Anguita guía a Podemos-Equo-IU: prefiere “un honrado de extrema derecha a un corrupto de hoz y martillo”. Eurodiputados Partitocracia — 28 mayo 2014
A IU le ha salido una “china” en cada zapato: una se llama Pablo Iglesias con su Podemos y la otra Julio Anguita con Frente Cívico-Somos Mayoría.
El ex-líder cordobés de IU es partidario de romper la alianza PSOE-IU
en Andalucía, denunciar e investigar la corrupción andaluza a fondo y
conformar un “frente amplio ciudadano” con todo el espectro ideológico
contra la “mafia” PP-PSOE. Es lo que sus antagonistas denigraron en la
época de Felipe González mofandose de él con el nombre
de “la pinza”. Ahora las elecciones parecen haberle darle la razón y hoy
se percibe más claramente que Anguita se adelantó a su tiempo y que sufrió el mismo acoso mediatico y político que hoy padece Pablo Iglesias.
Con la diferencia de que las redes sociales y los diarios digitales le
están echando un pulso a los viejos partidos y a la prensa de papel. Y
no van perdiendo.
Los
viejos dirigentes socialistas se aferran a su experiencia como
“trileros” y preparan un “cambio” donde a la ex-telefonista de Ferraz y
mujer de confianza de Rubalcaba, Elena Valenciano, le sustituya la “asistenta” de Manuel Chaves, Susana Díaz.
Los que la conocen dicen de ella que es una mujer dócil y obediente que
no ha trabajado nunca, que odiaría volver a las tareas del hogar y que a
los 23 años tuvo su primer cargo en el PSOE. Por eso ahora con 40 años
aspira a ser “lideresa” junto a su marido, José María Moriche,
asalariado en los falsos, corruptos e ineficaces cursos de formación de
la UGT, el sindicato que también cobró fraudulentamente en los célebres
EREs andaluces, y al que también defiende IU de Andalucía tanto como
sus pactos financieros con el banquero Emilio Botín, que han impedido la bancarrota de su Ejecutivo:
“Lo
único que sé es que hay una persona, que tiene en su compañera a otra
con responsabilidad en el Gobierno, y que trabaja en una empresa
privada. Yo también tengo a mi compañera, que hasta ahora trabajaba
especialmente en un negocio que le era propio, y el mismo derecho hay en
un lado que en el otro”, ha dicho el dirigente comunista andaluz, Diego Valderas, cuando le preguntaron por el marido de Susana Díaz y su relación con la UGT. No convenció a nadie.
Y
es que no solo en PP y PSOE se tientan la cartera. También en IU,
sabedores de que pese a su subida, Podemos le ha arrebatado todo su
potencial crecimiento. Jesus Maraña (Infolibre) así lo ha visto: “El eje discursivo de Podemos
denuncia no sólo los privilegios de las oligarquías frente a los
sacrificios de los sectores más débiles y el aumento disparatado de la
desigualdad, sino la podredumbre del sistema mismo. Dice Willy Meyer que al joven profesor Pablo Iglesias y a su Podemos
le han facilitado cinco escaños varios medios de comunicación que a él
no le han hecho ni caso. Alguna razón tiene, pero se le olvida añadir
que también el juez Elpidio Silva ha dispuesto durante los últimos meses de esos mismos focos a placer, y no se ha comido un colín este 25-M.”
“Los cinco escaños de Podemos sólo se explican sobre el voto que haya arañado al todavía mayor crecimiento potencial de Izquierda Unida y a un trasvase directo de voto socialista, irritado, indignado o hastiado por la falta de renovación y credibilidad del PSOE.
Pero también sobre otro error muy extendido: habían diagnosticado la
defunción del 15-M, y tachaban de radicales, ingenuos o soñadores a los
pocos medios que advertían que el 15-M está muy vivo: en las redes
sociales, en los barrios, en las universidades, en las mareas que
defienden los servicios públicos, en la calle al fin y al cabo. Ni
el aparato del PSOE ni el de Izquierda Unida han sabido ganarse la
credibilidad de un sector de la ciudadanía de perfil muy activo
políticamente y mayoritariamente progresista. Y claramente
harto de que se pongan por delante los intereses de los aparatos sobre
los de los ciudadanos a los que representan. Lo que sí certifican los
resultados electorales de este domingo no es una defunción, pero sí una agonía: la del llamado bipartidismo”, añade Maraña.
