Cómo sobrevivir en Gaza a las bombas de Israel
Omar Ghraieb. Al Akhbar English
| Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández | 
Edificio destruido en uno de los bombardeos israelíes perpetrados el 19 de julio de 2014
(Foto AFP-Mohamed Hams)
Gaza.- Cada
 noche pienso que esa es la peor noche hasta que consigo llegar a la 
siguiente. Me he acostumbrado tanto a los temblores de la casa tras las 
consecutivas explosiones que ahora me siento extraño cuando todo está en
 calma. Las luces intermitentes, la tierra estremeciéndose alrededor, en
 eso se ha convertido una casa durante la actual guerra israelí contra 
Gaza. 
Cada día, los aviones israelíes bombardean otras casas 
más, alcanzan una mezquita, vuelan un coche, atacan un hospital. Nada se
 salva, ni los cementerios ni las asociaciones de minusválidos. Cada día
 muere nueva gente, gente que una vez tuvo esperanzas y sueños y que 
ahora no son sino un número en las noticias. La vida es tan vulnerable 
en Gaza en estos momentos que puede de repente convertirse en una 
estadística. Nadie saben quién, ni cuándo, pasará a convertirse en un 
número.
Cuando vives en una zona de conflicto, como Gaza, las 
experiencias te van forzando poco a poco a crear la mejor guía posible 
de lo que “debes y no debes hacer” en una zona bélica. Después de tres 
guerras en el espacio de seis años, te las arreglas para averiguar las 
mejores formas de sobrevivir con las limitadas opciones de que dispones.
Guía para una zona bélica
Prevea
 las cosas y no vacile. No espere a que suceda, salga de casa durante el
 día para abastecerse de productos básicos. Haga un plan y una lista de 
todo lo que necesita y asegúrese de calcular la distancia entre los 
lugares y el tiempo que va a necesitar para ir de uno a otro. No va a 
pasear. Asegúrese de que todos los lugares están cerca y de que es fácil
 llegar a ellos sin perder mucho tiempo. Va a necesitar bastante agua 
potable porque nadie sabe cuánto puede durar la situación.
Haga 
acopio de pan y alimentos enlatados, duran más que la comida fresca. No 
salga de casa de noche a menos que sea una emergencia. Haga una lista 
con todos los números telefónicos que pueda necesitar en momentos de 
urgencia, como los de hospitales, doctores, familiares, amigos, 
farmacias, etc.
Consiga todas las medicinas que pueda, es más 
importante que hacer acopio de comida. No sólo consiga las medicinas que
 Vd. o su familia suelen utilizar, trate de reunir medicinas de 
emergencia, como un kit de primeros auxilios, vendas, tiritas, alcohol 
para limpiezas médicas, pomadas para quemaduras, anestésicos, soluciones
 para deshidratación, analgésicos y cualquier cosa que crea que puede 
necesitar durante los días de guerra. Recuerde que durante la guerra 
puede suceder de todo, por eso es tan importante mantenerse alerta.
Tapones
 para los oídos, tapones para los oídos, tapones para los oídos. Sobre 
todo para quienes tengan problemas porque el sonido de las explosiones 
pudiera causarles infecciones, dolor y/o daños en ellos.
Utilice 
el agua y la electricidad de forma prudente, moderada y eficiente. 
Asegúrese de recargar cuando sea posible. Abastézcase de velas o 
linternas de emergencia, esté alerta y no se duerma nunca dejando alguna
 vela encendida.
Manténgase lejos de las ventanas si no quiere 
correr el riesgo de que le impacten los cristales rotos o que le corten 
la cara en pedazos. Aléjese de las puertas. La gente dice que los 
rincones son siempre el lugar más seguro de cada casa, por eso quédese 
cerca de alguno. Deje las ventanas entreabiertas porque hay más riesgo 
de que exploten si están cerradas, especialmente si el ataque se produce
 en las cercanías, la presión de la explosión hacer estallar las 
ventanas. Sin embargo, cierre siempre las puertas.
