(Audio) Diana Cordero: "Se puede discutir si es neofranquismo o post franquismo, pero seguro vivimos en un regimen franquista"
Escrito por
Carlos Morchio y Luis Angió
"El Estado español es profundamente antidemocrático y la prueba
está en quienes están gobernando. A lo sumo, entre el PP, es el más
recalcitrante que está en el Opus Dei y el que es menos, está esa puja
de esos dos sectores. Pero la derecha no te la quita nadie y lo del
franquismo tampoco" (Versión en texto y audio)
Argentina de nacimiento vive en Madrid
gran parte del año. Integrante de Kaos en la red, web de noticias de
contrainformación y activista de la Oficina de Vivienda de Madrid, es
periodista, investigadora, activista social de barricada en las calles y
en la red. (Versión en texto y audio)
—Entrevistas: ¿Cómo es haber empezado a trabajar en la comunicación alternativa o en la militancia periodística?
—Diana Cordero: En realidad, estudié periodismo Y
durante bastante tiempo, dentro del activismo, era más complicado lograr
insertarse. Eran momentos difíciles, hubo momentos complicados en el
país. Hace siete años me acerqué a Kaos en la red (ya tenía otra web
(insurrectasypunto.org), empecé a trabajar con ellos. En ese momento
estaba en Caracas y empecé a enviar colaboraciones y empezamos a ver
cómo armábamos algo, porque Kaos ya tenía toda una historia. Yo venía
trabajando en Venezuela con la Red de Medios Comunitarios (ReMC).
Empiezo a colaborar con Kaos y unos meses después formo parte del
colectivo. Para mí fue maravilloso.
—EV: ¿En qué año fue eso?
—DC: En 2007. Estaba en Venezuela desde 2004
trabajando en una investigación sobre derechos humanos de las mujeres,
en las condiciones en que iban a parir en la maternidad pública. Fue la
primera y prácticamente única investigación que se hizo en Caracas. Y lo
más importante, y esto hay que reconocerlo, es que quien abre esa
investigación es la propia maternidad pública. La Secretaría de Salud de
Caracas abre ese espacio para que un grupo de investigadoras veamos si
se cumplen o no las normas, los derechos humanos de las mujeres que iban
a parir. Eso hay que destacarlo, no todo el mundo te dice que
investigues, compruebes y les digas cómo mejorar. Pese a que soy una
anarquista bastante dura, tengo que reconocer que hay espacios en los
cuales el mismo Estado permitió investigar. Y pudimos actuar con
muchísima libertad, también es importante decirlo.
—DC: Ya en Kaos desde Venezuela mandabas los artículos.
—EV: Claro. Estaba en una época muy fuerte de
Venezuela, pleno chavismo duro, cuando se pierden Caracas y Miranda,
cuando empiezan determinadas crisis del chavismo. Empecé mandar las
notas, hacía las coberturas. Pero, además, algo muy importante, se le
empezó a dar espacio al trotskismo, que era una voz anticapitalista,
pero que no era oficialista. Esto, entre los lectores de Kaos, tuvo
mucha resistencia, porque había una cosa con el chavismo de "no vamos a
criticar". En la izquierda sucede demasiado el "no vamos a criticar" y
son la falta de esas voces críticas las que a veces hunden los procesos.
En el caso de Venezuela, la Venezuela de Chávez, había compañeros
trotskistas que daban una voz crítica, que cuestionaban cosas, y con
mucha razón. Había habido sicariato fuerte, habían asesinado a
luchadores. Kaos abre también al anticapitalismo, porque Kaos es eso.
Dentro de las voces anticapitalistas también tenía que entrar el
trotskismo y, desde luego, el anarquismo, solo que es un poco más
complicado. A veces tenemos unas posturas un poquito más duras respectos
de procesos de la izquierda.
—EV: En 2007, cuando se llevó a cabo el referéndum
para reformar la constitución, hubo una división dentro del movimiento
obrero trotskista, con Orlando Chirino y Stalin Borges, los dos
dirigentes más importantes.
