Éric Toussaint: "Si la UE estuviera al servicio de sus ciudadanos ya habría nacionalizado los bancos"
Presidente del Comité para la Anulación de la Deuda en el Tercer Mundo y asesor de varios gobiernos latinoamericanos, el politólogo belga propone "una salida justa" a la crisis.
El economista belga Éric Toussaint. FOTO: CHRISTIAN GONZÁLEZ
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La deuda pública crece en 75.900 millones en 2013, y se acerca al billón de euros
 
Después de siete años de dura crisis económica, el belga 
Éric Toussaint, uno de los politólogos más lúcidos de la izquierda 
europea, sabe de sobra quiénes son los culpables de la misma y por qué 
estamos en la peor situación de los últimos 80 años. Su diagnóstico no 
es novedoso —"Esta es una crisis de la deuda privada y del capitalismo financiero provocada básicamente por los bancos. Su deuda la estamos pagando entre todos"—, pero sí lo es la convicción y la determinación con la que propone soluciones reales para "una salida justa" de la crisis. 
Presidente
 del Comité para la Anulación de la Deuda en el Tercer Mundo y asesor de
 varios gobiernos latinoamericanos en asuntos como la auditoría de la 
deuda pública, Toussaint visita estos días Madrid. El martes por la noche estuvo en Público TV, en el debate de La Tuerka,
 donde desgranó su discurso a caballo entre la crítica más feroz y la 
reflexión sobre políticas económicas alternativas al neoliberalismo 
imperante. 
"Hay que tomar medidas radicales en favor de una salida social de la crisis" 
Por lo que se refiere a la crítica, Toussaint lamenta la impunidad de la que gozan los grandes banqueros,
 a los que señala directamente como los responsables de la crisis: "Los 
dueños capitalistas de los bancos privados manejaron el dinero de los 
bancos en busca de la  ganancia máxima sin tener en cuenta el riesgo". 
Son ellos lo que nos han traído hasta aquí, sostiene el belga, y son 
ellos los que deberían haber pagado sus excesos. 
La realidad, sin
 embargo, es bien diferente: esos prohombres gozan de la protección de 
los gobiernos europeos; nadie ha osado meterse con ellos y, para rematar
 la faena, los Estados han rescatado a los bancos con dinero público. 
Eso irrita a Toussaint, para quien el castigo está clarísimo: "Habría 
que expropiar los bancos y socializarlos.
 La banca tiene que ser un servicio público. Los accionistas de los 
bancos rescatados deberían devolver el dinero de las ayudas con su 
propio patrimonio". 
"Los accionistas de los bancos rescatados deberían devolver el dinero de las ayudas con su propio patrimonio" 
El pensador belga cree que las cosas se pueden hacer de otra manera
 y  cita dos ejemplos: el caso de Islandia, donde dos banqueros fueron  
encarcelados por la presión ciudadana, y Estados Unidos, donde Barack  
Obama no toma medidas contra banca privada norteamericana e intenta 
desviar la atención con mano dura contra bancos europeos. 
Pero
 como bien recuerda el propio Toussaint, en Europa y en España aún 
estamos muy lejos de ese escenario. En Europa no hay voluntad política 
ni tampoco sensibilidad: "Si los gobiernos de los países de la UE 
creyeran de verdad que están al servicio de la mayoría de los 
ciudadanos, ya habrían nacionalizado los bancos y también habrían 
rechazado pagar parte de la deuda pública por ilegítima e ilegal", 
añade. 
Frente al inmovilismo de los gobiernos europeos, Toussaint introduce un elemento importante en su discurso: la existencia de una alternativa.
 Y esa alternativa está cada vez más  cerca, pese al "difícil contexto 
político" que impera en la Unión Europea. "Las elecciones  europeas 
demostraron que en España hay una parte importante de la  población que 
busca una alternativa real al bipartidismo y a las  opciones que ofrecen
 más de lo mismo", se congratula el politólogo belga.
