A propósito de la Navidad: ¿Dónde nació Jesús? Por Iroel Sánchez
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El Papa Francisco ha llamado en su homilía navideña este 24 de diciembre a un comportamiento sobrio.
“En una 
sociedad frecuentemente ebria de consumo y de placeres, de abundancia y 
de lujo, de apariencia y de narcisismo, Dios nos llama a tener un 
comportamiento sobrio, es decir, sencillo, equilibrado, lineal, capaz de
 entender y vivir lo que es importante”, afirmó el obispo de Roma y 
recordó el origen humilde de Jesús, quien “nace en la pobreza del mundo,
 porque no hay un puesto en la posada para él y su familia.”
En Cuba, el Cardenal Jaime Ortega, en un mensaje navideño transmitido por la televisión, ha declarado que
“La
 Navidad no es una fiesta de fin de año, es en sí misma una celebración 
de un peso grande histórico, espiritual, cultural que tiene su propio 
sentido, su propio valor”
Es que el 
festín consumista en que el capitalismo occidental ha convertido la 
navidad tiene cada vez menos de sobriedad, espiritualidad y humildad y 
ha llevado a escritores como Gabriel García Márquez a decir que “ya 
nadie se acuerda de Dios en Navidad”. Escribía el Premio Nobel de 
literatura en un artículo titulado “Estas navidades siniestras”:
“Hay
 tantos estruendos de cometas y fuegos de artificio, tantas guirnaldas 
de focos de colores, tantos pavos inocentes degollados y tantas 
angustias de dinero para quedar bien por encima de nuestros recursos 
reales que uno se pregunta si a alguien le queda un instante para darse 
cuenta de que semejante despelote es para celebrar el cumpleaños de un 
niño que nació hace 2.000 años en una caballeriza de miseria, a poca 
distancia de donde había nacido, unos mil años antes, el rey David.”
Lejos de la 
visión del Papa, de la opinión del Cardenal y de la mirada crítica de 
García Márquez, la prensa de Miami, esa ciudad donde como dice Miguel 
Barnet “están la casa de la cultura Calvin Klein, la casa de la cultura 
Gucci y la casa de la cultura McDonald”, celebra que en Cuba existan 
quienes se quieran parecer a esa concepción de la Navidad marcada por el
 consumo y la diferencia social y la minoría que puede pagar en un 
exclusivo restaurante privado protagoniza el reportaje que El Nuevo Herald, principal
 medio hispano del Sur de la Florida,  dedica a las navidades isleñas. A
 pesar de que en esas mismas páginas días atrás se ironizaba con las 
personas que en Miami hacían una extensa cola para alcanzar con casi un mes de antelación un bono que les permitiría acceder a una ración navideña, El Herald insiste
 en que Cuba progresará mientras más desigual se haga y más se acerque a
 la concepción estadounidense de la Navidad, esa que hacía decir al 
autor de Cien años de soledad:
“No
 es raro, como sucede a menudo, que la fiesta termine a tiros. Ni es 
raro tampoco que los niños -viendo tantas cosas atroces- terminen por 
creer de veras que el niño Jesús no nació en Belén, sino en Estados 
Unidos.”
García 
Márquez no especifica el lugar de Estados Unidos que en la mente de los 
niños traumatizados por esa navidad consumista sustituiría a Belén, pero
 es muy posible que hasta algunos adultos ya crean, allá y aquí, que 
Jesús nació en Miami.
