Sociología ideológica

viernes, 14 de febrero de 2014

“El proceso constituyente como idea es el espacio donde se puede intentar pasar de la resistencia a la ofensiva”

“El proceso constituyente como idea es el espacio donde se puede intentar pasar de la resistencia a la ofensiva” .

por Entrevista a Xavier Domènech
Viernes, 14 de Febrero de 2014 12:40

Xavier Domènech, profesor de historia en la Universidad Autónoma de Barcelona y miembro del Procés Constituent nos habla sobre las propuestas del Proceso constituyente, cómo ve las alianzas con otras fuerzas de izquierdas y cómo se puede producir un proceso constituyente [TAMBÉ EN CATALÀ]
El Procés Constituent (Proceso Constituyente), a menos de un año de su presentación, ha impactado con fuerza por su gran capacidad de convocatoria y ha abierto muchos debates dentro de la izquierda catalana. Xavier Domènech, profesor de historia en la Universitat Autònoma de Barcelona y miembro del Procés Constituent nos habla, a título individual, sobre las propuestas del Proceso constituyente, cómo ve las alianzas con otras fuerzas de izquierdas y cómo se puede producir un proceso constituyente. Entrevista realizada por Joel Sans Molas.
¿Cuál es la idea básica del proyecto del Procés Constituent?
El proyecto tenía en origen dos patas. La primera, que se hizo más espectacular y mediática, es una reedición de la vieja idea en torno a la Syriza catalana, la idea de si en la situación actual hace falta un frente de izquierdas electoral. Esta era la primera pata, primera pero no principal. Y la segunda, que es la más compleja, se plantea la necesidad de apertura de un proceso constituyente, además, con una serie de puntos programáticos básicospara perfilar ideológicamente la propuesta. Esta segunda pata es la que ha tenido más fuerza posterior por una razón básica: el Procés Constituent (PC) puede terminar de una manera u otra pero la propuesta sustantiva es esta. A partir del tercer grupo promotor del PC ya se decidió que la parte del debate del frente de izquierdas se paralizaba en tanto en cuanto a dos consideraciones. La primera, que no dependía de la propia gente que pertenecía al Procés Constituent sino de los propios sujetos políticos, que son soberanos para decidir lo que crean mejor o peor. Y, además, que llegar a una mayoría electoral de izquierdas en la situación actual podría cambiar cosas pero no revertiría claramente la situación porque el problema no es sólo tener un programa de gobierno, el problema es que están fallando muchas cosas. Y por tanto, el trabajo principal del PC durante estos meses ha sido un trabajo de intentar que la idea del propio proceso constituyente se difundiera más allá de los sectores políticos más claros, en términos de tejido social. Y esto es a lo que nos hemos dedicado, a hacer presentaciones del PC, a constituir asambleas donde los debates sobre contenidos son muy fuertes. De momento ha funcionado bastante bien, son unas ciento diez asambleas por todo el territorio.
¿Puedes explicar más cómo está organizado el PC y que planteáis hacer a partir de ahora?
Básicamente, hay asambleas y hay un grupo promotor abierto. El grupo promotor original que se reunía en torno a la propuesta se ha ido sustituyendo, aunque tiene un carácter abierto y va quien quiere, por representantes de asambleas. Además hay las sectoriales y las comisiones de trabajo, que también son abiertas. En esta primera fase no se optó por ningún modelo organizativo porque aún estaba en fase de expansión. Cerramos esta fase con el acto del 13 de octubre en Barcelona y vamos a una asamblea en diciembre donde se debatirá básicamente sobre el modelo organizativo. Hay varias propuestas sobre la mesa, que también van en función de una organización más activista o de una organización más amplia. La definición que hemos hecho es de movimiento sociopolítico, porque en nuestra historia es más la que se parecía a lo que queremos hacer. En diciembre se cerrará un modelo organizativo, de representación, de toma de decisiones. Pero probablemente también será provisional e iremos a otra asamblea el próximo año, cuando todo esté más consolidado. En principio no existe la voluntad de constituir una organización política, después sabemos que todo es muy complejo y que todo puede cambiar.
