viernes, 22 de enero de 2021

De los insomnios y la vigilia. Tarea Ordenamiento y distribución de las riquezas en Cuba. Por Joel Ernesto Marril Domenech por La pupila insomne

 

La pupila insomne | 20 enero, 2021 a las 7:51 | Etiquetas: Economía política, Joel Ernesto Marril Domenech, Tarea ordenamiento | Categorías: Cuba | URL: https://wp.me/p10AwN-jdGLa llegada del mes de enero y el inicio de la Tarea Ordenamiento no han dejado a nadie indiferente en un país que se ha lanzado a una de sus más grandes transformaciones económicas en los últimos 30 años. Cuando se asientan los primeros polvos levantados por la misma y pueden dilucidarse con más claridad sus implicaciones y defectos, se hace imperioso el análisis crítico de las posibilidades que se abren y las probables consecuencias asociadas. En este trabajo abordaremos los efectos del ordenamiento monetario sobre el llamado sector de la población que comprende los hogares y actividades económicas no estatales — formales e informales — , en especial nos acercamos a los efectos de este sobre el mecanismo económico de distribución de la riqueza social y sobre fenómenos tan complejos y multifactoriales como el desempleo y la inflación. Dejaremos entonces para un trabajo posterior, que completará el presente, las implicaciones del ordenamiento para el sector estatal y las posibilidades que abre para el desarrollo económico de la nación.

El ordenamiento monetario como transformación del mecanismo económico de distribución

Sin lugar a dudas, uno de los debates inolvidables que todo estudiante de Economía en Cuba tiene algún día se da a la altura del segundo año de la carrera — al menos así es en el plan de la Universidad de la Habana — , cuando en una peculiar asignatura llamada «Economía Política de la Construcción del Socialismo» el profesor invita a reflexionar sobre las relaciones de distribución de la riqueza de las economías socialistas — o en tránsito — . En este momento se presenta al estudiante un importante principio teórico — que algunos elevan erróneamente al rango de ley económica — que debería regir la distribución de la riqueza de una sociedad en transición al socialismo: el principio de distribución con arreglo a la cantidad y calidad del trabajo aportado. Este principio supone que: «la cantidad y calidad del trabajo aportado por cada trabajador deviene el parámetro económico para la distribución de los bienes y servicios creados conjuntamente» (Sánchez Noa, 2007).[1]

En la asignatura se presentaba también a los llamados «fondos sociales de consumo», aquella parte de la riqueza que se distribuía independientemente del trabajo y que tenía el objetivo de cerrar las brechas de ingresos resultado de trabajos dispares, y constituía una seguridad con independencia de la forma en que cada cual se vinculara al proceso de producción. Estos fondos incluían un variado grupo de bienes y servicios, desde la educación, salud y cultura, hasta los bienes básicos de la canasta familiar y los subsidios generalizados al consumo. El mecanismo económico de distribución socialista estaba constituido así por las relaciones que determinaban la forma de distribución de la riqueza social, variando de un modelo a otro en dependencia de las relaciones que otorgaban mayor o menor peso para cada una de las formas de distribución.

Está claro, sin importar qué pudieran decir determinados libros de texto, que en la Cuba de 2019 el trabajo, su calidad y cantidad, no era la fuente fundamental de la distribución de la riqueza en el país. Este elemento contrastaba con las necesidades de nuestra economía de alinear las motivaciones al trabajo y la producción con la realización individual de los trabajadores, en busca de mayores niveles de eficiencia y productividad. Las causas de esta deformación y entendemos por tal una incoherencia con el modelo que desde hace años reconocía la necesidad de este alineamiento — , superaban en gran medida el hecho de ser una herencia del modelo de socialismo cubano de los años ochenta, y se entrelazaban con profundas y complejas distorsiones del entorno monetario-cambiario que hacían imposible avanzar hacia una forma diferente de distribuir la riqueza, aun cuando existiese voluntad política para ello.

Cuando se analizan las economías modernas, un rasgo fundamental que atraviesa a todas ellas, con independencia de su signo político, es la forma monetaria-mercantil en que se desarrolla su proceso de producción. Esta forma implica, entre otro sinfín de elementos, que las economías modernas son economías monetarias de producción y no economías de trueque, por lo que los procesos de producción, distribución, circulación y consumo de la riqueza social — aun siendo momentos indisolubles de un todo — no se dan de forma lineal y automática, sino que se interrelacionan de forma orgánica mediados por un elemento especial: el dinero. En este escenario, la producción y la realización de lo producido — la venta y luego el consumo — están no solo separadas en el tiempo, sino mediadas por un proceso indirecto de distribución en forma monetaria, sujeto a constantes modificaciones y luchas por la riqueza social creada. A diferencia de una comuna agrícola feudal, las economías monetarias modernas distribuyen lo producido bajo la mediación del dinero, de esta manera los mecanismos monetarios se colocan en el corazón de los canales de distribución de la riqueza y justamente dichos canales son los que intentan ser modificados con la Tarea Ordenamiento en el sector de la población.

La disociación parcial implícita en toda economía monetaria-mercantil entre la producción y el consumo, mediada por los procesos de distribución y circulación, da la posibilidad práctica a los organismos rectores de la economía de actuar sobre el primero de estos procesos — la distribución monetaria — para trasformar la forma y las proporciones en que se accede al fondo común de la riqueza social creada. Esta posibilidad, sin embargo, no es una carta abierta para emplear en todo momento y lugar los movimientos monetarios con el propósito de incidir sobre la distribución de la riqueza. Las propias leyes asociadas a la forma mercantil de las economías modernas condicionan que dichos procesos, cuando son aplicados, suelan provocar grandes niveles de inestabilidad macroeconómica — ej.: los déficits fiscales con impuestos inflacionarios — .[2] Sin embargo, la posibilidad que se abre con el ordenamiento de incidir de forma sustancial y permanente sobre la distribución de la riqueza está asentada en una realidad cualitativamente diferente: la existencia en nuestra economía de un mecanismo distributivo en base a subsidios generalizados y defensor de un patrón igualitarista de acceso a la riqueza social.

En este sentido, la modificación de precios, ingresos y subsidios a lo interno del sector de la población persigue reconvertir tal mecanismo de distribución basado en un sistema de subsidios universales en un mecanismo de distribución basado fundamentalmente en la calidad y cantidad del trabajo aportado y complementado con subsidios focalizados. De esta manera se intenta modificar la forma en que los cubanos accedemos al fondo social común de la riqueza creada.

En virtud del actual mecanismo de distribución dicha riqueza es distribuida con arreglo a un principio igualitarista que beneficia a todo ciudadano cubano por el hecho de serlo, y que va en detrimento de las remuneraciones relacionadas de manera directa con el esfuerzo y desempeño en el trabajo. Este mecanismo de distribución, a la par que obviaba en su implementación las diferencias existentes entre aquellos que sí necesitaban en efecto ayudas del Estado y aquellos que no, va en detrimento de la motivación y el interés por el trabajo, que no puede basarse solo en el compromiso social. Asimismo, viola en el proceso un principio histórico del mecanismo de distribución socialista: «de cada cual según su capacidad y a cada cual según su trabajo».

Como consecuencia del mecanismo de distribución vigente en la economía nacional, a la par de una tasa de cambio — 1x24 — que históricamente premió a las remesas en detrimento de los ingresos nacionales, se condicionó un sistema de niveles de precios y salarios que beneficiaba a los receptores de ingresos desde el exterior, al acceder mediante estos a un volumen sustancial de productos centralmente subsidiados. Esto constituía un subsidio indirecto — en los bajos precios — a dichos flujos de ingresos externo. Asimismo, el esquema de distribución, a la par del régimen cambiario empleado por las empresas estatales — fijo 1x1 — , dificultaba la posibilidad de incurrir en un incremento sustancial de los salarios que los pusiera en un nivel coherente con el costo de la vida en el país, dado que este incremento afectaría tanto la rentabilidad de las empresas — donde 1USD = 1CUP — , como el equilibrio macroeconómico de la población — ingresos y gastos — , donde permanecían un cúmulo enorme de productos subsidiados, tanto directamente desde el presupuesto, como indirectamente desde la tasa de cambio.

En última instancia, no es solo que el pago del salario estuviera limitado por el crecimiento de la riqueza, sino que lo estaba por la forma en que esta se distribuía, forma que iba contra el salario mismo y en favor tanto de los flujos externos como del igualitarismo. En relación con los flujos de remesas formales, es válido hacer notar que las mismas en 2019, según estimados de Carmona (2020),[3] fueron de 2.177 millones de USD (52.248.000.000 CUP) y representaron 1,8 veces (180 por ciento) el fondo de salarios estatales base anterior a la tarea ordenamiento (28.368.000.000 CUP),[4] mientras que solo representarían el 37 por ciento del nuevo fondo de salario (139.000.000.000 CUP) posterior a la Tarea Ordenamiento.[5] Cambiar el mecanismo de distribución que sostiene estas distorsiones se convierte entonces en una tarea de primer orden en los esfuerzos por poner a la economía cubana en la senda del desarrollo y el progreso.

