se acusan mutuamente de provocar el ajuste. Por un lado, los economistas del PRO afirman que adoptan duras medidas para subsanar la “herencia recibida”. Por otra parte, los ex funcionarios de CFK proclaman que “la economía estaba bien” y sólo requería algunas “correcciones graduales”. Los dos relatos son ficticios y ocultan la aplicación de un remedio regresivo para los desequilibrios que potenció la era K.
El carácter artificial de esa controversia es muy visible en las interpretaciones de la inflación. Prat Gay afirma que el gobierno precedente toleró subas de precios para ensuciarle la cancha. Los allegados de Kiciloff responden que no podían contener incrementos precipitados por los anuncios de devaluación. Uno dice que permitieron los aumentos por desidia y el otro afirma que carecía de autoridad para actuar. En medio de esta discusión los capitalistas remarcan exentos de culpa.
Lo mismo ocurre con la devaluación. Macri sostiene que “nos dejaron economías regionales colapsadas” y los kirchneristas lo acusan de devaluar “para abaratar salarios”. Lo cierto es que el PRO transfiere ingresos a los acaudalados y que CFK atrasó adrede el tipo de cambio, para trasladarle el ajuste a su sucesor.
Macri también proclama que contrae deuda para atenuar los desbalances de un “Banco Central sin reservas”. En cambio los seguidores de CFK denuncian la hipoteca en formación para una “economía desendeudada”. Lo cierto es que el PRO trabaja para los financistas, frente a la descapitalización provocada por los pagos de la deuda que hicieron sus antecesores.
En medio de estas polémicas el macrismo encarece el crédito, afirmando que debe absorber la montaña de pesos emitida por el kirchnerismo. Con ese argumento oculta las gravosas consecuencias recesivas de su giro monetarista. Los K contrastan ese viraje con su promoción del consumo. Pero maquillan la inconsistencia de esa expansión, en un contexto de fugas de capital e inflación descontrolada.
Las contraposiciones entre macristas y kirchneristas enturbian todos los debates sobre el ajuste. Para esclarecer el nuevo escenario hay que impugnar tanto la arremetida neoliberal como los fracasos del progresismo.
La crítica al nuevo gobierno no puede posponerse con expectativas de lo que vendrá. Es ingenuo suponer que Macri “recién comienza” y merece un tiempo de espera. Está rodeado de funcionarios de los 90 y hombres del establishment que siempre han manejado el poder económico. La libertad de acción que logren será proporcional al daño que sufrirá la población.
Pero las fantasías que despliegan los economistas K sobre su gestión son igualmente insostenibles. Todos los desaciertos de esa experiencia volverán a repetirse si se elude un balance de lo ocurrido. Resulta esencial debatir el desemboque conservador que condujo a la convergencia con Scioli en un programa de devaluación, aumento de tarifas y arreglo con los buitres.
El modelo de la última década acentuó los desequilibrios estructurales del capitalismo argentino. Mantuvo una política impositiva regresiva, afianzó la primarización sojera, agravó el extractivismo minero-petrolero y perpetuó la estructura industrial concentrada. Otorgó, además, grandes subvenciones a los “capitalistas amigos” (Cirigliano, Báez, dueños de Cresta Roja) que impidieron modificar los pilares de la desigualdad social.
Es imprescindible romper el corset de dos alternativas capitalistas como único programa para la Argentina. Si sólo hay campanas neoliberales y neo-desarrollistas con disputas entre ortodoxos y heterodoxos, el país está condenado a un recambio cíclico de unos por otros. Construir una economía productiva al servicio de las mayorías populares exige transitar por otro camino.
Claudio Katz. Economista, investigador del CONICET, profesor de la UBA, miembro del EDI.
Su página web es: www.lahaine.org/katz

Manolo Monereo y Héctor Illueca publican “Por un proyecto de país” (El Viejo Topo) El gran reto de la Unidad Popular Enric Llopis Rebelión

Manolo Monereo y Héctor Illueca publican “Por un proyecto de país” (El Viejo Topo)
El gran reto de la Unidad Popular

