Deuda, relaciones laborales y relaciones sociales de producción.
Escrito por econoNuestra
Por Roberto Laxe
Cuando
se critican las politicas de los gobiernos del PP, de la Unión Europea,
... es habitual, hacer una relación de cales son, a saber: deuda,
recortes en los servicios, rescates bancarios y privatizaciones,
reformas laborales y rebajas de salarios, o sea, empobrecimiento general
de la sociedad. Se da como un hecho conocido su relación, estableciendo
cómo prioritario la deuda, los recortes y las privatizaciones.
Esta
claro que hoy por hoy la respuesta social más contundente a las
politicas de los gobiernos vienen por el flanco de las luchas contra las
privatizaciones, la sanidad a la cabeza; es por eso que ante la
sociedad se visualice la relacion entre deuda, recortes y rescates
bancarios. Por otro lado, a lo largo de todos estos años se vendió la
imagen de que los problemas de deficit y deuda venían, también, de los
salarios y las condiciones de trabajo de los funcionarios, que sufrieron
en sus carnes los golpes de las congelaciones salariales y los
recortes. Ahora es la enseñanza, con sus huelgas contra la Ley Wert, las
que aparecen como el centro de las políticas de los gobiernos.
La
deuda y su pago, el desmantelamiento del estado del bienestar y los
rescates bancarios no solo estan íntimamente ligados, sino aparecen
nitidos delante de la sociedad -no es dificil hacer las sumas y restas-,
por eso, ésta centra sus odios en los bancos. Asi, en las encuestas los
empresarios, sobre todo los pequeños y medianos, salen bien parados, se
les ve cómo victimas igual que a la clase trabajadora, mientras que los
bancos y las grandes empresas -conocida cómo la “oligarquia
financiera”- aparecen como los ogros, lo que sin duda es sano y
progresivo, pues apuntan el corazón del sistema.
Pero,
que relación tiene esto con los salarios de los 13 millones de
asalariados y asalariadas que no son de la pública, y los 5 millones de
parados. No es la deuda pública la que provocó esta situación; no fueron
los bancos, ni los grandes empresarios los que de manera directa
destruyeron todos esos puestos de trabajo, no son ellos los únicos que
bajaron los salarios, aumentado las jornadas laborales; es más, la
última reforma laboral la hicieron a la medida no sólo de los grandes,
sino de los medianos y pequeños empresarios al modificar la relación de
fuerzas dentro de la empresa, abaratar el despido, permitir rupturas de
la negociación colectiva, etc., en el camino que todos ellos quieren: el
desregulamiento total de las relaciones laborales.
Burguesia u oligarquia financiera
No
hace falta ser un lince para enterarse de que esta diferenciación, como
la que se hace entre “economía especulativa” y “economía real” es
interesada. Proviene de sectores de la izquierda en su sentido más
amplio que buscan un recambio dentro del sistema capitalista; que
renunciaron a la revolución socialista y necesitan de una muleta
burguesa para su propuesta de cambio. Por eso teorizan que los problemas
de la sociedad estan en la economía especulativa a la que nos abocó la
oligarquia financiera, salvando de esta manera la cara de aquellos
capitalistas “productivos”, que sí quieren crear empleo y desarrollar la
sociedad, pero que “pobres ellos”, la falta de crédito bancario se lo
impide.
Lógicamente
esta diferenciación interesada parte de la caracterización que hacen de
la crisis; el problema actual no está en las estructuras de la economía
capitalistas sino en la codicia de algunos y en el neoliberalismo, que
quisieron hacerse ricos por encima de las propias leyes burguesas.
Fueron los especuladores y banqueros, los aprovechados, los corruptos,
ayudados por los políticos, los que nos trajeron hasta aqui. Los demás,
desde empresarios hasta trabajadores/as, la sociedad civil dirian
algunos, fueron sus victimas, por lo que se impone un acuerdo, una
mayoria social, entre los empresarios sanos y los trabajadores/as
(llamados “clase media”) para sacarnos del agujero. Que esta alianza de
clases se dé a nivel nacional, estatal o europeo ya depende del marco en
el que se mueva cada uno.
Desde
un punto de vista socialdemocrata y progresista esta es una perspectiva
teorica lógica, no tienen la menor intención de llevar adelante una
política anticapitalista; su objetivo no es otro que volver a los
“buenos viejos tiempos” del estado del bienestar.
Pero la crisis económica tiene otras causas y por tanto convierte este discurso en una fantasia.
La
causa central de la crisis no está en un problema subjetivo -la codicia
de unos banqueros y politicos corruptos-, esa es una de sus
manifestaciones, sino objetivo; la rentabilidad de los capitales
invertidos cae fruto de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia.
Es la burguesia en su conjunto, como detentadora de esos capitales, la
que “sufre” la crisis agudizando las contradicciones entre sus distintos
sectores.