Una pregunta válida en este sentido podría ser: ¿por qué conociéndose las distorsiones y los beneficios de solucionarlas no se había realizado con anterioridad esta transformación del mecanismo de distribución? Más allá de las razones, justificadas o no, que dilataron el proceso de ordenamiento, la modificación del esquema de distribución era muy compleja de realizarse fuera de este proceso, porque en el notable entramado de subsidios e impuestos en la economía cubana, obligados por la sobrevaluación cambiaria en las empresas — 1USD=1CUP — , la gran mayoría de los subsidios que sostenían dicho esquema de distribución igualitaria estaban contenidos de forma implícita en la tasa cambiaria que subsidiaba al importador, a las empresas del comercio minorista — incluyendo la canasta normada — , los servicios eléctricos, el transporte, etcétera. La corrección devaluatoria en las empresas era y es un elemento necesario y precedente del reordenamiento del mecanismo de distribución, en especial del esquema de subsidios generales, pues permitía transparentar los mismos — nos permite ver cuánto estamos subsidiando — , de manera que estos quedan como una decisión soberana de política económica: en nuestro caso la opción elegida fue una trasformación profunda y radical de dicho esquema.

La idea de que es absolutamente necesario un aumento de la oferta para poder realizar una modificación de los mecanismos de distribución como la comentada no es correcta en rigor, aunque la capacidad de tener respuesta de oferta adicional permite a los decisores de política un mayor margen de acción que en condiciones más restrictivas. Transformar el mecanismo de distribución vigente supondría que, en términos de valor — y por tanto de riqueza — , lo que hoy se reparte mediante ese mecanismo universalista a más de once millones de personas será concentrado en el salario y otras remuneraciones de los poco más de tres millones de trabajadores estatales y cerca de un millón setecientos mil pensionados y asistenciados en el país. Desde esos salarios y pensiones fluiría — se redistribuirá — parte de la riqueza hacia el resto de las actividades del sector de la población — sector privado, asalariados no estatales, agricultura, etcétera — , espacios donde ahora se concentra tal riqueza y que antes era distribuida en base a un mecanismo de subsidios generalizados.

Hablamos aquí de una reconversión del canal de distribución, una modificación de las proporciones en que la riqueza social se reparte, mas para un mismo nivel de riqueza. Las herramientas de dicho mecanismo ya han sido anunciadas: la variación de los precios del comercio minorista no solo la libretay los servicios públicos resultado de la devaluación y la eliminación de subsidios, así como el incremento de los ingresos del sector estatal y pensionados. Como varias veces ha recalcado el compañero Murillo, es en verdad difícil y prejuicioso analizar ambos procesos por separado. El incremento de precios es una consecuencia directa de la eliminación de subsidios explícitos e implícitos — mediante la corrección cambiaria — , a la vez que el incremento de ingresos es una redistribución secundaria de esa riqueza social que antes estaba concentrada en los subsidios y que ahora se redireccionará, vía salarios estatales y pensiones, hacia un grupo mucho menor de los que antes eran subsidiados. Comprender las condiciones de posibilidad teóricas — desde la economía política — y prácticas de este proceso es fundamental para poder analizar las implicaciones del «truco de circulación» que sirve de base para el mismo, así como los posibles riesgos asociados que pueda conllevar su implementación en una situación tan tensa como la actual.

Sin entender este carácter redistributivo de la Tarea Ordenamiento es difícil comprender cómo en un contexto de escasez se pueda hablar de una medida que permita aumentar — aunque sea ligeramente — el nivel de poder de compra de los salarios y pensiones en términos reales, sin para ello poder contar con un aumento consecuente de la oferta real. Esta es, sin lugar a duda, una interrogante legítima sobre la que vale la pena reflexionar.

Entonces, como todo proceso redistributivo que supone un incremento de suma cero, el intento de lograr un aumento del poder de compra efectivo en algunos agentes — asalariados y pensionistas — trae implícita la pérdida de poder de compra de otros actores económicos o flujos monetarios. En un sentido práctico se desarrolla así un «traspaso» de riqueza de forma muy similar a lo acontecido en un «impuesto inflacionario», donde a determinados agentes de la economía se les reduce el monto real de su riqueza — en relación a los ingresos que percibe y los ahorros — mediante el incremento de los precios de bienes y servicios, y dicha riqueza es canalizada a otros agentes mediante el incremento de sus ingresos.

En otro sentido, este traspaso es una medida que no favorece el poder de compra de los ahorros, pero su impacto real no es homogéneo — el aumento de precio no se da en todos los bienes — y por tanto es menor que en otros escenarios. Muchos de los incrementos de gastos corrientes en CUP de los trabajadores y pensionados — servicios básicos, la canasta normada, etcéteraétera — deben ser cubiertos con el incremento de sus ingresos y, en términos prácticos, una parte significativa de los ahorros no suelen emplearse para gastos corrientes de este tipo.

En la práctica, para la gran mayoría de los trabajadores cubanos, para quienes los niveles salariales han rondado siempre los mínimos de subsistencia, si bien el ajuste en el ahorro es negativo, la compensación del incremento del salario real podría tender a la larga a compensar dicho ajuste de forma positiva y en general su posición respecto al consumo cotidiano.

La conclusión aquí es que, si bien el efecto sobre los ahorros es negativo, no es homogéneo y en la práctica será mucho menor para aquellos compensados en la medida.

Las remesas son otro de los flujos monetarios que se ven perjudicados en un entorno de ordenamiento. Las mismas pierden, en términos de moneda doméstica y poder de compra, el subsidio implícito que recibían al acceder a bienes y servicios en un entorno subsidiado y con precios formados mediante una tasa de referencia — 1x1 — sobreevaluada. Al crecer los precios domésticos, pero no los ingresos monetarios en moneda doméstica de las remesas, estas se ven en la práctica afectadas en términos reales.

Es válido señalar, sin embargo, que bajo un esquema de dolarización parcial esta forma particular de ajuste pierde mucho alcance. En la práctica, las ventas en los circuitos de Moneda Libremente Convertible — MLC — no sufren esta pérdida de poder de compra y en gran medida las remesas informales descontarán en la tasa de cambio informal — que ronda los 40cup x USD al día de hoy — gran parte o todo el aumento de precios internos. En un contexto donde la tasa de cambio informal es mucho más atractiva para las remesas que la tasa formal, buena parte de estas irán a parar a dicho mercado, con lo cual se protegen de la pérdida de poder de compra resultado de la medida. Asimismo, a medida que este mercado cambiario internalice la mayor demanda de dólares para comprar en tiendas MLC e importaciones informales provenientes del incremento de los ingresos de los asalariados, puede conllevar a una mayor depreciación de la tasa informal, lo que convertiría a este en un mecanismo que revierta el efecto expreso de la medida y que termine por transferir poder adquisitivo de los salarios a las remesas y no en sentido contrario como hemos argumentado hasta aquí. Solo de lograrse una superación del esquema de dolarización parcial — tiendas en MLC al menos — , elemento este que no se vislumbra por el momento, cobraría mayor sentido y eficacia este ajuste en favor de los salarios.

En términos generales, no podemos hablar aquí de una mejora de la utilidad general en donde nadie se perjudica o donde todos los perjudicados son compensados al menos en el mismo nivel que antes de adoptarse la medida.

El reordenamiento de ingresos y precios del sector de la población implica un proceso de pérdidas sin compensación, y el éxito redistributivo de la medida en favor de los salarios y pensiones depende en gran parte de que esto se logre así. En última instancia, no puede obviarse el enfoque clasista de la medida, su objetivo de ser, aún en las difíciles condiciones actuales, un movimiento en favor de la clase trabajadora y de los salarios como su principal fuente de ingresos.

Aun así, más allá del entusiasmo que pueda generar para los trabajadores lo comentado hasta aquí, no se puede negar el difícil contexto en que se realiza esta tarea y que muchas veces las mejores intenciones no siempre son acompañadas por las condiciones objetivas del escenario en donde deben realizase. No se puede olvidar que, en última instancia, estos reajustes de precios y salarios dentro del ordenamiento monetario constituyen reajustes en los canales de distribución y circulación en base a una oferta agregada que no debe crecer en el corto plazo. Estas condiciones pueden transformar el efecto dinámico de la medida en un escenario de pugnas redistributivas entre diversos actores económicos, en especial en los mercados no regulados, que reduzca el efecto positivo de la misma. El ajuste dinámico del sector no estatal y el mercado informal ante un incremento de la demanda, sus costos y una caída de sus ingresos reales, será un factor de gran importancia a tener en cuenta, pues su impacto será vital para determinar el efecto final sobre los ingresos de la Tarea Ordenamiento en el sector de la población.

Ordenamiento y precios no regulados: los ajustes de circulación y redistribución de la riqueza en el sector no estatal

Como es de esperarse, los ingresos nominales del sector no estatal son otros que se ven perjudicados en términos reales al realizarse el «proceso de ordenamiento». En el mismo no solo se incrementan los costos directos de su actividad económica, sino que enfrentan el incremento general del costo de la vida. Es necesario analizar más a fondo el impacto del incremento de precios sobre los ingresos del sector no estatal, análisis que es en la práctica mucho más complejo que el de remesas y ahorros porque implica considerar el posible ajuste dinámico de los precios de este sector. Este ajuste dinámico es vital en un análisis integral de la medida, pues del mismo depende gran parte del éxito redistributivo de la misma. Veremos entonces algunos elementos que pueden caracterizar dicho proceso.

a) Equilibrio macroeconómico y presiones de demanda agregada

Un tema en el que se ha insistido mucho por parte de los funcionarios implicados en la Tarea Ordenamiento es que la misma se realiza respetando en todo momento los equilibrios macroeconómicos del sector de la población, esto es, en principio el balance de ingresos y egresos de la misma, la disponibilidad de la oferta agregada minorista contra la variación de los ingresos monetarios. Dada la insuficiencia en datos notables — aunque existen algunos como el incremento de la oferta minorista y los ingresos salariales y pensiones — que permitan evaluar, de forma más o menos aproximada, las variaciones en dicho equilibrio agregado que respalda la modificación del mecanismo de distribución antes comentado, sería válido asumir que la medida, dado que fue diseñada de una forma consciente y administrativa, respeta en su mayoría los equilibrios agregados de la población y no incurre en una emisión monetaria superior al incremento proyectado de los egresos nominales — ventas del sector estatal, servicios, impuestos, amortización de créditos, etcétera — ,

Si se analiza a nivel agregado, una compensación de ingresos monetarios — salarios y pensiones — y egresos del sector de la población deja inalterada la cantidad de dinero excedente en circulación (M) y, por tanto, a primera vista pareciese que un ajuste de este tipo no lleva aparejado mayor presión de demanda sobre los mercados no regulados. Nos referimos en lo fundamental a tres de estos mercados: mercado del sector privado urbano, mercado agropecuario y mercado informal.

