Sociología ideológica

martes, 4 de marzo de 2014

Andalucia Comunista ante las próximas elecciones europeas. x Andalucia Comunista.

Andalucia Comunista ante las próximas elecciones europeas. x Andalucia Comunista.  
Para los comunistas, la participación electoral no puede ser un medio en si mismo, sino un instrumento más de organización y lucha. “Pero jamás hemos dejado de ser lo que somos de verdad: esto es, andaluces, euro-africanos, euro-orientales, hombres universalistas, síntesis de armónicas de hombres”, Blas Infante

“Las clases poseedoras, la aristocracia terrateniente y la burguesía, tienen en la servidumbre al pueblo trabajador no sólo con el poderío de sus riquezas y con la simple explotación del trabajo por el capital, sino también con la fuerza del Estado, con el ejército, la burocracia y los tribunales. Renunciar a combatir a nuestros adversarios en el terreno político, sería abandonar uno de los medios más poderosos de acción y, sobre todo, de organización y propaganda”, F. Engels


Reunido el Comité Nacional de ANDALUCÍA COMUNISTA en Palma del Río, en la comarca del Valle Medio del Guadalquivir, el pasado 15 de febrero del 2014, acuerda hacer pública la presente Declaración:
Prácticamente, desde nuestro nacimiento como Partido Comunista hemos hecho mucho hincapié en hacernos con un programa político que marcará nuestra andadura organizativa. Esa línea política debía tener la virtud de conectar nuestra visión del mundo guiada por el marxismo-leninismo con la realidad del mundo que nos rodea, especialmente con la realidad nacional de Andalucía, de la clase obrera y del conjunto del pueblo trabajador andaluz. En ANDALUCÍA COMUNISTA siempre hemos tratado de poner en práctica con nuestras virtudes y con nuestros defectos aquella frase de Lenin que decía que el marxismo debía ser una guía para la acción.
Atendiendo a la necesidad de dotarnos de una línea política, lanzamos primeramente un borrador de Programa, más tarde, tras la celebración de nuestro I Congreso Nacional dimos a conocer nuestro Programa para la Liberación de Andalucía, fruto no sólo de un intenso debate interno, sino también de una interacción con nuestra realidad.
Hoy más que nunca se hace necesario para la clase obrera y el conjunto del pueblo trabajador andaluz hacerse con una alternativa política capaz de superar los graves problemas que viene padeciendo. La crisis del modo de producción capitalista se está cebando especialmente con aquellos países marginados y dependientes como lo es Andalucía. La imposición de toda una serie de roles históricamente por parte del gran capital español y más recientemente por parte del bloque imperialista europeo representado por la Unión Europea hacen que el llamado “desarrollo del subdesarrollo” en Andalucía haya aumentado. Nuestro Partido ha venido señalando continuamente que nuestros males no se deben ni a ninguna fatalidad ni a ninguna “forma de ser”, tal y como siempre ha explicado el españolismo más reaccionario. Andalucía se ha configurado históricamente como una nación oprimida, de ahí que siempre hayamos sostenido que en este contexto de crisis Andalucía no solo se encuetre ante una emergencia social, sino que esa emergencia sea también nacional.
En estos años hemos visto que la excusa de la crisis ha sido la cobertura perfecta para que el capital lanzara uno de los más brutales ataques contra el mundo del trabajo: despidos, bajadas salariales, pérdida de derechos laborales y sociales, recortes, etc. Las crisis en el capitalismo sirven para eso: para purgar el sistema y combatir la tendencia a la caída de beneficios. Por tanto la crisis no es una estafa, como algunos sostienen, sino que forma parte del funcionamiento del capitalismo como modo de producción.
Dentro de esa ofensiva del capital contra el trabajo, hemos de hacer referencia a la cuestión de la deuda y la lucha por la austeridad y contra el déficit, ya que ese brutal ataque contra la clase obrera y los pueblos al que hemos hecho referencia no se puede entender en lo concreto sin ese discurso político. Lejos de esa propaganda lanzada por los grandes medios de comunicación, el euro, como expresión de la política económica del bloque imperialista europeo hegemonizado por Alemania, ha sido el instrumento utilizado por el gran capital para imponer su programa de salvajes ajustes. La deuda y el déficit público que ha originado no ha sido provocado por el mal llamado “Estado del Bienestar”, es decir, por la sobredimensión de los servicios públicos y la atención social, sino por las ingentes cantidades de dinero transferidas desde las arcas públicas al sector privado, especialmente a los bancos.
La careta democrática del capitalismo en su fase imperialista, especialmente en el Estado español, se ha caído y la represión más brutal y descarnada se ha generalizado. Si antes esa represión solo afectaba a determinados grupos de activistas, quitando siempre la situación de excepción en Euskal Herria, hoy es el pan de cada día.
Toda esta situación de crisis ha avocado al régimen español a una crisis política en la que los pactos que se alcanzaron durante el paso del franquismo al postfranquismo entre los diferente sectores de la gran oligarquía española, las burguesías nacionalistas vasca y catalana, y la izquierda reformista (PSOE y PCE), se han resquebrajado. Desde una Monarquía que se tambalea hasta la consulta catalana, pasando por las evidentes divergencias entre los grupos dominantes sobre cómo afrontar el cese de la actividad armada de ETA, la propia crisis o la corrupción, el Estado español postfranquista hace aguas por todas partes. Por tanto, existe la posibilidad real de que el mismo régimen opere toda una serie de cambios que pueden ir desde el cambio a un modelo federal hasta la abdicación de Juan Carlos I o incluso la proclamación de una república. Por supuesto, serían cambios que, en todo caso, preservarían el poder de la gran oligarquía española bajo un nuevo pacto, como ya pasó tras la muerte de Franco.
Estos años de crisis sistémica ha evidenciado la bancarrota de la socialdemocracia, tanto la clásica, representada por por los viejos partidos socialistas y socialdeócratas, como la de raíz eurocomunista. La posibilidad de un capitalismo de “rostro humano” o de un nuevo “contrato social” con el gran capital que respete mínimamente los derechos de la clase obrera y los pueblos se desvaneció hace ya mucho tiempo, mucho antes del estallido de la presente crisis, pero se puede decir que esta crisis en concreto ha supuesto el tiro de gracia para la socialdemocracia. Mientras el eurocomunismo no deja de ser un bastón de apoyo político e ideológico para la vieja socialdemocracia. Nuestro país, Andalucía, es un buen ejemplo de todo esto que estamos diciendo, el gobierno autonómico andaluz del PSOE e Izquierda Unida se ha dedicado a aplicar punto por punto los dicatados del gran capital: recortes laborales, sociales, etc.
En toda esta confluencia de repercusiones que nacen de la crisis sistémica, surgen fenómenos políticos que intentan capitalizar el descontento social, pero para su canalización dentro de los esquemas sistémicos, nos estamos refiriendo al caso reciente de PODEMOS en el Estado español. Estos fenómenos no son nuevos, sus propuestas no son nuevas, ya fueron inventadas por la socialdemocracia y el eurocomunismo, la novedad en esta ocasión reside en la puesta en escena, siendo necesaria la participación activa de los grandes medios de comunicación. Estos fenómenos son necesarios para el gran capital para controlar y encauzar el descontento social, por eso crean confusión, falsas expectativas y desorganización. La confluencia entre PODEMOS e Izquierda Unida es más necesaria que nunca ante un PSOE desacreditado y desgastado que no levanta cabeza. El ejemplo de esa necesidad sistémica lo hemos visto ya en Grecia con Syriza o en Galiza con Alternativa Galega de Esquerda (AGE).

