martes, 11 de marzo de 2014

Los vertederos humanos del capitalismo, y sus consecuencias críminales: "La exclusión social o el vertedero de la modernidad", que nos lo venden los regímenes políticos económicos capitalistas occidentales con sus "democracias" bipartidistas, con sus propagandas electorales (que no programas, no les gustan nada) donde todos son promesas/mentiras, que nos tragamos, palabras llenas de cinismo, hipocresía, ignonimia, infamia, inmoralidad, crueldad inhumana. ¡Qué más nos tienen que hacer y pisar nuestros derechos para rebelarnos contra esta tiranía opresiva en nombre de la "democracia"!

Bauman lo plantea con toda contundencia a la entrada de su estudio:
"La producción de "residuos humanos" o, para ser más exactos, seres humanos residuales (los "excedentes" y "suprefluos"...), es una consecuencia inevitable de la "modernización" y una compañera inseparable de la modernidad. Es un ineludible efecto secundario de la construcción del orden (cada orden asigna a ciertas partes de la población existente el papel de "fuera de lugar", "no aptas" o "indeseables") y del progreso económico, incapaz de proceder sin degradar y devaluar los modos de "ganarse la vida" antaño efectivos y que, por consiguiente, no puede sino privar de su sustento a quienes ejercen dichas ocupaciones".

La producción de residuos humanos ha acompañado a la modernidad desde sus inicios y le ha creado un permanente problema. ¿qué hacer con ese excedente? Un problema que, mientras la modernización fue un privilegio de sólo algunos territorios, a los que no alcanzó fueron convertidos en destinos naturales para la exportación de "seres humanos superfluos, en vertederos apropiados para la eliminación de los residuos humanos de la modernización. El problema se complicó, sin embargo, con la universalización o planetarización del proceso de la modernidad se han agotado los vertederos naturales de los residuos humanos, en consecuencia, "todas las localidades (incluidas, muy en especial, las altamente modernizadas) han de cargar con las consecuencias del triunfo global de la modernidad". La modernidad globalizada, "plenitud del planeta", dice irónicamente Bauman (evocando el estúpido "fin de la historia" del imbécil Fukuyama) ha generado así "una aguda crisis de la industria de eliminación de residuos humanos".
Y la actual crisis económica capitalista no ha hecho sino radicalizar esta crisis social política, pues aquella, la crisis económica es, como ha resumido certeramente García Roca,un factor potentísimo de "expulsión", de exclusión social, es decir, de miseria y hambre para miles de personas. Desde que que explotó, "disminuyen los integrados y aumentan los excluidos". Y con ella se ha producido un corrimiento de las fronteras entre ellos, "se han desplazado hacia el interior de modo que se han recreado como fronteras interiores". No han desaparecido, evidentemente: "la creación de márgenes permite desplazar lo indeseado y lo sobrante hacia algún lugar que no afecte a los que está en el interior". Y esta función excluyente es hoy no sólo necesaria, sino perentoria. Lo que ese corrimiento ha producido es una mayor atención no sólo a las periferias, sino al centro mismo. Porque la crisis ha puesto de manifiesto de forma clara y cruda que, la exclusión no está donde están los excluidos sino en el corazón del sistema capitalista, en el centro, "en el funcionamiento de una economía que genera población sobrante", y la genera, como denunciaba Loic Wacquant, de forma creciente conforme más avanza y se desarrolla".
La exclusión, la miseria social, el vertedero humano de los excedentes humanos del capitalismo, es el pan nuestro de cada día de la sociedades "modernas" y de la "modernidad" avanzada. Para conocer un espacio a oscuras, hay que tantear sus paredes; para conocer la oscura sociedad capitalista actual, burguesa,prefascista,hay que ir a sus márgenes,decía el joven Horkheimer en uno de sus afilados aforismo de Ocaso.  La modernidad ha podido abocar a la exclusión social porque en ella, en su centro, en su estructura económica, anida una lógica excluyente, que es por definición el capitalismo. Y mientras ésta no sólo no se quiebre, sino que, al revés, se reafirme y se imponga sin trabas, generará necesaria y crecientemente nuevas pirámides de excluidos, montañas de residuos humanos, creando vertederos humanos.

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