En las últimas elecciones generales Podemos en alianza con otras formaciones, como Compromis en el País Valenciano, Barcelona en Comú en Cataluña o la Marea gallega, rozaron los 5,2 millones de votos (26,6%). Izquierda Unida junto a otros partidos como la Chunta Aragonesista, Alternativa Socialista e Izquierda Asturiana alcanzó los 923.000 votos (3,67%). Con independencia de los procesos electorales, la movilización popular ha dado muestras en los últimos años de una palmaria capacidad de convocatoria. No sólo por la irrupción en las plazas del 15-M a partir de mayo de 2011, también por las Marchas de la Dignidad que congregaron a medio millón de personas el pasado marzo en las calles de Madrid, y a un millón de personas un año antes. O por la acción de plataformas como la PAH, que ha paralizado 1.663 desahucios y realojado a 2.500 personas. Con este potencial sociopolítico, ¿hay mimbres para tejer un nuevo proyecto de país? ¿Es posible construir la Unidad Popular?El politólogo Manolo Monereo y el inspector de Trabajo y de la Seguridad Social, además de portavoz de la Mesa Estatal del Frente Cívico, Héctor illueca, aportan elementos para la reflexión en el libro titulado “Por un nuevo proyecto de país”, publicado por “El Viejo Topo” y prologado por la diputada electa de Podemos, Tania Sánchez Melero. La fotografía de la portada, un muro en el que aparece dibujada una niña con un globo, sentada y mirando a un costado, contiene una leyenda desiderativa que resume el texto de 257 páginas: “El futuro existe”. El libro se vertebra en cuatro bloques, integrados por varios artículos, en los que los autores desgranan su propuesta: “Por un proyecto de país”, “Construir la unidad popular”, “Europa como problema” y “El mundo del trabajo”.
El libro comienza con una frase demoledora, mortífera, una espita que acelera el reguero de reflexiones: La precariedad está actualmente en todas partes, como advertía el sociólogo Pierre Bourdieu. Esta precarización de la existencia no es un fenómeno meteorológico ni una casualidad sin responsables, tampoco la consecuencia “natural” de una crisis económica cíclica e inevitable. Como señalan Monereo e Illueca, es más bien “el resultado de una intensa actividad reformista conscientemente desplegada por el poder público” y de la que resultan efectos devastadores: “La clase trabajadora se encuentra completamente subordinada a la eficiencia económica y a las cambiantes circunstancias de la vida empresarial”. Las garantías recogidas en el Estatuto de los Trabajadores de 1980 parecen hoy una lejana utopía.
El modelo neoliberal trasciende la realidad cotidiana de la empresa -la relación entre capital y trabajo- para impregnar la vida de las personas más allá de su condición de trabajadores. “El futuro ha dejado de ser algo predecible y controlable para convertirse en un problema político y existencial”, sostienen Héctor Illueca y Manolo Monereo. Personas aisladas, con miedo, que viven “a salto de mata” y sin derechos, con una vida instalada en la incertidumbre, conforman el patrón de las sociedades occidentales. En los albores de la crisis económica (año 2007), Ulrich Beck dejaba unas notas poco esperanzadoras en su obra “Un mundo feliz. La precariedad del trabajo en la era de la globalización”. Afirmaba que la “inseguridad económica” será el rasgo distintivo que caracterice en el futuro el modo de vida de la mayoría de los humanos. El neoliberalismo configura, por tanto, un modelo de vida y de relaciones humanas, y es también una concepción antropológica que supera las ideas de mercado, oferta y demanda.
Entre las diferentes propuestas del libro destaca la de “desglobalizar” o “desmundializar”. De hecho, según Manolo Monereo y Héctor Illueca, cualquier alternativa al neoliberalismo imperante carece de sentido sin aumentar la autonomía económica, política y social de los Estados. En numerosos artículos publicados en Público y Cuartopoder los dos autores han insistido en la relación casi colonial actualmente establecida entre el norte y centro de Europa, y la periferia. No resulta exagerado afirmar, en consecuencia, que España es una colonia alemana y que la moneda única (el euro) actúa como piedra angular de esta relación. “Sin un control a la libre circulación de capitales no parece viable ningún proyecto alternativo a lo existente”. Otra idea esencial para los autores de “Por un nuevo proyecto de país” es la “desmercantilización”, que pone en el centro la idea de “comunidad” frente a la mercancía, adquiera ésta forma de dinero, naturaleza, tierra o fuerza de trabajo. Otros dos ejes, “despatriarcalizar” y “democratizar”, completan el programa de las cuatro “D” para romper con el neoliberalismo.