Si los incrementos de ingresos monetarios — salarios y pensiones — superaran los egresos — incremento de la oferta estatal vía precios — aumentarían las presiones de demanda sobre los mercados no regulados — sector privado — , pues quedaría una demanda excedente que presionase en principio sobre los mismos. De darse el caso contrario — ingreso < egresos — , se lograría entonces una reducción de los actuales desequilibrios agregados. Analizaremos el escenario posterior al ajuste de ingresos y precios bajo el supuesto más plausible, y que hemos sostenido hasta aquí, de que los ingresos crecerán al mismo nivel que los egresos planificados y que, por tanto, no se espera que la medida genere nuevas presiones de demanda agregada.

Si bien las presiones de demanda suponen ser las causas fundamentales bajo las que se analiza el incremento de los precios en la mayoría de las economías, un proceso tan complejo de reordenamiento de precios relativos e ingresos como el que pretende realizarse creará importantes espacios para la aparición de otros tipos de presiones inflacionarias, desde las presiones de costo hasta presiones por vía de expectativas, pasando por las clásicas presiones estructuralistas — pujas distributivas, cuellos de botella, demandas sectoriales inelásticas — y presiones asociadas al incremento de la demanda en determinados mercados por variaciones de los precios relativos — modificación de preferencias y distribución de demanda — . Si bien en un primer momento el incremento de los precios estatales deja determinado margen excedente de poder de compra — redistribuido — para los ingresos incrementados de salarios y pensiones — que vimos antes — , un crecimiento acelerado de los precios no regulados podría eliminar tal efecto positivo e incluso llevar a un empeoramiento del poder de compra de los asalariados y pensionados si estas presiones inflacionarias no se gestionan de manera correcta.

b) Variaciones de precios relativos, preferencias y demandas sectoriales

Un incremento simultáneo de precios e ingresos, más allá de que en sus proporciones se sostengan determinados equilibrios agregados, distorsiona de manera notable la correlación de precios y preferencias entre los diferentes mercados de la economía y ese efecto no puede tomarse por descontado. La idea subyacente aquí es la siguiente: si un producto del comercio minorista en CUP comienza a costar 5 o 10 veces más, hay quienes elegirán dejar de comprar ese producto para demandar productos en la TRD, en el sector privado de la agricultura o como producto importado de manera informal. Muchos consumidores pueden reducir su consumo de aquellos servicios subsidiados como la electricidado bienes que hoy se ofertan en CUP y aumentan de precio una vez que se eliminen los subsidios implícitos o explícitos que sostenían dichos precios.[6] Las combinaciones para este ajuste pueden venir de muchos productos y será muy diferenciada de consumidor a consumidor dada su distribución de preferencias y el ingreso que perciba en el nuevo escenario, lo que sí es imposible negar a la larga es que existirán tensiones para dicho reacomodo. En la práctica, el aumento de la demanda sectorial sobre el comercio minorista — antes en CUC — y los mercados de precios no regulados, crea un escenario propicio para el incremento de fenómenos como la inflación reprimida, colas y escasez en los primeros, así como aumento de precios formales o informales en los segundos.

La cuestión central aquí es: al incluirse en el paquete el aumento de pensiones y salarios más allá del incremento de los precios, se condiciona un escenario donde un grupo nada despreciable de consumidores tendrá una capacidad de demanda sobrante que redireccionar sobre nuevos mercados. Como resulta evidente, existe un grupo de consumidores que tendrá menos poder de compra, aquellos que no reciben ajuste nominal, pero en muchos de los mercados estatales y no estatales no podrá evitarse un incremento de las presiones de demanda, aun en virtud de que se reducirá la demanda en otros mercados. En este sentido, incluso si no existen cambios derivados de la modificación de precios relativos y preferencias, ese mayor poder adquisitivo presionaría a los precios no regulados y al mercado informal de divisas.

c) Puja redistributiva a lo interno del sector de la población

Se da así un proceso bastante complejo: por un lado, el incremento de los precios minoristas reduce el poder real de los ingresos de forma generalizada; sin embargo, el ajuste nominal permite crear una demanda excedente para un grupo de consumidores. Hay que tomar en cuenta que, si bien los asalariados y pensionados son parte de los grupos compensados, los productores privados, agropecuarios y el mercado informal en general — que dada las condiciones de los mercados minoristas cubanos tienen una enorme capacidad para la fijación de precios — se encuentran entre los grupos que ven su ingreso real afectado por la medida. Esos actores de los mercados no estatales no solo verán un incremento de sus costos reales para algunos insumos, sino que verán un incremento no compensado de los costos de vida a los que deben enfrentarse en los mercados estatales. Este no es un proceso menor, pues se da así la conjunción de que aquellos a los que se les otorga mayor poder de compra son demandantes netos, mientras buena parte de los no compensados por la medida son productores, oferentes y fijadores de precios.

Este análisis supone que, aunque a nivel agregado no se crean presiones de demanda sobre los mercados no regulados, en la práctica el proceso de recolocación del poder de compra antes visto y en un escenario donde los productores están entre los afectados y los demandantes entre los compensados, crea condiciones para una compleja pugna redistributiva que intente recolocar de nuevo el poder de compra, vía dinámica de precios no estatales, en las formas anteriores a adoptarse la medida. Esta pugna redistributiva es un proceso muy común en las economías latinoamericanas, en los procesos de devaluación o en la indexación[7] nominal de los salarios. En condiciones de mercados imperfectos, con características oligopólicas, dominados por la oferta y con un excedente de demanda de los consumidores, están creadas todas las condiciones para un incremento de precios en el sector no estatal que reduzca el poder de compra excedente que en un principio la medida pareciera haber otorgado a los asalariados.

d) Aumento de costos del sector no estatal. Insumos y costos laborales.

Por otra parte, existe un proceso ya comentado por el propio jefe de la Comisión de Implementación como una de las posibles presiones del aumento de precios en el sector no estatal: el incremento de costos en los insumos del sector. La respuesta dada por el compañero Murillo sobre cómo gestionar dicho escenario, bajo condiciones de imposibilidad de aumentar la oferta doméstica, se centró en un ajuste de la carga tributaria del sector privado y la alusión a que el mercado no siempre permitirá transmitir una elevación de costos sustancial.

Sin embargo, hay que sumar a lo anterior que el sector no estatal enfrenta un shock de costos más allá del efecto directo sobre el costo de los insumos y el efecto indirecto del aumento del costo de la vida. El sector no estatal enfrenta un aumento de costos laborales, al aumentar tanto el salario mínimo como los pagos del mayor demandante de fuerza de trabajo en nuestra economía, el sector estatal. Este proceso fuerza el alza de los costos salariales del sector no estatal en función de retener y ampliar mano obra, costos que a la larga intentarán traspasar a los consumidores en un contexto de exceso sectorial de demanda. Un incremento salarial en el sector estatal representa siempre un ajuste indirecto sobre el resto de los salarios en la economía y una forma de regular igualmente el pago de un salario digno en todas las formas de propiedad, pero este ajuste en presencia de mercados asimétricos donde los productores sostienen amplias facultades para traspasar sus costos a los consumidores finales, puede recaer en una mayor presión de incremento de precios en los mercados no estatales.

d) Presiones estructuralistas sobre el sector agropecuario

En un sentido similar al proceso de recolocación de demanda antes comentado, está un tipo de presiones de corte estructuralista. Las mismas están dadas por el incremento acelerado de la demanda urbana, donde se concentra la mayor parte de los salarios del sector estatal, lo que repercutirá en un incremento acelerado de la demanda de bienes agrícolas. Más allá de la recolocación de demanda en virtud del efecto del cambio de precios relativos, no es posible olvidar que el incremento de salarios y pensiones ocurre sobre los estratos más bajos en términos de ingreso de nuestra sociedad, donde la propensión marginal al consumo, es decir, la parte del ingreso destinado al consumo y no al ahorro, es mucho mayor y donde la gran mayoría de los gastos están orientados hacia la alimentación y bienes de primera necesidad. En este contexto se crean todas las condiciones para una inflación estructuralista en los precios del sector agrícola, donde el rezago de la oferta ante un crecimiento sustancial de la demanda se reconvertirá en una presión excedente sobre el ya deprimido agro cubano.

El crecimiento de los ingresos urbanos, tanto industriales como de servicios, por encima del incremento de la oferta agraria, más allá de que se logre un equilibrio macro, tenderá a modificar los precios de intercambio relativo entre el campo y la ciudad en favor de un aumento de los precios de los productos del primero.

