Cuba habló en la ONU y puso en su sitio al imperialismo Imprimir.
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PALABRAS
 DEL MINISTRO DE RELACIONES EXTERIORES DE LA REPÚBLICA DE CUBA, BRUNO 
RODRIGUEZ PARRILLA, EN EL DEBATE GENERAL DEL 67 PERÍODO DE SESIONES DE 
LA ASAMBLEA GENERAL DE LA ONU. NUEVA YORK, 1RO. DE OCTUBRE DE 2012.
Felicito al Excelentísimo Señor Vuk Jeremic por su elección como Presidente de esta Asamblea.
Señor Presidente:
Nunca
 antes, América Latina y el Caribe se habían expresado con tanta fuerza y
 unidad como en la llamada “Cumbre de las Américas”, que excluyó 
nuevamente a Cuba por imposición del gobierno de los Estados Unidos, 
celebrada en abril, en Cartagena de Indias.
La
 soberanía argentina de las Malvinas, que nuestro país apoya 
fervientemente, y el cese del bloqueo a Cuba fueron los ejes de un 
pronunciamiento que demostró que la Patria Americana de Bolívar, 
“Nuestra América” de Martí, ha entrado en una nueva época, en el siglo 
de su definitiva independencia.
Meses
 antes, precisamente en Caracas, había ocurrido la constitución de la 
Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). “Ningún otro 
hecho institucional de nuestro hemisferio durante el último siglo 
refleja similar trascendencia”, escribió al respecto el líder de la 
Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz.
Sabemos
 que la CELAC aún deberá ser construida en los hechos para que nuestros 
pueblos puedan “andar en cuadro apretado como la plata en las raíces de 
los Andes”, pero definitivamente, América Latina y el Caribe han 
cambiado y se propone hacer una contribución mayor al “equilibrio del 
mundo”.
Sin embargo, no podrían subestimarse las amenazas, los peligros ni los obstáculos.
La
 política de Estados Unidos hacia nuestra región, con gobiernos 
demócratas o republicanos es, en esencia, la misma. Las promesas del 
2009 que hizo el actual Presidente no se cumplieron. La voracidad por 
nuestras riquezas, la imposición de modelos, cultura, pensamiento y la 
injerencia en nuestros asuntos no cesan.
Aunque
 se hable del “poder inteligente” y se utilicen nuevas y fabulosas 
tecnologías, prevalecen el enfoque de seguridad y el despliegue militar,
 en vez de una relación democrática y de beneficio mutuo entre Estados 
soberanos e iguales.
En
 circunstancias de crisis económica global, agotamiento de recursos y 
nuevo reparto del mundo, la OTAN continúa percibiendo a nuestra región 
como periferia euro-atlántica, donde se puede intervenir para asegurar 
intereses, incluso ilegítimos.
Las
 inminentes elecciones en la hermana República Bolivariana de Venezuela 
serán decisivas para el destino común de la región. Al pueblo venezolano
 y a su líder, el Presidente Chávez, expresamos toda nuestra solidaridad
 ante los intentos de desestabilización que se avizoran.
Los
 poderes que gobiernan en los Estados Unidos cometerían un gravísimo 
error, de consecuencias impredecibles, si alentaran revertir por la 
fuerza las conquistas sociales de nuestros pueblos.
Con
 discreción y modestia, Cuba siempre ha contribuido a la paz en 
Colombia, dio todo su apoyo a las conversaciones exploratorias 
confidenciales realizadas a lo largo del año en La Habana y así lo hará 
como Garante y Sede del proceso de diálogo entre el Gobierno y las 
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia que se avecina.
“Nuestra
 América” permanecerá mutilada mientras Puerto Rico, nación 
latinoamericana y caribeña, no sea independiente, causa que tiene 
nuestro mayor apoyo.
Señor Presidente:
No
 se parece el mundo de hoy a aquel que auguraban los redactores de la 
Carta de las Naciones Unidas, sobre las cenizas de la Segunda Guerra 
Mundial, cuando resolvían preservar a nuestras generaciones del flagelo 
de la guerra, proteger los derechos fundamentales del ser humano y la 
igualdad entre naciones grandes y pequeñas; fomentar la justicia, la 
dignidad y el progreso social.
Ahora
 se promueve, sin disimulo, el derrocamiento de gobiernos mediante el 
uso de la fuerza y la violencia, se impone el “cambio de régimen” desde 
Washington y otras capitales de la OTAN, y se libran guerras de 
conquista por el control de recursos naturales y zonas de importancia 
estratégica.
El
 gobierno de los Estados Unidos y algunos de Europa han decidido el 
derrocamiento del gobierno sirio, para lo cual han armado, financiado y 
entrenado a los grupos opositores, incluido el uso de mercenarios.
Gracias,
 fundamentalmente, a la firme oposición de Rusia y China, no ha sido 
posible manipular al Consejo de Seguridad, para imponer la fórmula 
intervencionista aplicada en aventuras bélicas recientes.
Cuba
 reafirma el derecho del pueblo sirio al pleno ejercicio de la 
autodeterminación y la soberanía, sin injerencia ni intervención 
extranjera de ningún tipo. Para ello, han de cesar la violencia, las 
masacres y los actos terroristas que han ocasionado un alto número de 
pérdidas de vidas inocentes. Tiene que terminar también el trasiego de 
armas y dinero a los grupos insurgentes y la vergonzosa manipulación 
mediática de la realidad.