—DC: Exactamente. No obstante, nunca dejaron de
señalar aspectos críticos, esto sí hay que reconocerlo. Yo fui
trotskista de adolescente, es algo que reconozco.
—EV: ¿A España cuándo te vas?
—DC: Ese mismo año viajo a Barcelona porque se hace
una asamblea anual de Kaos. Quería conocer más de cerca a los compañeros
y conocer cómo trabajábamos en Kaos, además, porque nos íbamos a reunir
muchas personas que estábamos diseminadas, y convergíamos en Terrassa.
Porque Kaos nace ahí, en realidad. Primero nace Radio Kaos en el año 86,
un grupo de luchadores que la llevan adelante, y luego centra en la
etapa de la Red, hace ese salto cualitativo. Y en 2001 empieza Kaos en
la red. Tenemos trece años en la red y podría decir que somos la web
anticapitalista de contrainformación más leída en el estado español.
Tenemos una media de cincuenta mil personas que entran en momentos muy
fuertes, muy duros. Llegamos a tener noventa mil personas en un día.
Kaos ha ido creciendo, no solamente hay gente dentro del Estado español,
se han ido sumando cientos de colaboradores en América Latina. Esto ha
hecho que podamos darle ese espacio —que es el espacio de la gente—,
abrimos un espacio de toda la gente, a grupos indígenas, a grupos
sindicales, pero no solo ya del Estado español, sino de todos los
lugares que se conectan, que publican, porque además tenemos una
sección, "Libre publicación", en la cual cualquier persona puede entrar y
publicar. Luego eso es analizado, visto, leído por la gente del
colectivo y lo pasamos o no, porque tampoco es cuestión de meter voces
del enemigo. En ese sentido, Kaos ha ido creciendo cada vez más.
España hoy
—EV: ¿Cómo está la situación en España hoy?
—DC: El régimen está como bastante crisis. Cuando
digo un régimen, estoy hablando de un régimen neofranquista o
posfranquista. Siempre hay una discusión, hay quienes dicen que es
franquista a secas, quienes dicen posfranquista, otros, neofranquista.
Yo le llamaría neofranquista porque tiene lo peor de la época del Franco
y lo peor del movimiento y de esta tendencia neoliberal con los avances
tecnológicos. Hay mezcla. Pero "franquista" no se lo quita nadie. Y
como tal se viven situaciones de extrema represión, de recortes, de
pocas garantías de los derechos humanos básicos. Esto es algo que se
ignora. La gente dice "España, la democracia"; democracia cero. El
Estado español es profundamente antidemocrático y la prueba está en
quienes están gobernando. A lo sumo, entre el PP, es el más
recalcitrante que está en el Opus Dei y el que es menos, está esa puja
de esos dos sectores. Pero la derecha no te la quita nadie y lo del
franquismo tampoco. Es una situación muy complicada, con una crisis
brutal a nivel económico. En Madrid tenemos tres mil personas durmiendo
en la calle esperando que pase gente de oenegés o algunos colectivos
comunitarios para poder comer ese día. Estamos hablando de situación de
extremísima gravedad en un Estado que favorece todo el tiempo a los
bancos. En 2011 y 2012 le dieron 225000000 millones de euros de ayuda a
la banca. Estas son las cosas que te hacen para dónde está encarado el
tema. Por un lado tenemos una profunda represión en las libertades
civiles, actos antidemocráticos, la policía recontrarmada —siempre hay
dinero para armar a la cana—. Pero por otro lado, entonces, tenés una
profunda represión y ajustes brutales, no les importa nada. Entonces,
los recortes en la educación, en la sanidad, los desahucios. Hubo
setenta mil desahucios, es muchísimo.
—EV: ¿A qué llaman ustedes desahucio?
—DC: Va más allá de aquella persona que se
comprometió a pagar una hipotética, no la puede pagar, y la echan a la
calle. El desahucio es cuando echan a la calle a la gente, cuando se
quedan sin la casa, cuando los bancos, los grandes baluartes de la
burbuja hipotecaria, se quedan con todo. No solo se quedan con los
225000000 millones de euros, sino que además se quedan con las casas de
las personas que no pueden pagar. El lote de viviendas públicas, encima,
las están rematando, las autoridades las venden a fondos buitres. Hay
185 desahucios por día en el Estado español. Por eso es por lo que se
está luchando.
