El próximo jueves 11 de septiembre a las 19 se realizará un acto que tratará la situación ucraniana.
Contaremos con Joaquín Rodríguez del Comité Euskal Herria-Donbass y con Alberto Cruz.
Joaquín Rodríguez.
Nacido en la URSS en 1941; hijo de emigrantes políticos,comunistas
combatientes de la República. Su padre fue teniente coronel del Ejercito
Rojo,combatiente de la Gran Guerra Patria contra el nazismo alemán.
Joaquín es militante comunista, afiliado al PCPE, y doctor-ingeniero en
maquina-herramienta y procesos de corte. Desde el 1979 residente en el
Estado Español y desde 1985 en el Pais Vasco.Ha estado en varias
misiones de trabajo en Ucrania.
Alberto Cruz. Experto en Relaciones Internacionales y en cuestiones geoestratégicas.
Además, proyectaremos una entrevista a los brigadistas españoles que han ido a luchar en Donestk.
Será en la Parroquia San Carlos Borromeno (Calle Perioncely nº2 [R] Entrevías (Vallekas).
Convoca Red Roja VK.
Ucrania masca la tragedia tras el golpe
de Estado orquestado por el imperialismo de la Unión Europea.
Inmediatamente, el nuevo gobierno títere firmaba un plan de ajuste
estructural con el FMI. Para llevar adelante su golpe de Estado el
“occidente democrático” no ha dudado en apoyarse en los neonazis
ucranianos, dejando a su paso innumerables víctimas civiles. Mientras
tanto, los medios de desinformación recuperan el viejo lema “Rusia es
culpable”.
En su ciclo actual, el capitalismo,
sistema ya en franca decadencia, no tiene más remedio que combinar la
guerra social en el interior con la guerra imperialista en el exterior.
La novedad es que Rusia, por primera vez desde la caída de la URSS, ha
vuelto a marcar al fin sus líneas rojas. Por primera vez desde el final
de la “Guerra Fría”, la OTAN se ha encontrado con un actor dispuesto a
pararle los pies. La realidad es que Rusia, cercada por EE UU mediante
el escudo antimisiles y rodeada de bases militares, no es “uno de los
dos imperios en disputa colonial.” Es la víctima de una colonización que
pretende despedazarla y sitiarla desde hace un siglo.
Lo que sucede en Ucrania no es una
simple cuestión étnica o nacional. Asistimos a la rebelión de un pueblo
que, sobre todo en el sureste y cada vez más en todo el país, se niega a
reconocer a los fascistas instalados en Kiev mediante un golpe de
Estado tramado por occidente. Y de un pueblo que se niega a desaparecer
como país convirtiéndose en otra colonia del imperialismo estadounidense
y europeo alemana bajo el señuelo de la integración en la UE. Los
llaman prorrusos cuando son, simplemente, antiimperialistas y
antifascistas.
Por eso queremos honrar con este acto a
los que se baten en las calles ucranianas luchando contra el fascismo. A
todos esos héroes desconocidos que dan la vida para poner un dique de
contención frente a la barbarie de los nazis.
Ucrania masca la tragedia tras el golpe
de Estado orquestado por el imperialismo de la Unión Europea.
Inmediatamente, el nuevo gobierno títere firmaba un plan de ajuste
estructural con el FMI. Para llevar adelante su golpe de Estado el
“occidente democrático” no ha dudado en apoyarse en los neonazis
ucranianos, dejando a su paso innumerables víctimas civiles. Mientras
tanto, los medios de desinformación recuperan el viejo lema “Rusia es
culpable”.
En su ciclo actual, el capitalismo,
sistema ya en franca decadencia, no tiene más remedio que combinar la
guerra social en el interior con la guerra imperialista en el exterior.
La novedad es que Rusia, por primera vez desde la caída de la URSS, ha
vuelto a marcar al fin sus líneas rojas. Por primera vez desde el final
de la “Guerra Fría”, la OTAN se ha encontrado con un actor dispuesto a
pararle los pies. La realidad es que Rusia, cercada por EE UU mediante
el escudo antimisiles y rodeada de bases militares, no es “uno de los
dos imperios en disputa colonial.” Es la víctima de una colonización que
pretende despedazarla y sitiarla desde hace un siglo.
Lo que sucede en Ucrania no es una
simple cuestión étnica o nacional. Asistimos a la rebelión de un pueblo
que, sobre todo en el sureste y cada vez más en todo el país, se niega a
reconocer a los fascistas instalados en Kiev mediante un golpe de
Estado tramado por occidente. Y de un pueblo que se niega a desaparecer
como país convirtiéndose en otra colonia del imperialismo estadounidense
y europeo alemana bajo el señuelo de la integración en la UE. Los
llaman prorrusos cuando son, simplemente, antiimperialistas y
antifascistas.
Por eso queremos honrar con este acto a
los que se baten en las calles ucranianas luchando contra el fascismo. A
todos esos héroes desconocidos que dan la vida para poner un dique de
contención frente a la barbarie de los nazis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario