miércoles, 30 de agosto de 2017

Hacia la superación del franquismo (38)



Viñeta: http://www.ecorepublicano.es/
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¿Harán falta otros cuarenta años para que España deje de tener un enorme mausoleo dedicado a un dictador, fosas comunes en las cunetas y torturadores impunes?
Ignacio Escolar
En la entrega anterior ya habíamos comenzado a comentar, siguiendo este artículo de Alejandro Torrús para el medio Publico, las sustanciales diferencias entre las Constituciones de 1931 (republicana) y de 1978 (del régimen actual), y habíamos hablado de lo relativo a la intensidad de la democracia reflejada en ellas, como primer gran punto de un total de cinco. Vamos a continuar hablando sobre el subdesarrollo en derechos de la actual Carta Magna frente a la republicana de comienzos de los años 30 del siglo pasado. Como ya dejamos sentado desde el primero de los artículos de esta serie, el levantamiento militar fascista (con el apoyo de los sectores más reaccionarios y conservadores de la sociedad) tuvo lugar precisamente en contra de los avances sociales y de las conquistas en derechos que la República había venido a consagrar. Porque en efecto, la II República trajo consigo la incorporación de los llamados derechos económicos y sociales (esos que el mundo occidental capitalista no acaba aún de reconocer), incluyendo específicas referencias a los grupos y colectivos más desfavorecidos de la sociedad de la época, como las mujeres, los trabajadores o la tercera edad, entre otros. El resultado fue la constitucionalización (es decir, el reconocimiento al más alto nivel) del elenco de derechos más amplio que ningún Gobierno de la historia española había alcanzado. ¿Hace lo mismo nuestra actual Carta Magna? Pues digamos que lo hace relativamente: la Constitución de 1978 introduce y reconoce un extenso catálogo de derechos económicos, sociales y culturales, ordenados según el nivel de protección que el Estado les otorga. En el tercer y último escalón de derechos, el régimen del 78 hace referencia a los "Principios rectores de la política social y económica". Dentro de estos principios, el texto constitucional incluye el "progreso social y económico y para una distribución de la renta regional", la garantía de la "asistencia y prestaciones sociales suficientes ante situaciones de necesidad, especialmente en caso de desempleo", el derecho a "la protección de la salud", el "acceso a la cultura" y la promoción "de la ciencia y la investigación científica y técnica en beneficio del interés general". 

Pero a pesar de su inclusión en el texto constitucional, estos supuestos derechos de la ciudadanía no gozan de amparo judicial, dado que sólo podrán ser alegados ante la jurisdicción ordinaria de acuerdo con lo que dispongan las ulteriores leyes que los desarrollen. Por tanto y en la práctica, estos derechos económicos y sociales quedan reducidos a determinados principios o valores que inspirarán (o no) las políticas del Poder Ejecutivo, pero sin que ningún precepto constitucional les obligue a implementarlos. Esto implica que en realidad la Constitución del 78 no prevé mecanismos de control de la inacción del Gobierno, salvo los propios derivados de la responsabilidad política que se manifiesten en las urnas. Son por tanto derechos subjetivos, no implementados ni reconocidos realmente, al no disponer de normativas concretas que los explicitan y definen su marco de garantías. Y en la práctica, si no generan obligaciones que puedan ser exigidas ante un tribunal, las referencias de la Carta Magna son únicamente retóricas. Por el contrario, la Constitución republicana contempló una visión integral de los derechos, sin establecer diferentes grados de protección de los mismos en función de una mayor o menor relevancia, otorgando a todos ellos el mismo estatuto jurídico. Por tanto, la plasmación real y tangible de estos derechos pone de relieve la distinta filosofía que inspiran ambos textos, el de 1931 mucho más completo y garantista que el de 1978. Otra gran diferencia entre ambas Constituciones es la relativa al Estado Laico frente al supuesto Estado aconfesional. Como sabemos, la actual regulación constitucional en materia religiosa está presidida por el principio de aconfesionalidad del Estado Español. La CE de 1978, si bien afirma que "ninguna confesión tendrá carácter estatal", señala también que "los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española, y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones". 

En una palabra, se renuncia claramente al laicismo, que consiste precisamente en que el Estado no debe tener en cuenta ni cooperar con ninguna confesión religiosa, dejando este asunto para el ámbito estrictamente privado y de los fieles de cada confesión determinada. En la práctica, esas "relaciones de cooperación" contempladas en la Constitución de 1978 son las responsables de la abusiva posición que la Iglesia Católica ocupa en el escenario político y social diseñado desde la Transición (que aún era peor en el franquismo, claro está). Fue voluntad de los "padres" de la CE 1978 garantizar la presencia activa de la Iglesia Católica en los foros públicos y contribuir decididamente a su financiación. Pero la normativa favorable a la religión católica en el actual texto constitucional no viene reflejada sólo en este punto, sino que la incorporación en el texto de la "libertad de enseñanza" y el supuesto "derecho de los padres" a que sus hijos/as reciban la formación religiosa y moral acorde a sus convicciones, se ha convertido, en opinión de Escudero Alday, que nosotros suscribimos, en la mejor garantía de un sistema de centros educativos religiosos, privados o concertados, subvencionados éstos últimos con fondos públicos, y basados en el ideario religioso del centro en cuestión, que fomenta un adoctrinamiento a los estudiantes, así como un peso de la religión como asignatura evaluable y computable. La llegada de la II República, sin embargo, se celebró como la ocasión para terminar con la excesiva influencia de la Iglesia, tanto en la vida pública como en la educación. La Constitución republicana "trató de cambiar radicalmente el status quo, y situar a la Iglesia en los márgenes propios de su misión espiritual", en palabras de Escudero Alday. De esta forma, la CE 1931 sentaba las bases del Estado Laico en nuestro país. De ahí que la jerarquía católica, enemiga acérrima del laicismo, que evidentemente le hace perder poder y privilegios, bendijera el salvaje Golpe de Estado de julio de 1936. 