—EV: Esas viviendas que quedan desocupadas, ¿vuelven a ser ocupadas por otras personas, les consiguen préstamos?
—DC: Por un lado, tenemos millones de viviendas
deshabitadas en el Estado español porque no hay guita para comprarlas.
Por ejemplo, el BBVA desaloja a una familia, se queda con la casa, la
familia igual queda debiendo.
—EV: Con la venta de la propiedad no pueden pagar la deuda.
—DC: No, eso hay que lucharlo, casi no lo dan.
Entonces, la familia queda con la deuda, pero el banco se queda con la
casa; se quedan en la calle y endeudados.
—EV: En Argentina, en una ejecución hipotecaria, el banco se queda con la casa, pero no pagás más.
—DC: Por eso te digo, hay situaciones aberrantes de
vulneración básica de derechos humanos. El banco se queda con la casa,
la vende o la alquila, si puede, pero es del banco. Y a esto le sumamos
el tema de la pobreza energética. Porque no es solo que te quitan la
casa, sino que a la gente que sí puede tener su casa le cortan la luz.
1200000 cortes de suministro de electricidad por falta de pago en 2013.
Son cifras que parecen frías, pero que nos ayudan a dimensionar este
espanto que se vive allá: sin vivienda, sin comida, te cortan la luz, te
cortan el agua. El sistema sumamente opresivo te deja pocas salidas y
si querés protestar, te cagan a palos.
—EV: La desocupación ha crecido.
—DC: La desocupación siempre está arriba del 26%, en
algunas comunidades para el 30%. Se habla de la juventud desocupada, ahí
pasa el 40, 45%. Se vive en una situación realmente dramática, con
funcionarios, gobernantes absolutamente insensibles que les da lo mismo.
Mueren trece pacientes por hepatitis C en España al día. Pero dicen que
nos les pueden dar el fármaco —se está protestando por eso, hay
repudio, presentaciones judiciales— porque es muy caro, que solamente se
lo va a dar a menos del 1%. Se condena a la gente a morir mientras se
les da 225000000 millones de euros a los bancos.
—EV: A morir por algo que tiene cura. Es gravísimo.
—DC: Absolutamente, te salvan con ese fármaco. Es una condena a muerte, ejecutan a la gente.
—EV: Hace poco hablamos con gente de España sobre
Teresa Romero, la enfermera contagiada de ébola, y nos decían que había
sido, fundamentalmente, por falta de recursos, de materiales de
protección para poder atenderlo, y de falta de prevención en un hospital
público.
—DC: Enseguida llevaron misioneros —no sea cosa que
la Iglesia se les tirara encima— a un hospital que no estaba preparado,
estaba desmantelado. Durante una noche lo decidieron y les dieron una
charla de cuarenta y cinco minutos en general —hay gente que dice que
fue de quince—, pero, además, la protección que les brindaron era
absolutamente un desastre. Denunciamos una por una las situaciones de
irregularidad. Pero no solamente Kaos en la red, se tuvo que sumar la
prensa porque era vergonzoso. Y luego, apenas la enfermera se contagia,
empezaron a criminalizarla, y fue tal el repudio generalizado que la
ministra de Salud Ana Mato tambaleó —hace unos días renunció por un caso
de corrupción de la trama Gürtel; no está imputada, pero el juez dijo
que lucró—. Zafó, la tipa ni sabía hablar, no tomó las medidas, y tuvo
que tomar el mando la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, formar
un comité de crisis. Fue una cosa muy grave, no solo no se preparó a la
gente, se expuso a la población, sino la criminalización frente a una
trabajadora de la salud a la cual no se le dio los recursos y se
infectó.
—EV: El PP y el PSOE son grandes opositores, siempre enfrentándose, pero en algún momento convergen.
