Claves para entender la Cumbre de Madrid, la última cita para abordar el reto climático
Este lunes arranca la Cumbre del Clima (COP 25) que 
durará hasta el 13 de diciembre. Los dirigentes internacionales se 
sentarán frente a frente para tratar de alcanzar consensos ambiciosos 
para poder mitigar la emergencia climática. 
Manifestantes de Fridays For Future en una concentración frente al Congreso de los Diputados en Madrid./ REUTERS
La batalla climática es a 
contrarreloj. Los días pasan, estrechan el margen de maniobra de las 
sociedades y la emergencia se hace más evidente en cada catástrofe; cada
 inundación, cada incendio, cada bloque de hielo que se desprende de una masa inmensa
 sirve para materializar las advertencias de la ciencia. Ante este 
escenario, las calles se llenan de un clamor social que reclama medidas 
urgentes a los gobiernos para avanzar hacia estructuras económicas mucho
 más lentas y pausadas que puedan garantizar un recorte de emisiones 
amplio a nivel planetario.
Precisamente para ello, para alcanzar un escenario de mitigación global, se van a reunir los líderes mundiales en Madrid
 en una cumbre, que se presenta esencial para alcanzar unos compromisos 
ambiciosos que permitan que la subida de temperaturas del planeta se 
mantenga por debajo de los 1,5º C. La COP 25, nombre de esta reunión de 
la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), es, en cierta medida, la última oportunidad para salvar el Acuerdo de París, que comenzará a aplicarse en 2020.
La cumbre, que acontecerá en Madrid del 2 al 13 de diciembre después de que Chile tuviera que renunciar por las protestas sociales
 que inundan el país, es un encuentro multilateral importante de cara a 
la batalla política contra la crisis climática. Si bien es cierto que la
 mayoría de los acuerdos que se adoptan en estas reuniones anuales no 
son del todo vinculantes, sirven para retratar a la mayoría de los 
Estados y conseguir consensos mínimos para frenar el calentamiento del 
planeta.
En el caso de la COP 25, las claves políticas 
que vertebrarán los debates se focalizan en la "ambición", tal y como 
señaló el propio secretario general de la ONU, António Guterres, 
pero también en allanar el terreno para la siguiente reunión climática 
de 2020. Estos son algunos de los puntos centrales de la cumbre.
Integridad ambiental
En 2020 comenzará a funcionar el Acuerdo de París, por 
lo que en esta cumbre se tratará de finalizar los procesos de 
negociación que siguen abiertos en torno a este tratado. En ese sentido,
 diciembre de 2019 será clave para intentar conseguir consensos 
ambiciosos que perfeccionen las herramientas que garantizan que los 
compromisos climáticos de reducción de emisiones se cumplan por todos 
los signatarios. 
La transparencia será uno de los elementos centrales 
del debate a la hora de conseguir mecanismos fiables que garanticen que 
los estados reportan sus compromisos, sus logros y decepciones 
climáticas dentro de un marco común regido por las Naciones Unidas.
Además, en este aspecto de la integridad ambiental, se abrirá un debate en torno al desarrollo de las reglas del Artículo 6 del Acuerdo de París.
 En este punto, se tratará de avanzar para establecer un mercado global 
de carbono con el que los Estados puedan intercambiar compensaciones por
 sus emisiones bajo la premisa de quien contamina más pago. Esta es una 
normativa que, en cierta medida, ya existe en la Unión Europea
 y que podría servir de ejemplo para articular un mecanismo 
internacional más grande. El principal escollo podría estar en el modo 
en el que se articula este sistema y en si las empresas podrán entrar en
 el mercado por sí mismas o si serán los gobiernos nacionales los que 
gestionen el cómputo general de las emisiones.
Compromisos Nacionales de Reducciones (NDC)
Entre los debates y acuerdos que se aprobar, destaca la revisión de los Compromisos Nacionales de Reducciones (NDC)
 con los que cada país se retratará ante la comunidad internacional 
presentando sus propios libros de acción climática para conseguir 
atenuar los niveles de emisiones de gases de efecto invernadero. En este
 punto se hablará de aspectos diversos que van desde los fondos que 
puede aportar cada Estado para mitigar la crisis climática hasta los 
compromisos para descarbonizar la economía.