El Art. 3 de la CE de 1931 recogía expresamente que "El Estado no tiene religión oficial", artículo que fue acompañado de otros dos, el 26 y el 27, que regulaban la libertad de conciencia, religiosa y de culto. De hecho, la II República disolvió la Compañía de Jesús en enero de 1932, y en junio de 1933 aprobó la Ley de Confesiones y Congregaciones Religiosas, mediante la cual la Iglesia debía rendir cuentas por su actividad económica, y se le impediría ejercer la enseñanza. Como vemos, el breve período republicano supo avanzar en este asunto mucho más que lo que ha avanzado nuestra "democracia" en más de cuarenta años desde la muerte del dictador. Bien, otro cuarto aspecto donde ambas Constituciones resultan muy distintas es el relativo a la soberanía popular defendida por la Carta Magna de 1931, frente a la soberanía "nacional" reflejada en la de 1978. Las dos constituciones recogen en su articulado el principio de la soberanía popular. La Constitución republicana establece en su primer artículo que todos los poderes de la República emanan del pueblo, y por tanto, en el pueblo reside la potestad de crear leyes y en el Presidente de la República, la personificación de la nación. Establece, por tanto, el principio fundamental de la soberanía popular. Por su parte, la actual Constitución señala que "la soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado". Aunque ambos textos aluden con diferentes términos al principio de soberanía popular, según Escudero Alday, los términos utilizados marcan la diferencia entre el espíritu de los dos textos constitucionales. Esta diferencia, explica Escudero, sirve para que desde la Constitución del 78 se insista, ya desde el inicio, en la idea de la "unidad de España" como fundamento del orden constitucional, poniendo por tanto un límite sustantivo a la soberanía popular. La unidad de la nación se coloca por delante de las bases democráticas. Según la CE 1978, la voluntad popular nunca podrá romper la unidad de España, o si no se respeta la unidad nacional, no habrá democracia. Proyéctese este escenario a la actualidad y al caso catalán, y se comprenderá mejor el supuesto conflicto jurídico generado. 

A su vez, la actual Constitución sustrae o elimina también a la Jefatura del Estado de cualquier principio democrático. Se afirma que la figura del Rey es inviolable, lo cual nos retrotrae a pasados escenarios, absolutamente anacrónicos y antidemocráticos. En cambio, para la Constitución republicana, en su primer artículo, "España se constituye en una República democrática de trabajadores de toda clase", lo cual deja bien claro el carácter social y democrático del país. Asímismo, en lo tocante al carácter pacifista del texto republicano, ya hemos destacado en otros artículos el hecho de que la CE de 1931 declaraba que "España renuncia expresamente a la guerra como instrumento de política internacional". Y en sintonía con todo ello, la Constitución republicana intentaba construir los moldes de una sociedad más libre, igualitaria, solidaria, participativa y responsable. En todo ello fue pionera, suponiendo una Carta Magna totalmente transformadora. Frente a ella, el texto constitucional del 78 tenía por objetivo salir del franquismo de la manera más airosa posible. Ya lo hemos contado en entregas anteriores. El ambiente  de la Transición no era aún favorable a un aperturismo total de nuestra sociedad, pues los sectores más recalcitrantes del anterior régimen aún poseían mucho poder. Además de todo ello, la Carta Magna de 1978 declara el sistema económico capitalista como el vigente en nuestro país, ya que reconoce expresamente "la libertad de empresa en el marco de la economía de mercado", además de ser claramente insuficiente en lo relativo a la organización territorial del Estado, siendo por tanto una Constitución continuísta, en lugar de transformadora. La superación completa del franquismo, por tanto, requerirá también, desde este punto de vista constitucional, una clara superación del actual marco constitucional, mediante la apertura de un nuevo Proceso Constituyente que vuelva a definir los parámetros básicos de funcionamiento y organización del país. Continuaremos en siguientes entregas.

Julio Anguita, reflexiones desde la izquierda. Charla completa, muy interesante.


Nuestros amigos del Golfo. A los gobiernos occidentales se les llena la boca de "democracia" (sic). y en realidad lo que tenemos son gobiernos llenos de CINISMO E HIPOCRESÍAS INFAMES Y CRIMINALES.











El rey Felipe VI, condecorado en Arabia Saudí. EFE
El rey Felipe VI, condecorado en Arabia Saudí. EFE












“Si no lo hacen unos, lo van a hacer otros”, aseguraba el ministro de Economía, Luis de Guindos, el pasado mes de enero en defensa de la estrategia comercial de España y sus acuerdos con las petromonarquías del Golfo. Por esas mismas fechas, una semana después de que diera inicio la controvertida última visita del rey Felipe VI a Riad, De Guindos admitía abiertamente que ignoraba “las circunstancias específicas de Arabia Saudí en derechos humanos”. Y, lo que es todavía peor, que éstas pesaban poco o nada en el diseño de la llamada diplomacia económica de los Gobiernos del PP.
A todos los efectos, las afirmaciones del ministro eran una descripción casi perfecta de la lógica contradictoria que ha animado la actividad exterior de la Casa Real y la política comercial española durante las últimas legislaturas, basada –a imitación de la franquista– en el cortejo sistemático de las peores dictaduras del planeta y en la búsqueda de oportunidades de negocio en entornos geoeconómicos abiertamente hostiles a las formas más básicas de respeto a los derechos humanos, con especial predilección por el Magreb, Oriente Próximo y, mucho más recientemente, Asia Central.
Al igual que hicieran Aznar, Zapatero o, mucho antes, Franco, los gobiernos de Rajoy y la Casa Real no han reparado en medios –ni en escrúpulos– con la esperanza de ganar contratos cuestionables para España, siempre en el nombre de esos mismos razonamientos de que lo que es bueno para el empleo no debería ser puesto en entredicho con objeciones de tipo humanitario.  
Los amigos del Golfo
Las tres últimas visitas oficiales del reinado del rey emérito fueron, por este mismo orden, a Omán, Bahrein y Arabia Saudí, a donde ha regresado en varias ocasiones tras su retiro. Siete veces en total fueron visitados oficialmente los amigos wahabitas de Riad por Juan Carlos I, y muchas más el resto de vecinos de la península arábiga. Fueron con diferencia, los más frecuentados por el monarca.
Hasta el mismo día de hoy, Arabia Saudí ha seguido ocupando un lugar preferente en las agendas de la diplomacia económica de Margallo y del actual ministro, Alfonso Dastis. Lo que se halla en juego ahora es la adjudicación de la construcción de cinco corbetas a la empresa española Navantia. En última instancia, esta cuestión ha dividido incluso a los responsables de Podemos, cuya candidatura de Cádiz defiende abiertamente la concesión de ese contrato, en contra del criterio general de su partido y de otras formaciones como ERC o la CUP.
Tampoco la franquista tradición de cortejar a las monarquías absolutas del golfo Pérsico fue recuperada para España por los gobiernos populares. El presidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero terminó su mandato concediendo en 2011 el collar de Isabel la Católica -una de las tres mayores distinciones civiles otorgadas por España- al jeque de Qatar Hamad Bin Khalifa al Thani y a la jequesa Mozhah Bint Nasser.
A nadie se le escapó en su día que esta distinción creada por Fernando VII para "premiar la lealtad acrisolada y los méritos contraídos en favor de la prosperidad de aquellos territorios" les fue otorgada a los jeques de Qatar a cambio de su compromiso de invertir 3.000 millones de euros en el país. Visto de ese modo, ese era, a juzgar por Zapatero, el precio en el mercado de la condecoración, de acuerdo a la cotización a la baja, en plena recesión, de 2011.
Durante ese mismo año, un informe elaborado por el CNI alertaba de que seis eran los principales países árabes que patrocinan a las comunidades de musulmanes españoles: Arabia Saudí, Kuwait, Qatar, Emiratos Árabes Unidos y Marruecos. Ese tipo de advertencias nunca disuadieron a los gobernantes españoles de modificar su posición respecto a los opulentos dictadores de Oriente.