—DC: En las manifestaciones gritamos: "PSOE y PP la
misma mierda es". Esto parece duro, pero es así. Es decir, entre ellos
se pelean de la boca para afuera, la idea es la misma. La diferencia es
que el PSOE tiene algunos detallitos cosméticos, como el tema del aborto
y matrimonio igualitario que hacen que no sea el Opus Dei. Pero eso no
te garantiza absolutamente nada, porque los recorte y las peores leyes
siempre se hicieron en los gobiernos donde estaban los "socialistas". No
hay oposición. El artículo 135 de la Constitución se modificó. Vos
garantizás que no se exceda el déficit y responder al poder económico, y
estaban todos de acuerdo. La reformó el PP. Ahora, el candidato del
PSOE dice que lo primero que va a hacer es derogar ese artículo porque
le parece que no tiene que ser. Pero lo hicieron los dos. Lo que quiero
explicar es que es lo mismo; el compromiso con el neoliberalismo lo
tiene tanto el PSOE con el PP, con diferentes fachadas cosméticas. Al
enemigo ni agua, son el enemigo.
—EV: ¿La base social del PSOE ha cambiado o virado a algún otro lugar, quizá con Izquierda Unida?
—DC: Con IU no lo veo tanto, inclusive ha bajado un
poco. Pero aparece el nuevo protagonista, Podemos. Si en este momento IU
y Podemos se unieran, se quedaría el PSOE sin su bastión, Madrid,
ganarían si hubiera elecciones ahora. Pero la proyección es a nivel
nacional, están por encima del bipartidismo. Ha sido una explosión la
formación de Pablo Iglesias.
¿Puede PODEMOS cambiar a España?
—EV: ¿Podemos se crea en las asambleas?
—DC: El 15-M fue un movimiento que marcó un antes y
un después en la política en España. Lo empezó la gente joven y sin
futuro, fue una pequeña marchita. El 15 de mayo de repente explotan las
calles, no se podía parar el fervor de ese 15-M, que después de décadas
salía y le daba un poco de vida a la sociedad, daba un rayo de
esperanza. Y, efectivamente, fue así. Fue como un 2001 argentino, salvo
que tuvo continuidad, pero no la continuidad de Podemos. Algo que tuvo
muy claro siempre el 15-M es el no a los partidos.
—EV: Podemos no es una continuidad del 15-M.
—DC: No. Si gente de Podemos ha estado en el 15-M y
hoy adhiere a los partidos, perfecto, pero Podemos no es el 15-M porque
es un estado asambleario, sin partidos. Luego, después de esa ebullición
tan fuerte, se movió hacia los barrios. Mucha de la gente de estos
desahucios es del 15-M. Ahí sí podemos decir que los movimientos
sociales sí tienen que ver con ese 15-M. Ahora, que los partidos
políticos tomen cosas del 15-M es una cuestión particular.
—EV: En Argentina le han dado bastante difusión a Podemos, lo presentan como algo revolucionario. ¿Es tan así?
—DC: El tema es cómo comparamos. Si vos ponés al Opus
Dei al lado de Podemos, claro que es revolucionario. Pablo Iglesias
está planteando una serie de propuestas que son progresistas, son de la
izquierda progresista. Por otro lado, el otro día se mandó un gran
elogio al papa. Creo que como todo partido de izquierda tiene que
empezar a desradicalizar el discurso, yo lo entiendo de esa manera. Una
compañera decía que no es tan malo porque la revolución no va a ser
mañana, pero mientras tanto, aunque liguemos una socialdemocracia, ya
respiramos un poquito. Son criterios.
—EV: Ellos no se reivindican anticapitalistas.
—DC: Bueno, sí, son de izquierda.
—EV: ¿Hablan de socialismo?
—DC: Sí, hablan de medidas de izquierda. Yo creo que
fue cambiando un poco el discurso, y tenemos que estar alerta. Hay gente
que dice que es altamente beneficioso, yo creo que etapas
socialdemócratas pueden llevar a grandes situaciones de avances de la
derecha. Confunden un poco, desmovilizan, cooptan movimientos. Hay que
ir con mucha cautela y ver. Creo que pueden tener muy buenas
intenciones, algunas propuestas pueden ser interesantes, pero partiendo
de la base que yo no creo en los partidos, dando una opinión desde
afuera. Ojo con desradicalizar el discurso, porque llega un momento en
que vas a captar gente, pero como decía un compañero, ojo que si te
quedás sin esa gente más radical, pierde sustancia la formación. No
obstante, vamos a estar muy felices el día que el bipartidismo caiga.