No corra a 
mirar por la ventana si oye algo y evite correr hacia algún lugar 
cercano que haya sido incendiado, alcanzado o bombardeado.
No 
refiera nunca localizaciones ni dé demasiada información sobre líneas 
terrestres, teléfonos móviles o Internet. Estará poniendo su vida en 
peligro y la vida de otra gente que nunca le dio permiso para hacerlo.
Asegúrese
 de dormir al menos de tres a cinco horas al día. Habrá noches en las 
que no podrá dormir absolutamente nada. Es verdad que la adrenalina te 
mantiene despierto y activo durante días pero cuando la tensión 
disminuye, tardará días en recuperarse, por tanto, sea prudente.
Tenga
 un extintor en su casa o edificio y asegúrese de que funciona en caso 
de incendio. Quemarse no es nada divertido. Manténgase hidratado.
Esté
 alerta. Esto podría salvarle la vida el 90% de las veces, a menos que 
esté destinado a morir en ese momento. Al mantenerse alerta puede 
anticipar el peligro y alejarse de él o escapar a toda velocidad. 
Escuche a sus tripas y esté siempre en alerta máxima. Por experiencia sé
 que de alguna forma es más beneficioso mantenerse alerta que sentirse 
seguro porque la seguridad nunca está garantizada a menos que Vd. sea 
consciente de todos los riesgos.
Finalmente, la seguridad es algo
 que no puede encontrarse en Gaza en lugar alguno, no obstante, movilice
 todos los recursos de que disponga.
Altos el fuego e invasiones terrestres
La
 cuestión de la invasión terrestre es algo sobre lo que muchos gazatíes 
nos preguntábamos cada vez que oíamos algo en las noticias. El monstruo 
que es la invasión terrestre se ha utilizado durante días como táctica 
para imponer el miedo; Israel amenaza a Gaza cada día con la invasión 
terrestre, hasta que una noche se convierte en realidad. Y realmente lo 
sentí y lo oí antes incluso de que informaran de ella.
Los 
tanques israelíes, acumulados en la línea fronteriza, empezaron a 
avanzar hacia el sur y norte de Gaza. Sobre la Franja llovían las bombas
 y los proyectiles lanzados desde los tanques, especialmente en las 
zonas anteriormente mencionadas. Fuimos atacados por tierra, aire y mar.
 Y cualquiera podía oírlo y sentirlo. Se escuchaban los sonidos de las 
consecutivas y estremecedoras explosiones, después se hizo cada vez más 
difícil adivinar de dónde procedían y dónde podrían caer. 
Desde 
que empezó la invasión terrestre, el número de muertos y heridos ha ido 
aumentando espectacularmente por minuto, lo que índica su ferocidad.
Otro
 de los temas que hemos estado ponderando gira alrededor de la cuestión 
del alto el fuego. Mis vecinos de al lado están a favor del mismo, están
 cansados y nadie puede ya asumir otra locura más. Los que están al otro
 lado se manifiestan contra él; cantan melodías acerca de lo fuerte que 
es Gaza. Por otra parte, yo me hallo en medio preguntándome cuándo veré 
aquí la playa de nuevo o siquiera si la veré.
Gaza es como un 
pueblo pequeño donde todo el mundo se conoce. Todos están relacionados 
de una forma u otra. Y quienes no se conocen en la vida real, se hacen 
amigos a través de las redes sociales, convirtiendo fundamentalmente a 
Gaza en algo más que un pueblo, en un hogar que te ayuda cuanto puede 
cuando se trata de averiguar lo que está sucediendo y de tratar de saber
 qué hacer. Pero incluso esas conexiones no cambian el hecho de que nos 
seguimos enfrentando a opciones limitadas.
