Ecologistas en Acción: “Crecidas del Ebro, medidas contraproducentes y declaraciones oportunistas”
Desde Ecologistas en Acción se solidarizan con la población afectada
por las inundaciones provocadas por la riada del Ebro y piden
“responsabilidad política frente a un problema de ordenación del
territorio”.
“Las inundaciones del Ebro de los últimos días han provocado graves
efectos en localidades ribereñas, pero también declaraciones
oportunistas, reclamaciones de medidas contraproducentes y acusaciones a
organizaciones ecologistas”, indican desde Ecologistas en Acción, y
afirman que “los dragados, embalses y motas no son la solución para
evitarlo. Se trata más bien de un problema de ordenación del territorio y
de la necesidad de aprender a convivir con las dinámicas naturales del
río”.
Desde Ecologistas explican que “la confluencia de lluvias con el
deshielo en los Pirineos, ha hecho que se produzca una importante
avenida en el curso medio del Ebro, inundándose amplias extensiones de
terreno, y produciéndose cuantiosos daños materiales”. Por ello,
Ecologistas en Acción “muestra toda su solidaridad con las personas
afectadas, entre las que se encuentran miembros de la organización.
Lamenta también las declaraciones oportunistas de estos días que
pretenden esconder falta de previsión y desviar la atención”.
“Desde diferentes sectores se está reclamando la realización de
‘limpiezas’ en el cauce, así como la adopción de una serie de medidas
constructivas e incluso cambios legislativos. Estas medidas producirían,
sin lugar a dudas, graves daños medioambientales, con importantes
alteraciones en el ecosistema fluvial. Pero además resultan de muy
escasa utilidad para la lucha contra las crecidas impetuosas de los
ríos, las avenidas. Ya se han realizado puntualmente en los últimos
años, con muy pobre resultado”, aseguran desde Ecologistas en Acción.
En este sentido la organización ecologista afirma que “pueden llegar a
ser incluso contraproducentes. La denominada ‘limpieza’ de cauces
consiste en la eliminación de toda la vegetación de ribera, así como el
dragado del río, transformando éste en un mero canal artificial. Eso
genera un evidente daño medioambiental, pero, además puede llegar a
agravar notablemente los efectos de las inundaciones. El bosque de
ribera ayuda a paliar los efectos negativos de las avenidas, al
ralentizar la velocidad del agua. Cuando se elimina el agua discurre sin
obstáculos a bastante mayor velocidad, produciendo por ello daños
materiales mayores y mayor riesgo para las personas”.
“Se dice que la avenida que se registra estos días es la mayor que se
produce en el Ebro desde 2003. Pues bien, si tan sólo han pasado doce
años desde una crecida similar, todo apunta a que no se trata de un
suceso extraordinario, y todo apunta a que por donde discurre al agua
es, en buena medida, su cauce natural. En las últimas décadas se ha
construido masivamente en las zonas inundables, e incluso dentro de los
propios cauces, por lo que es de esperar que cada cierto número de años
esas áreas sean ocupadas por el agua. La lógica apunta a la necesidad de
conservar bosques de ribera”, enfatizan.
Ecologistas en Acción estima que existen en el Estado español “más de
30.000 viviendas situadas dentro de cauces y zonas inundables, número
que se sigue incrementando año tras año, sin desde las administraciones
responsables apenas se haga nada por evitarlo”.
Por todo el colectivo ecologista demanda “al gobierno central y los
autonómicos que adopten las medidas necesarias para que los cauces y
zonas inundables queden libren de construcciones inadecuadas y que se
proceda a la restauración de bosques de ribera originario, tanto por
evidentes razones medioambientales, como por resultar la forma más
eficaz de minimizar los efectos de las avenidas. Lo que se propone no es
nada novedoso, pues de hecho es exactamente lo que se indica en el
artículo 28 del Plan Hidrológico Nacional, que deben hacer las
administraciones competentes”.
“Esta es la única forma realmente eficaz de luchar
contra los efectos negativos de las avenidas e inundaciones, pues es
cierto que a medio plazo no puede predecirse cuando va a llover, donde y
cuanto, pero siempre se sabe por dónde va a correr el agua”. concluyen.
arainfo
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