La guerra contra la historia. Por Sara Rosenberg
Si
 hay una guerra silenciosa y constante es la guerra contra la historia 
de los pueblos. Ya decía Rodolfo Walsh que la burguesía pretende borrar 
la historia de las luchas del pueblo, porque el secuestro de nuestra 
historia y nuestra memoria es un modo de hacer que estemos empezando 
siempre de cero, es un robo –a veces a mano armada- de la identidad del 
pueblo, de sus luchas y de su capacidad de organizarse y aprender para 
seguir adelante.
Ayer, el episodio de la 
orden de detención contra Hebe de Bonafini, nos llenó a todos de bronca,
 de impotencia, de necesidad de reaccionar contra este nuevo hecho de 
barbarie de la dictadura neoliberal. La gente salió a la calle y el juez
 del partido burgués-judicial que había emitido la orden tuvo que dar 
marcha atrás. Habían tocado profundamente no sólo a una persona, a una 
Madre de Plaza de Mayo, sino a un símbolo nuclear de la lucha contra el 
terrorismo de estado.
Pasada la tormenta de 
las redes y las calles, ganada esta batalla, es necesario preguntarnos 
con profundidad las razones y las sin razones de esta orden de 
detención. La burguesía no actúa espontáneamente, no fue casual que la 
orden se emitiera el mismo día de una gran movilización contra el 
tarifazo y las políticas de hambre del gobierno macrista, que estaba 
siendo “visitado” por el secretario de estado americano, Kerry, de paso 
hacia Brasil. Y el mismo día en que se está negando a Venezuela la 
legítima asunción de la presidencia del Mercosur, utilizando al gobierno
 títere de Paraguay y al ilegítimo y provisional gobierno de Brasil.
La prensa internacional 
informó que Kerry le había entregado a Macri algunos archivos 
desclasificados sobre la represión en Argentina. No dijo más, ni a qué 
venía ni para qué necesitaba hacer esa escala, aparte de “profundizar 
los buenos vínculos de amistad”, es decir -leído desde nuestra historia-
 profundizar el sabotaje a las conquistas sociales y a la unidad 
latinoamericana.
Durante los doce años de
 gobierno kirchnerista, no hubo día en que las calumnias y la 
manipulación mediática no se ejercitaran contra cada una de las medidas 
del gobierno, contra los gobernantes, contra todo aquello que 
significara un avance en políticas sociales. Se pervirtió el discurso 
político y se transformó el debate en un espectáculo, porque esa es la 
única arena donde los políticos de la derecha y sus tecnócratas tenían 
alguna posibilidad. Envilecieron constantemente la misma vida política 
del país. Degradaron la discusión, alteraron datos y pruebas. El pedido 
de detención de Hebe de Bonafini forma parte y es la continuación de 
esta estrategia de acusación infundada, de dictadura judicial, de basura
 mediática.
Por eso hablo de la 
estrategia de guerra contra nuestra historia, de guerra contra nuestra 
memoria de lucha y resistencia. Atacar a nuestros símbolos de 
resistencia, crear dudas sobre su ética y sobre su recorrido de lucha ha
 sido una constante. Desgraciadamente hay sectores de la sociedad que se
 han dejado engañar y que se siguen dejando engañar porque están 
completamente sometidos por la propaganda y ya son incapaces de tener un
 pensamiento social, un sano y verdadero sentimiento de amor a sus 
semejantes, sectores que han sido embrutecidos con el discurso del 
miedo, de la competitividad, del consumo. El discurso del capitalismo 
criminal. Y esos sectores que trágicamente son también parte del pueblo,
 son utilizados contra si mismos y contra sus semejantes.
Hay muchos ejemplos de 
guerra contra la historia y todos tienen que ver con aquello que decía 
Goebels, repite una mentira incesantemente y se volverá verdad; esa 
técnica de propaganda es tan amplia que hoy si preguntas a un joven 
educado
en colegios de Europa 
quien derrotó a los nazis, muchos te contestarán que los Estados Unidos.
 Cuando sabemos que fue el heroico pueblo ruso el que venció a los nazis
 y que en esa guerra hubo 26 millones de rusos que perdieron su vida. 
También parte de la tragedia en España es que se ha escondido y se ha 
manipulado tanto la historia de la guerra civil, que las nuevas 
generaciones ni siquiera saben que todavía los asesinados por el 
fascismo franquista siguen esperando una reparación, siguen en las 
cunetas y desaparecidos sin que nadie haya sido juzgado por los 
crímenes.
La guerra, la lucha por 
la historia de nuestros pueblos es importantísima, y adjunto la carta 
que Hebe de Bonafini escribió al juez que mandó detenerla, como ejemplo 
de esa lucha:
Al Sr. Juez de la Nación
Marcelo Martínez de Giorgi
Me dirijo a Ud. Para manifestarle el motivo de la respuesta a su citación.
Que
 desde el año 1977, más precisamente el día 8 de Febrero de ese año, 
vengo padeciendo las agresiones de la mal llamada justicia, implementada
 por jueces de la Nación. En ese momento empezó mi calvario, hice 168 
presentaciones por mi hijo Jorge, luego en conjunto reclame por mi otro 
hijo Raúl, que fue desaparecido en diciembre del mismo año, en una 
constante peregrinación por los juzgados, siempre padecí las mismas 
injusticias, las mismas agresiones. Luego en mayo de 1978, desapareció 
también mi nuera María Elena, nada cambio.
Siempre
 la misma ignominia, la misma indiferencia, yo sentía como la denominada
 justicia era cómplice de los asesinos militares y marinos. Una justicia
 sin solidaridad, sin sentir por los otros, sin sufrir por ellos.
Después
 de un tiempo en el año 2001, más precisamente un 25 de mayo, a mi hija 
María Alejandra que se encontraba sola en mi casa, mientras yo estaba de
 viaje, la torturaron casi hasta matarla. Y allí otra vez mi 
peregrinación para ver si encontraba algún juez que nos muestre el valor
 de la Justicia, y que esta existía, pero otra vez la burla y la sin 
razón.
Y
 llego el caso Schoklender, allí las madres con gran esfuerzo aportamos 
voluntariamente 60 cajas con pruebas, junto con 40 backup, y otros 
elementos más, primero a Oyarbide y después a ud. que ni siquiera 
leyeron algo de lo aportado.
Asistimos
 cuantas veces nos llamaron a declarar, hicimos pericias de las firmas 
que constataron que no eran mías, siempre a disposición por la verdad, 
incluso hace unos meses asistí voluntariamente a su despacho para 
informarme ante la indigna marcha de la causa.
Y
 otra vez sufrimos en carne propia la burla, que nos castiga a todas, 
ancianas de 85 a 90 años, y nos condena a pagar las deudas, injustas y 
ajenas.
Las
 madres siempre vamos a defender los valores de solidaridad social, 
extender las manos a los vulnerados, por sus sueños, en este tiempo y en
 los que vendrán. Y vamos a luchar para que alguna vez nos enfrentemos 
con jueces probos que nos ayuden a sentir en nuestros cuerpos el valor 
de la Justicia.
Hebe de Bonafini – Presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo
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Aprovecho
 este artículo para felicitar de todo corazón y con una admiración 
absoluta el 90 cumpleaños de nuestro querido Comandante, historia viva, 
historia humana y Hombre Nuevo, que nosha enseñado a no claudicar nunca.
 
Venceremos, gracias comandante Fidel Castro, Cuba es un ejemplode dignidad y resistencia, es la Historia que nos empuja a seguir luchando.