Por ejemplo, hace dos 
noches, muchos de mis amigos recibieron los llamamientos de evacuación 
de Israel, todos los que viven en la misma zona que yo. Comprendimos 
rápidamente que necesitábamos formular un plan de “seguridad”; pero para
 establecer un plan necesitas conocer la situación real sobre el 
terreno. Imaginen este escenario: Nalan al-Sarraj, que vive en Tal 
al-Hawa, tuiteó que había recibido una llamada de evacuación y que se 
dirigía a casa de su amiga que no está lejos de la de ella. Aunque yo no
 recibí la llamada, seguíamos trabajando acerca de los escenarios de lo 
que deberíamos hacer. Si recibo un llamamiento a la evacuación y voy a 
refugiarme con un amigo, puede que ya se haya ido de su casa porque 
también lo ha recibido. Entonces ambos buscaremos refugio con un tercer 
amigo, y mientras estamos allí, se recibe otra llamada de evacuación. 
“¿Dónde deberíamos ir?”, me pregunto a mí mismo. Nalan y muchos otros 
siguen preguntándose lo mismo.
Hay que contar la verdad, no hay 
ningún lugar seguro en Gaza. Algunos refugiados buscaron refugio en los 
colegios de la UNRWA, pero estos ya habían sido bombardeados por Israel 
durante su “Operación Plomo Fundido”.
Al llevar bastante tiempo 
viviendo aquí, en ocasiones completamente atrapado durante días debido a
 guerras o ataques, me he dado cuenta de que me he convertido en un 
experto en sonidos. Ahora, en vez de aburrirme de ver a mi familia y a 
mis vecinos a todas horas todo el día durante días, decidí desarrollar 
esa habilidad y ya puedo diferenciar entre los diferentes proyectiles y 
los sonidos de sus impactos. 
Decir que un helicóptero Apache se 
acerca, cerniéndose ruidosamente sobre la casa, eso es algo malo, 
¿verdad? La respuesta es sí y no. Por una parte, es bueno porque 
significa que tu casa no va a ser atacada. Lamentablemente, también 
implica que otra casa sí lo será desde un lugar en el aire por encima de
 la tuya. Ocurre también que los proyectiles de los Apache son suaves en
 comparación con los proyectiles explosivos, terriblemente devastadores,
 de los F-16. 
Las explosiones tienen también sonidos diferentes.
 Un disparo de tanque, por ejemplo, nunca suena como un lanzamiento 
desde un buque de guerra. En este caso se produce una repentina e 
inmensa explosión, causada por un proyectil de F-16. Le dejará sin 
respiración, literalmente. Las explosiones de los F-16 provocan 
mini-ataques de corazón. Pero eso es sólo cuando se es afortunado. Si se
 produce en algún lugar más cercano, Vd. va probablemente a volar debido
 a esa repentina explosión. Tenemos también el sonido que se produce 
cuando escuchas realmente la caída de un misil y después una explosión, y
 esa puede ser la mejor situación para ti. Oír un misil en su caída 
significa que probablemente esta vez no va a alcanzarte a ti.
Incluso
 cuando oigo un portazo doy un salto. Los oídos me pitan constantemente 
ahora como consecuencia de la proximidad de las explosiones. El corazón 
se me para durante unos cuantos segundos cada vez que oigo una 
explosión. Llevo nueve noches sin dormir y estoy ayunando durante el 
día. Tengo la mente y el cuerpo en total excitación; rastreando las 
noticias; preparando cada segundo una evacuación a no sé dónde; 
preparándome a morir, atrapado en mi hogar. Me da miedo estar 
convirtiéndome ya en un zombi.
335 [más 500 a 21 de julio] 
palestinos han muerto ya asesinados y hay más de 2.390 heridos, según el
 ministerio de sanidad de Gaza. Israel ha perpetrado ya varias nuevas 
masacres, incluyendo las de las familias Abu Dagga y Bakr. Siete 
muertos, de los cuales cinco son niños. Cuatro niños, hermanos y primos 
de la familia Bakr, con edades comprendidas entre los 9 y 11 años, 
fueron alcanzados por el disparo de un buque de guerra en la playa de 
Gaza cuando jugaban al fútbol. Se me rompe el corazón. Mi humanidad 
pende de un hilo, especialmente después de escuchar esas noticias.
¿La gente de Gaza no merece tener derechos humanos? ¿Tampoco los niños?
 
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