Sobre esta tensión que comentabas entre el Procés Constituent como proyecto político y como idea de proceso político. ¿Cómo se combina tener un proyecto político que sabe que él solo no puede hacer un proceso constituyente, con la idea de hacer un proceso constituyente amplio y rupturista?
Estos debates, cara a cara, no los hemos afrontado. ¿Qué hay en el PC? Que es una forma de afrontar este debate. Aquí hay gente muy variada. Hay gente que entra en el PC sin una adhesión política previa clara, y esto es un grupo muy importante, con ósmosis, pero no es exactamente lo mismo, con la tradición católica. Después hay otra parte de gente que probablemente -no hemos hecho un estudio- son ex votantes del Partido Socialista, y creo que hay bastantes, porque aquí hay una terremoto político muy bestia. Y aquí está el debate. Lo que interpreto que es el debate CUP, que es la construcción de un polo anticapitalista a la izquierda de Iniciativa, y que Iniciativa se quede todo el campo hasta el espacio socialista. Creo que esto es una lectura muy mecanicista de la realidad política. Que haya votantes socialistas no quiere decir que necesites una opción moderada porque pueden haber sufrido una radicalización. Y el Procés Constituent, como síntoma, coge gente que viene del 15M, gente que viene de militancia anticapitalista, o sea una variedad muy amplia. Hay una tensión que es interna, no sólo externa. Por eso veo complejo que el PC evolucione hacia una definición política.
¿Cómo se produce un proceso constituyente? ¿Cuál es la vía, debe ser una vía electoral?
A ver, un proceso constituyente puede empezar, según un modelo revolucionario clásico del siglo XX, con el asalto al Palacio de Invierno y hacer la revolución. Puede comenzar con la construcción de contrapoderes populares que hagan algo más complejo. Yo creo que un proceso constituyente, y eso la historia lo demuestra, puede emerger de las formas más contradictorias posibles. Y si tomamos el modelo más clásico de nuestra tradición, el de la Revolución francesa, encontramos un proceso que se inicia -la otra cosa es la batalla de hegemonía cultural que hay detrás- con una convocatoria de Estados Generales. Y es la convocatoria de un organismo de Antiguo Régimen -allí no hay nada revolucionario- que lleva a hacer multitud de reuniones y asambleas en Francia, hasta llenar 60.000 cuadernos de quejas, donde se mezclan muchísimas cosas, desde un nuevo discurso sobre el ser humano y los derechos del ciudadano, con cosas materiales muy concretas. Esto va a unos Estados Generales y el Tercer Estado, que representa a 28 millones de franceses, cuando ve que no tendrá posibilidad de incidir realmente en nada proclama que ellos no son el Tercer Estado sino que son la representación de la nación, por lo tanto son la Asamblea Nacional, la Asamblea Constituyente. Yo creo que ningún revolucionario de la actualidad hubiera aceptado este recorrido, pero este recorrido clásico lleva a una ruptura brutal e inicia algo que ya no es clásico sino que es la destrucción del Antiguo Régimen. Lo digo para que no seamos demasiado esclavos de las vías revolucionarias heredadas del siglo XX.
Lo que también muestra la experiencia de la Revolución francesa es que una vez se llega a las instituciones y se intenta romper con su lógica, toda la maquinaria del Estado existente se te vuelve en contra y te empieza a reprimir… Y necesitas estar preparado a que esta reacción se puede producir, que no se está hablando.