Cheque en blanco

El principal problema que el Centro Nacional de Inteligencia detectó en aquel momento fue la total falta de control sobre esos flujos financieros. En otras palabras, ni los saudíes ni el resto de mecenas magrebíes y wahabitas tuvieron siempre claro a quién daban su dinero. Ni los gobiernos socialistas, primero, ni el Partido Popular, después, pusieron entonces sobre la mesa de sus negociaciones económicas bilaterales con Arabia Saudí o Qatar el controvertido asunto de la financiación de las comunidades islámicas españolas, pese a que se sabía ya con absoluta certeza los vínculos y simpatías de ambos países con diferentes grupos de salafistas yihadistas. Por aquellas fechas comenzó a emitir desde Madrid la cadena Córdoba TV, gracias al dinero de otro wahabí de Arabia, y con las bendiciones del PP.
El collar y la gran cruz de Isabel la Católica fueron también concedidas por España en 1981 a otros cuatro miembros de la familia real y los gobiernos de Bahrein, EAU y Arabia Saudí. Otra distinción civil -la de la Orden de Carlos III- fue concedida en 2008 al sultán Bin Abdul Aziz al-Saud, príncipe heredero de Arabia Saudí, y al jeque Mohammed Bin Rashid Al Maktoum, emir de Dubái y vicepresidente de los Emiratos Árabes Unidos. Tres años antes, en 2005, le había sido otorgada al actual rey de Marruecos, Mohammed VI, y en 1981, al rey saudí Jalid bin Abdel Aziz. En enero de este año, fue Felipe VI quien se inclinó, con respeto reverente, ante el rey de Arabia Saudí para recibir la máxima distinción que otorga ese país.
La Real y Distinguida Orden Española de Carlos III -la más importante de cuantas existen- fue establecida por el monarca homónimo mediante real cédula del 19 de septiembre de 1771 con el lema latino Virtuti et merito, con la finalidad de condecorar a aquellas personas que hubiesen destacado especialmente por sus buenas acciones en beneficio de España y la Corona. A juicio de socialistas y populares, no hay duda de que los saudíes y sus vecinos salafíes las merecen, sin perjuicio de que todos esos miembros de las dinastías absolutas de cuya amistad se vanagloria el rey emérito hayan sido partícipes de crímenes equiparables a los cometidos por el Estado Islámico.


En el peor de los casos, la perversidad intrínseca de la agenda exterior de buena parte de los estados occidentales ha prestado espléndidas coartadas a los gobiernos españoles para salir de pesca por las leoneras más sórdidas de poder autoritario del planeta. Una mano lava la otra.
En Inglaterra cayó la popularidad del príncipe Harry y su novia por ir a una estación de esquí en el dictatorial Kazajistán
Hace algo más de un mes, el dictador kazajo Nursultán Nazarbáyev pasó a formar parte de la lista de tiranos condecorados por Españadurante un acto organizado en Astaná, capital de Kazajistán. Fue la presidenta del Congreso, Ana Pastor, la que entregó personalmente al dictador el collar de la Orden de Isabel la Católica en nombre de Felipe VI, quien se la había concedido el 23 de junio.
A principios de 2014, el príncipe Harry de Inglaterra y su entonces novia Cressida Bonas fueron el blanco de las críticas de los tabloides británicos, tras una escapada romántica a una estación de esquí kazaja. Ni siquiera llegaron a entrevistarse con ningún miembro del Gobierno y, sin embargo, su popularidad cayó en picado porque sus compatriotas no entendían que hubieran elegido el territorio de una de las peores dictaduras del Asia Central para sus escarceos románticos.
Nada de eso sucedió en España el mes pasado, de modo que el zar kazajo Nazarbáyev –otro recordman mundial de las violaciones de derechos humanos– recibió la distinción en loor de multitudes, sin que una sola voz española se alzara en contra de semejante decisión. Lo cierto es que la concesión del collar era la culminación de una larga y meditada estrategia de apertura comercial española a los países más oprimidos por poderes autoritarios del Asia Central, inaugurada por un ministro socialista.



