Contra el bloqueo a Cuba. Por Federico Mayor Zaragoza.
Siempre
 juzgando a Cuba… A la Cuba que termina en Guantánamo. A la Cuba de la 
carencia de libertades públicas, pero donde las Damas de Blanco pueden 
hacer declaraciones y manifestaciones, y las cámaras filmar las huelgas 
de hambre y la resistencia. A la Cuba de los cansados de tanta espera y 
de los que todavía aguardan.
Estados Unidos, el país del embargo 
sostenido, de la presión constante sobre la isla y, sobre todo, el país 
de los presos de Guantánamo durante la Administración Bush, no debería 
analizar de forma tan displicente, exigente y también indiferente, el 
impacto que tienen las medidas de bloqueo adoptadas desde hace ya varias
 décadas (¡más de cinco!)…  El inmenso coloso vecino coaccionando a esa 
pequeña isla sin lograr, a pesar de todo, que se someta al poderoso…
En efecto, no han conseguido que Cuba  
se hinque ante el poder omnímodo que la ha sometido a inacabables 
tensiones. Esa Cuba de los niños escolarizados y del desarrollo 
sanitario que le permite exportar maestros y médicos sigue en pie. Es 
indispensable atraer la atención de todos los países de las Naciones 
Unidas para que, de una vez por todas, se de un paso adelante en la 
consideración de  la situación en  Cuba, de tal modo que pueda 
evolucionar, como deben hacerlo, urgentemente, países “democráticos” del
 mismo hemisferio que tienen altas tasas de desescolarización y 
emigrantes a mansalva porque sus riquezas se hallan explotadas por unas 
cuantas empresas multinacionales.  No hay que olvidar que en los Estados
 Unidos existe la pena de muerte en la mayoría de los estados, 
especialmente aquellos con gobernadores republicanos, y que en el año 
2003, sin el consentimiento del Consejo de Seguridad, invadieron, 
basados en la simulación y la mentira, a Iraq… ¡Qué terrible 
despropósito!
Por ello, fue otro gran acierto del 
Presidente Obama iniciar la normalización de las relaciones con Cuba y 
poner fin a una larga y densa época de agravios.  En política exterior 
permitió el apaciguamiento de la tensión con los países islámicos, 
alejando la amenaza global de una confrontación con Irán.
Insisto en que soy muy consciente de lo 
que debe cambiarse en Cuba. Y no sólo en Cuba… Pero, me resisto a mirar 
siempre en la dirección que marcan los grandes poderes mediáticos de la 
Tierra. Me gusta hacer precisamente lo contrario…
 
 
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