El 1 de mayo de 2015 Monereo publicaba un artículo en Cuartopoder en el qué se preguntaba “¿Qué es la Unidad Popular?” y señalaba un gran objetivo que cobra plena vigencia cinco meses después: “Construir la alternativa al bipartidismo y gobernar para transformar”. El politólogo andaluz recoge una idea del sociólogo Boaventura de Sousa Santos que apunta al nudo de la cuestión y a la esencia de la Unidad Popular: “democratizar la democracia”. Esto significa combinar un trabajo riguroso en la Institución con la tarea paciente y tenaz de los movimientos sociales. Dado que las instituciones no son neutras y es un error dejárselas al enemigo, Manolo Monereo propone aprovecharlas para conquistar espacios. “Una gestión institucional que genere conflicto y no paz social, que fomente la autoorganización de sujetos sociales fuertes”. Además, muchos de los últimos análisis del militante histórico del PCE han ahondado en la experiencia de histórica de Syriza y las posibles lecciones. Una de las principales es que, dada la disminución del poder de los gobiernos, cualquier esperanza de transformación social dependerá de que se forje una mayoría social, unida y organizada. Lo contrario supone mantener la hegemonía de la Europa alemana del euro y el capital monopolista financiero.
Si hubiera que resumir en pocas palabras la propuesta de Illueca y Monereo, ésta remitiría a otra experiencia política, la de América Latina. De ella tomarían el Proceso Constituyente, al que dotarían de un contenido fuerte y emancipador: una democracia republicana, económica, ecológica y feminista. Este ideal emancipador se traduce en diez puntos, explicados de manera clara y breve en el texto, de los que tal vez se podría subrayar uno: situar al Estado en el puesto de mando de la economía, mediante la nacionalización de la banca y los sectores estratégicos. Marxistas ambos, Héctor Illueca y Manolo Monereo no se dejan amilanar por las críticas al aparato estatal que, por distintas razones, se vierten a izquierda y derecha del espectro. Al final, la gran pregunta aquí y ahora puede sintetizarse en estos términos: ¿Puede la izquierda permitirse el lujo de cederle a los grandes poderes la herramienta estatal? ¿Se le puede hacer frente al monstruo neoliberal sólo en la calle, sin luchar por el BOE o instrumentos como los presupuestos generales del estado? El séptimo punto del decálogo de los autores se refiere a “un Estado fuerte que regule eficazmente el mercado, redistribuya la renta, planifique el desarrollo y defienda los intereses internacionales del país”.
Personas próximas a Julio Anguita, con quien comparten militancia en el Frente Cívico y el PCE, Illueca y Monereo dedican unas páginas a explicar la lucidez política del excoordinador de IU en sus análisis. También a subrayar una afirmación que siempre han tenido bien presente y que en la izquierda muchas veces se ha desconsiderado: “El verdadero partido del Régimen es el PSOE”. O a destripar los retos de Podemos, su relación con Izquierda Unida y, dentro de esta formación, el proceso de refundación pendiente durante años. O a desarrollar la idea de “Europa como problema”, más aún, a explicar “la verdadera historia del euro”. Héctor Illueca destaca algunas claves interpretativas que en su día ya enunció el economista italiano y marxista, Giorgio Gattei: “Los nazis preveían la constitución de un gran espacio de alcance continental, basado en el marco como moneda común, y gestionado por un Banco Central Europeo, que haría posible el desarrollo económico e industrial de Alemania después de la Segunda Guerra Mundial”. Este espacio controlado por Alemania exhibiría una fractura territorial que hoy se aprecia fácilmente, entre unos países que generan excedentes y una periferia subyugada. Puede que en este punto se escondan los orígenes de lo que Monereo titula como “España, neocolonia de una Europa alemana”. O el análisis de Héctor Illueca, siguiendo al geógrafo marxista David Harvey, sobre la actual “acumulación por desposesión en Europa”. Este proceso puede cuantificarse de muchas maneras, por ejemplo, a partir de la caída de los salarios reales desde 2010: un 20% en Grecia, un 7% en Portugal y un 6,4% en España.
El último apartado del libro se dedica al mundo laboral, e incluye textos sobre la iniciativa de “trabajo garantizado”, que en las últimas elecciones Izquierda Unida recogía en su programa y que tiene precedentes en Estados Unidos durante la presidencia de Roosevelt, en Argentina e India, entre otros países. También el Estado posee un papel esencial para desarrollar la idea del “trabajo garantizado”. A partir de su experiencia profesional, Héctor Illueca profundiza en las funciones de la Inspección de Trabajo. Por último, el coautor de “El huracán neoliberal: una reforma laboral contra el Trabajo” (2012) dedica unas páginas a glosar una propuesta que hoy parece preterida, pese a formar parte del acervo reivindicativo del movimiento obrero desde sus orígenes: la reducción de la jornada laboral. La celebración del Primero de Mayo está relacionada con la Revuelta de Haymarket (1886) y los Mártires de Chicago, que aspiraban a las ocho horas de trabajo diarias.

