LA OFENSIVA DEL SECTOR PRIVADO CONTRA EL SISTEMA DE REPARTO DE LA SEGURIDAD SOCIAL.
El asalto de los mercados a las pensiones
La huelga del 29 de
septiembre ha servido para que el Gobierno y los agentes sociales ganen
tiempo con vistas a la reforma de las pensiones, que comenzará a
tramitarse a principios de 2011. Los ecos de las protestas masivas en
Francia contra la reforma de las pensiones y de la edad de jubilación
han devuelto a la actualidad las maniobras de acoso al sistema público
por parte de los gestores de fondos privados, un negocio que aspira a
sustituir, progresivamente, el actual sistema de reparto, por uno de
capitalización, es decir, un sistema ligado a los vaivenes de los
mercados financieros.La
Pablo Elorduy. Redacción
19/11/10 · 8:00
Edición impresa
Puede
resultar sorprendente que el llamado Grupo de los Cien, una unión
temporal de economistas y expertos que realizan estudios para la
Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) califique el sistema
público de pensiones del Estado español de “injusto”. Sorprende que
utilice este tipo de términos una fundación en cuyo patronato aparecen
los nombres de conocidos millonarios como Emilio y Ana Patricia Botín
(Santander), Francisco González (BBVA) o Isidro Fainé (La Caixa) y otros
menos conocidos como Santos Martínez- Conde Gutiérrez-Barquin, de la
Corporación Financiera Alba, que pertenece al grupo March.
A pesar de incluir argumentos en favor de una supuesta justicia
social, la presión que los principales gestores de planes de pensiones
privados, la banca y las compañías de seguros ejercen sobre el sistema
de reparto no es nueva. Como apunta la doctora en Economía y coautora de
Qué pensiones, qué futuro, Miren Etxezarreta, en los últimos tiempos “los Gobiernos europeos han asumido completamente el discurso del capital privado”
favorecido e implementado por instituciones como el Banco Mundial, la
Comisión Europea, el Banco de España o la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico.Puntos calientes de la reforma
“Me da envidia lo de Francia, es muy positivo que la
gente joven comience a tomar conciencia de que la reforma de las
pensiones les afecta aquí y ahora”, comenta a DIAGONAL Miren
Etxezarreta, quien lamenta que “se hayan saltado a la torera la voluntad
de la gente” porque el tema de las pensiones es un “bocado muy
suculento para el capital financiero”. En España, la huelga del 29 de
septiembre ha tenido como consecuencia que se postergue el debate sobre
las pensiones hasta enero. Etxezarreta no ve que se haya producido un
cambio de actitud por parte de Comisiones Obreras. Para Desiderio
Martín, del sindicato CGT, la huelga no ha servido para que el Gobierno,
a través del nuevo ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, modifique sus
planteamientos, mientras que CC OO, UGT se limitan a plantear en la Mesa del Pacto de Toledo una “oposición formal y electoralista”.
Entre los puntos que marcarán esa negociación, Desiderio Martín cree
que ha dejado de formar parte de los planes del Gobierno el aumento de
65 a 67 años la edad de retiro; a cambio, se reducirán las cotizaciones
empresariales a la Seguridad Social por medio de bonificaciones y
subvenciones. Asimismo, se endurecerán los requisitos para tener derecho
a la prestación, es decir, aumentará el número de años trabajados
necesario para percibir una pensión contributiva.Otros puntos que forman parte de la negociación entre los partidos políticos y agentes sociales del Pacto de Toledo es el aumento de los años necesarios para cobrar el 100% de la pensión contributiva y la ampliación del periodo con el que se calcula la cuantía de la pensión, que actualmente se mide con los últimos 15 años cotizados y que podría ascender hasta 20 o 23, menos de lo que propone Fedea, que pide que las pensiones pasen a calcularse en base a lo cotizado durante toda la vida laboral de la persona trabajadora. Según Martín, el objetivo de esta campaña sostenida en contra de la Seguridad Social es trasladar miles de millones de euros a los fondos de pensiones privados. Esto se favorecerá dificultando el acceso y empeorando las condiciones del sistema de reparto público, de modo que muchas personas trabajadoras se planteen acceder a un fondo privado para asegurarse unos ingresos mínimos después de la jubilación. El peligro, explica la economista y coautora de Qué pensiones, qué futuro, Elena Idoate es que los Estados hagan que se cumplan las profecías de instrumentos de los gestores de pensiones privadas como Fedea, es decir, que los Estados abandonan un sistema que funciona correctamente con el objetivo de satisfacer las demandas de los fondos de pensiones de capitalización.
Para Idoate, aunque se venda como una decisión técnica el trasvase de lo público a lo privado es una decisión política, que no está justificada por razones económicas, que avalan el sistema de reparto frente al llamado sistema de capitalización. A continuación analizamos tres de esas razones.
Rentabilidad
A pesar de que Fedea proponga medidas como que las
pensiones se calculen en función de toda la vida laboral del trabajador,
la campaña
a favor de los fondos privados no puede eludir que estos han perdido
atractivo a resultas de la crisis. Joan Junyent, coautor de Qué
pensiones, qué futuro y miembro del Seminario de Economía Crítica Taifa,
explica que, incluso en épocas de bonanza, el rendimiento de los planes
privados
deja mucho que desear. Para este economista no cabe duda de que los
sistemas privados son mucho más vulnerables a las crisis financieras,
así, mientras los cien economistas de Fedea alertan del supuesto riesgo de las pensiones públicas,
el Estado está utilizando el fondo de reserva de la Seguridad Social,
la llamada “hucha de las pensiones” para comprar deuda pública.
Por el contrario, históricamente la rentabilidad de los fondos privados
ha sido escasa, y desde 2007 está por debajo de la inflación. El 95% de
los planes de pensiones privados pierde dinero a largo plazo
y entre los que mejor resultados dan no hay ninguno de tipo individual,
que son la mayoría. Lo que no ha descendido con la crisis ha sido el
monto de las comisiones de los fondos privados, es decir, lo que se
embolsan los gestores de dichos fondos (entre el 1,5 y el 2% anual). El
periódico El Economista ha dado un ejemplo: si hoy invierte 60.000 euros
en un plan individual con una rentabilidad en torno al 3%, pasados diez
años habrá pagado 10.200 euros en comisiones.
Viabilidad
Sin duda la variable demográfica es el principal
argumento sobre el que se sostienen los estudios de los medios al
servicio del gran capital para poner en duda la sostenibilidad del
sistema de reparto actual. El pronóstico de la Comisión Europea es que
en 2050 la población en edad de trabajar disminuirá un 16%, lo que
acarreará un incremento del gasto público en pensiones del 6%. Para el
economista Vicenç Navarro, el incremento del Producto Interior Bruto
paliará, si se produce, esa escalada del gasto en pensiones.
A esto se une que, como señala Elena Idoate, el peso del factor
demográfico sobre el sistema de Seguridad Social es menos importante que
la evolución del mercado laboral: “No importa tanto cómo evoluciona la población, sino cómo lo hacen el empleo y los salarios”.
Esto es, si se produce una mayor distribución de la renta y aumenta la
masa salarial las cotizaciones aumentarán su valor, argumenta esta
economista del Seminario Taifa, quien recuerda que en ninguna otra
materia se hacen previsiones a 40 años y que otras profecías sobre un
desplome de los sistemas de reparto han errado, “porque muchas
proyecciones demográficas se han equivocado”.Fondo de Reserva
Otro lugar común favorecido por los gestores de fondos
privados apunta a que las pensiones públicas deben sostenerse únicamente
por las cotizaciones de las personas trabajadoras, lo que dio como
resultado el nacimiento en 2000 del fondo de reserva o “hucha de las
pensiones” que estableció también la separación entre las prestaciones
contributivas y las no contributivas. Como apunta Joan Junyent, “al no
poder financiarse por otras vías, esto ha dado argumentos a quien
cuestiona la viabilidad del sistema”. Pese a haber limitado a uno solo
el sistema de financiación de las pensiones, la hucha no está en
peligro, “incluso en esta situación económica el único sistema público
que ofrece superávit es la Seguridad Social. Aun así, este economista
recuerda que hay impuestos, como el IRPF o el Impuesto de
Sociedades que pueden usarse en caso de que, eventualmente, la hucha de
las pensiones no sea suficiente para cubrir las mismas.
Como señala Elena Idoate, se pide un presupuesto a las pensiones, que
se cubren con las cotizaciones de las personas trabajadoras, mientras
que no se exige a la Casa Real o el Ejército que sus presupuestos estén
equilibrados.
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