Sociología ideológica

viernes, 2 de agosto de 2013

Accidente de tren en Santiago: Una tragedia mediatizada y manipulada para beneficio y negocio de los "mass media", de forma absolutamente inmoral, perversa y degenerada, algo que tanto se debe respetar y tratar con absoluta discreción y ajustando la información a la más sagrada verdad científica, técnica y objetiva, sin el más mínimo atisbo de frivolidad ni carnaza. Lamentablemente estamos en una sociedad de cerebros podridos por la propaganda mediática, y andamos sin horizontes, esa es la sociedad capitalista que tenemos, donde el esquizofrénico individualismo nos destruye como seres humanos, que somos sociales por naturaleza, y el individualismo es contra natura, porque nada más beneficia a unos cuantos y perjudica a la infinita mayoría de los ciudadanos, lo que está claro, es que todos los trabajadores públícos tan vapuleados y criminalizados por los falsimedios privados cainíticos desinformadores del morbo podrido, son los que dieron la cara y se dejaron la piel para salvar vidas, y atender a los ciudadanos viajeros heridos, familiares de fallecidos, elllos son los héroes anónimos de cada día que no salen en los gallineros podridos de las televisones y radios privadas que se dedican a calumniar, injuriar a los que trabajan con sus mentiras bastardas y sus manipulaciones. Esos parásitos, sanguijuelas que viven de los demás sin pegar un palo al agua chupando ingentes cantidades de dinero que salen del sudor de los que trabajan.

