Cuba y la salud más completa. Por Andrés Marí
El
 gran escritor portugués José Saramago, no sin buen humor, dijo una vez 
que “nos aconsejan a todos realizar ejercicios físicos, y ¿por qué no 
aconsejan a los deportistas con la misma prontitud que lean libros?” Y 
así es, porque si el cuerpo merece moverse, la mente también está 
necesitada del mismo impulso.
Somos una sola cosa: eso que mueve el mundo y puede transformarlo.
Somos una sola cosa: eso que mueve el mundo y puede transformarlo.
Un
 asunto destacable por la misma vía de la salud es el acceso a la 
cultura artística de la mayor calidad, un acceso que pueda pagar el 
mileurista, el ni a eso llega, el pensionista, el desempleado y sobre 
todo los jóvenes y los niños, y que se termine definitivamente de 
considerar que la salud más completa depende del mal paso que obliga la 
asistencia al Liceo de Barcelona, al Festival de Peralada y a tantos 
otros eventos aconsejados si es posible pagar el ladino privilegio de 
unas pocas almas.
¿Cuántos
 catalanes o españoles o europeos, pueden comprarse un buen libro, 
asistir a un selecto concierto de música clásica, participar de una 
vivificante representación teatral o danzaria, vibrar en un exquisito 
museo, disfrutar la pantalla grande en que se exhibe una película de 
culto, o, al menos, entrar al aprendizaje para la apreciación del Arte y
 la Literatura que han descubierto el clima del ser humano, o sea, sus 
álgidas exaltaciones y sus tenebrosos escondites? Seguramente cuando 
estas cosas sucedan, el mundo será tan distinto que habremos de hacer un
 gran esfuerzo para creer que eso es posible.
Los
 ejemplos no siempre cumplen el bello rol por el que se exponen, pero, 
dispuesto a la polémica, sitúo a la pequeña isla de Cuba como el mejor 
paisaje de ese mundo distinto al que todos aspiramos, a pesar de ser un 
país pobre y carente de las fuerzas superiores para lograr que EEUU le 
levante el bloqueo a que la tiene condenada desde hace más de 50 años. 
Qué tristeza tan grande cuando uno se imagina todo lo que pudo lograr 
Cuba como ejemplo del acceso masivo a todos los bienes culturales de la 
humanidad.