Para Toussaint la alternativa pasa por "un programa coherente" que tenga como eje "medidas radicales en favor de una salida social de la crisis".
 No le importa tanto como a otros economistas que esta salida se dé sin 
el euro: tiene una posición crítica contra la moneda única y contra el 
propio sistema. Aboga Toussaint por "una salida de izquierdas con 
cambios estructurales en la sociedad".
"Soy partidario de crear un impuesto confiscatorio del 80 o  90% de su renta al 1% más rico de la población"  
En
 ese sentido, América Latina es el espejo en el que mirarse. Esa parte 
del mundo ha aprendido que la respuesta a la crisis no pasa por recortar
 el gasto  público, las pensiones y las políticas sociales; sabe también
 que la solución no es  congelar los salarios. Toussaint lo explica muy 
bien:  "La austeridad no es la respuesta. Ésta sólo conduce a un aumento
 de la  deuda pública. Lo hay que hacer es adoptar un programa coherente y alternativo que apueste por incrementar la inversión pública,
  aumentar el poder adquisitivo de las familias, anular parte de la 
deuda  pública ilegítima, redistribuir la riqueza y  aumentar los 
ingresos fiscales".
Entre sus recetas, Toussaint no se olvida de la lucha contra la  desigualdad:
 "Dentro de ese programa coherente del que he hablado una de  las  
medidas fundamentales son los impuestos a los más ricos. Yo, como  
Thomas Piketty, soy partidario de crear un impuesto confiscatorio del 
80%  o 90% de su renta al 1% más rico de la población. La concentración 
de  riqueza empieza a ser intolerable. Franklin Delano Roosevelt lo hizo
 en  1938 en Estados Unidos y no era precisamente un izquierdista. Con 
esos  ingresos un gobierno progresista podría poner en marcha un nuevo 
modelo  económico y social". 
 "La austeridad no es la respuesta. Esta sólo conduce a un aumento de la deuda pública"
"El
 problema", reconoce el propio Toussaint, "es pasar de la voluntad de 
cambio a la  expresión política de ese cambio". Pero en este caso el 
belga es optimista: dice que le entusiasma la acción de "los indignados del 15-M" y saluda con simpatía la irrupción de Podemos. Toussaint felicita al 15-M por su lucha en pro de "una auditoría ciudadana de la deuda",
 una acción ciudadana que, según sus palabras, "demuestra que miles de 
personas quieren entender de dónde procede la deuda pública a tiempo que
 cuestionan la legitimidad de la misma". 
Porque la deuda pública,
 esa que la troika se empeña en que los ciudadanos paguen a toda costa, 
es otro elemento vertebrador del discurso alternativo del pensador belga
 —de hecho, como presidente de Comité para la Anulación de la Deuda en 
el Tercer Mundo es uno de sus caballos de batalla—. Para él no es moralmente aceptable que un país tenga que recortar su sanidad o su educación para pagar su deuda,
 sobre cuando no se ha hecho una auditoría de la misma y no se ha 
determinado qué parte es ilegítima y/o ilegal. Hacer una auditoría de la
 deuda es una obligación para cualquier país, incide Toussaint: "Si se 
quiere encontrar una salida justa de la crisis para los ciudadanos, hay 
que anular el pago de esa parte de la deuda".
Negarse a pagar parte de la deuda no es es ninguna utopía.
 Toussaint lo sabe y pone el ejemplo de Ecuador, donde él mismo trabajó 
asesorando al presidente Rafael Correa:  "Hacerlo es posible. Ecuador lo
 hizo en 2008 y 2009 con éxito y países como España, Grecia, Portugal, 
Irlanda y Chipre también pueden hacer lo mismo. ¿Por qué no? Los 
acreedores de la deuda pública son los mismos bancos que han sido 
rescatados con el dinero público y que luego han utilizado para comprar 
bonos de deuda pública de esos países".
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