Sociología ideológica

sábado, 12 de julio de 2014

El primer encontronazo de la seguridad del Rey Felipe VI con la prensa, es decir, como el "populista" y "dictador", Hugo Chávez, que se danba baños de votos del Pueblo, andaba rodeaba en medio de su Pueblo, ahí se ve la verdadera naturaleza de una Jefatura de Estado heredada por divinidad, reviviendo el medievo el estamento de la nobleza. ¡Qué asco!







Nuria Tiburcio | Vanitatis | 11/07/2014
Uno de los guardaespaldas del Rey evitando las fotos (Vanitatis)
El primer encontronazo de la seguridad del Rey Felipe VI con la prensa
A las 23:50, hora exacta, Felipe VI y sus cinco amigos dejaban el restaurante entre fuertes medidas de seguridad y recorrían los más de 200 metros que lo separaban de su coche, momento en el que se pudo captar, con bastantes dificultades, las escasas instantáneas que obran en nuestro poder.
Nuevo altercado con el equipo de seguridad
Fue entonces cuando en la calle Libertad –paradójicamente– se produjo un encontronazo del cuerpo de seguridad de don Felipe con los dos miembros de la prensa que esperaban su salida. Tal y como presenció Vanitatis, el séquito de guardaespaldas intentaron impedir con formas demasiado bruscas que los medios realizaran su trabajo y fotografiasen a Su Majestad.
El Rey y su equipo de seguridad por Chueca (Vanitatis)
El Rey y su equipo de seguridad por Chueca (Vanitatis)
Manotazos, zarandeos y empujones fueron el espectáculo que vieron los curiosos que se acercaron ante la inesperada presencia del Rey por las calles de Chueca. Durante el altercado, uno de los guardaespaldas prodigó varios insultos a una periodista, a quien llamó “idiota” mientras que intentaba quitarle el móvil. Ante esta actitud, uno de los espectadores grito: “¡Vaya vergüenza de país!”, palabras que hicieron que don Felipe se volviese. Sin embargo, frente a lo que se pudiese esperar, el monarca mostró una fría impasibilidad ante tan bochornosa exhibición y continuó como si nada.
Cuando Felipe y su séquito se alejaron, varios testigos se acercaron a la periodista para saber cómo se encontraba y qué había sucedido. Cuál fue su sorpresa al oír que todo aquello se había producido por intentar tomar unas instantáneas del Rey. Algunos de ellos confesaron que su primer pensamiento ante tal escena fue que se trataba de un caso de violencia de género entre el guardaespaldas y la reportera.
Peor suerte tuvo el fotógrafo a quien inmovilizaron, retuvieron, le pidieron la documentación y le requisaron la tarjeta de memoria de su cámara fotográfica.

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