Corresponde
 a la Asamblea General usar todas sus facultades para promover una 
solución pacífica a la situación que desgarra a la nación árabe e 
impedir que se desate una agresión militar extranjera con graves 
consecuencias para todo el Medio Oriente.
La
 Asamblea General debe actuar resueltamente en el reconocimiento del 
Estado palestino, como miembro pleno de la Organización de las Naciones 
Unidas, con sus fronteras anteriores a 1967 y su capital en Jerusalén 
Oriental; y ha de hacerlo ya, con o sin el Consejo de Seguridad, con 
veto estadounidense o sin él, con o sin nuevas negociaciones de paz.
Señor Presidente:
La
 crisis económica global, que hoy se manifiesta con particular crudeza 
en Europa, refleja la incapacidad de los gobiernos y las instituciones 
para resolver un problema que requiere replantearnos los fundamentos del
 actual sistema de relaciones económicas internacionales que solo sirve 
para expoliar a los países subdesarrollados.
Las
 duras consecuencias de la crisis en el mundo desarrollado y de las 
fallidas políticas hasta ahora adoptadas para intentar detenerla, siguen
 descargándose sobre los trabajadores, la creciente masa de 
desempleados, los inmigrantes y los pobres, cuyos movimientos de 
protesta son brutalmente reprimidos.
Los
 augurios de una nueva espiral en los precios de los alimentos, como 
resultado de la sequía que afecta a gran parte de América del Norte, 
amenaza con hacer todavía más crítica la situación de inseguridad 
alimentaria mundial.
Avanza
 también la destrucción del medio ambiente, se acelera la pérdida de la 
biodiversidad y el equilibrio natural de los ecosistemas, mientras que 
la agudización de los patrones de producción y consumo irracionales, la 
marginación de más de la mitad de la población mundial y la ausencia de 
medidas globales para detener el avance del cambio climático, suponen un
 riesgo cada vez mayor para la integridad física de naciones enteras, 
particularmente los pequeños Estados insulares.
Frente
 a estos colosales retos, cabría preguntarse qué puede justificar que, 
veinte años después de concluida la llamada “Guerra Fría”, el gasto 
militar se haya casi duplicado para alcanzar la astronómica cifra de 
1.74 millones de millones de dólares. Como ha advertido el Presidente 
Raúl Castro Ruz, ¿contra qué enemigo se usarán esas armas? ¿Servirán 
para eliminar a las masas de pobres que no soporten más su pobreza o 
para enfrentar incontenibles migraciones de sobrevivientes?
En
 estas circunstancias, urge salvar la Organización de las Naciones 
Unidas y, al mismo tiempo, someterla a profunda reforma para ponerla al 
servicio de todos los Estados igualmente soberanos y sustraerla de las 
arbitrariedades y doble rasero de unos pocos países industrializados y 
poderosos.
Deben
 hacerse prevalecer con determinación el Derecho Internacional y los 
Propósitos y Principios de la Carta, restablecer el papel central de la 
Asamblea General y refundar un Consejo de Seguridad democrático, 
transparente y verdaderamente representativo.
La
 Cumbre del Movimiento de Países No Alineados se celebró exitosamente en
 Teherán y reafirmó sus posiciones en la defensa de la paz, la 
independencia y la igualdad soberana de los Estados, la justicia, el 
derecho al desarrollo, la soberanía sobre los recursos naturales, el 
desarme general y completo, en particular el desarme nuclear; y reafirmó
 el derecho al uso de la energía nuclear con fines pacíficos. A la 
Presidencia del Movimiento daremos todo nuestro concurso.
Señor Presidente:
El
 31 de julio pasado, el Departamento de Estado de los Estados Unidos 
incluyó nuevamente a Cuba en su lista unilateral y arbitraria de Estados
 patrocinadores del terrorismo internacional.
El
 verdadero propósito de mantener a Cuba en ese listado espurio es 
fabricar pretextos para endurecer la persecución de nuestras 
transacciones financieras y justificar la política de bloqueo, que ha 
provocado invaluables daños humanos y económicos por un millón de 
millones de dólares, al valor actual del oro.
Los Estados Unidos no tienen la más mínima autoridad moral ni política para enjuiciar a Cuba.
Es
 conocido que el gobierno norteamericano ha utilizado el terrorismo de 
Estado como un arma de su política contra Cuba, que ha provocado 3 478 
muertes y 2 099 discapacitados entre nuestros compatriotas, al tiempo 
que ha cobijado a decenas de terroristas, algunos de los cuales aún hoy 
viven libremente en ese país, mientras mantiene en prolongado e inhumano
 encarcelamiento o retiene cruel y arbitrariamente en su territorio a 
los cinco luchadores antiterroristas cubanos.
Cuba
 rechaza enérgicamente la utilización de un tema tan sensible como el 
terrorismo con fines políticos y demanda que el gobierno de los Estados 
Unidos deje de mentir y ponga fin a este vergonzoso ejercicio, que 
ofende al pueblo cubano, a la comunidad internacional y desacredita la 
causa de la lucha contra el terrorismo.
Reiteramos
 a los Estados Unidos, en vísperas de sus elecciones, nuestra 
indeclinable vocación de paz y el interés de avanzar hacia la 
normalización de las relaciones mediante el diálogo, en pie de igualdad y
 con pleno respeto a nuestra independencia.
Con
 toda certeza, ocurra lo que ocurra, nuestro pueblo, “con todos y por el
 bien de todos”, persistirá en el camino escogido hasta “conquistar toda
 la justicia”.
Muchas gracias.
 
 
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