| Carta abierta de un médico argentino sobre sus colegas cubanos. Por Alberto Cerda Expósitopor La pupila insomne | 
“Me estoy informando por la tele y un 
destacado médico, panelista del canal de los 60 años, se preguntaba en 
público, ¿para qué vienen los médicos cubanos si acá tenemos una 
medicina de excelencia?
La reflexión me suena a un interrogante 
sincero, pero se mezcla con un tinte prejuicioso. Perdón doctor, también
 de ignorancia. Soy médico formado en la misma facultad que usted y creo
 que somos contemporáneos. Conozco Cuba. Tengo
 amigos y sé de su historia pre y posrevolucionaria. También la Escuela 
Latinoamericana de Salud de La Habana, donde se formaron cientos de 
médicos argentinos que, en otras épocas y también en las actuales, no 
pudieron estudiar acá.
Mi primera observación es la siguiente. 
Usted y yo, ¿cuánto tiempo trabajamos en las villas de emergencia o 
barriadas del conurbano de Córdoba enviados por nuestra querida facultad
 o luego por el ministerio de Salud de la provincia?
Los libros son una cosa muy linda, pero in 
situ, mamando la realidad, compartiéndola y transformándola junto a sus 
habitantes, es muy distinto. Esa es la gran diferencia que tenemos usted
 y yo con los colegas cubanos.
Ellos se formaron en MEDICINA SOCIAL, la que
 no tiene el signo pesos de zanahoria, sino el compromiso SOLIDARIO, 
COMUNITARIO y TRANSFORMADOR como meta. Ellos cambiaron radicalmente la 
paupérrima realidad que heredaron de siglos de
 saqueo por parte de sus vecinos del norte. Luego remaron contra el 
bloqueo criminal a que fueron sometidos por elegir otro destino, lo que 
los obligó a tener un nivel de conciencia y compromiso que usted y yo no
 tenemos ni nunca necesitamos. La salud pública
 cubana es un derecho adquirido con rango constitucional, que se cumple.
Además, por ideología, la solidaridad 
internacional es una premisa. ¿Cuántos médicos argentinos fueron a 
colaborar contra el Ébola en África? ¿o a darles visión ocular a los 
coyas, cholos o aimaras bolivianos? América central está
 sembrada de médicos cubanos combatiendo las pestes que la pobreza 
origina. 
¿Cuántos médicos nuestros están RADICADOS O 
POR LO MENOS ROTAN por el impenetrable chaqueño, en la puna, en el monte
 santiagueño, en el Bermejo, Pilcomayo o comunidades signadas por la 
contaminación productiva?
Nosotros fuimos formados para vivir en ciudades o centros con comodidades mínimas y sueldos de medio para arriba.
Aclaro que soy ferviente defensor de lo 
público y que luché y lucho por ello, pero sé de las deficiencias y los 
motivos por lo que somos distintos a los cubanos. Ellos se forman para 
una MEDICINA HUMANISTA y COMUNITARIA, nosotros
 en una INDIVIDUALISTA y MERCANTILISTA.
Éste es el prestigio y el motivo por lo que 
los médicos cubanos son CONVOCADOS y recorren el mundo. Si es que 
vienen, le propongo los invite a su programa y le aseguro que tendrá una
 agradable sorpresa”.
 
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