Dice
I.I. Rubin en los Ensayos sobre la Teoria General del Valor que las
crisis son la ruptura del equilibrio entre producción y distribución. La
ruptura de esta proporcionalidad o del equilibrio fruto de la caida de
la tasa de ganancia es la que provoca la situación actual, y afecta a la
burguesia como clase; más allá de que pertenezca a la “oligarquia”
financiera, al capital industrial o al comercial. Todos ellos estan
unidos por una relación superior, las relacions sociales de prducción
capitalistas, el trabajo asalariado y la propiedad personal y gestión de
los medios de producción y distribución, de la que depende sus medios
de vid.
La reforma laboral, la deuda y el capital financiero
Es
ya casi un lugar común afirmar que la deuda pública que atenaza a
decenas de estados viene de la socialización de las pérdidas de los
bancos, que desde el 2008 hasta hoy han endosado a los estados por las
más diversas vias, rescates directos, avales, préstamos, compra de
activos tóxicos, etc., etc. Esto condujo a reformas constitucionales, a
recortes brutales en las condiciones de vida de la ciudadanía y en los
derechos de los trabajadores/as públicos, en sus salarios, etc.
La
deuda pública es la justificación que todos los gobiernos utilizan para
recortar en los servicios, para proceder a su privatización: tras la
marcha del estado entran los bancos y las aseguradoras personales. Pero
que tiene que ver esto con el desregulamento de las relaciones
laborales, la caída de los salarios de los 13 millones de trabajadores
de la empresa privada; que tiene que ver con las reformas laborales.
Como afirman desde sectores progresistas de la sociedad, la política de
recortes y austeridad es contraproducente porque desciende el poder de
compra, se reduce la demanda, se hunde el comercio y caen los ingresos
del estado, levandonos la un gusanillo hacia abajo.
Aun
siendo justa esta critica, su concepción de la crisis hace que su
denuncia al PP, Angela Merkel, la UE, la Troika - recordemos que los que
defienden estas tesis estan bien instalados en la lo izquierda, la
oficial y la alternativa, en las cupulas sindicales, en sectores de las
ONGs, etc.- se limita a que no se mantiene el poder de compra de la
clase trabajadora, y que son “suicidas”, gobernando al servicio de una
infima minoria del capital, la “oligarquia financiera”. En el fondo, su
critica sólo lleva a un capitalismo de “rostro humano”.
Como
analizamos más arriba es bastante dificil diferenciar “la oligarquia
financiera” de la burguesia como clase social propietaria y gestora de
los medios de producción y distribución; ahora veamos como se
interrelaciona la crisis entre los distintos sectores de la burguesia.
Lenin,
en el Imperialismo Fase Superior del Capitalismo, expuso que fruto del
desarrollo del capitalismo los distintos sectores del capital se funden
en uno, superior, que llamó “capital financiero”, segun lo cual los
banqueros, los industriales y los comerciantes se convierten en
propietarios directos o indirectos de grandes truts, que nosotros
llamamos multinacionales. Que sea un fenomeno especifico dentro del
capitalismo, donde confluyen diversos sectores de la economía, no
excluye el que esos sigan existiendo y cada uno sujeto a las leyes
generales del capital; pero por su interralación hace que las crisis se
contagien de una manera más rapida.
Marx
hablaba de que crisis dentro del capitalismo había de muchos tipos,
bancarias, comerciales, industriales; y el contagio, aunque existía se
producia de una manera distinta a la actual. En el siglo XIX la caida de
la tasa de ganancia afectaba al capital bancario porque los
industriales -y por derivación los comerciantes- dejaban de pagar los
préstamos o los intereses que debían. Con el capital financiero, los
bancos son accionistas de las grandes empresas industriales, y los
industriales son accionistas de los bancos; la caida de la tasa de
ganancia golpea directamente en los bancos no sólo a través del aumento
de la morosidad, me las tamen en los repartos de dividendos. Es concreto
y directo.
Para
recuperar la tasa de ganancia tiene que aumentar la tasa de explotación
de la clase trabajadora, y esto no tiene nada que ver con la deuda, que
es una manera de maquillar las cuentas de resultados, sino con las
reformas laborales que buscan el aumento de la productividad del
trabajo. Por todo ello, lo que para los socialdemocratas parece
incomprensible, porque el gobierno aparentemente mete en un callejón sin
salida a los capitalistas con su política de empobrecimiento social,
aparece nitido delante de nosotros. El gobierno actúa cómo lo que es, el
comité central de la burguesia, que más allá de los intereses
particulares de tal o cuál sector capitalista, quiere imponer las
medidas que recuperen la tasa de ganancia, única manera que tienen para
salir de la crisis.
En
esta línea apunta también el aumento de la deuda pública. Lo que el
gobierno busca con el desmantelamiento del sector publico no es reducir
la deuda, sólo pagarle los intereses a la banca y acreedores, y el
deficit, sino resolver la caida de la tasa de ganancia a través de la
ampliación de los sectores productivos. Para eso tiene que convertir los
servicios públicos no generadores de plusvalía porque no trabajan para
el mercado, en generadores de plusavlia introduciendo los criterios de
competencia y productividade, que mejore la aportación de trabajo humano
no pagado al sistema.
