Ernesto Che Guevara en la transición socialista de Cuba hoy*
1.    Creo que para el Che al igual que 
para otros pensadores es necesario e imprescindible analizarlos, como se
 ha apuntado, dentro del contexto en que vivieron y qué los condujo a 
determinadas afirmaciones y tesis asentadas por esa realidad, a veces 
coyuntural, pero otras afianzadas en una lógica más acabada que 
trasciende su tiempo. Así debemos estudiarlos y precisar su vida y obra 
sin caer en excesos de un lado u otro, con su dialéctica propia y los 
límites que no lleven a un desgaste o a una repetición insustancial de 
algunas tesis o presupuestos específicos.
2.    Sin dudas, no es confundir,  como 
afirman algunos, que el Che pretendiera ser el más comunista de todos, 
pero sí fue uno de los más convencidos de algo que siempre reiteró: el 
socialismo como sistema es insuperable al capitalismo y más temprano que
 tarde se convertirá en el futuro de la humanidad, solo que no será una 
tarea fácil por el peso y la pujanza del capitalismo desarrollado y, 
sobre todo, por la necesidad de construir el futuro desde el presente, 
pensando en lo superioridad intrínseca del comunismo. La posibilidad de 
avanzar hacia un sistema superior solo es posible si se tiene en cuenta 
un  requisito principal: pensar en el hombre que tiene que construir ese
 futuro, porque como afirmara reiteradamente sin socialistas no se puede
 transitar hacia el cambio. Esa gran verdad lo conduce a elaborar un 
sistema de pensamiento y acción propio de la Filosofía de la praxis, 
donde la teoría y la acción se funden para marchar juntos en la 
conquista de la nueva sociedad.
3.    Cabe una interrogante muy extendida
 en algunos para estos tiempos que corren, ¿fue el Che utópico al pensar
 y definir al hombre nuevo del futuro?  Yo pienso que no, si asumimos 
cómo sintió, actuó y pensó acerca de  ese proceso y cuya base la extrajo
 del propio Marx,
 de ahí que sea necesario borrar ese halo místico en que se ha asumido 
muchas veces su huella de hombre perfecto, capaz de idealizar la 
posibilidad de construir un hombre nuevo alejado de la realidad. Creo 
que su actuar está en correspondencia con su modo de pensar, pero sobre 
todo en la angustia que advertía en cómo avanzar en el desarrollo de la 
conciencia en su función de ente transformador, sin dejarse atrapar por 
dogmas preestablecidos ni vulgarizaciones que nada tienen que ver con el
 marxismo y su praxis. En su caso, tiene una importancia real porque 
forma parte de uno de sus aportes esenciales al marxismo como 
continuador de Marx,  que lo llevan a afirmar que para transitar por un 
cambio verdadero era necesario trabajar con el hombre desde el primer 
día y formarlo en una conciencia que le permitiera entender sus 
circunstancias, su modo de actuar y su sacrificio desde el presente, 
marcado por una ética de valores en que se pudiera vislumbrar un 
pensamiento político y un comportamiento acorde con esos principios. 
Recordar la fórmula que define al socialismo en esa primera etapa: 
Productividad + Conciencia, aparentemente simple pero muy sugerentes y 
comprometida al dejar delimitada componentes que, de no observarse, 
darían al traste con el camino hacia un tránsito verdadero.
4.    En esa definición se encuentra en 
síntesis, su concepción del verdadero significado del Socialismo, pero 
sobre todo algo que formó parte de su marxismo crítico y uno de sus 
principales contenidos como verdaderos aportes al pensamiento marxista, 
al partir de que solo la actividad humana, sin mecanicismos ni 
imposiciones, puede hacer avanzar la transición hacia el socialismo.  En
 ese nivel sitúa las críticas que en su momento le hace al modelo 
económico del llamado socialismo existente de su época, las que le 
valieron calificativos de hereje, aunque en definitiva la historia se 
encargó de darle la razón. Parte, una vez más, del papel del hombre y la
 conciencia como rasgos esenciales y necesarios y, justamente ahí, a su 
juicio, es que el socialismo se perdía al proponerse actuar con los 
condicionamientos propios de una sociedad capitalista y no desarrollarse
 como constructor consciente de la sociedad nueva. Por supuesto es una 
pregunta a hacerse en la Cuba de hoy y el espacio que ocupa el Che, si 
en verdad mantenemos el sueño de hacer realidad un socialismo 
emancipatorio.
5.     Partamos de lo que afirmábamos al 
principio sobre los contextos y condicionamiento de su época. Para el 
Che el socialismo instaurado por primera vez en el mundo podía suplantar
 al capitalismo por ser superior y por proponerse alcanzar la verdadera 
emancipación de la humanidad. Estaba convencido de ese fundamento y así 
concibió un pensamiento y acciones que lo vislumbraran, sin embargo muy 
pronto al conocer a profundidad lo que ocurría en el llamado socialismo 
existente comenzó a palpar deficiencias y fisuras que de no pararse 
darían al traste con la construcción futura del socialismo. Es el 
momento en que estudia concienzudamente cuáles eran los problemas que se
 habían generado y de qué forma podían superarse.