Juan Carlos I conversa con el presidente de Kazajistán, Nursultán Nazarbáyev. CASA REAL
"Hay que agradecer el acercamiento a los buenos oficios de Juan Carlos I y a su amistad con Nazarbayev"
En efecto, no fue el popular García-Margallo, sino Miguel Ángel Moratinos quien emprendió hace ahora diez años una visita por Uzbekistán y Kazajistán que terminó sentando las bases de las futuras relaciones españolas con los déspotas de las estepas asiáticas. "Hay que agradecer el acercamiento a los buenos oficios de Juan Carlos I y a su amistad con Nursultan Nazarbayev", dijeron en su día los comentaristas monárquicos de la época, asumiendo de ese modo que la principal función del rey es flirtear con los villanos.
Además de a Narzabayev, Moratinos cortejó durante su primera visita a Asia Central, en junio de 2011, al despiadado autócrata bielorruso Alexandr Lukashenko y al uzbeko Islam Karimov, fallecido en septiembre de 2016, y, durante 27 años, cabeza visible de un régimen acusado de torturar, intimidar y asesinar a disidentes políticos.

Medalla del Mérito Civil para el tirano uzbeko Karimov

Seis mil quinientos opositores fueron encarcelados por el régimen de Karimov y alguno fue incluso cocinado vivo. Entre 10.000 y 100.000 mujeres fueron esterilizadas hasta abril de 2012 mientras miles de niños eran forzados a trabajar en campos de algodón, lo que no fue óbice para que, también Karimov –incluido por la ONG Freedom House entre “lo peor de lo peor” de los villanos mundiales– recibiera el collar del Mérito Civil, una distinción creada en 1926 por el bisabuelo del rey de España (Alfonso XIII) para premiar "las virtudes cívicas de los funcionarios al servicio del Estado”.
Cierto es que semejante distinción le fue concedida trece años después de que accediera al cargo, en 2003, pero a juzgar por las visitas que los distintos dirigentes españoles realizaron más tarde a su país, ningún gobierno posterior consideró retirarle el collar a Karimov. Al fin y al cabo, Uzbekistán pagó 38 millones de euros por los dos Talgo 250 que, desde 2011, operan entre Tashkent y Samarkanda, a los que hay que añadir los 600 millones más que Mariano Rajoy se trajo para España en 2013 de su viaje a Astaná (Kazajistán). Todo ese dinero bien vale dos medallas.
Entre los mandatarios internacionales a los que se les ha otorgado el Collar o la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil instituida por Alfonso XIII se hallan igualmente Sadam Hussein (collar, 1978); el ministro de Interior de Marruecos, Mohamed Hassad (gran cruz, 2015); y seis miembros de las casas reales de Kuwait, Abu Dhabi, Dubai y Emiratos Árabes Unidos (2008). Esta arraigada costumbre del Ministerio de Asuntos Exteriores español tiene su origen, en realidad, en el franquismo, que también otorgó siete distinciones del Mérito Civil a miembros de la realeza saudí, en el periodo comprendido entre 1962 y 1974, periodo durante el que comenzó a fraguarse la amistad de Juan Carlos I con las monarquías del Golfo. Durante ese mismo año, un informe elaborado por el CNI alertaba de que seis eran los principales países árabes que patrocinan a las comunidades de musulmanes españoles: Arabia Saudí, Kuwait, Qatar, Emiratos Árabes Unidos y Marruecos. Ese tipo de advertencias nunca disuadieron a los gobernantes españoles de modificar su posición respecto a los opulentos dictadores de Oriente.

martes, 29 de agosto de 2017

Abogado, novelista y diputado al servicio de la revolución

Reseña de “Eduardo Barriobero. Las luchas de un jabalí” de José Luis Carretero Miramar (Queimada Ediciones)
Abogado, novelista y diputado al servicio de la revolución



