Colombia, continúa la movilización por la paz. Por Ángel Guerra Cabrera.
Millones
 de personas se han manifestado en toda Colombia después de la estrecha 
victoria del No en el plebiscito, en las mayores movilizaciones que 
recuerde el pas a favor de la paz. Ayer, otra vez los colombianos 
salieron masivamente a la calle, como el 6 de octubre, en lo que se 
considera la tercera marcha del silencio para pedir la implementación 
“inmediata” del acuerdo de paz entre el gobierno y las FARC-EP.  En esta
 ocasión, por lo menos 3 mil víctimas del conflicto y 7 mil indígenas 
procedentes de distintas regiones, marcharon desde el Planetario 
Distrital hasta la Plaza de Bolívar a lo largo de un corredor humano que
 los recibió con flores y aplausos, en una manifestación que partió 
inicialmente de la Universidad Nacional.
Las
 marchas del 6 y la de ayer se han denominado “del silencio”, en 
evocación a la de igual nombre y también por la paz, efectuada en Bogotá
 el 7 de febrero de 1948, al llamado del asesinado líder popular Jorge 
Eliécer Gaitán. La movilización de ayer fue convocada por el movimiento 
estudiantil, la Organización Nacional de Indígenas de Colombia (ONIC), 
organizaciones de mujeres y la Unidad de Víctimas.
Mientras
 tanto, desde La Habana, el comandante en jefe de las FARC, Rodrigo 
Londoño, Timochenko, en entrevista para la cadena colombiana Caracol, se
 refería a los encuentros que después de la victoria del No en el 
plebiscito han estado sosteniendo con los partidarios del Si y el NO y 
con la delegación del gobierno, reiteraba su voluntad de diálogo  y 
subrayaba la necesidad de no echar por la borda todo el esfuerzo 
realizado durante seis años para llegar al acuerdo de paz, con el que se
 pone fin a tantas décadas de sufrimiento del pueblo colombiano.
Timochenco
 puntualizó que ciertos puntos del acuerdo no se revisarán, entre ellos 
los de justicia y participación política, pues “sería volver a empezar 
todo de nuevo” en obvia alusión a las irracionales exigencias del ex 
presidente Álvaro Uribe. A la vez, en un comunicado, la organización 
guerrillera, en la misma tónica que las movilizaciones populares, 
expresaba la necesidad de iniciar “con urgencia” la implementación de 
los acuerdos de paz.
Por
 su parte, el gobierno y el Ejército de Liberación Nacional, segunda 
guerrilla del país, anunciaban el inicio de las pláticas públicas de 
paz, luego de dos años de diálogos secretos o reservados.
La
 mayoría de los colombianos está cansada de una guerra de décadas, a un 
costo humano terrible y quiere la paz. Pero el resultado del plebiscito 
del domingo 2 de octubre, incluyendo la altísima abstención de un 63 por
 ciento, lo puso en tela de juicio pese a la exigua diferencia de votos 
existente entre las opciones del Sí y el No. Se han hecho muchos 
análisis sobre las posibles causas de la alta abstención y el triunfo 
del No.
Es
 evidente que hay una gran parte del país donde la población vive muy 
lejos de los centros de votación y en esta ocasión, como cuando se trata
 de elecciones ordinarias, los políticos no se ocuparan de facilitarle 
su transportación. No he visto una investigación sistémica pero sí 
reportes de estos hechos. Por ejemplo, el municipio de Bojayá, 
emblemático por la cantidad de víctimas ocasionas por el conflicto 
armado, 90 por ciento de sus votantes, que lo harían por el Sí, se 
quedaron sin sufragar.
Pero,
 indudablemente la larga campaña de descrédito y mentiras de los 
partidarios de Uribe contra las FARC, los acuerdos y el gobierno logró 
atemorizar a muchos colombianos. Mientras, es evidente que los 
partidarios del Sí no realizaron, o no tuvieron tiempo para realizar, la
 indispensable labor de dar a conocer los acuerdos contenidos en 270 
páginas, esclarecer las dudas de los votantes y contrarrestar la feroz 
campaña uribista.
Lo
 que parece claro es que el adverso resultado del plebiscito ha 
provocado una creciente movilización de quienes votaron por el Sí y de 
muchos que se abstuvieron o votaron negativamente engañados, que se han 
dado cuenta de la necesidad de salvar los acuerdos de La Habana mediante
 una gran movilización nacional.
El
 premio Nobel de la Paz al presidente Juan Manuel Santos no pudo llegar 
en mejor momento, puesto que vino a impulsar el segundo aire que, sin 
perder un minuto y después del plebiscito, se han tomado tanto el 
mandatario como todas y todos los partidarios del fin definitivo de la 
guerra en Colombia.  La actual movilización por la paz es la mejor 
defensa de los acuerdos de la Habana frente a la ultraderecha del odio y
 la guerra.
Twitter:@aguerraguerra
 
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