Porque todavía no hemos llegado a esta fase… Bueno, es evidente lo que me estás diciendo. Lo que pasa es que si aún no se ha hegemonizado la idea de proceso constituyente, o sea, si cuando estaban llenando los cuadernos de queja hubieran hablado de cortar la cabeza al rey probablemente no habrían llegado ni a los Estados Generales. Y, además, porque no sabían que tenían que cortar la cabeza al rey, lo descubrieron en el proceso. Yo creo que el problema de fondo con el proceso constituyente, se evidencia con lo que estás diciendo tú ahora, pero en el fondo no es eso, porque muchas de estas críticas se han hecho desde organizaciones que están en el parlamento. El problema del PC es que como no es una tradición ideológica hay una sospecha hacia donde puede evolucionar, que no hacen la retórica complejo sobre la calle y el parlamento… una retórica compleja que es más vieja que el cagar agachado, lo de “somos el partido de lucha y del partido de las instituciones”. Pero el problema es: ¿estás dispuesto a cagarla, estás dispuesto a abrirte? Estás en una situación en la que todas las izquierdas han fracasado, por lo tanto nadie puede estar convencido de que sus principios… Aquí hay dos caminos: o generas el camino de una identidad política muy fuerte, y esperas que este ejemplo en una situación de desarticulación social lleve a que mucha gente asuma esa identidad política o intentas ver que hay un terremoto político y que se debe reconfigurar todo desde la base y esto no significa estar machacando las otras tradiciones. El PC está en el proceso de apertura absoluta, que tiene muchos problemas, pero que también explica su capacidad de convocatoria. Hay dos figuras relevantes delante, pero no es sólo eso. Es también un discurso muy fuerte en la propuesta pero muy diluido en las identidades políticas. Además, puede ocurrir que el PC se convierta en un partido político, siendo un grupo parlamentario, que se la pegue a las elecciones… Y que se acabe convirtiendo en un anexo de la CUP. Yo creo que esto sería un error, no por la relación con la CUP, sino porque para ser un anexo de la CUP no hacían falta tantas historias, y porque además hay mucha gente que se puede quedar por el camino. Puede ocurrir que acabe siendo un anexo de Iniciativa. Me gustaría ser bastante claro: no hay una planificación previa de cómo debe ser el Procés Constituent.
¿Quién crees que debería ser prioritario a nivel de buscar esta alianza, la CUP o Iniciativa?
Yo diría, no en términos de organizaciones políticas, sino de los sectores sociales que representan, en un momento en el que el socialiberalismo está en colapso, estos sectores sociales deben constituir el núcleo central de un frente político amplio. Por lo tanto, pensar que los sectores que socialmente representa Iniciativa no interesan porque estuvo en un gobierno del tripartito, o porque Iniciativa hizo nosequé me parece un error político de una ceguera acojonante. ¿Cómo se parte de esta reflexión a la traducción política? Eso no lo sé, porque es muy problemático. Ahora, esta idea de “no, nosotros ya tenemos el polo anticapitalista, hacía años que ya lo intentábamos…” Y es verdad que es un éxito brutal en términos de sistema político en la situación actual pero, ya sé que es bestia decir eso, me parece poco. Cualquier proyecto que no tenga en cuenta el conjunto del pueblo o de la izquierda puede ir, pero me parece un error.
La dificultad es cómo hacer un proyecto rupturista y que sea suficientemente amplio para lograr una mayoría parlamentaria. Cómo casan todos estos sectores sociales que dices con las realidades políticas existentes. Es decir, ICV es un partido que tiene un aparato basado en el trabajo parlamentario y que tiene una lógica no rupturista con este trabajo.
No tiene una lógica rupturista… bien, pues se les debe pedir que la tengan. De decir, tienes que estar dispuesto a aceptar que en este frente amplio haya una vertiente socialdemócrata e Iniciativa es una vertiente socialdemócrata rehecha, y tienes que hacer una lucha dentro de este campo para ver qué proyecto acaba teniendo éxito, pero debes partir de principio del conjunto. Claro, el problema aquí es la traducción del pacto electoral concreto… También veremos qué pasa con Iniciativa, con este inmovilismo parece que no pase nada pero yo creo están pasando cosas. Valoras que la reacción desde arriba es tan grande que tienes que aceptar una serie de cosas. Pero estoy hablando yo, que quede claro.