El historiador Julián Vadillo Muñoz señala en su introducción al libro los aspectos que unen en este caso al biógrafo y al biografiado, ambos abogados y sindicalistas y ambos con aficiones literarias. Son éstas circunstancias óptimas para acercarnos a la vida de una figura clave en la defensa de obreros y sindicalistas en los tribunales de las primeras décadas del siglo XX en España, un aposentado registrador de la propiedad que escogió vivir las luces y sombras de la bohemia madrileña, y al mismo tiempo un republicano federal afiliado a la CNT y diputado de la II República que tuvo un papel relevante en la Cataluña revolucionaria. En la estela de los trabajos recientes de Julián Bravo y Marcelino Laruelo, el libro trata de sacar del olvido a un personaje tan destacable como ignorado.Eduardo Barriobero y Herrán vino al mundo en Torrecilla de Cameros en 1875, primogénito de los cinco retoños de un militar y una maestra. Estudió el bachillerato como alumno libre en Logroño, y después derecho y medicina en Zaragoza, donde comenzó a militar en el Partido Republicano Democrático Federal (PRDF) de Castelar, a quien admiraba tanto como para viajar a Madrid sólo con la esperanza de conocerlo personalmente. Tras terminar la carrera de derecho, Eduardo obtiene el número uno en las oposiciones a registrador de la propiedad, y pasa a ocupar una plaza en San Martín de Valdeiglesias, donde vive con su esposa, Araceli González, de familia adinerada, y tiene dos hijos, nacidos en 1899 y 1902. Sin embargo, la apacible vida burguesa no le resulta soportable al literato subversivo y republicano, que se separa de su mujer y se establece en Madrid.
En 1901 Eduardo comienza a escribir de manera continua en Madrid Cómico y da su primer mitin conocido, contra el impuesto de Consumos. Desde entonces su actividad periodística es constante, y pronto es popular también como autor de novelas en las que explora las trochas del progreso social. Como era de suponer, visitas a cárceles y comisarias por delitos de imprenta y contra el orden público no se hacen esperar. Sus ideas son las del federalismo, pero en su vertiente más radical y obrerista, que no anda lejos del anarquismo de Proudhon, con el iberismo como otra de las claves de su pensamiento. La represión indiscriminada y el desamparo legal de cuantos se oponían al régimen de la Restauración es lo que le empuja a desempolvar sus librotes de derecho y comenzar a ejercer de defensor de activistas y sindicalistas. En octubre de 1909, tras la Semana Trágica barcelonesa, está entre los fundadores en Madrid de la Asociación Libre de Abogados.
El libro nos acerca a los procesos más sonados en los que interviene Eduardo Barriobero por toda la geografía española en los años siguientes. Su elocuencia, habilidad y rigor técnico cosechan éxitos que lo convierten muy pronto en uno de los letrados estrella de la CNT, a la que se afilia con el carnet número 5 del Sindicato de Profesiones Liberales en 1912, mismo año en que se tiene constancia documental de que ya había ingresado en la masonería. Es una época en la que continúa publicando artículos y novelas, y logra acta de diputado republicano en las elecciones a cortes de 1914, 1918 y 1919. En 1920, durante el viaje que dará lugar al libro Cómo está Europa, es testigo en Italia de las revueltas obreras que democratizan las fábricas y serán ahogadas pronto por la bota negra del fascismo.
Durante la dictadura de Primo de Rivera, Eduardo Barriobero sigue publicando, aunque con mayores restricciones, y trabajando como abogado, además de participar en las conjuras republicanas que se suceden y que lo llevarán varios meses a la cárcel. Acusado por Lerroux de haber sido el delator que hizo fracasar la sanjuanada de 1926, en octubre de ese año sufre un atentado que está a punto de costarle la vida; se trataba de una imputación sin fundamento, pero que lo perseguirá bastante tiempo. Tras la renuncia del dictador, Eduardo, bestia negra del republicanismo burgués, intenta una reorganización del PRDF buscando la alianza con el obrerismo radical. No obstante, los propios sindicalistas cegarán esa vía, ajena a sus principios antiparlamentarios.
En los años de la II República, Eduardo Barriobero sigue insistiendo en una política federal de izquierda que cree compatible con el programa de la CNT a través de la idea de la República Social. En las elecciones de 1931 es elegido diputado por Asturias, y pronto el grupo que capitanea en el congreso es definido por Ortega y Gasset como los “jabalíes”, la extrema izquierda intransigente. El libro repasa la trayectoria de sus integrantes, personajes como Ángel Samblancat, Ramón Franco, José Antonio Balbontín y muchos otros. En las elecciones de 1933, con la debacle del PRDF, Eduardo pierde su condición de diputado y se refugia en la escritura y la abogacía; en las de febrero de 1936, es propuesto por el PRDF como candidato del Frente Popular por Asturias, pero el veto de Azaña lo deja fuera. El 18 de julio es un miliciano más en las calles de Madrid.
En el comienzo de la Guerra Civil, Eduardo es llamado a Barcelona para hacerse cargo de la Oficina Jurídica creada para aplicar la justicia del nuevo orden. Allí sufre la dualidad de poderes existente entre la Generalitat y los comités, y tras ochenta días de intenso trabajo, la actividad de la oficina es transferida a cuatro juzgados de primera instancia, mientras se vierten acusaciones contra él de enriquecimiento en el ejercicio de su cargo, que sirven de base para detenerlo en septiembre de 1937. En noviembre del año siguiente se celebra el juicio, en el que es absuelto. Con los franquistas a las puertas de Barcelona, cansado y enfermo, Eduardo Barriobero decide permanecer en la ciudad. Será fusilado el día 10 de febrero de 1939 en el Campo de la Bota.
Además de la aproximación biográfica, Carretero nos presenta a lo largo del libro sinopsis y reseñas de muchas de las obras de Barriobero, tanto literarias como jurídicas. Según él, en su amplia producción narrativa, a la que dedicó sus energías hasta el final, descuellan sobre todo los acercamientos costumbristas a la bohemia y los bajos fondos de sus primeras novelas, como La cofradía de los mirones, con buenas dosis siempre de humor y crítica social. Respecto a sus textos jurídicos, el más notable es Delitos de la multitud, de 1934, donde argumenta vigorosamente a favor de una consideración especial para los “delitos políticos” guiados por un afán de mejoramiento social y para los delitos en los que las masas son protagonistas.
Eduardo Barriobero destacó como defensor entregado y generoso de los obreros revolucionarios, pero fue también un novelista fecundo y un teórico del derecho que trató de llevarlo a un equilibrio con la justicia. Ejerció como voz de los sin voz en el parlamento y buscó un encaje entre su ideología federalista y el sindicalismo ácrata. Son muchos sus méritos, pero con mal acomodo en los santorales de este tiempo nuestro. De ahí el valor de esta obra de José Luis Carretero Miramar y su ajustado retrato de un personaje fundamental en las luchas sociales de los comienzos del siglo XX en España.
Blog del autor: http://www.jesusaller.com/
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes

Las causas del terrorismo en Europa




"Gobernados por un puñado de psicópatas que predican el odio -incluso como leit motive de campaña-, expuestos a la ilusión de un mundo de malos y buenos que la prensa nos ha fabricado, influenciados por ese relato perverso que sale de la boca de los dueños de la democracia, faltos de criterio, desinformados… el terreno es fértil para sembrar tan inconmensurable ignorancia que nos imposibilitará discernir entre una tragedia y un horror evitable"
(Walter C. Medina)

"Las propuestas de la derecha para frenar la violencia islamista son evidentes: más insistencia en el supremacismo cristiano y occidental, más represión interna y externa, más sospechas sobre la sociedad, más ley mordaza, más desconfianza y descalificación ante los que piensen diferente y, por supuesto, más castigo militar en las sociedades rotas de Irak, Siria, Libia, Yemen o Afganistán (al tiempo que no se dirá nada sobre, por ejemplo, el gobierno de Marruecos o el de Arabia Saudí). En cambio, la derecha no estará de acuerdo en acabar con los paraísos fiscales, en dejar de vender armas a gobiernos dictatoriales, en invertir para revertir la influencia cultural del islamismo radical, en recuperar económicamente a los países donde el islamismo radical aprovecha la pobreza para extenderse y en aumentar el gasto en inteligencia y prevención como forma de prevenir atentados. Ni en reconocer que desde que se decidió invadir Irak, el mundo está mucho más roto"
(Juan Carlos Monedero) 


