España, el país europeo que más ha recortado el presupuesto sanitario entre 2009 y 2012
Las políticas capitalistas impuestas por los respectivos gobiernos
han tenido efectos devastadores sobre el empleo. Y también sobre los
servicios públicos. En particular sobre el presupuesto sanitario.
Hasta el extremo de que, por primera vez desde el fin de la dictadura
franquista, la inversión pública en salud ha encadenado un trienio en
negativo. En concreto, según datos de la OCDE, el gasto per cápita ha
descendido un 1,9% entre 2009 y 2012.
Desde el inicio de la democracia, cuando España comenzó a construir
un Estado de bienestar moderno semejante al que existía en los
principales países europeos universalizando la asistencia sanitaria, no
sucedía algo parecido.
España es, de hecho, el séptimo país que más ha recortado la
inversión sanitaria.
A la cabeza de todas están las naciones
intervenidas por la troika (Grecia o Portugal), pero también,
paradójicamente, Luxemburgo, con el mayor nivel de renta per cápita del
continente europeo.
El caso de España es singular debido a que ha sido, precisamente, uno
de los países que más incrementó el presupuesto sanitario en las
últimas tres décadas para compensar los altos déficits del pasado.
El recorte más acusado fue en 2012 respecto del año anterior, un
3,3%, lo que se explica por las medidas tomadas por el actual Gobierno
nada más llegar a la Moncloa.
El resultado de esas oscilaciones es que la inversión sanitaria ha
descendido hasta los 2.243 euros por cabeza, prácticamente lo mismo que
en la media de la UE a 28 (2.193 euros), si bien hay que tener en cuenta
que en esa lista se incluyen países con bajísimo nivel de renta.
Principalmente, los que pertenecían al bloque del Este.
Agrupando todas las fuentes de financiación, el presupuesto medio
sanitario en la UE en relación al PIB se sitúa en el 8,7%, lo que
significa que España destina a ese fin seis décimas más. Ahora bien, con
grandes diferencias entre países, Mientras que Holanda, Francia,
Alemania, Austria y Dinamarca gastan más del 11% de su producto interior
bruto en salud, en los países bálticos y Rumania no llegan al 6%. Esta
evolución tiene que ver, lógicamente, tanto con la evolución del PIB
como del geasto sanitario.
La OCDE, al contrario de lo que suele creerse, revela que España,
lejos de ser un país donde el gasto en farmacia está por las nubes, lo
tiene bastante controlado. De hecho, en términos per cápita se sitúa en
345 euros, por debajo de la Unión Europea a 25. Si la comparación se
hace en relación al PIB, el resultado es muy similar. España,
igualmente, vuelve a ser uno de los países que más han contraído el
gasto farmacéutico con la crisis, un 5,2% en el último trienio, después
de haberlo incrementado un 2,2% en el primer decenio de este siglo.
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