Unidad popular frente al terror. Manuel Ruiz Robles. Rebelión
Vaya por delante mi rechazo a todo tipo de violencia armada, incluida la ilegal guerra de Irak. Guerra odiosa (todas lo son) desencadenada bajo pretextos cuya falsedad quedó claramente probada.
Irak es un país de cultura ancestral, que ha
sido destrozado cruelmente por una decisión imperialista apoyada por el
gobierno del ex presidente Aznar y convertido en un foco de yihadismo
terrorista, cuyas víctimas en España representa dignamente Pilar Manjon.
Es objeto de estas breves líneas el recordar lo que todo el mundo sabe
sobre la génesis de ETA: Que fue precedida por una dictadura genocida
impuesta por un golpe militar seguido de una guerra de exterminio.
Es
obvio que una de las causas del origen de ETA fueron las secuelas del
golpe militar, parcialmente fallido, del 18 de julio de 1936 contra el
gobierno legítimo de la República. Golpe perpetrado con la complicidad
de la Alemania nazi del III Reich y de la Italia fascista de Mussolini,
que derivó en la Guerra de España. Esta fue la primera fase planificada
de la agresión nazi-fascista que prosiguió su agresión armada a los
pueblos de Europa, una vez destruida la Republica española. Tras la
derrota militar del gobierno legítimo del Frente Popular, y la feroz
represión de la guerra y la posguerra, se implantó una sanguinaria
Dictadura cuyos efectos perversos aún persisten.
Las víctimas de
la Dictadura no han conseguido ser atendidas por la justicia española
de forma efectiva, debido entre otras muchas causas a la falsa Ley de
Amnistía de 15 de octubre de 1977. En realidad una ley de punto final
consistente en la autoamnistía de los crímenes del franquismo.
Es evidente que la Dictadura propició con su terror el nacimiento de
ETA. También es evidente que impuso una Transición moldeada por las
fuerzas de la oligarquía que la sostuvieron. La forma de estado
monárquica fue legitimada por la constitución borbónica de 1978,
redactada bajo extorsión militar, decretada anteriormente por el
dictador Francisco Franco (Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado,
1947).
Muchos han sido los errores históricos de la organización
armada ETA, pero es de felicitarse que finalmente hayan decidido
abandonar las armas y sus injustificables métodos terroristas (la guerra
siempre lo es).
Consecuentemente pido a ETA, desde esta tribuna
pública, que se autodisuelva sin más dilación, que asuma su derrota
militar, que pida perdón a las víctimas por el dolor causado, que
promueva la participación activa de sus miembros en el desarrollo
pacífico del proceso democrático en curso.
Este sería -a mi
juicio- el mejor servicio que podría prestar ETA en favor del pueblo
vasco: su disolución. Pueblo vasco que sin duda habrá de formar parte de
nuestra futura patria: una Patria común que no sea impuesta por la
fuerza de las armas, del terror, sino por la fuerza de la legitimidad de
los pueblos, expresada democráticamente en un proceso constituyente en
libertad.
Pido también al Gobierno de España, desde esta tribuna
pública, que no criminalice la protesta, que no imponga leyes
liberticidas -en un intento desesperado por asfixiar la libre expresión
de la soberanía popular- pues están acrecentando irresponsablemente la
indignación de amplios sectores populares.
Indignación que ha
precipitado la “operación abdicación” (i) y la consiguiente
entronización de un nuevo Borbón en la jefatura del Estado, sin la menor
consulta popular. Indignación manifestada masivamente en las calles y
plazas. Indignación que se ha traducido en las recientes elecciones
europeas por el hundimiento de la opción dinástica (monárquica),
representada por PP y PSOE. También por la esperanzadora irrupción de
Podemos y el ascenso de los principales partidos republicanos, en
particular de IU.
Pido también a la Real
Academia Española (RAE), desde esta tribuna pública, que no contribuya a
la deriva totalitaria de este régimen oligárquico. Que los académicos
honrados no sean cómplices de la creciente prostitución de la lengua e
impidan su transformación en arma política al servicio de la casta. Que
no prospere la propuesta de enmienda de la palabra terrorismo,
por precipitada y oportunista. Enmienda cuyo fin NO es el de dar brillo y
esplendor a la bella lengua castellana, sino el de extender la
criminalización a toda forma de disidencia. Enmienda consistente en
añadir una tercera acepción cuya redacción resulta escandalosamente
ambigua. (ii)
Acepciones anteriormente existentes, a mi juicio claras y rigurosas
terrorismo
1. m. Dominación por el terror.
2. m. Sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror.
Enmienda, a mi juicio ambigua
3. m. Actuación criminal de bandas organizadas, que, reiteradamente y por lo común de modo indiscriminado, pretende crear alarma social con fines políticos.
Acepciones de las palabras crimen y banda que posibilitan la extensión indebida del vocablo terrorismo
crimen
2. m. Acción indebida o reprensible.
banda
2. f. Parcialidad o número de gente que favorece y sigue el partido de alguien.
De lo anterior se deduce lo siguiente:
Sustituyendo estas acepciones en la enmienda propuesta por la RAE se llega literalmente a la siguiente interpretación:
Actuación
indebida de gente que favorece y sigue el partido de alguien, que,
reiteradamente y por lo común de forma indiscriminada, pretende crear
alarma social con fines políticos.
¿No les sugiere nada lo anterior?
Por lo tanto pido a la Judicatura, desde esta tribuna pública, que
impartan una justicia legítima e igual para todos, y den el apoyo -que
en justicia merecen- los jueces honrados que lo están intentando.
Por último, pido a todas las fuerzas sociales de progreso que impulsen
la unidad popular frente al terror económico, policial y judicial del
régimen. Que propicien un proceso constituyente desde abajo, del pueblo y
para el pueblo, que barra de una vez por todas la pútrida hojarasca del
franquismo y su monarquía.
Referencias
(i) Urgente: el príncipe blindado
(ii) Enmienda del vocablo terrorista mediante la acepción 3
Manuel Ruiz Robles es Capitán de Navío de la Armada
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