El último de ellos, en Finlandia, después del brutal atentado de Barcelona y de Cambrills, donde ya se contabilizan 15 víctimas mortales (puede que aumente este número, pues aún hay heridos críticos) y casi 100 personas heridas de diversa consideración. ¿El modus operandi? Variante del mismo que viene ocurriendo en las principales ciudades europeas desde hace varios años, que consiste en el uso de armas elementales (cuchillos, etc.) y de arrojo de vehículos sobre la muchedumbre que se encuentra paseando, para causar una masacre lo más amplia posible. El uso de vehículos como arma terrorista ya es una técnica consolidada en los atentados yihadistas, en los últimos 13 meses hubo ataques similares en diversas ciudades de Francia, Alemania, Suecia o Reino Unido. Todas ellas han sido reivindicadas por el Estado Islámico, esa perversa organización terrorista de ideario fundamentalista (wahabita), alimentada al calor de los Estados Unidos, y con el apoyo y colaboración inestimable de Arabia Saudí y sus adláteres, esos mismos que están perpetrando una masacre continua y una tragedia humanitaria en Yemen de escandalosas proporciones, guerra de la que por cierto no se habla diariamente en nuestros programas informativos (de ninguna cadena pública ni privada), ni por cuyas víctimas guardamos minutos de silencio. Una guerra silenciada, una cruel invasión sistemática, y un genocidio despiadado el que se está llevando a cabo en Yemen, por cuyas víctimas no organizamos manifestaciones populares, ni atraen a nuestros dirigentes políticos. Esos mismos que tampoco se manifiestan por las víctimas de Gaza o de Mosul, de Raqqa o de Alepo, lugares donde diariamente ocurren masacres que quintuplican las víctimas de Barcelona.

Nos dicen que la responsabilidad de estos atentados es únicamente de sus asesinos, y es cierto. Pero...¿quién es realmente el Estado Islámico? ¿Cómo se origina? ¿Quiénes lo respaldan? ¿Cómo se extienden sus seguidores por el mundo? El Estado Islámico, ISIS o Daesh fue un producto creado y patrocinado por la CIA, el MOSSAD y el MI6 (servicios secretos estadounidense, israelita y británico, respectivamente) para disponer de una coartada perfecta para sus intervenciones, creando (bajo la complicidad de países locales como Arabia Saudí) un perverso engendro que fuera capaz de captar la militancia de jóvenes de todo el mundo para la corriente musulmana más fundamentalista y violenta, el wahabismo. Recomendamos, entre otros muchos, este artículo del Profesor Michel Chossudovsky publicado en el medio Insurgente, que explica perfectamente el origen y la razón de ser de este monstruo terrorista. Se tiene constancia que los soldados de ISIS dentro de Siria trabajan a las órdenes de la alianza militar occidental. Su mandato tácito es causar los mayores estragos posibles y las acciones más devastadoras y criminales en Siria e Irak. El trasfondo geopolítico determina la motivación para todas estas guerras y conflictos armados, dándose incluso la paradoja y aparente contradicción de que fuerzas chiítas que luchan contra ISIS en Irak, así como miembros del propio ejército iraquí, han denunciado repetidamente las ayudas militares suministradas por Estados Unidos a los terroristas de ISIS, mientras a la vez, combatían contra ellos. En el fondo, el complejo militar-industrial necesita un poco de acción para continuar creciendo, obteniendo beneficios para sus empresas de armamento, para lo cual necesita justificar estos horrores en nombre de la "democracia, la libertad y los derechos humanos". La hipocresía y el cinismo llevados a su máxima expresión.

¿Participan los países europeos en toda esta barbarie? ¿Participa España? Pues veamos: más de 400 soldados españoles participan de la misión imperialista contra el ISIS en Siria e Irak, formando parte de la coalición internacional (CJTF-OIR, por sus siglas en inglés), que es el mando central militar creado y liderado por Estados Unidos para frenar el avance del Estado Islámico. Cuando nuestros Ministros de Defensa se desplazan a estos campamentos, y son recibidos por nuestras tropas, brindando y proclamando elocuentes discursos, están contribuyendo a toda esta escalada irracional de violencia, terror y devastación. Una escalada que, como estamos comprobando, se vuelve contra nosotros cada cierto tiempo, haciendo pagar a personas inocentes con su vida la irresponsabilidad de nuestros indecentes y belicistas gobernantes. Por su parte, nuestro Rey Felipe VI se sitúa a la cabeza de todos ellos, pues mientras se coloca en primer plano de una manifestación popular y guarda un minuto de silencio por las víctimas, cada cierto tiempo visita y se reúne con sus reyes "hermanos" de la sátrapa dinastía saudí, viajando con una pléyade de Ministros y Secretarios de Estado, así como un buen grupo de grandes empresarios, interesados en la construcción de las grandes obras civiles e infraestructuras del país arábigo, así como ingentes cantidades de munición y armamento militares. Nuestro monarca se convierte así en el mejor representante de la "Marca España", sin importarle su colaboración con regímenes absolutistas y despóticos que no respetan mínimamente los derechos humanos. De hecho, las abominables prácticas de los soldados del Califato están inspiradas en los inhumanos, crueles y degradantes tratos a los que el Gobierno saudí somete a sus súbditos, sobre todo mujeres y homosexuales, además de personas críticas con el régimen. Se tiene constancia igualmente que Arabia Saudí mantiene vínculos con organizaciones yihadistas que siembran el terror en Siria, a las que financia y proporciona armas compradas a países occidentales, esos mismos que luego se manifiestan "contra el terrorismo", que llaman "a la unidad de los demócratas" contra el terror y la intolerancia, y demás absurdas y falaces proclamas. Y con la mayor hipocresía, cuando se comete un atentado como el de Barcelona, nuestros Reyes se dedican a visitar a las víctimas en los hospitales, y a guardar minutos de silencio.