Este proceso se maximizará más aun en el corto plazo, en donde la producción agraria, a diferencia de la pequeña producción industrial, manufacturera o de servicios, se encuentra limitada por una oferta inelástica — que aun con la existencia de insumos estará limitada para crecer por las propias características de los plazos del ciclo productivo en dicha rama — y sujeta a los rendimientos marginales decrecientes de la tierra.[8]

e) Mercado informal, cambiario y de bienes importados.

Por último, es válido llamar la atención sobre el posible efecto de la Tarea Ordenamiento sobre el mercado informal de divisas y de este sobre el consumo, pues no puede desestimarse el papel fundamental de este mercado en la determinación del poder de compra real de los trabajadores y pensionados, más aún en una economía parcialmente dolarizada como la nuestra. Es incuestionable que en un escenario de inestabilidad de la oferta interna en moneda local, tanto de insumos como de bienes de consumo, y en presencia de una oferta mucho mayor y atractiva en MLC en el comercio minorista estatal y de productos importados informales, existirá una tendencia al redireccionamiento de desequilibrios sobre el mercado informal de divisas, asociados al crecimiento exponencial de los ingresos en moneda doméstica y la consecuente demanda de moneda extranjera para los fines antes planteados.

Este movimiento presupone un muy probable escenario de depreciación cambiaria informal y encarecimiento, en términos de moneda doméstica, de bienes importados informales y en venta en el comercio en MLC, lo que supondrá de forma implícita un efecto reductor sobre el consumo real de los ingresos en moneda local.

Este proceso de pérdida de poder de compra de los ingresos en moneda doméstica con motivo de la depreciación cambiaria informal tendería a realizarse en las más disímiles ramificaciones. Desde el ya comentado encarecimiento directo de productos importados informales, de las compras en MLC en términos de ingresos en moneda nacional, hasta el crecimiento de los costos en moneda doméstica para la adquisición de insumos del sector no estatal y la consecuente presión sobre los precios finales de los productos. Ya vimos que, en este escenario, flujos tales como las remesas y otros ingresos informales en moneda externa — como los asociados al turismo — recibirán un mercado para descontar en la tasa de cambio el aumento de los precios internos y revertir en alguna medida — o incluso en su totalidad — el efecto positivo de la Tarea Ordenamiento sobre salarios y pensiones. En este escenario la tasa de cambio informal, como variable de política económica, no puede dejar de ser tomada en cuenta para la evaluación integral de los efectos conjuntos de la medida y las posibles correcciones de política para la mitigación de los efectos negativos asociados a la misma.

Comentarios finales sobre la Tarea Ordenamiento en el sector de la población

Como hemos visto, el ordenamiento monetario abre un nuevo periodo en lo que corresponde a las relaciones económicas socialistas de distribución, ponderando el peso del ingreso relacionado con la calidad y cantidad del trabajo sobre la distribución mediante fondos de consumo social y un mecanismo universalista de subsidios generalizados. Desde esta perspectiva, el ordenamiento no solo da hoy un impulso importante en favor de la eficiencia y la motivación al trabajo, sino que crea las condiciones para que cada incremento de la riqueza social en el futuro sea distribuido de una forma más justa y adecuada con las necesidades del desarrollo del país en el largo plazo.

Si bien a nivel agregado se puede lograr la apariencia de una compensación de ingresos y egresos, a nivel micro existen condiciones reales para un incremento de precios del sector no estatal — privado urbano, agrícola y cambiario informal — , incluso más allá del diseño planificado, que opere en sentido contrario a los beneficios en términos de poder de compra que la medida trata de otorgar a los trabajadores estatales. De igual forma, elementos tales como mayor inflación reprimida y ahorro forzoso ante la imposibilidad de realizar los nuevos ingresos en el comercio minorista estatal serían igualmente efectos negativos y no cuantificables asociados al reacomodo de la demanda doméstica derivada del incremento de los ingresos y los cambios de precios relativos.

Esto en ningún momento supone un llamado a la satanización del sector no estatal ni a la implantación de controles de precios indiscriminados y eternos en los mercados no estatales agrícolas y urbanos, aun cuando es atributo de la soberanía implementar tales regulaciones en determinadas etapas del proceso. Se trata, ante todo, de un intento de sistematizar las complejidades que un proceso como este tiene en las condiciones tan difíciles de nuestra economía actual. Es necesario tener claro que llevar adelante una política tan ambiciosa, que pretenda mejorar, al menos ligeramente, la capacidad de compra de asalariados estatales y pensionados, en las condiciones actuales supone una tarea harto compleja y llena de dificultades que pueden no desaparecer en el corto plazo.

El carácter de redistribución monetaria bajo una oferta inelástica — que no crece para responder a la demanda — de la reforma, la convierte en un proceso de reorientación del poder de compra bajo un juego de suma cero. En el mismo, los oferentes del sector no estatal con capacidad de fijar precios participarán, de conjunto con demandantes con capacidad de compra incrementada, en la redistribución final de un producto social finito en donde tendrán un papel fundamental la reacción de los precios de los mercados no regulados y la depreciación de las divisas informales. Si bien es indudable el carácter clasista de la medida en favor de los asalariados y pensionados, las pugnas redistributivas a lo interno del sector de la población son difíciles de manejar sin la capacidad de aumentar la oferta estatal comercio minorista en generalcomo mecanismo regulador de esta pugna en favor de los trabajadores.

Es imposible dejar de anotar que, si bien a nivel teórico las potencialidades de esta redistribución interna son muy positivas y alentadoras, el escenario tan complejo en el que debe ser implementada arroja muchas sombras sobre las expectativas a tener en un proceso tan difícil como este. Como toda tarea humana el ordenamiento será un proceso no exento de errores. La posibilidad de una redistribución en favor de los salarios y pensiones tiene que concretarse con una implementación fina que, si bien puede no lograr todos los beneficios que se hubiesen alcanzado en mejores condiciones, dado el escenario actual, debe crear las bases para avanzar de forma más expedita y redistributivamente más justa y eficiente en el futuro.

La grandeza y éxito del ordenamiento no estará, en definitiva, en lo perfecto y meticuloso del «diseño» realizado, sino en la capacidad de adaptarse y corregir lo que no se vio. Impera entonces ser humildes en este sentido y reconocer la importancia del control popular y la democracia participativa en la implementación de un proceso que no puede tener éxito si se realiza de espaldas al pueblo.

Como revolucionario e hijo de familia obrera y asalariada estatal no puedo sino esperar y desear el éxito de la medida. Pero como economista tengo que cuestionarme también las capacidades reales de éxito que tenemos, en vistas de que nos encontramos en el peor escenario económico que ha enfrentado el país en los últimos 20 años. Sin dejar de reconocer la necesidad histórica — como una cuestión de justicia con la clase trabajadora que es la que sostiene este proyecto de país — y audacia en las condiciones actuales, un análisis general me hace ser cauteloso en torno a las expectativas sobre el proceso, mas esto no me impide tener esperanza en el futuro que abre para el desarrollo de la Patria.

Notas:

[1] Sánchez Noa, Ramón (Coordinador) (2007): Economía Política de la Construcción del Socialismo: Fundamentos Generales. La Habana. Editorial Félix Varela.

[2] En un sentido práctico, una forma común de redistribución de las riquezas mediante movimientos monetarios son los llamados «impuestos inflacionarios» en que incurren los gobiernos al financiar los déficits fiscales con la creación de dinero (monetización). En estos procesos la nueva riqueza social que pasa a manos del gobierno al incurrir en dichos déficits es, en muchos sentidos (déficits es, en muchos sentidos), equivalente a la pérdida de riqueza en otros sectores producto del incremento de precios asociados a los mismos.

[3] Carmona Seguí, Michel (2020): Mercado informal de divisas en cuba. Tesis de Grado de Diploma. Facultad de Economía.

[4] Murillo, M. (2020). Mesa redonda del 11 de diciembre de 2020.

[5] Cubadebate (2020): Claves sobre la implementación del ordenamiento monetario. Recuperado de: www.cubadebate.com

[6] Nos referimos aquí al efecto sustitución de la ecuación de Slutsky: la variación de la demanda (sobre cada mercado) provocada por una variación de los precios relativos entre dos bienes.

Varian, Hal (2010): Microeconomía Intermedia. España. Antoni Bosch, editor, S.A

[7] Un esquema donde los salarios se indexan a los precios y por ello los incrementos de estos (normalmente medidos en el IPC) conllevan un incremento nominal de los salarios en el periodo siguiente.

[8] Ampliar la producción agrícola implica en muchas ocasiones pasar a la explotación de peores tierras en donde será necesario una mayor inversión de capital para obtener un mismo nivel de producto, a este proceso David Ricardo le llama «rendimientos marginales decrecientes» en la agricultura.

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#LaTertulia: ¿Estado de Derecho, libertad y democracia al margen de las clases sociales? (Transcripción y video) por La pupila insomn

Transcribimos la videoconferencia “Democracia y Estado de Derecho en el socialismo”, tema de “La Tertulia” de la Unión de Periodistas de Cuba, en la que participaron Karima Oliva y Humberto López. Moderada por Iroel Sánchez y celebrada en la Casa de la Prensa, el jueves 7 de enero de 2020

Iroel Sánchez: Buenas tardes. Un saludo desde la Unión de Periodistas de Cuba. Hoy jueves 7 de enero de 2021 iniciamos nuestra primera Tertulia de este año. Aquí tenemos como siempre con nosotros a la vicepresidenta primera de la Unión de Periodistas, Rosa Miriam Elizalde, doctora en ciencias de la comunicación, y a mi lado están el periodista, disculpen que invierta los términos y no presente primero, como debía ser, está a mi derecha Karima Oliva, Humberto Lopez, conocido comunicador cubano, además jurista, graduado de la Universidad de La Habana, y bueno, Karima, que es psicóloga, doctora en ciencias, tambien graduada por la Universidad de La Habana.

