Pablo Iglesias arrolla a Pedro Sánchez en el debate
Los últimos desperdicios de la izquierda española estaban en almoneda desde que el PSOE abandonara el marxismo e IU entrara en los consejos de administración
delincuente de las cajas de ahorro sin denunciar nunca las estafas (e
ingresando al partido sueldos de 200.000 pavos anuales por cada
consejero). Los primeros por acción y los segundos por omisión
son sospechosos de connivencia. IU se parapeta en el hecho de que sus
consejeros no se enteraban de los desfalcos en Caja Madrid, por ejemplo.
No me vale. Decía Baudelaire que no hay nada peor que hacer el mal por estupidez. Pues estupidez es sentarse en el consejo de administración de una caja de ahorros y no enterarse de que están esquilmando a los ciudadanos. Se fueron al Nunca Jamás de la miseria española
22.000 millones de euros solo en Bankia. Con esa pasta haría yo reír a
unos cuantos niños. A los 2.300.000 que viven hoy en España por debajo
del umbral de la pobreza. Por poner un frívolo ejemplo.
Al PSOE y a IU no les queda más remedio que confesar sus pecados y pedir la absolución al pueblo. Y el pueblo, por razones quizá ignotas, ha convertido a Podemos en el cura absolutor. Jorge Javier y Pablo Motos están bien para promocionar el último disco de One Direction, pero no para difundir el perfil político e intelectual del nuevo secretario general del muriente PSOE.
Podemos y Pablo Iglesias –perdón por personalizar a un partido que sería idéntico con otro líder, pero tengo que meter la foto– usaron la televisión porque la televisión les aceptó como
frikis inanes, y muy inteligentemente se aprovecharon de su supuesto
frikismo. El espectador se dio cuenta enseguida de que los frikis no
eran los de Podemos, sino los presentadores y tertulianos que los
aceptaban a su lado. Ahora algún listo estratega del PSOE ha pensado que el líder del PSOE tiene que renacer como nació Podemos. En la televisión. Se les ha escapado el sutil matiz de que el PSOE tiene 135 años de historia y Podemos acaba de cumplir nueve meses. Este acercamiento estratégico de un viejo a un neonato me suena a pederastia política.
Pablo Iglesias ha retado a Pedro Sánchez a la televisión para dignificar a la televisión y al consumidor de televisión. Pedro Sánchez prefiere que se debatan sus ideas en Tele5 entre las bragas de Mariló Montero y las eyaculaciones precoces de los sementales de Gran Hermano. Por eso me da la impresión de que Pablo Iglesias ya ha ganado este debate no celebrado a Pedro Sánchez. Por goleada. Y no es cuestión de agenda, Pedro. Porque tú aun no has tenido ni tiempo de tener agenda. Una estrategia política basada en no hacer nada y esperar a lo que el tiempo dirá solo le sale bien a Mariano Rajoy. Que siempre ha sido un soso.
Parafraseando a (cómo no) Oscar Wilde: el socialismo
es un escenario, pero la obra tiene un reparto deplorable. Hasta que en
la tele y en la calle demuestres lo contrario, Hamlet, Guildenstrens,
Pedro.
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