De hecho, los bombardeos estadounidenses y aliados no están apuntando a ISIS, sino que tienen el objetivo de bombardear la infraestructura económica de Irak y Siria, incluyendo sus fábricas y refinerías de petróleo. El famoso proyecto del Califato de ISIS también forma parte de la agenda estadounidense de política exterior para la región. Nuestros países nos venden la idea de que estamos ante una "guerra contra el terrorismo", ante un choque de civilizaciones, ante una guerra de valores y religiones, que intenta acabar con nuestro sistema occidental de valores, democracia y libertades. Nada más lejos de la realidad. Se trata únicamente de una guerra para controlar los recursos naturales de los países de la región, de una guerra de conquista, guiada por objetivos geoestratégicos y económicos. Por tanto, la propia Unión Europea y Estados Unidos, en general los países de la OTAN, son los verdaderos causantes de la oleada de terrorismo que asola nuestras ciudades, y que viene de lejos. No podemos extrañarnos, ni señalar a los terroristas como la encarnación del mal, mientras continuamos hipócritamente apoyando las tropelías que nuestros Gobiernos perpetran en países de Oriente Medio y Próximo. Los culpables de los atentados son los propios terroristas, evidentemente, pero...¿son también ellos los últimos responsables? Los verdaderos responsables se sientan en los lujosos despachos de la Casa Blanca, el Pentágono, el Palacio del Elíseo, el 10 de Dawning Street, la Casa al Saúd, El Palacio de la Moncloa, o la sede de la OTAN, entre otros muchos. Y por la otra parte, la propia desestabilización de nuestras sociedades occidentales, marcadas por el capitalismo más despiadado, representa también un caldo de cultivo para que muchos jóvenes musulmanes sean fácilmente radicalizados, para convertirse en "Soldados de Alá". A ello contribuyen también la enorme cantidad de imanes que desde las mezquitas de nuestras ciudades europeas (construidas con capital saudí en una gran parte) ejecutan un adoctrinamiento salvaje sobre sus jóvenes huestes.

¿No deberemos concluir entonces que todos estos atentados terroristas ocurridos en suelo europeo son en realidad un efecto boomerang, resultado de las perversas polìticas exteriores llevadas a cabo por todos estos países occidentales, "libres" y "civilizados"? El odio, la destrucción y la barbarie sólo engendran más de lo mismo. Nuestro país y el resto de países europeos colaboran activamente (incluso de forma entusiasta en muchas ocasiones, como ocurrió con la invasión de Irak en 2003) con las guerras "preventivas", "humanitarias" y desestabilizadoras patrocinadas por Estados Unidos y los países de la OTAN, cercando a Rusia, hostigando a China y a Corea del Norte, destrozando Siria, y antes Afganistán, Libia, Irak, Líbano, y un largo etcétera. Es de todo punto lógico pensar que toda esa barbarie, más tarde o más pronto, ha de rebotar en nuestros propios territorios. El propio fundamentalismo islámico es un producto cultural patrocinado por Estados Unidos, y promovido con la ayuda de los países musulmanes más abyectos, como Arabia Saudí, para controlar a terceros países de la región donde sus pueblos querían elegir y organizar Estados laicos, y sociedades democráticas, emancipándose del dominio y del control norteamericano. Ahora estamos pagando las terribles consecuencias. Pero como todo esto no puede ser reconocido por nuestros indecentes gobernantes, se instrumentaliza a la opinión pública, mediante simplistas y falaces mensajes como que "los terroristas vienen a destruir nuestro sistema de libertades", "venceremos al terror con la unidad de todos los demócratas", "no tenemos miedo", y otros muchos por el estilo. De paso, también aprovechan para fomentar en la ciudadanía las posturas islamofóbicas, racistas y xenófobas (incubando una especie de fascismo popular y de odio al extranjero), y aprovechando los atentados para recortar aún más los derechos fundamentales y las libertades públicas (cosa que ya hace el neoliberalismo por sí mismo), militarizando cada vez más nuestras sociedades, instalando estados de excepción, y todo ello en nombre de la seguridad colectiva.

Si queremos dejar de sufrir atentados terroristas en Europa, hemos de ser pacifistas y coherentes. Es el único camino. En primer lugar pacifistas, y ello implica (entre otras muchas cosas) retirar nuestros ejércitos de todos los países en conflicto, retirarnos de los países que integran la "coalición internacional" liderada por Estados Unidos que bombardea indiscriminadamente en Siria, abandonar nuestra amistad (e intereses comerciales) con países como Arabia Saudí (auténtico baluarte del fundamentalismo wahabita, que no respeta los más elementales derechos humanos y extiende y financia los imanes y mezquitas yihadistas por todo el mundo), dejar de vender armas a estos países, reducir nuestro gasto en Defensa, salir de la OTAN, y conseguir que los Estados Unidos retiren todas sus bases militares de nuestro territorio. En segundo lugar coherentes, y ello implica (entre otras muchas cosas) alejarse de la reduccionista y falaz retórica de los "buenos" (nosotros) y los "malos" (los musulmanes), dejar de alimentar el odio racial, la xenofobia, la islamofobia, la discriminación hacia el diferente, acoger a todos los refugiados de las guerras que nos sea posible, llorar y apoyar a todas las víctimas por igual, y abandonar la hipócrita "neutralidad" en conflictos como el que enfrenta históricamente a Israel y Palestina. Nosotros, los europeos en general, jamás hemos sido pacifistas ni coherentes, más bien al contrario, hemos fomentado nuestro propio imperialismo (que aún perdura en muchas colonias africanas y asiáticas), hemos apoyado el imperialismo estadounidense (responsable de las mayores matanzas de la historia), y lejos de poseer y defender una política exterior, de defensa y de seguridad autónomas, hemos seguido como perritos falderos al indecente imperio del norte. Mientras todo ello no cambie, seguiremos siendo blanco de atentados terroristas.

Blog del autor: http://rafaelsilva.over-blog.es
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"La cooperación sanitaria cubana en Venezuela ha salvado un millón 700 mil vidas"

"La cooperación sanitaria cubana en Venezuela ha salvado un millón 700 mil vidas"

EL "FACTOR CUBA" EN VENEZUELA: GUERRA PSICOLÓGICA Y ASIMÉTRICA (VÍDEO)