Accidente de tren en Santiago

Una tragedia mediatizada

Paula Ortega y David G. Marcos
Domingo 28 de julio de 2013

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20.41 horas del 24 de julio. Un tren descarrila a las afueras de Santiago de Compostela. El primero de los grandes medios de comunicación en dar la noticia es el diario El País, a través de su redacción territorial en Galicia, utilizando su cuenta en la red social Twitter. Es el inicio de un relato que todavía está por definir, en el que los elementos que se irán incorporando al primer titular conformarán la realidad que hará de escaparate a la opinión pública. Por desgracia, el gran número de episodios que se han ido sumando a la narración del accidente ferroviario demuestran las barreras comunicativas con las que nos encontramos en la actualidad, así como una extendida frivolidad sensacionalista materializada en la distribución de informaciones sesgadas y tendenciosas que atentan contra el legítimo derecho a la información.
En el tratamiento de la noticia se podrían plantear dos fases informativas aproximadas. Una de ellas abarcaría la cobertura de emergencia y partiría del mismo instante desde el que se tiene constancia del acontecimiento, hasta que se han superado las imperativas labores de asistencia (colaboración de profesionales voluntarios, donaciones de sangre, teléfonos de ayuda e información, etc.). En la segunda, se inicia todo un proceso de recopilación informativa en torno a los dispositivos que orbitan alrededor del accidente; donde nos encontramos ahora.
A lo largo del primer periodo informativo -en el que se va extendiendo la noticia- son los medios digitales quienes predominan en la actualización de las informaciones referentes al suceso. Es aquí donde Twitter cobra una especial importancia debido a dos de sus principales particularidades: la instantaneidad y la viralidad comunicativa. El carácter exponencial de su propagación resulta un instrumento fundamental para la expansión de las noticias lanzadas por los grandes medios de comunicación. Así, el primer contacto con el accidente de Santiago fue a través de sus perfiles en Twitter, como ya se ha señalado. A partir de aquí, la red social suele convertirse en una suerte de inteligencia colectiva donde conviven y se retroalimentan los criterios subyacentes a los mass media con la generación y recopilación de material por parte de los usuarios de la red. Sin embargo, en este caso el desequilibrio en esta simbiosis ha sido notable. Numerosos medios de comunicación, como el telediario nocturno, reproducían la información de las redes sin contrastar las fuentes y apenas adaptar el contenido. Es el caso de un comentario en la plataforma menéame [1], que se convertía en una primera fuente -sin contrastar- en torno a los sistemas de frenado EMRTS y ASFA de Alvia (servicio ferroviario al que pertenecía el tren accidentado).
Pasados los informativos, las grandes cadenas de televisión continuaron con su programación habitual, incluida la televisión pública -más concretamente el canal 24 horas de RTVE- donde pudimos disfrutar de un debate sobre la implicación de Griñán en la trama de los EREs andaluces. Pasada una hora y media de la catástrofe, por fin centraron su programación en actualizar las informaciones del accidente. Una actualización deficiente y plagada de fallos. En primera instancia, las imágenes mostradas por el canal 24h haciendo referencia al suceso de Galicia correspondían, realmente, al accidente ferroviario que tuvo lugar en la localidad de Chinchilla el pasado año 2003 [2]. A este primer falseo informativo habría que sumarle desafortunadas erratas, como la de solicitar donantes de sangre 0 positivo -en lugar de negativo- [3], facilitar números telefónicos de asistencia erróneos y contradictorios con los que la presentadora enunciaba, etc.
Más de dos horas después del accidente, a las 23:24, RTVE conseguía conectar con su redactor en Galicia. Continuando con la precaria cobertura, al mismo tiempo que se reproducían las imágenes que les iban llegando desde la zona cero, se contemplaba cómo existían intervalos temporales de hasta uno y dos minutos entre cada información, debido a la carencia de más datos para ir actualizando las referencias. Así, los presentadores se excusaban en problemas técnicos y declaraban tener complicaciones informáticas a la hora de conectar con su corresponsal, por inviabilidad con Internet. Mientras tanto, la televisión gallega CRTVG, conectaba online y sin problemas con el lugar del accidente.
Sería la Sexta, a partir de la media noche, la que iniciaría una programación especial, que solo se vería acompañada por un adelanto informativo de unos pocos minutos en Antena 3 y un breve informe en la 1 de TVE. Sin embargo, es el funcionamiento de la televisión pública lo que necesariamente debemos fijar en el punto de mira. En efecto, al mismo tiempo que las personas trabajadoras de la sanidad, bomberos, psicólogos, etc. llevaban a cabo un ejercicio impecable de solidaridad y servicio público –que a pesar de los recortes jamás daría el sector privado- la comunicación que debía satisfacer a la ciudadanía sufría una precarización y deficiencia extremas.
Pasando a lo que hace unas líneas se ha presentado como segundo espacio de comunicación, podemos definirlo como aquel que viene determinado por aquellas informaciones que desarrollan la noticia en los diferentes géneros: reportajes (en profundidad), entrevistas a técnicos, familiares y colaboradores, crónicas en directo, etc.
Esta fase se ha caracterizado por una mejor cobertura técnica, unas informaciones más precisas -no erróneas- y un buen tratamiento de la información en profundidad (numerosas cadenas y periódicos digitales han habilitado espacios dedicados a la catástrofe). Los mensajes que han ido llegando desde los diferentes medios se repetían, adaptaban y transformaban, intentando transmitir hasta el último detalle a las audiencias. Es aquí donde se ha producido la degeneración de información-conocimiento a información-espectáculo. La frivolidad y el sensacionalismo han impregnado ciertas crónicas y noticias de medios como La Voz de Galicia, La Cope, La Ser o los informativos de RTVE, entre otros [4]. Porque un off acompañado de balbuceos o lágrimas de las afectadas es mucho más completo, ¿verdad?
Algún periodista, convertido en mercenario informativo, relata con emoción cómo “mirando por las rendijas”, según una enviada especial en Hora 14 de la SER, podía describir con precisión “la posición, orden y embalaje” de los cuerpos hallados en la masacre. Se suma a esta tendencia, la redactora nacional de ABC, Cruz Morcillo, quien encendía la mecha del juicio paralelo al maquinista del ferrocarril, publicando unas capturas de su perfil de Facebook [5] en las que se hacía referencia a la velocidad que alcanzaba el tren que solía conducir. No parece tan descabellado que un maquinista que puede -y debe- ir en muchos tramos a 200km/h lo ponga en su Facebook. No es noticia, ni significa jactarse de nada. En accidentes de esta naturaleza, se tiende a buscar culpables -cabezas de turco- en lugar de causas y responsables políticos. Se llega a acusar al conductor de sindicalista y se insinúa el error humano antes siquiera de haber abierto la caja negra con los datos y la cronología del accidente, terminado la investigación, etc. Todo ello acompañado de la tendencia alarmista lanzada inicialmente por ciertos medios que señalaba cómo las causas del descarrilamiento pudieran deberse a un posible atentado [6], después incluso de que el Ministerio de Interior lo hubiera descartado categóricamente.
Vivimos en medio de un panorama de opulencia mediática donde poco es lo que queda de ser contaminado por el influjo de los medios. La tragedia de Santiago, que merece un absoluto respeto tanto hacia las víctimas como hacia todas las personas implicadas, no ha escapado de un proceso que se podría definir con precaución como ‘manipulación mediática’; en el que por medio de la elección discriminatoria de las fuentes, el ocultamiento y sesgo de parte de la información o la explotación de, entre otras cosas, el Facebook del conductor, se fabrica un tipo de información mediatizada, comercial e incompleta que crea una determinada visión de la realidad. Es importante denunciar y desnaturalizar este fenómeno, pues la información que se convierte en mercancía, hace flaco favor a la sociedad y al periodismo.
Paula Ortega es estudiante de Periodismo y Ciencias Políticas.
David G. Marcos es estudiante de Ingeniería de Telecomunicación.
NOTAS
[1] https://pbs.twimg.com/media/BP-XBY1CUAAJVzg.png
[2] https://pbs.twimg.com/media/BP98FaeCQAMpEQt.jpg:large
[3] https://twitter.com/rtve/status/360151500233785345
[4] http://goo.gl/37zTMX
[5] http://www.abc.es/espana/20130725/abci-gozada-hacer-saltar-radar-201307251319.html
[6] https://pbs.twimg.com/media/BP-cMq7CEAEQ97e.png

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