Crónica y fotos de Villalar 2013: ¡Haz que paguen ellos!
Desde Comunistas de Castilla creemos necesario recuperar Villalar como espacio sociopolítico de referencia de la izquierda combativa y la soberanía de castilla e
 insistimos en la relación inseparable entre la lucha popular por los 
derechos sociales -contra los recortes y la explotación- y la 
reivindicación de la soberanía popular del pueblo castellano. Esto pasa 
inevitablemente por superar el actual corsé de la fiesta institucional que
 desde la Junta de Castilla y León y la Fundación Villalar pretenden 
consolidar mediante un folklore regionalista anecdótico. Este año además
 hemos asistido al intento desde el Ayuntamiento de Villalar, del PSOE, 
de dejar la fiesta en manos de la gestión privada y exigir nuevos 
requerimientos económicos a las organizaciones populares que allí 
acudimos año tras año a mantener vivo el pulso de este pueblo al que 
están matando con sus políticas neoliberales.
Conviene recordar que la
 celebración de esta fiesta popular y del homenaje a la memoria de los 
comuneros, que se remonta a 1976, nunca fue del agradó de la derecha 
españolista (AP-PP) que hoy se pasea por la campa escoltada por
 la guardia civil protegiéndose de la tormenta social que han levantado.
 Esa derecha es en esencia la misma que primero optó por denegar el 
permiso para la celebración del primer Villalar, bloqueando los accesos 
principales y disolviendo a golpe de porra a los asistentes, la misma 
que más tarde renunció a reconocer la fiesta que finalmente sería 
oficializada por el gobierno autonómico en 1986 con el rechazo explícito
 del PP y que a partir de 1987 ya con José María Aznar al frente de la 
Junta intentó liquidar la celebración en la campa, sustituyéndolo por 
una serie de actos institucionales itinerantes. La socialdemocracia (PSOE),
 por su parte, ya en aquellos años había renunciado a su discurso 
histórico favorable al “derecho de autodeterminación” y el federalismo e
 intentó hegemonizarla de acuerdo a sus intereses electorales en el marco del régimen de las autonomías pactado en la transición.
 Finalmente unos y otros acabaron por consolidar “el Día de la 
Comunidad” como una fiesta institucional revestida de una pretendida 
concordia y folklore con un manifiesto común en el que se sentían 
cómodos y del que han venido participando las cúpulas sindicales de 
CC.OO. y UGT.
La autonomía y la 
bandera regionalista, se muestran hoy como símbolos deslucidos por la 
erosión de un régimen monárquico que ha fracasado para con los miles de 
parados y paradas, los trabajadores de las empresas afectadas por ERES, 
los habitantes de los pueblos afectados por el cierre de las urgencias, 
los estudiantes que no pueden hacer frente a sus matrículas, las 
familias amenazadas por el deshaucio y el pueblo ahogado por la deuda 
privada del capital financiero.
La autonomía 
como modelo territorial y político funcional al dominio de la oligarquía
 española y el capital europeo nos convierte en súbditos a merced de los
 intereses del caciquismo local, de la monarquía y la Unión Europea, nos
 impide vernos como un pueblo con madurez para levantarse y decidir su 
camino, colocándonos la correa de un régimen político, el 
monárquico español, y un sistema socioeconómico, el capitalismo, que no 
hacen sino favorecer la despoblación, la desindustrialización, los 
recortes, las privatizaciones, y la renuncia a nuestra soberanía en 
todos los órdenes. Es por eso que vemos con alegría cada bandera roja, 
cada pendón castellano -histórico o estrellado- que ondea en la campa de
 Villalar de los Comuneros como símbolos de legítima rebelión, destellos
 de conciencia popular que identifican que el proyecto autonómico no 
sirve, que no son integrables en los esquemas de tipo político y 
territoriales que las clases dominantes españolas tienen diseñados para 
someternos.
Crisis capitalista y alternativas
La crisis del 
capitalismo que se expresa con toda crudeza en Europa ha desembocado en 
una auténtica crisis política del régimen español salido de la 
transición. Como decíamos en uno de nuestros documentos:
<< La “transición” no significó la instauración de un nuevo orden democrático-burgués. Las burguesías periféricas pactaron un caciquil reino de las autonomías, y lo mismo hizo la “izquierda histórica” del PSOE y el PCE. Las fuerzas “democráticas” pactaron su inclusión en la élite política a cambio de la renuncia de sus programas: la autodeterminación, el socialismo, el comunismo. Ni siquiera la forma republicana de estado quedó salvada. La España de las Autonomías era, en el fondo, la misma España de antes pero renegociada con la izquierda entregada, cambio de nombre y expansión sin límites de la burocracia institucional política, donde todos tendrían su parcela de poder y privilegio.>>
Hoy, la 
monarquía, cuya restauración obedece al dictador, corroída por la 
corrupción y su compromiso histórico con las grandes fortunas ha 
consumido a marchas forzadas la imagen oficial construida durante años 
de mentiras dejando a la vista del pueblo sus vergüenzas 
autoritarias, vestigios de un franquismo adocenado, con una casta 
política en brazos de la banca y el gran capital dispuesta a aplicar 
desde el gobierno español y hasta sus últimas consecuencias los 
criminales planes de austeridad de la Troika agravando la situación del 
pueblo trabajador castellano.
En esta situación, los y las comunistas castellanos tenemos, modestamente, pero con toda la determinación, la voluntad de tender
 puentes para reforzar el campo popular y dar pasos en la construcción 
de un referente sociopolítico capaz de coordinar la protesta social y 
encaminarla hacia la ruptura con el actual régimen, la soberanía del 
pueblo castellano y la construcción de poder popular desde abajo para 
derribar el sistema capitalista. 
Es por ello que este año apostamos por un mitin
 político unitario, organizado conjuntamente con Red Roja, organización 
comunista revolucionaria, como gesto de la necesaria unidad de la 
izquierda desde presupuestos de clase y de autodeterminación de los 
pueblos. El pasado año advertíamos cual era el horizonte hacia 
el que el capitalismo español y la U.E. nos estaban abocando con el lema
 “Nos llevan a la ruina. Es tiempo de lucha”. Este Villalar 2013 hicimos
 un llamamiento claro: “Haz que paguen ellos” señalando sin ambages a 
los responsables de la crisis y a quienes se muestran como colaboradores
 necesarios en que esta situación se mantenga.
Las intervenciones políticas denunciaron 
explícitamente las ilusiones que desde la izquierda del régimen plantean
 al pueblo una posible vuelta al raquítico “Estado del bienestar”, 
generando falsas esperanzas acerca de un capitalismo humano, en
 lo que no fue más que un etapa transitoria del capitalismo europeo de 
posguerra sustentada sobre el soborno de la clase obrera europeo a costa
 de la explotación de los pueblos del tercer mundo que de ningún modo 
puede constituir el horizonte hacia el que los pueblos debamos aspirar.
 
 
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