6.    Esos enunciados significan un 
mérito enorme que habla no solo de su capacidad política e ideológica, 
sino que habla de su capacidad intelectual y su profundo conocimiento 
del marxismo y la Economía Política cuando emplaza las deficiencias de 
lo que estaba ocurriendo y las posibles vías para superarlo. Es el 
comienzo de una profunda reflexión donde analiza los problemas de la 
Economía Política y su no existencia en la transición socialista, lo que
 a su juicio impedía teóricamente partir de bases concretas para avanzar
 en el proceso. Se carecía de una herramienta imprescindible para dar 
respuestas a las necesidades de lo nuevo y barrer con lo obsoleto de lo 
anterior. A esa verdad se unen no solo los problemas económicos si no 
también los políticos al instaurarse irracionalmente un poder 
autoritario, dogmático y sectario que se valía de un recetario de citas 
para imponer una experiencia que no era la única y que ni tampoco se 
proponía propiciar un cambio. Es el momento en que comienza una carrera 
para ser igual a…, lo que al final da al traste con la construcción de 
los cimientos verdaderos en que afianzar los nuevos cambios.
7.    Partiendo de esa experiencia no 
solo elabora apuntes críticos acuciosos y rigurosos en sus 
aseveraciones, sino que comienza a estructurar un pensamiento propio 
acerca del socialismo, partiendo de su experiencia dentro de la 
Revolución cubana y también del conocimiento que tenía de la realidad 
tercermundista, momento en que construye un conjunto de tesis que 
servirían para incorporar a la realidad del socialismo existente a otro 
tipo de países, subdesarrollados por demás, para que unidos todos 
pudieran establecer un frente común de oposición al capitalismo y al 
imperialismo y avanzar en el camino certero hacia el socialismo. Elabora
 tesis generales que parten de un análisis importantísimo del papel del 
Imperialismo, su capacidad de respuesta, su vínculo con el mundo 
dependiente y subdesarrollado y cómo ese mundo puede ser capaz de 
enfrentársele. Es el clímax de su pensamiento y hasta donde pudo llegar,
 momento en que toma la decisión de elaborar un proyecto personal de 
lucha al pensar que ese camino de enfrentamiento era acertado y el más 
directo. Desde nuestra óptica actual, se puede estar o no de acuerdo, si
 fue equivocada esa elección, pero hasta el momento el legado que nos 
dejara, a pesar de sus circunstancias, lo colocan en una posición 
sobresaliente como intelectual comprometido con un actuar revolucionario
 que lo trasciende.
8.    De modo práctico es importante 
destacar el esfuerzo que realizara  por dar respuestas a cómo enfrentar 
el tránsito al socialismo desde el mundo dependiente y subdesarrollado, 
cuando pone en función, dentro del Ministerio de Industrias, su Sistema 
Presupuestario de Financiamiento, partiendo de los principios claves de 
su práctica política: el papel del hombre como centro, el desarrollo de 
su conciencia y su socialización en todos los niveles de la sociedad 
basado en una ética política capaz de proponerse un cambio radical en la
 conducta de los hombres y su entrega. Como marxista verdadero establece
 una integralidad donde se conjugan todos los factores que intervienen 
en ese proceso, sobre todo desde presupuestos culturales, científicos y 
tecnológicos que le permitieran avanzar y sentirse actores comprometidos
 con los nuevos cambios. Asombra la labor desarrollada en el Ministerio 
de Industrias la estructura asumida y la forma que se dio a la 
organización, al control y a los métodos de dirección que hoy son 
elementos imprescindibles en las nuevas propuestas de cambio, pero que 
tuvieron un espacio y resultados concretos dentro de su accionar como 
Ministro.
9.    Ejemplos significativos estuvieron 
presentes en la Disciplina financiera, el papel de la Contabilidad y el 
control de los inventarios, la supervisión y la auditoría que 
conformaban un verdadero sistema de control. La interrogante que siempre
 nos hacemos es, ¿por qué se perdió? No se alcanzó la perfección, pero 
sin dudas en los métodos y estilo de trabajo se diseñó un modelo capaz 
de priorizar la Producción con una visión social y económica y, esto lo 
digo con intención, porque no se puede negar  que debe ser una doble 
condición en el socialismo si en verdad deseamos un camino justo y 
equilibrado. Esta nueva concepción, válida hasta el presente, definió el
 desarrollo de una base productiva que contemplara los cambios técnicos,
 científicos y organizativos, gerenciales y culturales, ¡imagínense 
ustedes en los años 60 lanzarse con esa concepción! Y, además, el 
establecimiento  de una organización productiva con estructuras y 
mecanismos ágiles desde la base hasta el Ministerio. Los ejemplos 
sobran. En el plano de la estructura Económica se definía la 
Planificación como el elemento racional que permitiría trazar una 
política objetiva de Producción, Abastecimiento, Salarios, Costos y 
Precio, Inversiones, construcciones industriales, por citar algunos 
elementos. Esos eran elementos que le daban al Sistema Presupuestario un
 estilo colectivo de trabajo, una visión integral y una visión 
perspectiva. Ahora, ¿todo funcionó bien, todo respondía a ese engranaje?