Unos minutos de felicidad siempre se tienen cuando ves derrotado al
bipartidismo.
—EV: Sería un pequeño avance...
—DC: No sé. Diría que es un momento de felicidad visceral.
—EV: Sería un cambio, una transición, la masa tiene que tener sus experiencias.
—DC: La gente tendrá que ver cómo va siendo todo.
—EV: ¿Cómo se ve el régimen bipartidista desde el punto de vista de las instituciones, de las leyes?
—DC: Tiene algunos intentos que le salen mal y
algunos, bien. Por suerte, uno de los que les salió mal es la reforma
que le iban a hacer a la Ley de Aborto con la penalización que le iban a
dar al aborto. Una cosa de terror.
—EV: Digamos que en España existe una ley de aborto.
—DC: Claro. Pero iban a ir muy para atrás. Hasta se
discutía sin en caso de salud, de discapacidad. Por suerte, el
movimiento feminista se puso a la cabeza de las movilizaciones, hubo
mucha movida en las calles y además el partido gobernante, que se
manejaba mucho con las encuestas, vio en ellas que no iba ni para atrás
ni para adelante. Entonces, fueron con calma y empezó una puja interna
del PP, la pierde el ministro de Justicia Alberto Ruiz-Gallardón y
renuncia muy presionado por la ultraderecha y por el Opus Dei. Ese fue
un día de alegría. Por suerte, en ese caso, hubo una situación en la
cual la movilización, la gente de a pie, que aunque no era activista,
decía que no quería ese retroceso. Y demás está decir los avisos de la
Unión Europea, que está dando para todo —con su doble cara, no pensemos
que es ningún adalid de la democracia—. Pero fíjense cómo debe estar
España en retroceso en una cuestión tan franquista que hasta la Unión
Europea la amonesta por los desalojos, por el aborto y ahora suponemos
que otras leyes también van a ser por lo menos observadas.
La situación de los medios de comunicación
-DC: La Ley de Propiedad Intelectual,
lamentablemente, aprobada, es una cosa aberrante. Pone un copyright a
todo. Es decir, si yo quiero escribo algo y quiero, como siempre hago,
que haya un copyleft o con licencia Creative Commons, no me deja el
Estado. El Estado habla de la irrenunciabilidad de la propiedad
intelectual, ¿qué quiere decir? Yo escribo algo y vos lo querés publicar
en tu web, por ejemplo, no se puede. O sí podés, pero vas a tener que
pagarle a una empresa, una cogestora llamada Cedro, que pone el Estado.
—EV: ¿Es una empresa privada?
—DC: Es una empresa de gestión. Si mi artículo cuesta
cien euros, le vas a pagar esa cantidad y Cedro me va a dar treinta
centavos y se va a quedar con el resto. Pero no importa. El tema es que
vos, aunque seas una web de una organización no gubernamental, no podés,
va a ser penalizados. Como también si hacés una excelente entrevista y
yo voy a querer publicar la entrevista en la web, no voy a poder porque
las multas son hasta de 600000 euros, porque en la sección segunda dice
que yo no puedo copiar y pegar trechos significativos de contenidos en
mi web. Se viene una andanada atroz que va hasta el cierre de las webs o
hasta el del servidor.
—EV: ¿Desde las radios se va a poder levantar una nota o también hay que pagar?
—DC: Hasta ahora se habló sobre los videos —si meto
un video también lo toma—, pero no se habló de los audios. Gráfica y
video aparece claramente, sobre todo la gráfica.
—EV: Vos no podés renunciar a la propiedad intelectual, no te permiten ceder los derechos.
—DC: No. Y esto va a ser anticonstitucional. Porque
me dicen que soy propietaria de mi obra, pero no me pueden imponer una
propiedad.
—EV: ¿Y con los diarios?
