EE.UU menosprecia y utiliza como carne de cañón a jóvenes latinoamericanos. Patricio Montesinos
Los regímenes de turno norteamericanos no han dejado de utilizar a jóvenes latinoamericanos como carne de cañón en sus guerras sucias, agresiones terroristas y acciones encubiertas contra países de la Patria Grande y del mundo, lo que muestra su desprecio por las nuevas generaciones de esta región.
A Washington no le bastó reclutar a mancebos en América Latina, a
través del “palanganero” exgobernante español José María Aznar, para
mandarlos al suicidio en sus agresiones castrenses contra Irak y
Afganistán, ni tampoco para poner bombas en Cuba, como lo hizo con
salvadoreños, y fomentar la violencia en Venezuela y en otras naciones.
Precisamente, una información reciente de uno de los principales medios
de prensa estadounidense, la Associated Press (AP), reveló que la
Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo (USAID por sus siglas
en inglés), un afamado tentáculo de la CIA, utilizó a jóvenes peruanos,
costarricenses y venezolanos en planes subversivos contra Cuba.
La USAID envió a esos latinoamericanos a la mayor de las Antillas como
parte de un programa “Top Secret” que tenía como propósitos manipular a
sus similares caribeños, identificar aparentes líderes y construir una
nueva supuesta oposición dirigida a conseguir destruir la Revolución
cubana.
El plan de la USAID, que opera con toda libertad en
varios Estados de la Patria Grande, entre ellos Perú, Colombia y Costa
Rica, y no por gusto fue expulsada de Ecuador y Bolivia, empleó métodos
propios de los servicios especiales del Pentágono, incluidas medidas de
seguridad, para evitar que los ejecutores fueran detectados.
El
modus operandi del reclutamiento de los flamantes “espías” por esa
agencia subversiva de Washington fue similar al que se usó con
mercenarios de origen salvadoreño, quienes protagonizaron en 1997
atentados terroristas en hoteles e instalaciones de esparcimiento en
Cuba, que costaron la vida a un turista italiano, e importantes daños
materiales.
Similar procedimiento manejó Estados Unidos con
jóvenes de la Patria Grande, especialmente centroamericanos, para que
actuaran como criminales de guerra en sus agresiones contra Irak y
Afganistán, encomienda que le dio su “amiguete” George W. Bush al
entonces presidente español Aznar.
Las revelaciones la pasada
semana de la AP demuestran que la USAID y la “contratista Creative
Associate” reinciden en sus proyectos conspirativos contra Cuba, como el
denominado ZunZuneo, igualmente develado este año, y condenado
internacionalmente.
A su vez remarca que el “contratista”
norteamericano Alan Gross, apresado en la isla caribeña en 2009 por
introducir dispositivos sofisticados de comunicación y hacer labores de
espionaje, formó parte de otra de las tantas operaciones sediciosas
encubiertas contra la Revolución cubana.
“Casualmente” los
mancebos de Perú, Costa Rica y Venezuela fueron enviados a la mayor de
las Antillas el mismo año de la detención de Gross en La Habana, lo que
certifica que la USAID para nada promueve el desarrollo de
Latinoamérica, como creen algunos ingenuos, sino todo lo contrario, su
desestabilización, además de pretender perjudicar las relaciones y la
integración entre los países de la región.
Esa entidad de los
servicios de inteligencia del Pentágono es como un cáncer que trabaja
silenciosamente en las sociedades, y cuando se descubre hay que
eliminarlo de raíz, antes de que haga metástasis, como actuaron los
gobiernos de Rafael Correa, en Ecuador, y de Evo Morales, en Bolivia, al
desterrarla definitivamente de sus respectivos territorios nacionales.
El empleo de latinoamericanos en beneficio de los intereses malévolos
de la Casa Blanca, no es nada novedoso, y dice mucho de cuanto Estados
Unidos desprecia a los jóvenes de la Patria Grande.
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