 Esas respuestas es necesario asumirlas desde diversas ópticas y 
contextos para no caer en calificativos extremos.
10.    Primero, nunca en Cuba se 
generalizó el Sistema, y se asumió en lo fundamental el sistema de 
Autogestión que era el aplicado en los países socialistas existentes. 
¿Tenía el Che razón o no en su percepción? Antes de su partida, le 
escribe una carta a Fidel
 en el 1965 donde expone algunos elementos que se pudieran discutir y 
que nos llevan a un camino de razonamientos más precisos y consecuentes 
respecto al papel del individuo y sus limitaciones en la práctica 
socialista aplicada por los países del sistema socialista existente: 
“…El interés material individual era el arma capitalista por excelencia y
 hoy se pretende elevar a categoría de palanca de desarrollo, pero está 
limitado por la existencia de una sociedad donde no se admite la 
explotación…”. Por supuesto, esa afirmación no puede asumirse como 
receta, solo reflexionar en la importancia ética que distingue el paso 
hacia una sociedad nueva y la asunción de los nuevos proyectos que nos 
definan.
11.    Claro que existen contextos 
diferentes, pero si en su momento  muchas de las cosas que conformaban 
el sistema se hubieran ajustado a nivel de toda la sociedad, hubieran 
contribuido a organizar una sociedad más ajustada en estructura y 
funcionamiento. Un ejemplo simple desde el control o descontrol: no es 
posible avanzar dándose el lujo de desechar los sistemas contables 
argumentando que era excesiva la centralización cuando son elementos que
 contribuyen al orden, al control y a la perspectiva de desarrollo 
(aceptados hoy como imprescindibles), sin embargo, es importante 
detenerse a pensar cuánto de lo dicho se discute hoy como si nunca se 
hubiera tenido en cuenta. Sin dudas, el Che no se hubiera detenido en 
proyecciones y hubiera pensado para el hoy al igual que lo supo hacer en
 su momento, solo que es imposible pensar que alguien que fue capaz de 
elaborar un pensamiento creador y activo seguiría repitiendo los mismos 
esquemas, aunque estoy convencida que siempre pensando desde el 
socialismo.
12.    Por ejemplo, hoy se debate por 
nuestros economistas cómo configurar la sociedad socialista que queremos
 y cómo superar el modelo “anquilosado” que tenemos. Por supuesto, hay 
que avanzar mucho en experiencia, en nuevas prácticas, pero lo más 
importante es no perder de vista si las mismas responden al socialismo 
que queremos, porque definir una Economía de Mercado no capitalista es 
compleja y a su vez contradictoria si no definimos con claridad sus 
objetivos y verdadero alcance, partiendo de la necesidad que se tiene  
de incorporar al modelo la participación privada. Sin satanizar nada, 
cómo, en ese esquema, se puede garantizar la transición socialista 
basado en un amplio concepto de Desarrollo donde hay que cambiar las 
reglas de funcionamiento y establecer transformaciones profundas que 
respondan a las nuevas circunstancias: Trabajo y Salario, regulación de 
los Mercados y su medición e impacto en los  nuevos actores como los 
verdaderos ejes del cambio, es decir el lógico cambio generacional, 
entre otros.
13.    Todo ello forma parte de una 
estrategia necesaria pero que tendrá que ponerse a prueba y medir hasta 
dónde avanzar en ella y cuándo atenuarla en la medida que se evolucione y
 desarrolle la productividad, la organización y satisfacción, elementos 
que necesitan de correcciones dentro del modelo socialista que deseamos 
construir porque de lo contrario nos acercaríamos a las críticas 
enunciadas por el Che cuando en su momento advirtió los errores en que 
se podía caer.
14.    Para terminar quisiera remitirme 
una vez más a la carta que le enviara el Che a Fidel en 1965: “Nosotros 
no hemos hallado respuesta todavía y creo que hay que estudiar un poco 
más esto. La respuesta tiene que estar íntimamente relacionada con la 
Economía Política de este período y el tratamiento que le dé a estas 
cuestiones debe ser integral y coherente…”. Esa integralidad que pedía 
el Che debe ser parte de la construcción del nuevo modelo, más allá de 
los posibles y necesarios cambios, pero sin dejar de considerar el 
significado real de la solidaridad que no es subsidiada si responde a 
los valores del socialismo en su integralidad desde lo político, 
estructural y cultural, desde el marxismo verdadero y desde la 
participación de todos.
Muchas gracias.* Palabras en el espacio Dialogar Dialogar, dedicado a la vigencia del pensamiento del Che.
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