—DC: Ellos le pagan a la agencia o se manejan con sus
propios periodistas, los que les pagan. Pero sí, por ejemplo, Google
News se va a tener que ir de España porque no va a estar permitido meter
los enlaces. Esto también se extiende, y es muy fuerte decirlo, a los
claustros universitarios, a la parte académica: no podés publicar y
citar trechos significativos de obras en las investigaciones. Esto
retrocede hasta antes del franquismo, pareciera que no existió nunca
internet. También se paga por el préstamo de los libros. Es decir, una
biblioteca pública de un ayuntamiento o de un pueblo tiene que pagarle a
Cedro por cada libro que presta una cuantía. Esto favorece a los
grandes diarios, porque van a desaparecer los diarios más pequeños, los
que no pueden tener un editor y un periodista para cada cosa; si no
aparece en Google News, no aparece en internet, moriste. La gente en
internet va a ir a los diarios más conocidos, no se va a meter en el
buscador porque está prohibido. Esto hace que los grandes medios se
queden con toda la torta. Creemos que esto es una gran ayuda por el PP, o
por el PSOE en el futuro, para frenar un poco cualquier cuestión
crítica y para avalar las acciones del Gobierno.
—EV: ¿Esto también lo votó el PSOE?
—DC: Sí, con la oposición de todos los otros
partidos. Esta ley está aprobada, empieza a regir el 1 de enero de 2015.
Esto también pone en jaque la supervivencia de webs como Kaos en la
red. Pensamos que puede haber una demanda que se haga. Con
Ruiz-Gallardón cualquier cosa que quieras demandar tenés que pagar. No
podés litigar sin pagar tasas, para todo tenés que pagar cifras
siderales. Hay que plantear la inconstitucionalidad porque está
vulnerando el artículo 20 del derecho a la información.
Un estado mordaza.
-DC: Se está por aprobar la ley mordaza, la ley de
Seguridad Ciudadana. ¿La seguridad de quién? De la policía y de los
organismos de represión, porque le da más poder a la policía y hay menos
derechos humanos. Hace mucho que se vienen haciendo manifestaciones,
comunicados de repudios, no solo Amnistía Internacional, sino en
colectivo No somos delito, que ha hecho unos trabajos impresionantes
sobre el tema, y ha avanzado la gente de Legal Sol, del 15-M. Es una ley
de temer y de las que cualquier gobierno democrático debería derogar.
Hay artículos que son de terror, sanciona todo. Si vos querés hacer una
manifestación espontánea, sin notificar, es una falta grave; si querés
filmar o sacarle a un policía en una manifestación, falta recontragrave;
si vas frenar un desahucio, si vas a protestar con un cartel que diga
"Stop desahucios" también es una falta grave. Cualquier cosa es falta
grave. Es una ley que está hecha para evitar acciones como las que hace
Greenpeace, porque colgar una pancarta cerca de una usina nuclear
también va ser una falta grave. Y cuando digo "grave" es que las multas
llegan a 600000 euros; 30000 euros por manifestarte o por grabar a un
policía. ¿Por qué decimos que esto es muy serio? Porque tampoco podés
ocupar un centro de salud cuando protestás por los recortes, también eso
es una falta. Entonces, si te van a penalizar por faltas por miles de
euros, se hace para frenar la protesta popular. El caso de las
fotografías y videos a los policías es por una cuestión muy clara.