domingo, 27 de diciembre de 2015

LA IZQUIERDA REVOLUCIONARIA SE PRONUNCIA SOBRE LAS ELECCIONES (VÍDEO)

Ángeles Maestro, Carmelo Suárez e Iñaki Gil de San Vicente analizan el panorama político del Estado español

LA IZQUIERDA REVOLUCIONARIA SE PRONUNCIA SOBRE LAS ELECCIONES (VÍDEO)  


  A menos de una semana de las elecciones generales del pasado domingo, la mayor parte de los análisis sobre estos comicios se centran en tratar de dilucidar cuál podrá ser la combinación que dé lugar al próximo gobierno.
     Pero, más allá de las preferencias de unos y de otros, la preocupación común en todas estas cábalas postelectorales se centra en la pretensión de alcanzar  algún tipo de acuerdo de Estado que permita  garantizar la estabilidad del sistema, con la participación de nuevos actores políticos como Ciudadanos y Podemos.
     En este programa, por el contrario, analizaremos la coyuntura política del Estado español desde otro punto de vista. Desde la perspectiva de quienes defienden la necesidad de transformar radicalmente nuestra sociedad e impugnan la creencia hegemónica de que sus graves problemas pueden encontrar solución en el marco del sistema capitalista.
      Para ello contamos con los análisis de tres representantes de la izquierda revolucionaria. La dirigente de Red Roja Ángeles Maestro; Carmelo Suárez, secretario general delPartido Comunista de los Pueblos de España  y el veterano militante y teórico de la izquierda abertzale vasca Iñaki Gil de San Vicente. 
 Angeles Maestro: "Ninguna de las fuerzas políticas que han obtenido representación parlamentaria se ha comprometido a acometer los temas que se deberían tratar para modificar en algo la situación dramática que viven millones de personas"
  Carmelo Suárez: "Estamos ante una reacomodación de fuerzas políticas para representar al mismo sistema y seguir aplicando las políticas que marcan los monopolios"
 Iñaki Gil de San Vicente: "En una situación de crisis galopante, que provocaba verdadera inquietud a las clases dominantes , aparecieron 'misteriosamente' Ciudadanos y Podemos"
  VÍDEO:


Alberto Garzón sobre el discurso del ciudadano Felipe de Borbón




Íñigo Errejón y Alberto Garzón sobre el discurso del ciudadano Felipe de Borbón



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Con un “No estuvo a la altura” o al hablar de “Atrezzo”, ya queda claro que la comparecencia ‘navideña’ del hijo del heredero de Franco no ha sido del agrado del número dos de Podemos. Pero lo que resulta relevante por evidente es esa otra precisión de Íñigo Errejón que para los grandes medios no había sido destacable, y que no es otra que aquella sobre la importancia cuantitativa que para Felipe de Borbón merece la ‘unidad de la patria’ frente al bienestar de sus ‘compatriotas’ (16 a 1).
“Ha comprado el discurso del Partido Popular de la recuperación económica”. Así, entre otras consideraciones en las que también ha habido cabida para la escenografía y el alejamiento de la realidad del monarca, se expresaba el diputado de UP-IU ante la prensa.