Hoy vamos a estar conversando con ustedes para abordar este tema que habíamos propuesto de “Democracia y estado de derecho en el socialismo”, pero bueno, después de lo sucedido ayer con un estado que se proclama como paradigma mundial del deber ser del estado de derecho, de la democracia, no podemos dejar de aludirlo.

Yo recordaba un ensayo de hace muchos años del filósofo español Carlos Fernández Liria que se llama “A quien corresponda. Sobre Cuba, la ilustración y el socialismo”, donde él analizaba la relación de este paradigma democrático surgido de la Revolución francesa, y también del estado de derecho, y preguntándose él primero si los que se dicen en estado de derecho lo están realmente, qué diferencia hay entre una sociedad que gracias a privilegios históricos, gracias al colonialismo, gracias al despojo, puede dar determinados derechos y bienestar a sus ciudadanos, que están basados en la violación de los derechos del ochenta y cinco por ciento de la humanidad, e incluso lo comparaba con el caso de Cuba; qué cosa son esos derechos, qué cosa son esas libertades, qué cosa es democracia en la mayoría del mundo y particularmente en el entorno cubano, cuándo podemos decir que una sociedad está en estado de derecho, qué ocurre con ese estado de derecho o no en América Latina, en Cuba qué decimos cuando en la Constitución, recientemente aprobada, aspiramos a un estado socialista de derecho y de justicia social; como en todas partes, esos derechos qué limitaciones en función del bien colectivo tienen, y qué facilidades o qué paradigmas asumen para su cumplimiento, y qué podemos proponernos, cómo construir los consensos alrededor de este tema.

Yo propondría que estuvieran hablando cada uno diez, quince minutos y después tengamos un primer momento y un segundo momento, en función de poder profundizar en estos temas y en los que ellos deseen.

Gracias a las personas que nos ven por internet, y también hemos publicado en este inicio de año las transcripciones de las dos ediciones últimas que tuvimos el año pasado, queda una pendiente que publicaremos en los próximos días también, hay muchos que no tienen los datos para vernos en video pero pueden seguir la transcripción.

Entonces yo empezaría al revés de como hice en las presentaciones, con Karima Oliva. Derechos, libertades, estado de derecho. Karima, tú que has vivido en Cuba, pero también has vivido en otros países, ¿de qué hablamos cuando hablamos de libertad, de estado de derecho, de democracia, en sentido general?

Karima Oliva: Bueno, buenas tardes Iroel, Humberto, y a todos los que nos acompañan, es un gusto y un placer estar aquí presencial, físicamente.

Y como tú decías, Iroel, yo quería precisar, hacer una referencia justamente a los acontecimientos que vimos ayer con el asalto al Capitolio en Washington. Creo que es difícil hablar del tema sin de alguna manera poder referirnos a lo que estuvimos viendo ayer, y en este sentido a mí me gustaria muchísimo llamar la atención, tratando de conectarlo con lo que estamos viviendo en Cuba también, lo que se abordo en la pasada Tertulia, y es que bueno, pues hay un sector de actores mediáticos en Cuba que abogan por una socialdemocracia cubana y demás, que están actualmente pues reduciendo lo que pasó ayer a Trump, a  Trump y la extrema derecha norteamericana en estos hechos, tomar el Capitolio y demás. Yo quería de alguna manera pues apuntar que considero que no podemos reducirlo a Trump o a la extrema derecha norteamericana aunque obviamente son los protagonistas, sino que tenemos que verlo de manera sistémica, o sea, estamos delante de un sistema que está dando síntomas claros de decadencia, y es la decadencia de un modelo de democracia que nos han intentado vender siempre como el único modelo de democracia posible.

Recientemente yo leí un artículo sobre Cuba en que decía que los revolucionarios cubanos si querían defender la Revolución pues no podían negarse a la democracia, y cuando decían negarse a la democracia estaba refiriéndose específicamente a este tipo de democracia, ¿no?, una democracia liberal, una democracia burguesa; entonces yo creo que es muy importante tomar en cuenta que estamos no solamente ante un hecho de que es causa de este presidente que sí es un fascista, sino que también es expresión de cómo funciona un sistema y de cómo funciona un modelo de democracia, y en ese sentido pues también me gustaría apuntar que estos actores mediáticos que piden la socialdemocracia para Cuba están articulándose justamente para pedir pluralidad política, para decir que en Cuba hay un margen para una derecha, para un centro… Y estamos viendo cómo está actuando la derecha actualmente, yo siempre llamo la atención, ¿vamos a tener una derecha en Cuba, o sea, vamos a abrir margen para que existan partidos de derecha, partidos de centro en Cuba?, esta es la derecha, ¿no?, y en ese sentido yo creo que es muy incoherente que se esté ahora de alguna manera criticando el actuar de la derecha, de la extrema derecha en los Estados Unidos, y que en el contexto cubano, a lo interno del contexto cubano pues estén pidiendo margen para el pluripartidismo y para que exista un espacio para la derecha en Cuba.

Entonces, en ese sentido, pues yo creo que no podemos hablar de democracia, de libertad, de derechos en abstracto, que no podemos hablar al margen de comprender las condiciones históricas, políticas, sociales, y sobre todo la lucha de clases, yo creo que es un concepto fundamental que tiene una vigencia muy importante hoy, que la clase no puede ser el único orden que tomemos en cuenta a la hora de comprender todo lo relacionado con las violaciones de derechos, con las limitaciones de la democracia y otros órdenes también de violencia y de discriminación que tienen que ver con género, que tienen que ver con la raza, que tienen que ver con la orientación sexual, pero sí no podemos dejar de comprender la manera en que las clases constituyen una matriz muy importante, y de esa forma cómo en sociedades capitalistas pues cualquier discusión sobre los derechos siempre va a estar sujeta a cuál es la condición de clase, de los actores que están en conflicto, que están en cuestión.

Yo no creo que podamos hablar de un sistema unitario, de un diálogo, de una lucha por los derechos en Cuba, al margen de esta cuestión fundamental: de qué sistema estamos hablando.

Bueno, lo dejo aquí hasta el momento para no hacer extenso el uso de la palabra, y después podemos seguir conversando.

Iroel Sánchez: Muchas gracias a Karima. A mí me gustaría a partir de esta idea que apuntabas, digamos, de manera muy relacionada con los sucesos de ayer, decir algo, que es en los paises más influyentes del mundo, que son los que controlan, esa élite clasista, que por ejemplo, en Estados Unidos se les dice stablishment son unánimes con respecto a juzgar a Cuba, son unánimes con respecto al modelo de democracia que se ha impuesto al mundo como el único viable, y sin embargo exigen pluralidad a los demás.

Pero me gustaría que nuestro jurista invitado, Humberto López, abordara estas preguntas que yo también hacía al inicio, de qué hablamos cuando hablamos de estado de derecho, y de qué hablamos particularmente en Cuba cuando hablamos del estado socialista de derecho y justicia social en este entorno con estos paradigmas que Karina cuestionaba. Entonces, gracias Humberto.

Humberto López: Y gracias a ti, gracias, Iroel, un gusto conocer a Karima personalmente después de verla y de seguirla en las redes sociales, y a todo el equipo de la UPEC y de la Tertulia que nos siguen.

Yo creo que sí, evidentemente se impone decir algo, Iroel, de lo que ocurría ayer. Y lo primero, si vamos a hablar de estado de derecho, es pensar en la conducción burguesa, que fue quien funda el estado de derecho como esa respuesta al absolutismo, a los absolutismos monárquicos, para tratar de entrañar aquella separación de poderes, el legislativo, el ejecutivo, el judicial, para evitar desde aquel origen del concepto la concentración en uno, y entonces con ese presunto equilibrio lograr entonces la manera de asegurar el acceso y la participación a la nueva clase, la primera pregunta sería, ¿a qué clase?, y la respuesta, ya sabes, evidentemente a la burguesía, que fue el origen en definitiva del concepto estado de derecho, con esa sacrosanta división o tripartición de poderes que vendría a garantizar los equilibrios, los contrapesos, que con términos prácticos ayer pudimos ver esos equilibrios y esos contrapesos adónde pueden llegar, y cómo se desequilibran esos aparentes equilibrios tan perfectos.

Creo que en este espacio, en el tiempo que tenemos no la pudiéramos hacer, y creo que con muchísimos profesores de la doctrina en Cuba se ha dedicado a estudiar la evolución del concepto, la manera en la que se dio el concepto estado de derecho.

Y si pensamos posterior a 1959, lo que ocurre en Cuba, y el proceso de cambios y de transformaciones, la llamada provisionalidad, y observamos el origen del concepto, evidentemente el primer choque que encontramos es que fue un concepto no bien visto durante esa etapa de provisionalidad. Hay que tener en cuenta que el estado de derecho traia consigo esa tripartición de poderes, y en la etapa de provisionalidad, con la idea de transformación el concepto fue lo contrario, sino la unidad de poder para  lograr las transformaciones, los cambios fundamentales durante toda esta etapa hasta el año 1976 cuando llega la Constitución socialista.

