Los meteorólogos de la TV deberían decirlo fuerte y claro: el cambio climático ya llegó
Manifestación contra el cambio climático en EEUU.
Amy Goodman⎮La Marea⎮28 de febrero de 2015
El presidente Barack Obama emitió su
tercer veto en los más de seis años que lleva de mandato, en rechazo del
Proyecto de Ley S.1 (Proyecto de Ley del Senado Número Uno), la “Ley de
aprobación del oleoducto Keystone XL”. Este fue el primer proyecto de
ley aprobado por el nuevo Congreso con mayoría republicana en lo que va
del año, en un intento por forzar la construcción de un oleoducto
diseñado para trasladar arenas alquitranadas de Canadá a puertos
estadounidenses en Texas para su exportación. Hace ya varios años que
una amplia coalición internacional lucha contra el proyecto. El
científico climático James Hansen, ex director del Instituto Goddard de
Estudios Espaciales de laNASA, escribió en The New York Times que si se construye el oleoducto, el clima tal como lo conocemos “será historia”.
Esta votación y este veto suceden al
tiempo que gran parte de Estados Unidos se ve azotada por temperaturas
extremadamente frías, con ciudades como Boston sacudidas por nevadas sin
precedentes y estados sureños como Georgia experimentando la caída de
nieve. Mientras tanto, la mayor parte de California se prepara para una
sequía aún más fuerte. Los informativos de los canales de televisión
corporativos invierten cada vez más tiempo en la cobertura del cada vez
más caótico, costoso y, en ocasiones, letal clima. Pero fallan
consistentemente en hacer la conexión entre las condiciones climáticas
extremas y el cambio climático.
Los canales vuelcan millones de dólares
en llamativos “Centros de monitoreo del clima” televisivos. Estos sets,
con sus elegantes presentadores, están siendo convertidos en “Centros de
monitoreo de fenómenos climáticos extremos”. Así como destacan de
manera sensacionalista la expresión “condiciones climáticas extremas”,
¿por qué no destacan también los conceptos de “cambio climático” o
“calentamiento global”? ¿Por qué no explican cómo el calentamiento
global puede conducir a nevadas más fuertes o a temperaturas más bajas?
La población depende sobre todo de la televisión para informarse,
incluso en esta era de Internet. ¿De qué manera se pueden relacionar la
sequía en California y el congelamiento de las Cataratas del Niágara,
estando a miles de kilómetros de distancia? La gente no es tonta. La
avalancha diaria de informes climáticos sensacionalistas debe incluir
explicaciones de los cambios más profundos que ocurren en todo el
planeta.
Basta con ver la publicidad que acompaña
los informativos. A menudo vemos publicidades con gran producción, muy
atrayentes, que describen lo limpia y maravillosa que es la industria de
los combustibles fósiles. Pero ¿es así realmente? Veamos lo que pasó
este mes mientras más de cien ciudades estadounidenses registraron
temperaturas bajas récord: una explosión de una refinería de ExxonMobil
al sur de Los Angeles sacudió los alrededores con el equivalente de un
terremoto de magnitud 1,4. En Virginia Occidental, la “bomba” de un tren
que transportaba petróleo se descarriló y explotó, encendiendo el cielo
nocturno con enormes llamaradas y forzando la evacuación de dos
ciudades. Dos días antes, otro tren se había descarrilado en Ontario,
Canadá, y el incendio de sus vagones duró varios días.
Además de estas explosiones están las
filtraciones, los derrames, la contaminación con aire tóxico que causa
epidemias de asma en las comunidades afectadas. Y todas estas
consecuencias de la industria de los combustibles fósiles son pequeñas
cuando se las compara con la destrucción constante causada por el cambio
climático, que sigue empeorando y podría llegar a ser irreversible.
El debate sobre el cambio climático ha terminado. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU,
ganador del premio Nobel, publicó un informe redactado por 800
científicos de 80 países, que resume los hallazgos de más de 30.000
ponencias científicas arbitradas y concluye:
“La influencia humana en el sistema
climático es clara: cuanto más perturbemos nuestro clima, más nos
arriesgamos a impactos graves, generalizados e irreversibles. Y tenemos
los medios para limitar el cambio climático y construir un futuro más
próspero y sustentable”. Comparemos esto con el puñado de científicos
que niegan la realidad del cambio climático. Uno de sus paladines,
Wei-Hock “Willie” Soon, del Centro de Investigaciones Astrofísicas
Harvard-Smithsonian, recibió 1.200.000 dólares de la industria de
combustibles fósiles, entre ellos del barón del petróleo Charles Koch,
según una investigación realizada por Greenpeace y el Centro de
Investigaciones Climáticas. El Dr. Soon no mencionó estas contribuciones
y actualmente está siendo investigado por el Instituto Smithsoniano por
posibles violaciones éticas.
Entre los que consideran que la ciencia
es clara y que el debate está resuelto está nada menos que el Pentágono.
Durante el gobierno de Obama, así como durante el del presidente
anterior, George W. Bush, el Departamento de Defensa calificó al cambio
climático como una importante amenaza a la seguridad nacional. Del mismo
modo, las grandes compañías aseguradoras llevan cuidadosamente la
cuenta de los desastres climáticos multimillonarios que suceden cada
año, ya que estas catástrofes afectan su balance final.
Justo cuando la población necesita más
información sobre estos temas, algunas de las mayores organizaciones de
noticias están reduciendo el personal asignado a la cobertura del clima.
El pasado mes de octubre, la NPR, la cadena
de radios públicas de Estados Unidos, redujo su personal a cargo de la
cobertura del ambiente y el cambio climático de cuatro personas a
solamente una, que ahora trabaja a medio tiempo. En 2013, The New York
Times desarticuló su equipo especializado en temas ambientales, que
estaba integrado por nueve personas.
No hay eventos meteorológicos que sean
por sí solos prueba del cambio climático, pero las tendencias son
claras. Los meteorólogos, particularmente los de los noticieros
televisivos, tienen el deber de declarar los hechos tal como son: el
cambio climático es real; es una amenaza planetaria y se pueden hacer
muchas cosas al respecto.
© 2015 Amy Goodman
Traducción al español del texto en inglés: Inés Coira. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
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