Teniendo presente este escenario, desde ANDALUCÍA COMUNISTA consideramos más necesario que nunca ofrecer una alternativa política que realmente nos permita avanzar hacia una salida de la crisis dentro de una perspectiva democrática, popular y socialista, entendiendo que ni el Estado de la gran oligarquía española ni la Unión Europea de los imperaislistas europeos son reformables y que por tanto debemos ir hacia una ruptura política en favor de la clase obrera y los sectores populares. Por eso consideramos básicos los siguientes puntos:

Derecho a la libre autodeterminación y soberanía nacional para Andalucía y para los pueblos oprimidos.

Salida de la Unión Europea, del euro y de la OTAN.

Desmilitarización del territorio andaluz.

No al pago de la deuda.

Nacionalización de la banca y de los sectores estratégicos de la economía.

Por otro lado, debemos atender la “mediterraneidad” de Andalucía y no solo por historia y cultura, es decir, actualmente debemos tener presente las posibilidades de alianza entre los diferentes pueblos del Mediterráneo, sean del continente europeo, africano o asiático. Especialmente, los pueblos del Mediterráneo que, teniendo o no Estado propio, pertenecen a la Unión Europea, junto con Irlanda, se han visto sometidos a un proceso de recolonoización económica dicatado por el imperialismo alemán. La crisis ha abierto las posibilidades de un gran frente de los pueblos del Mediterráneo por la democracia, la soberanía, el trabajo y la justicia social. Decimos esto en un momento en el que la Unión Europea ha forzado violentamente a Ucrania a un acuerdo que supone la imposición de una agenda económica y política acorde a los intereses imperialistas, minando las relaciones de Ucrania con países de su entorno cultural e histórico como Rusia y Bielorrusia. El fascismo reina en Ucrania gracias a la Unión Europea.
Por tanto, desde ANDALUCÍA COMUNISTA queremos hacer pública nuestra disposición a apoyar e incluso a formar parte de una candidatura electoral junto a otras organizaciones de izquierdas y soberanistas del Estado español que tengan presentes esos puntos programáticos básicos que hemos señalado. Para los comunistas, la participación electoral no puede ser un medio en si mismo, sino un instrumento más de organización y lucha popular; la participación electoral sirve si consigue hacer avanzar la lucha, en caso contrario es electorialismo puro y duro. Por otro lado, vemos necesario confrontar electoralmente opciones como las de PODEMOS e IU en su mismo terreno, haciendo ver a nuestro pueblo que existe una alternativa política acorde a sus intereses. No podemos consentir que en Andalucía el oportunismo disfrazado de izquierda, de esa falsa izquierda que recorta como la derecha, llene su saca con votos de personas honestas de izquierdas y de andaluces y andaluzas de conciencia.
Trasladamos igualmente nuestra reflexión al resto de organizaciones de la izquieirda soberanista andaluza, teniendo presente en qué coyuntura nos encontramos y la necesidad de dar una respuesta política.

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