Ya con la Constitución se reconoce el estado socialista en Cuba, lo cual significa en un primer término el reconocimiento expreso de un estado que tiene el interés social como uno de sus fines fundamentales, y esto se mantiene durante más de cuarenta años en la Constitución que estuvo vigente en nuestro país hasta el año 2019, un concepto que ya en la Constitución vigente en Cuba hoy, primer artículo, toma una definición diferente, fíjense que ya en Cuba no podemos hablar de estado de derecho, ya en Cuba tenemos que hablar con sus respectivos apellidos, de estado socialista de derecho y de justicia social.

Algunos profesores, algunos estudiosos de las ciencias jurídicas, en estos casi dos años se han dedicado a escribir, a pensar, a dar forma y contenido al concepto, a encontrar también los puntos de conexión y los puntos en los cuales el concepto se convierte evidentemente en válido, y hasta dónde tiene elementos de aquel concepto original de estado de derecho.

Yo recuerdo que cuando discutíamos la Constitución se produjo un primer debate interesante, de si estábamos en Cuba con la nueva Constitución estableciendo una tripartición de poderes, porque teníamos claramente un presidente de la República, lo cual no teníamos antes, teníamos un presidente de los Consejos de Estados y de Ministros, si este presidente de la República, con la   institución Presidencia de la República, sería lo más próximo a encarnar al poder ejecutivo de Cuba, evidentemente la Asamblea Nacional se mantiene como máximo órgano representativo del poder del estado, y ahí podía ser más clara la función o la finalidad legislativa, y los tribunales, el sistema judicial como el poder judicial, y ahí de si estariamos viendo en Cuba entonces una tripartición de poderes; pero es que la propia Constitución establece los fines del estado, establece los principios del centralismo democrático, lo cual es muy importante, y estas y otras formulaciones de los derechos de interés social y la protección de esos derechos, el contenido de los derechos, el límite de ellos, la garantía para el ejercicio de los derechos, vienen a tributar en definitiva, en mi opinión, elementos que sí evidentemente tienen que ver con el concepto primigenio, primario, de aquel estado de derecho, pero que incorporan el carácter social a lo largo de todo el entramado, de todo el articulado de la Constitución de la República.

Yo creo que estado de derecho no va a dejar de ser en Cuba un concepto polémico, una categoría controversial.

Yo quiero pensar también, y recuerdo que cuando la Constitución se dijo mucho, que tratando de desacralizar la Constitución en Cuba repetíamos una y otra vez, y creo que hay que seguirlo diciendo, que no es un documento, no es sólo un documento político, no es sólo un documento, digamos, entendiéndolo en un lenguaje muy claro, como ese pacto, ese acuerdo tan importante entre sociedad y estado, entre gobernantes y gobernados, o sea, que se fundan en una misma idea, sino que la Constitución es una norma de aplicación directa, o sea, que no es un problema que yo disponga directamente en la Constitución, que diga: “Ojo, que esto tiene que pasar porque lo dice la Constitución”, me tienen que reconocer determinados derechos porque están en la Constitución, sabemos que con ella, o sea, ella es muy importante, pero que con ella no basta, se necesitan leyes de desarrollo, se necesita todo un ordenamiento jurídico coherente que venga a implementar lo que aquí se encuentra.

Pero también estado de derecho, estado socialista de derecho y de justicia social, en mi opinión, es esa Constitución o ese estado deseado de cosas en las cuales yo la invoque directamente y con eso baste para que se cumpla todo aquello que en ella está consagrado, recordemos que más del ochenta y seis por ciento de las cubanas y los cubanos dieron el sí a esta Constitución.

En una primera versión del proyecto, y aquí hago un paréntesis, fíjense si todo lo que tiene que ver con la Constitución incide, es per se debatido y sugiere comentarios, que algunos le dicen anteproyecto y otros le dicen proyecto a aquello que discutimos antes de tener la Constitución; pero en definitiva anteproyecto o proyecto, el sesenta por ciento de aquella primera versión se cambió en función de lo que hoy tenemos en la Constitución, eso quiere decir que la expresión popular está aquí, y eso quiere decir que estado socialista de derecho significa invocar la Constitución en presente.

Pero aquí también cuando leemos y tratamos de encontrar en la realidad material muchas de las cuestiones que están reguladas nos las vemos hoy en la sociedad cubana, todavía no las vemos, y es que exactamente la Constitución también es el presente, pero es el futuro, es el horizonte deseado hacia donde queremos llegar, hacia donde debemos ir. Yo pensaría en derechos como el de la vivienda digna, por ejemplo, se habla de la vivienda digna, hoy todos no tenemos la vivienda deseada, y la pregunta es por qué está ahí en la Constitución, ¿sería ilegal entonces, o anticonstitucional, que automáticamente una vez aprobada y promulgada la Constitución todos no tengamos esa vivienda digna?, pero es que hay que ir a la esencia, de la manera en que está formulada, de la intención, de la constitucionalidad de ese derecho, y poder encontrar, me gusta pensar que la Constitución es presente pero es también horizonte hacia el que hay que ir y enfocarse.

Y estado socialista de derecho y de justicia social es exactamente eso, es un estado donde el principio de la legalidad sea transversal, la actuación de todos los órganos, desde el más importante hasta el inferior en la estructura del estado, esté permeado por el principio de la legalidad, por el actuar de todos sus funcionarios, de todos sus entes, en virtud de que aquello que está regulado, legislado; pero si vamos al estado de derecho clásico la pregunta sería, ¿legislado por quién?, ¿ley qué construyó quién en un proceso de qué tipo?, y aquí es donde viene el carácter social, bueno, no es posible tener un estado socialista de derecho y de justicia social con leyes que se hagan en oficinas, con leyes que aun cuando puedan tener una vocación social no tengan de forma genuina, activa, participativa, una construcción plural, una construcción que vino desde abajo, no es posible aprobar en Cuba una ley de pesca sin que los pescadores digan lo que piensan, no es sólo que digan lo que piensan, sino que sientan la necesidad de que hay que regular determinadas cuestiones, y eso emerge de abajo hacia arriba, para eso existen mecanismos, está la iniciativa legislativa de aquellos entes o aquellos órganos que pueden hacerlo.

Pero yo veo el estado socialista de derecho y de justicia social como el estado futuro deseado, el horizonte hacia el que tenemos que ir, y el día que tengamos esta Constitución en su inmensa mayoría cumplida y materializada tendremos verdaderamente un estado socialista de derecho y de justicia social.

Pudiera citar la ley de desarrollo que necesita la Constitución, sabemos que el 2020 fue un año tremendo para el mundo. En algún momento debatíamos cómo explicar en la televisión que no se podía cumplir en Cuba el cronograma legislativo; bueno, si no podemos cumplir el cronograma legislativo estaríamos un poco más lejos de materializar el estado socialista de derecho y de justicia social, pero la razón de la pandemia en el mundo arrasó los propósitos no sólo individuales sino colectivos de las naciones y del planeta en definitiva; pero ir materializando ese cronograma, ir desarrollando, aprobando, construyendo de forma colectiva en primer lugar lo mandado en la misma Constitución, porque hay disposiciones que establecen taxativamente, Código de Familia, Ley de protección de los derechos constitucionales, etcétera, leyes de procedimiento, eso hay que cumplirlo, esos mandatos de la Constitución hay que cumplirlos inmediatamente, pero hay que cumplir otros que permiten el desarrollo de muchos de los enunciados que aquí están.

Tratando de resumir esta primera parte. Creo que estado de derecho sería la asunción en el comportamiento individual, colectivo, al principio de la legalidad, la Constitución como el pacto más importante, la Constitución como la laguna o el espacio de movimiento que permite un ámbito de libertad en ese pacto entre estado y sociedad, y el cumplimiento por parte del estado de sus fines, que siempre están plasmados en la Constitución con un enfoque básicamente social.

Iroel Sánchez: Gracias, Humberto. Me gustaría ahí apuntar algo. Tú hablabas de división de poderes, pero suele ocurrir, casi siempre, que hay poderes legislativos, judicial, ejecutivo, procedentes de la sociedad, a veces de las mismas familias, la misma clase, es lo que vimos ayer, es lo que vemos siempre funcionar en estos países que dictan modelos, porque fíjate, cuando hace falta para llegar al poder legislativo una cantidad de dinero significativa que puede sólo manejar una muy pequeña parte de la sociedad, cuando las leyes se hacen por esos, que son esas minorías que acumularon el dinero para poder llegar a esa posición, poseen propiedades, etcétera, o acumulan la formación de la más capacitadas universidades y el desarrollo de los doctorados, el capital que hace falta en una sociedad clasista para llegar a realizar eso, para aspirar a un puesto en la Corte Suprema de determinado país, ahí hay una concepción clasista donde puede haber una división formal de poderes, pero esos poderes responden siempre a la misma clase y a la misma minoría  que controla todo lo demás, que en lo fundamental controla los recursos para ejecutar ese poder.

Igual sucede, yo lo escribi en un en artículo reciente, en cómo en un caso de un crimen de guerra contra un periodista español, después supimos por WikiLeaks que llegó el gobierno de los Estados Unidos a la embajada, citó al juez, citó al poder ejecutivo, citó a la gente, la mayoría parlamentaria, y todos estuvieron de acuerdo, entonces de pronto ese equilibrio de poderes para nada funciona, y sabemos que en este mundo muchas veces, o la inmensa mayoría de las veces, esas cosas funcionan así.

Entonces conociendo esto, viendo cómo esa es la norma, la norma no en el sentido jurídico sino en el sentido de lo normal.

Humberto López: La norma de los hechos.

