Cacheos y libertad de prensa en propiedad privada. Por Amy Goodman y Denis Moynihan
El
 lunes fue un frío y ventoso día de otoño en Dakota el Norte. Bien 
temprano en la mañana nos apostamos frente al Tribunal del Condado de 
Morton, en Mandan, para emitir en vivo el noticiero de “Democracy Now!”.
 En principio, la locación fue dictada por los horarios que nos imponían
 las autoridades locales. Yo había sido acusada de invasión de propiedad
 privada por la cobertura que realizamos acerca del violento ataque que 
la compañía responsable de la construcción del oleoducto Dakota Access 
llevó a cabo contra miembros de comunidades originarias que intentaban 
impedir la destrucción de sitios sagrados, entre ellos, cementerios 
ancestrales ubicados justo al norte de la Reserva Sioux de Standing 
Rock.
Los guardias
 del oleoducto hicieron uso de gas pimienta y perros de ataque contra 
estos defensores de la tierra y el agua. En un video de “Democracy Now!”
 se puede observar a uno de los perros con el hocico cubierto de sangre.
 El video fue ampliamente difundido y, contando únicamente Facebook, fue
 visto catorce millones de veces. Cinco días después, Dakota del Norte 
emitió la orden de arresto en mi contra.
 Cuando
 uno cumple una orden de arresto, debe presentarse en la cárcel 
aproximadamente a las ocho de la mañana, si se tiene la esperanza de ver
 a un juez ese mismo día y evitar así pasar la noche en la cárcel. Es 
por eso que programamos emitir en vivo entre las siete y las ocho de la 
mañana, para luego presentarnos en la cárcel a las ocho a fin de que se 
realizara el procedimiento necesario en la cárcel y enfrentar luego el 
cargo por invasión de propiedad privada en el juzgado.
Cuando
 uno cumple una orden de arresto, debe presentarse en la cárcel 
aproximadamente a las ocho de la mañana, si se tiene la esperanza de ver
 a un juez ese mismo día y evitar así pasar la noche en la cárcel. Es 
por eso que programamos emitir en vivo entre las siete y las ocho de la 
mañana, para luego presentarnos en la cárcel a las ocho a fin de que se 
realizara el procedimiento necesario en la cárcel y enfrentar luego el 
cargo por invasión de propiedad privada en el juzgado.
Para nuestra
 sorpresa, al llegar a Bismarck el viernes, nos enteramos de que el 
fiscal, Ladd Erickson, había retirado el cargo por invasión de propiedad
 privada y había presentado otro por “disturbios”. Quedamos 
desconcertados. En un correo electrónico enviado al fiscal y a nuestro 
abogado defensor, Tom Dickson, el juez John Grinsteiner redactó: “Las 
nuevas demandas, escritos y requerimientos de comparecencia son bastante
 extensos y los voy a estudiar para determinar si constituyen indicios 
razonables de delito el lunes cuando vuelva a mi despacho”. Varios 
abogados familiarizados con el derecho penal de Dakota del Norte nos 
dijeron que los jueces casi nunca desestiman una demanda presentada por 
la fiscalía. La lectura de cargos se fijó para las 13:30, hora local, 
del lunes.
Pasamos el 
fin de semana informando acerca del controvertido oleoducto Dakota 
Access, con la amenaza del cargo por disturbios siempre presente. El 
oleoducto de más de 1.700 kilómetros de extensión y 3.800 millones de 
dólares de costo está diseñado para transportar casi 500.000 barriles de
 crudo desde yacimientos petroleros de Dakota del Norte hasta Illinois, y
 desde allí hasta el Golfo de México. Es por ello que miles de personas 
se han instalado en los campamentos de resistencia ubicados cerca del 
lugar previsto para que el oleoducto Dakota Access pase por debajo del 
río Missouri. Si hubiera un derrame en ese lugar, se contaminaría el 
agua potable para el suministro de millones de personas río abajo.
El sheriff 
del condado de Morton, Kyle Kirchmeier, dirige la cárcel de Mandan y es 
responsable del trato que reciben las personas que son ingresadas allí. 
Con el aumento de las manifestaciones de protesta registrado en los 
últimos seis meses, Kirchmeier y los fiscales locales vienen presentando
 cargos de mayor gravedad contra los protectores de la tierra y el agua,
 incluso cada vez más cargos por delito grave. Hasta el momento, más de 
140 personas han sido arrestadas. Aquellos con quienes hablamos nos 
informaron acerca de un detalle impactante: al ingresar a la cárcel, 
todos fueron sometidos a un registro al desnudo durante el cual fueron 
obligados a ponerse en cuclillas y toser para demostrar que no tenían 
nada escondido en su cavidad anal y posteriormente se los obligó a 
vestirse con overoles naranjas. El jefe de la tribu sioux de Standing 
Rock, Dave Archambault, una pediatra de la reserva, la Dra. Sara Jumping
 Eagle, y la actriz Shailene Woodley, protagonista de las películas 
“Divergente” y “Snowden”, entre otras, fueron sometidos al mismo trato.
Le 
preguntamos al jefe Archambault si los registros al desnudo eran comunes
 para los acusados de delitos menores. “No sabría decir, porque fue la 
primera vez en mi vida que me arrestaron”, respondió. Por su parte, la 
Dra. Jumping Eagle comentó: “Me hizo pensar en mis ancestros y en lo que
 tuvieron que pasar”. La actriz Shailene Woodley nos dijo: “Nunca se me 
pasó por la mente que por intentar proteger el agua limpia para 
garantizar un futuro en el que nuestros niños tengan acceso a un 
elemento esencial para la supervivencia humana me desnudarían para 
cachearme. Estaba en shock”.
Cuando nos 
preparábamos para ingresar al juzgado para la lectura de cargos a las 
13:30 horas del lunes, unas 200 personas realizaron una marcha en apoyo a
 la libertad de prensa y en demanda de que se retiraran los cargos. Unos
 60 agentes de policía antidisturbios formaron un cordón policial en una
 demostración de fuerza innecesaria frente a una concentración pacífica y
 amenazaron con arrestar a todo aquel que osara atravesarlo. Fue 
entonces que nuestro abogado trajo las novedades: el juez se negó a dar 
curso al cargo por disturbios. La causa fue desestimada y logramos así 
una importante victoria para la libertad de prensa.
La prensa 
libre debería centrarse ahora en dar una intensa cobertura a la 
resistencia en Standing Rock, un frente crucial de la lucha a nivel 
mundial para combatir el calentamiento global y lograr justicia 
climática. Los pueblos originarios y sus aliados no indígenas se 
enfrentan al poder empresarial amparado por el Estado con fuerzas 
policiales cada vez más militarizadas. No se debería recurrir a la 
criminalización y humillación de los defensores de la tierra y el agua 
ni al arresto de periodistas para allanarle el camino a este oleoducto.
© 2016 Amy Goodman
Traducción al español del texto en inglés: Fernanda Gerpe. Edición: María Eva Blotta yDemocracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy 
Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional 
que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en
 inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro “Los que 
luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios 
en Estados Unidos”, editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
 
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