Cuando me vaya,
para no volver,
vendré,
en la noche,
como de un lado,
de un ángel,
sin ser ángel,
y tú,
estarás dormida,
bella,
como los ángeles,
entraré,
en silencio,
sin decir nada,
callado,
entraré
sin entrar
por la cuchilla
de tu puerta
como un fino
silbido de aire,
para no despertar
el ángel
de tu bello sueño,
no despertaré
a tus labios,
ni besaré
tus pensamientos,
solamente
pondré el velo
de mi mano,
sobre el lecho
de tu corazón,
para que repose
mi amor,
y,
sobre el vuelo
blanco de tu mirada
siempre flote el eco
de mis silencios,
yo perdido
allá
en los espacios
siderales
del vacío eterno
y tu sigas
en el paraíso de tu
sueño
de ángel
lejos de mis ruidos
y mis tormentos
y nunca sepas
que mi vida
fue siempre
tortura y sufrimiento
porque nunca supe
que la vida
no es nada,
y la nada es el hilo
del tiempo
perdido en el vacío
del universo.
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