Iroel Sánchez: Exactamente, con mucha frecuencia, ¿cómo podríamos hablar entonces?, yo quisiera queKarima, porque ella también ha abordado esto en algunos textos, de libertades, de derechos en abstracto, despojándose de las condiciones de la sociedad, de las condiciones sociales en que estos se ejercen, de las sociedad, de las condiciones sociales en que estos derechos son realizables, porque en la inmensa mayoría de los países latinoamericanos, donde se proclama la libertad de expresión, la libertad de prensa, etcétera, etcétera, ¿quién puede hablar en esos periódicos que no es ni el anunciante ni el propietario?, ¿quién puede manifestarse, como vemos en Chile, que supuestamente están en un estado de derecho aunque le saquen un ojo, ¿entienden?, ¿y después que le sacan el ojo qué pasa, tiene atención médica gratuita, tiene derecho a enfrentarse a ese sistema que le sacó el ojo?, entonces, cómo estamos hablando de una sociedad que también, la chilena, que nos han puesto de modelo; y acudiendo a este libro que yo mencionaba al principio, hay una cita de Pinochet cuando se hace el plebiscito, dice: “Bueno, ahora va a haber estado de derecho mientras no se metan con ninguno de mis hombres”, ¿no?, entonces es un estado de derecho tutelado por una minoría que controla, por ejemplo, el ejercicio de la violencia organizada, que todos los estados lo tienen, pero de lo que se trata es de si esa violencia organizada para mantener determinadas normas de comportamiento en la sociedad está consensuada con toda la sociedad o responde a una minoría que controla esos recursos para mantener su poder. Mezclando todos estos temas aquí al ruedo, entonces Karima, me gustaría que entraras en ellos. Gracias.

Karima Oliva: Bueno, ante todo es muy interesante escuchar a Humberto sobre todo por la perspectiva interdisciplinar que puede tener la mesa Yo, obviamente, hablo desde mi disciplina, propiamente la sociologíasocial, y el análisis de estas cuestiones desde esta otra perspectiva.

Totalmente en sintonía con lo que estás diciendo, Iroel, en el sentido de que vemos en todas las sociedades, yo he tenido la posibilidad por cuestiones personales de vivir, o sea, de pasar tiempo en sociedades latinoamericanas, en México, Brasil, ¿no?, Venezuela también, por cuestiones de trabajo; específicamente en el caso de México y Brasil, que puedo hablar, tú ves en esas sociedades, si bien está en las constituciones con todos esos derechos humanos reconocidos, el derecho a la libre expresión, el derecho a la manifestación incluso, ves que esta pluralidad política es falsa en los términos que se están exigiendo para Cuba, o sea, que haya un pluripartidismo, por decirlo de alguna manera.

Está el caso, por ejemplo, de México, que ahí los partidos se forman, se arman y se desarman pues con una facilidad tremenda, y al mismo tiempo estás viendo cómo sistemáticamente todos estos derechos están siendo violados, o sea, las manifestaciones que se pueden hacer son aquellas manifestaciones que no afectan directamente la naturaleza del sistema o el status quo, cuando tú ves una manifestación, cuando tú ves una manifestación que de alguna manera corre sin grandes inconvenientes tú puedes estar convencido que esta manifestación no está afectando para nada, o sea, entra dentro de la diversidad permitida por el sistema, que legitima también esta idea de la diversidad; cuando una manifestación, por ejemplo, afecta directamente las reformas estructurales de corte liberal, y son grupos que son afectados por estas reformas, que salen a la calle a pedir que las reformas pues no se lleven a cabo, porque muchas veces, además, estas reformas constitucionales no se llevan a cabo como estamos  viendo que se llevan en Cuba, con toda una estrategia comunicacional para estar explicando al pueblo qué se está haciendo, cómo se está haciendo, cuáles son las causas de las medidas que se toman, por qué, cuáles son las consecuencias y cómo pudiéramos prepararnos para eso, muchas veces esas reformas se toman prácticamente que a puertas cerradas, y ya la gente se entera en su vida cotidiana cuando ya tienen las medidas afectándoles en su cotidianidad, ¿y cuando salen a las calles pues ves que son muertos, cuando ves a los periodistas denunciando todas estas cuestiones, porque es que independientemente de que haya una, de que esté permitida la prensa independiente, de que esté permitida la prensa libre, tú ves que los periodistas que de alguna manera pues denuncian los excesos del sistema, denuncian de alguna manera el contubernio entre el estado, las instituciones estatales, y, por ejemplo, lo que viene siendo el crimen organizado, etcétera, pues tú ves que son asesinados, que son desaparecidos, entonces te das cuenta de que estás ante un sistema que si bien declara formalmente todos estos principios y todos estos derechos, ante los cuales es muy difícil en teoría estar en contra…  yo creo que cuando uno de alguna manera llama la atención sobre, sí, libertad de expresión, pero ojo: ¿qué estamos diciendo con eso?, no estamos diciendo nada, estamos diciendo, vamos a analizar en el siglo xxi, en el mundo de hoy, cuáles son las condiciones, la posibilidad, para que esos derechos puedan ser efectivos y para que puedan llevarse a cabo. Te das cuenta entonces que todos estos derechos son proclamados igualmente pero no son cumplidos, ¿no?, o sea, el número de periodistas asesinados recientemente es impresionante, el número de periodistas asesinados es alarmante, el número de activistas sociales, de líderes sociales asesinados en el continente es alarmante, o sea, estamos hablando de cifras impresionantísimas, ¿no?, y al mismo tiempo, pues los derechos, por ejemplo, laborales de los trabajadores son violados por el estado neoliberal y toda la precarización del mercado laboral, y todo lo que tiene que ver con la precarización de las condiciones de empleo es también alarmante, o sea, estamos hablando de sectores amplísimos de trabajadores que están perdiendo derechos que habían sido históricamente conquistados, ¿no?, y que ya no los tienen, y que no tienen tampoco aparatos legales que de alguna manera los respalden, porque prácticamente la política burguesa está amparando a los dueños del capital, hay un estado de precariedad y vulnerabilidad muy grande por parte de amplios sectores de la población.

Pero al mismo tiempo, por ejemplo, la UNESCO está diciendo que el derecho a la educación debe ser derecho universal hasta determinada edad, y estamos hablando de estados donde se está precarizando el sector público para poder decir que como el sector público no funciona hay que privatizarlo, ¿no?, o sea, estamos hablando de estados donde hay una privatización muy fuerte de sectores que hasta por una cuestión de sentido común y también de derechos universales no debían privatizarse, como es el sector de la salud, por ejemplo.

Yo creo que hay muchos derechos que en Cuba están tan naturalizados, han estado tanto tiempo, durante sesenta años, que los vemos como algo natural, como si fuera una obviedad, eso tú debes saberlo mejor que yo, Humberto, los derechos no son naturales, los derechos también son expresión de conquistas, de conquistas en condiciones determinadas, muy específicas, también son resultado de luchas, ¿no?, y de luchas de determinados grupos, de determinados sectores sociales.

Yo creo que hay una naturalización de derechos en Cuba hoy, son excepcionales cuando vemos lo que está pasando en el resto del continente y en muchas partes del mundo.

Entonces yo no puedo dejar de reaccionar, en primer lugar porque es también un poco mi temperamento, pero yo no puedo dejar de reaccionar cuando me están hablando todo el tiempo de un conjunto de derechos formales sin analizar las condiciones de posibilidad objetivas, ¿entienden?, para llevarse a cabo si se produce una restauración del capitalismo en Cuba, y además, personas que conocen, ¿no?, no estamos hablando de personas que puedan estar pecando de ignorancia y, al mismo tiempo, no reconocer cuáles son esos otros derechos que son efectivos, y cuando nosotros decimos en Cuba  por qué el pueblo no toma las calles también, bueno, es que la gente toma las calles en estos países justamente porque esos derechos elementales y básicos no están cubiertos, o sea, la gente toma las calles en esos países porque no tienen derecho al agua potable, la gente toma las calles en esos países porque tienen soldados en su territorio, toman las calles en esos países porque porque hay una reforma estructural del empleo que está dejando desempleadas a miles de personas, o en condiciones muy precarias las condiciones de empleo, entonces esas son las causas por las cuales la gente toma las calles en otros países, cuando las manifestaciones entonces vemos que son atacadas con gases lacrimógenos, que son atacadas por balas que hieren los ojos, que son golpeadas las mujeres, los jóvenes, entonces estamos hablando de un contexto que no se puede desconocer cuando hablemos de estos temas, no podemos hablar de estos temas apegados solo a los libros. Es importante, bueno, analizar las condiciones concretas, las condiciones objetivas que marcan los límites posibles, y en ese sentido yo creo, y en consonancia, en perspectiva con lo que tú estás diciendo, que es muy difícil profundizar en la democracia como algo al margen de la defensa de los derechos de las mayorias o sea, si Cuba regresa al capitalismo va a haber personas que van a vivir mejor de lo que viven ahora, y de hecho por eso también hay grupos de presión, no podemos ser ciegos, ¿no?, entonces es como tú decías, también hay personas que están queriendo para Cuba otro futuro posible, otro escenario posible, ¿no?, donde haya mejores condiciones para los grupos e intereses que representan, pero pensando en las mayorías, pensando en los más humildes, pensando en los sectores más vulnerables, yo creo que es muy difícil pensar una sociedad que sea más democrática para todos, ¿verdad?, si no profundizamos el socialismo cubano.