Tenemos cantidad de juicios que les hacen a compañeros que están en
manifestaciones —la policía les rompe las cabezas a palos y los insulta—
porque los han acusado los mismos policías. Y los liberan por falta de
mérito o los absuelven gracias a los videos y fotos, en los que se
demuestran no solamente que esa persona no agredió ni insultó a un
policía, sino que fue al revés y que, desde luego, pocas veces podés
hacer nada contra esos policías. Por eso te digo que quieren dejar sin
armas, sin herramientas. ¿Cuáles son nuestras armas? La protesta, la
manifestación, la libertad de expresión y el tener nuestros medios. Esto
se está por aprobar y, obviamente, no le han dado bola a ninguna de las
enmiendas ni a la oposición de los otros grupos parlamentarios, y va a
pasar de nuevo, como pasa todo, porque la gente votó al PP y le dio
mayoría absoluta. Entonces, todas las leyes pasan como por un tubo. Se
supone que el 11 de diciembre, como mucho, va a estar aprobada. Tenemos
la esperanza de que después la Unión Europea les haga observaciones, se
recurra. Pero estamos en una situación sumamente crítica. También hay
otras leyes peores, pero quise hablar de esto porque es preocupante y
sobre todo porque hay que desmitificar el tema de que el Estado español
es Europa y que, entonces, hay democracia. Pues no hay democracia ni en
Europa ni, mucho menos, en el Estado español. Esa imagen que teníamos en
la época de la Dictadura acá cuando veíamos a Europa como garantista de
derechos humanos, y que, efectivamente, frente a lo que era la
Dictadura, veíamos que un respiro, hoy en día es la Europa del capital y
para poder imponer, se impone a sangre y fuego. Es decir, la Unión
Europea es un espacio de represión y un espacio de sojuzga las mentes,
los cuerpos y los derechos humanos.
La situación el el país vasco.
—EV: Hay otro hecho puntual en España que acá no se
conoce mucho: la situación del País Vasco, donde hay represión y hay
presos, son considerados presos políticos.
—DC: El tema de Euskal Herria, del País Vasco, es
algo grave desde hace décadas. Esto no es una cosa del PP; ha sido con
el PSOE, con el PP o con quien sea. La represión no solamente cuando
hubo organizaciones armadas, sino la represión popular en Euskal Herria,
ha sido siempre tremenda. Siempre hemos considerado a Euskal Herria
como que era un laboratorio de cómo imponer las peores leyes y las
peores acciones represivas, cómo se ensañó para luego ir trasladándolo a
otros lugares del Estado español. Y, efectivamente, la cantidad de
gente represaliada, la cantidad de medios cerrados, la tortura
sistemática que nunca ha sido juzgada, los presos vascos son sí o sí
torturados. Esto es silenciado. O "todo es ETA". Porque si vos decís que
estás a favor de los derechos humanos de los presos de Euskal Herria,
sos ETA. Esto siempre ha pasado así. Independientemente de la postura
personal que puedo tener sobre la organización armada, el tema de "vamos
a criminalizar cualquier acción independentista, cualquier acción de
repudio a leyes represivas, cualquier acción de reivindicación dentro de
Euskal Herria" ha sido una constante. No fue solo en el franquismo,
sigue. Tenemos jueces como Baltasar Garzón, por ejemplo, que se ha
cagado olímpicamente en estos reclamos y sin embargo es considerado como
el adalid de democracia cuando esto en realidad no es así. En Euskal
Herria los derechos humanos no se respetan, y en otros lugares del
Estado español, como por ejemplo, Cataluña, que también tiene una fuerte
represión, nunca, jamás se va a comprar con lo que sucede en Euskal
Herria. Son dos cuestiones diferentes. Si bien hablamos de dos
territorios que luchan por su independencia, pero el nivel de represión
no tiene nada que ver uno con otro.
—EV: ¿Esos presos vascos están en otras cárceles fuera del País Vasco y se está pidiendo que puedan estar en su territorio?
—DC: Dentro de las cuestiones vergonzosas y reñidas
con las garantías de los derechos humanos, es lo que se llama
dispersión. Los presos de Euskal Herria están repartidos, son
expulsados, los han alejado de su lugar, por lo cual, para que sean
visitados por sus familiares, tienen que desplazarse cientos de
kilómetros para poder visitarlos. Es un desarraigo brutal. Y además el
costo: a veces tienen padres o abuelos, personas de mucha edad, no
tienen dinero para ir en avión, tienen que tomarse un autobús para
llegar. Y las condiciones son denigrantes, como debe pasar acá también
cuando van los familiares. Los derechos humanos se vulneran en todos
lados y más en cualquier cárcel.
(#) programa que se emite en www.elaprendizmedios.com.ar del Centro de Formación profesional N° 24 (CFP 24) del barrio de Flores, de la Ciudad de Buenos Aires.
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