Hugo Martínez Abarca⎮La Marea⎮26 de junio de 2014
Hace dos años y medio escribí un apunte titulado “El plan de pensiones de sus señorías”
 a raíz del plan de pensiones privado (en el BBVA) al que el Congreso de
 los Diputados contribuía como parte del salario de los diputados. 
Entonces también fueron diputados de Izquierda Unida quienes dieron un 
paso que nadie esperaba en ningún otro grupo: Alberto Garzón y Cayo 
Lara, primero, y todo el grupo inmediatamente después, renunciaron a él;
 poco después, supongo que con cierto rubor, el Congreso canceló el plan
 para todos los diputados.
Decía en aquel 
apunte que uno de los problemas de ese plan es que incentivaba a los 
legisladores en una determinada dirección: su situación 
personal mejoraría no si mejoraban las pensiones públicas sino si 
mejoraba el IBEX, si la fiscalidad de los planes de pensiones privados 
era favorable… Es decir, generaba unos intereses en los diputados que 
podían tener menos peso que sus principios pero, oye, mejor que sus 
intereses estén del lado de la mayoría popular y no del IBEX y el BBVA. 
Eso que algunos llaman antipolítica o populismo a veces no es más que intentar que no se coopte a los representantes del pueblo.
En el caso del plan de pensiones que destapó la inmensa periodista Alicia Gutiérrez en Infolibre, muchos
 eurodiputados tenían un plan de pensiones al que contribuyó el 
Parlamento Europeo en una SICAV en Luxemburgo, paraíso fiscal central de
 la UE. De nuevo IU ha sido la única en responder. No ya en responder a 
la altura, que también, sino en responder. En poco más de 24 horas de 
gran convulsión interna, el compañero Willy Meyer pidió que se le sacara
 de ese fondo y presentó su dimisión como eurodiputado y como miembro de
 la ejecutiva de IU. Algo que todo el que conozca a IU un poquito sabe 
que es poco menos (o algo más) que un terremoto y que dice mucho de la 
generosidad del paso dado por el compañero Willy Meyer. En el resto, 
nada. Ni Elena Valenciano, ni Arias Cañete ni Rosa Díez han dicho esta 
boca es mía. Ni tampoco Montoro, ministro de Hacienda del Reino de 
España que también participa en ese plan de pensiones en una SICAV en un
 paraíso fiscal tributando (por llamarlo de alguna forma) al 0.01%.
Se juntan aquí dos asuntos.
De nuevo el de los 
incentivos. Evidentemente con un plan como el explicado, un eurodiputado
 no tendría demasiado interés en castigar las SICAVs, luchar contra los 
paraísos fiscales dentro y fuera de la Unión… Eso es evidente. Por ello,
 que salgan beneficiarios del plan diciendo que todo es legal es un 
disparate: ¡claro que es legal! ¡como que quienes tenían que legislar en
 contra estaban beneficiándose!
Pero en este caso 
asalta un segundo problema gravísimo. El que podríamos llamar de 
“ejemplaridad” o más bien de imperativo categórico. Es decir, ¿qué 
pasaría si todos hiciésemos lo mismo? Si todos los ciudadanos normales 
nos juntásemos y pusiéramos lo poco que podamos y nos lo llevásemos a 
una SICAV en Luxemburgo a tributar a un 0.01%. Evidentemente el país 
caería pese a que la mayoría de los ciudadanos tenemos poquísima 
capacidad de ahorro. Pero si toda la que tuviésemos la evadiéramos del 
fisco español (cumpliendo la ley o no, a efectos fiscales da lo mismo) 
el país se hundiría. Que eso lo hagan los Botín y los Borbón saltándose
 la ley es normal: están en el otro lado, son a los que tenemos que 
combatir y para eso sirve la democracia, para que los más nos impongamos
 a los menos por poderosos que sean éstos. Que eso lo hagan los 
supuestos representantes populares hace que se sitúen en la orilla de 
los que saquean el país, es decir, de los enemigos del pueblo.
El PP ha salido diciendo que todos sabían que el plan de pensiones era una SICAV en un paraíso fiscal.
 Lo que diga el PP tiene en el terreno de la verdad un recorrido más 
bien escaso. Pero supongo que al menos compromete al PP. Pues bien, 
según el PP Montoro sabía que el plan de pensiones al que estaba 
contribuyendo era una SICAV en un paraíso fiscal. Esto es, un 
instrumento para el saqueo de las haciendas públicas de los países con 
fiscalidades más o menos decentes. Es decir, para el saqueo de la 
hacienda de la que él es ministro, por ejemplo.
Hemos asumido tales
 niveles de sinvergonzonería que nadie pedirá la dimisión de Montoro. Y 
tras él del resto de eurodiputados que ahora tengan cargos en el PP, 
PSOE o UPyD. Porque conscientemente o no (los del PP conscientemente 
según dice el PP de todos los eurodiputados) participaron en un 
instrumento para el empobrecimiento de nuestro país. Menos banderitas 
rojigualdas y más patriotismo como el que ha demostrado IU alarmándose y
 zanjando toda responsabilidad exigible.
*Hugo Martínez Abarca es autor del blog Quien Mucho Abarca
 
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