Yo no idealizo el socialismo cubano, yo sé que hay muchas cosas por delante que tienen que ser superadas, que tienen que ser trabajadas, de fondo, pero yo considero que estas cosas tienen que estar sobre la mesa cada vez que se hable de derechos, de democracia, de libertades. Eso, Iroel, es lo que pienso.

Iroel Sánchez: Gracias. Yo apuntaría ahí de nuevo en el sentido de libertades, de derechos para quiénes.

Karima Oliva: Para quiénes.

Iroel Sánchez:  El espíritu social que Humberto apuntaba, uno percibe en lo escrito que es para todos, perocuando podemos hablar de derechos… ¿los campesinos colombianos baleados, los mapuches chilenos, se sienten en ese todos?, no por lo que piensan, no por sus derechos, sino por los derechos más vitales en la vida, cuando hemos visto que en determinados lugares se le cede el agua a una transnacional, entonces hay que pagar porque la acometida te la vamos a poner ahí y hay que pagar varias veces el salario mínimo para poder acceder al agua, llevar a los hijos a las escuelas y que tengan libros, que tengan maestros, ¿de qué libertad de expresión estamos hablando cuando las personas están en condiciones tan precarias de existencia para sí, para su familia y para sus entornos?

Entonces en Cuba de qué posibilidades estamos hablando, y donde estamos en una realidad donde hay un grupo de limitaciones impuestas desde el exterior que también influyen en el ejercicio de esos derechos, aqué posibilidad de ejercicio de esos derechos, de realización, de realización plena de esos derechos estamos aspirando los cubanos con la implementación de la Constitución y las leyes, habría que preguntarse qué, y estos cubanos que aprobamos, que votamos un referéndum por una Constitución, qué expectativas nos hemos hecho con eso, y luego también para resolver problemas que el funcionamiento de nuestra sociedad tiene, para soluciones, que es lo que nuestra sociedad busca, Entonces le doy la palabra a Humberto.

Y Rosa me pasa aquí que estamos transmitiendo por YouTube, por Facebook y por Picta para los que nos están viendo, y también nos recuerda que nos quedan cinco minutos o un poquitico más, Humberto, gracias por las intervenciones.

Humberto López: Muy rápido, Iroel. El diálogo ha ido más profundo hacia los derechos, y al inicio la convocatoria andaba por el camino de hablar de estado socialista de derecho.

Iroel Sánchez: Exacto.

Humberto López: Lo que iba a decir justamente es que no es posible hablar del concepto por el que inicialmente hablamos si no profundizamos en los derechos, porque es eso básicamente, es el reconocimiento de derechos como un acto natural, como un acto cotidiano por parte de la actuación de todos aquellos que viven, que cada día se levantan y terminan su jornada en una actuación bajo el principio de la legalidad, eso es estado socialista de derecho y de justicia social.

Nosotros yo creo que tenemos, y pensaba en la idea que estaba transmitiendo Karima también, Iroel, tenemos el grandísimo reto de construir desde la formulación que nos trae ese pórtico inicial, esa ventana de la Constitución que es el concepto, está en el artículo uno, llenar de contenido nuestros derechos.

Tú mencionaste una y otra vez la libertad de prensa, mencionaste, mencionaste varios derechos que sí, efectivamente, están formalmente reconocidos en muchísimas constituciones de nuestra área geográfica, pero ojo, también están reconocidos en la nuestra, también nosotros tenemos libertad de expresión reconocida, libertad de pensamiento reconocida en la Constitución, libertad de prensa reconocida en nuestra Constitución, ahí puedo citar el artículo cincuenta y tantos hasta el cincuenta y cinco.

Pero podemos seguir hablando de derechos muy amplios que ya venían, tenían una formulación en la Constitución del ‘76, y que en el 2019 se vio, crecen, pero crecen en dos sentidos fundamentales, hay que hablar de estado socialista de derecho y de justicia social pensando en el principio de la llamada progresividad, ¿qué es progresividad?, que cada vez hay que reconocer más derechos, nunca reconocer menos derechos, eso, en mi opinión, en primer lugar es progresividad; pero hay una segunda idea de la progresividad sin la cual no pudiéramos hablar de estado socialista de derecho y de justicia social; y el reto cubano de transformación de la Constitución es que asumimos el sí hacerlo de esa manera, y debemos cumplirlo en definitiva.

Es que los derechos tienen tres cosas, tienen en primer lugar el llamado contenido esencial, digamos, yo tengo derecho al agua, ¿qué significa en términos prácticos que yo tengo derecho al agua?, digamos que yo puedo tomar agua en la mañana, yo puedo tomar agua en la tarde, yo puedo tomar en la noche, o no tener agua almacenada, y tengo derecho a que llueva en el lugar adonde estoy, si no me cumples esos cinco no tengo derecho al agua, ese sería el contenido esencial del derecho; segundo, límite, ¿hasta dónde?, porque todo derecho, está reconocido aquí también, artículo 45, los derechos no son ilimitados, los derechos se encuentran con límites, y el primer límite es el derecho de los demás, de acuerdo a nuestra la Constitución, pero está el orden público, está la propia Constitución, las leyes, etcétera; y en tercer lugar, y no menos importante, contenido esencial, límites del derecho, las garantías, no basta, y aquí conecta con lo que decía Karima, no basta con que los formules, tienes derecho a equis, pero cómo lo hago si no tengo la manera práctica, efectiva, concreta, de materializar mi derecho.

Nosotros estamos ante el reto de en una Constitución patria, en una Constitución cubana, en un estado socialista de derecho y de justicia social materializar todos esos derechos desde una realidad concreta, desde una agresión permanente concreta, desde situaciones particulares que encierran una dinámica muy propia en nuestra sociedad, a efectivamente llenar de contenido cada uno de esos derechos, establecer cada vez garantías diríamos más efectivas para el cumplimiento de esos derechos, y establecer también, sin ningún tipo de temor, los límites para cada uno de esos derechos.

Yo escuchaba, y no puedo dejar de pensar en todo lo que hemos vivido en el mes de diciembre en Cuba, y en la cacareada libertad de prensa y en la cacareada libertad de expresión, tenemos que construir nuestra libertad de prensa en Cuba en un escenario donde sabemos que la famosa democracia que se exporta al mundo tiene una libertad de prensa o una libertad de expresión, estoy entrecomillando, tan ilimitada, que permite que un presidente a través de su Twitter convoque a la gente a hacer lo que hizo ayer.

La pregunta sería, ¿dónde está el límite?, ¿existe un límite en un estado socialista de derecho y de justicia social?, ¿es necesario un límite?, bueno, pero es que es mi página personal, es mi ejercicio ilimitado del derecho a la libertad de expresión y a la libertad de comunicar mis ideas, bueno, ¿y dónde está el orden colectivo?, ¿y dónde está el interés superior, que va más allá de tu voluntad?

Por eso yo creo que con lamentables ejemplos que tenemos en el mundo y con la clara convicción de que nos toca construir nuestro estado socialista de derecho y de justicia de social es un punto de partida tremendo, y lo que estamos haciendo cada día es la construcción, o llenar de contenido cada uno de esos derechos desde una convicción, desde un convencimiento de nuestra cultura, de nuestra idiosincrasia, de nuestra realidad.

Esta, por ejemplo, el derecho a la intimidad, tan importante, pero imagínense que el derecho a la intimidad, está en la Constitución también el derecho a la intimidad en Cuba; no es lo mismo el derecho a la intimidad, digamos, en una cultura como la sueca, donde la intimidad tiene otro sentido; para nosotros, que somos tan sociales, nos relacionamos tanto en la vida diaria, el límite de intimidad es mucho más grande que en otra cultura, por tanto, no es posible exportar un patrón como un cuño, de forma totalmente calcada, porque este es el patrón o este es el modelo; yo creo que esta primero, la vocación social del estado, la vocación socialista, y segundo, una construcción esencialmente cultural, esencialmente que tiene que ver con nuestras costumbres, con nuestra manera de ser, y que es resultado de lo que es hoy el cubano, y de lo que quiere ser el cubano en definitiva en Cuba.

Iroel Sánchez: Gracias. Yo, tratando de redondear, cuando tú hablabas de libertad de prensa y libertad de expresión yo recordaba una frase que dijo Fidel a Ramonet en la célebre entrevista: Se habla de “libertad de expresión”, pero en realidad lo que se defiende fundamentalmente es el derecho de propiedad privada de los medios”

Y también pensando ya en nuestro país, pensaba lo importante que es una labor para construir esos consensos, para realmente que el derecho sea un patrimonio de cada ciudadano, como esta en nuestra conceptualización, como un recurso estratégico de la mayor importancia, porque construir leyes como se construye en otros lugares al margen de la gente es muy fácil, para eso esta el sistema de partidos pero en un sistema en el que la política no es un negocio sino es un ejercicio donde los ciudadanos estén capacitados para ello por su formación, por tener resuelto un problema como la salud, entonces el papel de la comunicación en un sentido y en el otro me parece que es esencial, y creo que un programa como el que túhaces me parece importantísimo, pero también en el sentido de que todos seamos conscientes y que tengamos una cultura jurídica, una cultura constitucional, y nos convirtamos en veladores y actores colectivos de esa legalidad.

Les damos las gracias a todos los que nos han acompañado aquí, especialmente a Humberto, a Karima, a los que nos están viendo, a Rosa, nuestra dictadora del tiempo aquí.

Y nos vemos el próximo jueves a la una de la tarde aquí en la Unión de Periodistas de Cuba, la Casa de la prensa cubana, en otra Tertulia. Un saludo y muchas gracias.