Cuba y el discurso de los derechos humanos. Por Ángel Guerra Cabrera
Cuba
 realizó el miércoles 16 una sólida presentación en el Examen Periódico 
Universal de Derechos Humanos ante el órgano correspondiente de la ONU, 
en Ginebra. El dedo acusador de Washington se estrelló contra el informe
 de La Habana y me estimuló a compartir unas breves reflexiones.
La 
conquista y preservación de los derechos humanos ha sido un capítulo 
heroico en las luchas sociales y políticas de los pueblos. Nunca las 
clases dominantes han concedido esos derechos a los trabajadores, los 
jóvenes, las mujeres y las minorías discriminadas. En sus movimientos 
revolucionarios la burguesía nunca aspiró a consultar la opinión del 
pueblo. Su objetivo primordial era mantener la monarquía aunque con un 
parlamento de grandes propietarios, que le asegurara la hegemonía 
necesaria para romper con las trabas feudales que impedían el desarrollo
 del capitalismo.
En las 
últimas décadas, con la imposición global de las políticas neoliberales,
 los pueblos sufren un bárbaro retroceso de sus derechos económicos, 
sociales y culturales. Los grados de explotación, marginación, saqueo de
 recursos naturales, feroz agresión al medioambiente y a las fuentes de 
reproducción de la vida, así como la discriminación racial y de las 
mujeres han alcanzado cotas asombrosas. Las decisiones que afectan 
dramáticamente la vida de los individuos y las comunidades no les son 
consultadas. Es el caso de la minería a cielo abierto, la proliferación 
de los alienantes centros comerciales y, en general, los devastadores 
megaproyectos   capitalistas. La manipulación de las conciencias e 
imposición de patrones neoliberales mediante el sistema escolar, la 
dictadura mediática, la omnipresente y tóxica publicidad y el terror de 
Estado convierten en un chiste la cháchara dominante sobre el ejercicio 
de los derechos políticos.
Estados 
Unidos y las derechas locales detestan la democracia y violan los 
derechos humanos de los que se proclaman heraldos. Lo demuestra su 
guerra contra los gobiernos y fuerzas políticas que no se les 
subordinan, como ocurre en distintos grados y circunstancias contra 
Venezuela, Cuba y Nicaragua. Pero también los golpes suaves en 
Honduras, Paraguay y Brasil y los recurrentes fraudes electorales. O el 
uso del aparato judicial y mediático para impedir a Lula ser candidato a
 la presidencia y obstaculizar a Cristina Fernández   el ejercicio de su
 liderazgo ante un Macri que se tambalea.
¿Qué son 
las políticas neoliberales sino una violación masiva y flagrante de los 
derechos humanos y los principios democráticos? ¿Cómo puede hablar de 
derechos humanos un régimen que cometió un genocidio contra su población
 indígena y discrimina a los pocos sobrevivientes, los negros, las 
mujeres y los migrantes? Con un sistema electoral donde decide el 
dinero. El único que ha usado el arma nuclear contra poblaciones civiles
 indefensas y tiene el récord en intervenciones militares, bombardeos y 
masacres en otros países. Un país opulento con decenas de millones de 
pobres y una elite cada vez más rica.
La guerra
 económica de Estados Unidos contra Cuba y Venezuela, dos países con 
impecables credenciales democráticas y de derechos humanos, califica 
como un acto genocida según la definición del Convenio de Ginebra de 
1948. Como también lo es el exterminio en cámara lenta de la población 
palestina que ejecuta Israel con el total apoyo de Washington.
Cuba 
llegó al ejercicio de Ginebra con una considerable renovación de sus 
representantes populares, que culminó con la elección del nuevo 
presidente Miguel Díaz-Canel en el seno de un Consejo de Estado 
representativo de la nación. Con Un 53 por ciento de diputadas en la 
Asamblea Nacional y una proporción de negros y mestizos acorde con su 
composición demográfica. Democracia emblemática es el debate nacional 
cubano de todas las decisiones trascendentales, como ha sido con los 
documentos rectores del proceso de actualización del modelo económico y 
social y del Congreso y la Conferencia Nacional del Partido Comunista de
 Cuba. La directora de UNICEF para América Latina y el Caribe ha dicho 
que Cuba es “campeona a nivel mundial de la promoción y protección de 
los niños”. Cuba es el país con más médicos por habitante, ha eliminado 
14 enfermedades trasmisibles y 9 no constituyen un problema de salud 
pública. Son reconocidos su ejemplar sistema educacional y su ejercicio 
de la solidaridad internacional. Sus logros serían inconcebibles sin su 
singular sistema político y social, refrendado por una mayoría de 
electores.
Twitter:@aguerraguerra
 