Fondo verde para el clima
En la Cumbre del Clima de Copenaghe (COP 15) se 
habló por primera vez de la creación de un Fondo Verde para el Clima, 
algo que se terminó ejecutando en el siguiente encuentro internacional 
de Cancún (COP 16) de 2010. La idea central es que para 2020 este fondo 
cuente con una financiación de 100.000 millones de dólares enfocados a luchar contra la emergencia climática y limar las diferencias entre países. Sin embargo, el Green Fund
 se encuentra en un déficit de aportaciones marcada por la escasa 
participación de países como EEUU –que ha anunciado su salida del marco 
de París– o Australia. Es por ello que las partes deberán alcanzar 
consensos para reconocer, en primer lugar, esa falta de financiación y, 
en segundo lugar, incrementar las aportaciones de los Estados más 
desarrollados, además de revisar la adecuación y la efectividad de esta 
herramienta para frenar el calentamiento del planeta. Esta es una de las claves a tratar en la cumbre de Madrid.
¿Qué pasa con EE UU?
En todo acuerdo internacional la figura de EE UU se 
presenta relevante, por su poder internacional, a la hora de alcanzar 
acuerdos relevantes. La administración Trump, desde su llegada a la Casa
 Blanca, ha demostrado que las cuestiones climáticas no son una 
prioridad, sino un obstáculo para sus vocaciones económicas. Tanto es 
así, que este mes de noviembre el Gobierno norteamericano inició de manera oficial los trámites para salirse del Acuerdo de París.
 Sin embargo, esto no impide que los altos funcionarios estadounidenses 
estén en el encuentro de Madrid, ya que será a partir de 2020 cuando se 
desvincule por completo de los compromisos alcanzados en la capital 
francesa allá por 2015.
La realidad es que EE UU seguirá acudiendo a las siguientes Cumbres del Clima ya que sólo se ha salido de la CMA (conferencia
 de los países que están dentro del acuerdo de París) uno de los tres 
plenarios que componen las COP celebradas de manera anual. En cualquier 
caso, al ser Madrid uno de los encuentros centrales para sellar los 
compromisos de París de cara a 2020, EE UU podría tener una última 
oportunidad para frenar consensos.
Aunque estas son algunas de las lecturas habituales,
 "no se espera que EE UU tenga un papel muy polarizante", tal y como 
explica a Público Lara Lázaro, investigadora principal de política y economía ambiental del Real Instituto Elcano.
 La realidad es que la salida de EE UU puede jugar en su contra si se 
tiene en cuenta que a un país de sus características le interesa estar 
allá donde se desarrollan las reglas del juego. En cualquier caso, la 
coyuntura política podría cambiar de un día para otro si se tiene en 
cuenta que el presidente Trump –a quien no se espera ver por Madrid– 
está cada vez más en entredicho. Su marcha del poder y la entrada de 
otro Ejecutivo podría reenganchar a la nación americana dentro de los 
compromisos de París dentro de unos años (o meses).
La 'contracumbre'
Las miles de corbatas que llenarán IFEMA
 durante las primeras semanas de diciembre contrastarán con el clima de 
protesta social que llenará las calles de Madrid. Tanto es así, que los 
colectivos sociales han preparado una cumbre social en un tiempo récord
 para tratar de presionar a la clase gobernante que se reúne en la 
capital. "Hemos tenido un mes para organizar todo. Muy poco tiempo si se
 tiene en cuenta que los compañeros de Escocia ya han comenzado a 
preparar la contracumbre de Glasgow que es dentro de un año", explican fuentes de Juventud por el Clima. Por el momento las actividades se concentran en una gran marcha el día 6 de diciembre, además de charlas en espacios universitarios, uno de los centros neurálgicos del nuevo activismo ecologista en España. 
La relevancia social de las cumbres, más allá de 
manifestaciones y otras acciones reivindicativas, está garantizada por 
la propia ONU, que habilita dentro del espacio de la COP una "zona 
verde" para tratar de dar un papel visible a las ONG en defensa del 
medio ambiente, los profesionales académicos que estudian el cambio 
climático, las empresas, las plataformas juveniles y las organizaciones 
chilenas, país que preside el evento.
 
 
 
 
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