La deuda y las relaciones sociales de producción
En
general la deuda no atenta contra las relaciones sociales de producción
puesto que es el metodo de financiación de cualquier sistema basado en
la producción de mercancias. Crisis de deuda las hubo en el Estado
Español desde que se lanzó a la aventura americana; la expulsión de los
judios por los RR CC tiene mucho que ver con la deuda de estos, es
decir, del estado con los comerciantes judios. El drama de la deuda no
es tanto monto, sino la falta de ingresos para sostener el pago de las
cuotas.
Es
en general, porque en el caso de la actual Unión Europea esta relación
“deuda/ingresos” no es tan clara. Cuando vamos a lo concreto, a las
relacions jurídicas europeas en las que se concretan las relaciones
sociales de producción capitalistas, vemos como el Tratado de Maastricht
impone a los estados su financiación indirecta, a través de la emisión
de deuda en los mercados financieros, donde van los bancos e
inversionistas.... que compran el dinero a bajo precio al Banco Central
Europeo. Redondo el negocio.
Por
eso, cuando traemos a la actualidad la deuda soberana, pública o como
se le quiera llamar, de los estados europeos hallamos con que está
inflada artificialmente, por una decisión política que buscaba tapar los
agujeros de la caida de la tasa de ganancia del capital financiero
(dejemosnos de hacer el juego a los demagogos de la derecha, hablando de
bancos y politicos corruptos solamente).
Volvemos
a la piedra clave de todo el edificio, la tasa de ganancia y su
tendencia a la caida. La deuda analizada en lo concreto, sirve para
evitar que las relaciones sociales de producción colapsen fruto de esa
caida. No es la causa de nada, pero es una buena muleta para imponer un
empobrecimiento social que afecta fundamentalmente a la clase obrera en
el que hace el salario indirecto, es decir, servicios públicos y
sociales. La deuda se interrelaciona con las formas politicas y
juridicas que adoptan las relaciones sociales de producción,
convirtiéndola en una herramienta del capital para tapar la crisis que
le atenaza y asi evitar su colapso.
La tasa de ganancia expresión de las relaciones sociales de producción
Aparte
de su planteamiento matemático (G’=p/c+v), la caida tendencial de la
tasa de ganancia expresa la relación inversamente proporcional entre el
aumento de la productividad del trabajador/la y los beneficios
empresariales, que se ve matizada y mitigada por las fuerzas
contrarrestantes que Marx señala en El Capital, por eso es una
tendencia, no una ley absoluta. De hecho la tendencia decreciente de la
tasa de ganancia se deduce a medio y largo plazo, y principalmente, por
sus manifestaciones, desempleo masivo, deuda pública y especulación.
El
capitalista como individuo busca permanentemente revolucionar la
competitividad de su empresa frente a los demás, con el fin del aumentar
la tasa de plusvalia (el trabajo no pagado), introduciendo mejoras
técnicas que aumentan la composición orgánica del capital -el trabajo
muerto de la maquinaria, “c”- para reducir el tiempo de trabajo
necesario para la producción de la mercancia y aumentar el no pagado
(plusvalia relativa, “p”).
Pero
el capitalista individual se mueve en un colectivo, la clase burguesa, y
al hacer este movimiento lo que provoca es una tendencia a la
deflacion, es decir, a la caída del valor real de las mercancias, del
tiempo de trabajo socialmente necesario para producirlo, y con eso de la
tasa media de ganancia (G’). El sistema, para contrarrestar esta
tendencia, tiene varios mecanismos, uno, abrir el comercio, es decir
incrementar la venta de mercancias, dos, ampliar el aparato productivo,
con una aportación masiva de trabajo no pagado en sectores nuevos de la
producción, tres, aumentar la explotación de los trabajadores/as que
incremente la plusvalía absoluta generada. El cuarto mecanismo es la
destrucción masiva de fuerzas productivas, especialmente el trabajo
humano, que permita un nuevo proceso de acumulación de capital; algo así
como uno “reseteo” del sistema.
Esta
contradicción entre la necesidad del sistema de revolucionar
constantemente el aparato productivo en la busqueda de una mayor
rentabilidad y la tendencia a la caida del valor real de las mercancias,
es la que esta en el fondo de la crisis actual, incluida la de la
deuda, que se convirtió en el maquillaje para tapar esa caida.
La
relación entre deuda y tendencia decreciente de la tasa de ganancia es
la que existe entre la lucha social en defensa de los derechos de todos y
todas la unos servicios públicos y las conquistas sociales con la lucha
de la clase trabajadora por acabar con el mecanismo fundamental que
genera las crisis del capitalismo, las relaciones sociales de
producción, que imponen que el criterio de riqueza social se base en la
acumulación de capital y no en la resolución de las necesidades
sociales.
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