Y concluye: “El hundimiento del PP, la debacle del voto socialista y la irrupción de Podemos,
apoyado en una campaña a través de las redes sociales, el boca a boca y
la presencia en algunos medios digitales demuestran que lo que está en
desmantelamiento es ese oxidado sistema en el que se ha basado el
funcionamiento democrático desde 1977, confiado en una simple
alternancia que garantizaba la “estabilidad”. Lo cierto es que los guardianes de las esencias del sistema se han puesto muy nerviosos.
Y algunos prefieren los atajos, las soluciones internas, incluso las
grandes coaliciones antes que afrontar los riesgos de dar voz al
personal. Pretenden salvar sus muebles, aunque sea a costa de perder la casa”.
Algo parecido a lo que está ocurriendo en Izquierda Unida, donde al joven diputado Alberto Garzón, partidario de una alianza con Podemos, se le quieren cortar las alas desde el “aparato” del partido: nada de primarias para elegir candidatos (Cayo Lara puso incluso en la lista europea a una dirigente de CC.OO pese al “caso Bankia” que salpica al sindicato que dirige Toxo), nada de consulta a las bases para establecer alianzas y nada de cuestionar al viejo Cayo Lara, principal apoyo de los dirigentes corruptos de IU Madrid (Angel Pérez y su defensor, Eddy Sánchez, que recalificaron los terrenos de Florentino Pérez con el voto de IU) y de Andalucía (Diego Valderas presta apoyo al Gobierno del PSOE a pesar del caso del fraude de los cursos de formación y de la corrupción de los EREs) de cuyos votos depende para mantener su cargo de coordinador nacional. Porque Podemos acaba de desbancar a IU en al menos 12 ciudades, 7 comunidades (Madrid, Euskadi, Baleares, Canarias, Asturias, Cantabria y Aragón),
y puede alzarse como primer partido de la izquierda española en las
próximas municipales y autonómicas a costa del inmovilismo de la
coalición clásica de izquierdas, donde la mayor parte de sus dirigentes
son miembros de los “aparatos” sin conexión laboral o ciudadana alguna
con la sociedad civil.
El éxito de Podemos también evidencia un cambio en el referente ideológico: no es la vieja IU sino las ideas de Julio Anguita,
quien como el Cid Campeador a lomos de su caballo pero ya sin vida
política oficial con cargo público, ha alentado el discurso transversal
que ha cimbreado a la antigua coalición de izquierdas, a sus bases y
sobre todo a sus votantes: “¡votad a los decentes, aunque sean de extrema derecha!“, lleva bramando desde hace años.
Anguita, que siempre ha cuestionado el papel de UGT y CC.OO como sostén de la corrupción de los socialistas en general y de Felipe González en particular, lleva insistiendo desde 2011 en “medir
a los políticos por lo que hacen, por el ejemplo. Y aunque sea de la
extrema derecha, si es un hombre decente y los otros son unos ladrones,
¡votad al de la extrema derecha!. Eso me lo demanda mi inteligencia de
hombre de izquierdas: votad al honrado, al ladrón no lo votéis, aunque
tenga la hoz y el martillo. Eso es lo que diferencia a un pueblo
inteligente” (desde el minuto 11 de este vídeo).
Julio Anguita, hoy al mando de Frente Cívico-Somos Mayoría, ha valorado el 25-M y ha recordado que su organización ciudadana logró reunir a Podemos, Equo (Primavera Europea) e Izquierda Unida en la misma mesa: “felicito por el ascenso de Izquierda Unida de dos a seis diputados; me felicito por la irrupción de Podemos y también por los diputados de Equo (Primavera Europea)”.
Sin
embargo, ante los buenos resultados cosechados por las tres opciones de
la izquierda, les ha restado mérito ideológico y, todo lo contrario, ha
reclamado más amplitud al cambio político para que se sumen al mismo
otras formaciones diferentes de otros lados del arco parlamentario: “puede
ser que estemos ante la posibilidad de que lleguemos a un movimiento
–no me refiero a una coalición electoral sino a un frente– que defienda a los ciudadanos”.
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