Por lo tanto tú crees que el potencial que debería aprovechar es un frente de izquierdas lo más amplio posible, un poco como la idea de la Syriza griega.
Sí, lo que pasa es que esto debe ir combinado con una idea completamente nueva, rupturista. Es decir, no se trata sólo de hacer un programa de gobierno… Porque imagínate que se hace una unidad de las izquierdas y ganan y llegan al gobierno y hay un agotamiento de las ideas. Esto ya existe. O sea el problema no es sólo del poder, es lo que haces. ¿Qué haces cuando llegas allí? Rompes con la Unión Europea, sí. Dices que no pagarás la deuda, sí. Y después, ¿qué haces? Sólo estos dos elementos llevan a la necesidad de la configuración de un nuevo tipo de sociedad. ¿Tienes alguna idea de este nuevo tipo de sociedad? No. O sea, tienes algunas ideas, lo que comentaba David Fernández de los tres tercios: una economía de presencia pública, una cooperativista y una privada. Bueno, eso son grandes principios generales. Es una izquierda que sabría lo que no quiere pero es más difícil saber lo que se quiere. Un dinámica realmente de izquierdas lleva a elementos de rupturismo y por tanto no es sólo vamos a hacer el “Frente Popular “ de los años 30, donde probablemente los modelos eran más claros que ahora. Es que ahora no hay modelo, en términos de modelo hegemónico en la izquierda.
Uno de los referentes para la idea de un proceso constituyente son los procesos de Bolivia y Venezuela, donde se han conseguido avances sociales. Pero aquí en el sur de Europa tenemos diferencias con estos países que tienen unas rentas extractivas de los hidrocarburos, que dan muchos recursos y que los pueden redistribuir sin erosionar mucho los sectores poderosos.
También tenemos referentes de procesos constituyentes propios, la Segunda República, la Revolución francesa. Otra cosa es que la idea ha tenido fuerza en unas sociedades que tienen muchas diferencias, que tienen muchos hidrocarburos, con la posibilidad de un “socialismo petrolero o del gas”, pero sí que hay similitudes con la deuda. Pero también tenemos elementos aquí que son importantes de valorar. Como he dicho, el último modelo de cambio político que tenemos había sido pensado a partir de una insurrección militar o de una huelga general y el mecanismo fueron unas elecciones municipales. De estos ejemplos se tiene que tomar el poder de un municipalismo, con un programa conjunto… todo el mundo se está fijando en el parlamento e igual no es el espacio donde realmente se puede producir la gran transformación. A mí me interesan más los ejemplos internos que los latinoamericanos para ver cómo se puede producir el cambio político aquí.
Avanzando escenarios de lo que sería posible, Teresa Forcades hablaba de que si se conseguía la mayoría parlamentaria la cuestión era disolver el parlamento y crear una asamblea ciudadana. Si se logra esa mayoría de fuerzas rupturistas, ¿qué se podría plantear? Porque las instituciones actuales están muy subordinadas al poder económico y tienen unas normas del juego que delimitan mucho el campo.
Pero es que la propia declaración de un proceso constituyente en un parlamento catalán ya es una ruptura, un choque brutal, porque no está previsto, es un acto de ilegalidad profunda. Si quieres es una propuesta muy formal hasta llegar al momento de declaración de proceso constituyente y a partir de la declaración es una propuesta absolutamente rupturista, rupturista en términos jurídico- políticos. Sí, pero ¿cuál es la pregunta?
Una vez estás allí, ¿cómo consigues avanzar con todas las constricciones que tienen las instituciones actuales?
Si esto ocurriera debería haber una forma de gobierno provisional, no es sólo disolver el parlamento, y probablemente debería haber la adopción de una serie de medidas de urgencia. Cómo haces frente al resto de fuerzas del ejército… no hemos detallado hasta este punto. Pero estamos en un escenario muy previo a todo esto. Hay un escenario de bloqueo del sistema político catalán que veremos muy pronto, hay muchos escenarios antes de llegar al proceso constituyente propiamente.
La idea de proceso constituyente está cogiendo mucha fuerza pero es una idea sobre todo en el campo político. Pero el ejemplo de la Revolución francesa muestra que después hace falta una correlación de fuerzas social. ¿Cómo relacionar el campo de la lucha política con el campo de la lucha social?
Sí, y de hecho hay el modelo clásico que dice: primero deben crecer las luchas sociales y una vez hayan crecido las luchas sociales se puede producir una acumulación política. Sucede que esto no acaba de funcionar después en la historia…
Bueno, en Grecia el crecimiento de Syriza obedece mucho a la dinámica de luchas sociales…
Sí, pero por ejemplo en el caso de Ecuador había habido una dinámica de luchas muy potentes que después… Es el debate de la creación de los partidos modernos de la izquierda: el Partido Laborista fue el resultado de crecimiento sindical, el partido Socialdemócrata Alemán no, primero fue la dinámica política y luego fue la dinámica social. El proceso constituyente emerge en un momento bajo comparativamente a como estaban las luchas sociales hace dos años. Lo que resultó de aquella explosión del 15M creo que ha ido hacia dos lados básicamente. Hacia un lado que habla mucho más de construcción de red social, de economía solidaria, de economía cooperativa, que en el fondo es decir el mundo se ha transformado radicalmente y debemos crear nuestro mundo dentro del mundo. La otra evolución ha sido decir: hace falta una respuesta política, aunque sea para probarlo. El problema es que los dos lados se plantean como unívocos y yo creo que no lo son. En toda la historia de la izquierda han existido y sin una no existe la otra.
¿Pero cómo se hace casar la lucha en el campo político y en el campo social para que la interacción sea lo más positiva posible?
Lo que pasa es que no hay una relación evidente y no se ha hecho un discurso sobre esto. El debate representamos los movimientos o los movimientos nos representan a nosotros, que fue el debate muy en el entorno de la CUP, este debate no ha estado en el PC. ¿Esto quiere decir que el PC esté absolutamente ajeno a los movimientos sociales? No. Por ejemplo tenemos mucha gente de las PAH de Girona, hay gente como Café amb Llet que hace activismo social, hay gente que provenimos de las luchas contra los recortes… La relación del propio PC debe ser una relación dialéctica, evidentemente. Ahora si se ha teorizado eso, no. No somos un marco ideológico, no somos el marxismo, por lo tanto no tenemos una teoría de cómo debe ser la revolución, ni cómo se dará la correlación de fuerzas.
¿Y tu visión personal de cómo casar estos dos campos?
La lucha social en estos momentos es, básicamente, resistencia. El caso de la PAH es diferente, pero es el único caso. Aunque hay un componente de resistencia que sí va más allá, de desafío y transformación. El proceso constituyente como idea es el espacio donde se puede intentar pasar de la resistencia a la ofensiva. Esto es la fuerza del PC, la gente puede hablar de cómo quiere que sea la sociedad y eso es lo que le da esta capacidad de atracción. ¿Qué relación hay? Estas personas estaban en las luchas, pero querían un espacio donde poder hablar de todo esto desde la pluralidad. ¿Porque sino qué espacios hay? Porque cuando se dice “no, la unidad se debe construir en la lucha”, sí, a la barricada y a la manifestación, pero esto no es una confluencia real. ¿Una confluencia real es la discusión de cómo se debe construir un aparato electoral? Tampoco es una confluencia real. La necesidad de estos procesos es debatir, de encuentro de sujetos diferentes y de confluencias reales y eso no se hace sólo estando de acuerdo en contra de los recortes.
Entrevista publicada en la revista anticapitalista La hiedra (@RevistaLaHiedra)
http://lahiedra.info/entrevista-a-xavier-domenech-el-proceso-constituyente-como-idea/

No hay comentarios:

Publicar un comentario