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La supuesta “injerencia de Cuba en Venezuela” ha sido - escribe José Manzaneda - un mensaje recurrente de la prensa de ultraderecha en los 18 años de Revolución bolivariana (...).
POR JOSÉ MANZANEDA,  COORDINADOR DE CUBAINFORMACION
    La supuesta “injerencia de Cuba en Venezuela” ha sido mensaje recurrente de la prensa de ultraderecha (1) en los 18 años de Revolución bolivariana (2).
     Hoy, en un escenario de acoso visceral al Gobierno de Nicolás Maduro, el mensaje ha calado  ya a todo el sistema mediático (3).
      Recordemos que, en 2003, Cuba desplazó a decenas de miles de profesionales a las zonas más pobres de Venezuela, principalmente a la Misión de salud comunitaria Barrio Adentro (4). En la actualidad, Cuba tiene 46 mil cooperantes en los 24 estados del país, en casi 20 programas sociales (5). Por mencionar solo un dato de impacto, la cooperación sanitaria cubana en Venezuela ha salvado un millón 700 mil vidas (6).
     Pero, en estos 14 años, a los medios internacionales no les ha interesado reflejar el cambio operado en la vida de millones de personas gracias a estos programas (7). Las únicas historias de vida publicables han sido las de una minoría de cooperantes cubanos que, para acceder a un mejor salario, decidieron acogerse al programa de asilo político a EEUU (8). Por cierto, eliminado en enero este programa por Barack Obama, ya apenas leemos noticias sobre “médicos cubanos desertores” (9).
    Pero el actual escenario de violenta guerra psicológica necesita de historias más fuertes sobre el “factor cubano” en Venezuela.
      Hace unos días, el presidente Donald Trump hablaba abiertamente de una hipotética intervención militar en el país (10). La oposición venezolana, casi dos días después, emitía un comunicado, en el que, sin siquiera mencionar aEEUU, responsabilizaba “a la dictadura de Maduro por convertir al país en una amenaza regional” e –increíblemente- la “intervención” que rechazaba era ¡la “cubana”! (11)
 Sobre esta supuesta “injerencia cubana” podemos leer ya centenares de artículos de opinión, editoriales, reportajes y noticias, en grandes medios de todo el mundo: desde “The Washington Post” (de EEUU) (12) hasta Deutsche Welle (de Alemania) (13), pasando por “El Mundo” (14) o “ABC” (de España) (15).
      Por supuesto, es la prensa venezolana la que lleva este tema al paroxismo. Hace unos días, el diario “El Nacional” decía que, con la nuevaAsamblea Nacional Constituyente, “Venezuela y Cuba serán un solo país”(16).
       El mensaje es ya universal: Maduro es “el títere de quienes realmente mandan en Venezuela: los cubanos” (17). “El régimen venezolano hoy se mantiene gracias a un aparato represivo (…) y de inteligencia (…) controlado por oficiales y funcionarios cubanos” (18), con el objetivo de garantizar “el petróleo que le subsidia” Caracas. Todo esto lo leíamos en el diario español “El País”, cuya línea editorial sobre Venezuela es marcada por Moisés Naim (19).
      Moisés Naim, quien hoy afirma que su país es “una sucursal del régimen de Raúl Castro” (20) fue –recordemos- el ministro venezolano de Fomento que, en 1989, cedió toda soberanía económica al Fondo Monetario Internacional, e implantó un duro paquete neoliberal. Miles de personas sin recursos salieron entonces a las calles y asaltaron establecimientos de comida, en lo que se conoce como el Caracazo (21).
      Quien hoy habla del “sufrimiento de millones de venezolanos” (22), fue el ministro que llevó a su país a tener un 80% de pobreza y un 58 % de pobreza extrema, con varios millones de personas sin ningún servicio de salud o educación (23).
   Quien hoy apoya lo que denomina “resistencia en las calles” (24), es decir, la violencia opositora que ha quemado vivas más de 20 personas por ser“chavistas” (25), formó parte del gobierno que impuso la ley marcial y autorizó a disparar con munición de guerra. El balance: más de 3.000 muertos (26).
     Pero no solo es la amnesia histórica y la doble moral. Hoy, desde todo el aparato mediático se pide, sin el menor pudor, presiones (27), sanciones (28) e incluso una intervención en Venezuela (29): “Sí, intervenir: no hay por qué asustarse. El derecho de injerencia humanitaria, en un caso como el venezolano, reclama ser ejercido”, leíamos en “El País” (30).
       Alguien puede argumentar que todo esto es publicado en la sección de“Opinión” de dichos diarios. O como entrecomillados de noticias y reportajes. Que no es necesariamente, por tanto, la opinión de los medios. Una falacia, porque hoy la censura de cualquier artículo de opinión de línea contraria es absoluta e implacable (31).
     Por eso dejémonos de tibiezas. Vivimos una dictadura mediática global. A la que hay que combatir en un nuevo escenario de guerra asimétrica. Con métodos también… asimétricos.

VÍDEO:


(1)    http://www.abc.es/internacional/20130926/abci-injerencia-cubana-ejercito-venezuela-201309251956.html
(2)    http://www.telesurtv.net/news/Venezuela-celebra-18-anos-de-la-primera-juramentacion-de-Chavez-20170202-0022.html
(3)    https://www.lavozdegalicia.es/noticia/internacional/2014/02/26/oposicion-exige-fin-injerencia-cuba-venezuela/0003_201402G26P23991.htm
(4)    http://ceims.mppre.gob.ve/index.php?option=com_content&view=article&id=39:mision-barrio-adentro-i-ii-iii-iv
(5)    http://www.telesurtv.net/news/Maduro-llego-a-Cuba-para-revisar-acuerdos-bilaterales-20160317-0074.html
(6)    http://minci.gob.ve/2017/04/venezuela-alcanza-cifras-historicas-materia-salud/
(7)    http://www.cubainformacion.tv/index.php/lecciones-de-manipulacion/56041-162-ataques-a-medicos-cubanos-en-venezuela-no-han-sido-noticia-no-eran-cooperantes-europeos
(8)    http://www.cubainformacion.tv/index.php/lecciones-de-manipulacion/64383-medicos-cubanos-desertores-en-colombia-marionetas-desechables-contra-el-dialogo-cuba-eeuu-y-de-paso-contra-venezuela
(9)    http://www.cubainformacion.tv/index.php/lecciones-de-manipulacion/72954-para-justificar-los-privilegios-de-la-emigracion-cubana-la-prensa-se-moja-hasta-los-pies
(10)https://elpais.com/internacional/2017/08/12/estados_unidos/1502489697_592906.html
(11)http://www.el-nacional.com/noticias/oposicion/mud-rechazamos-injerencia-cubana-amenazas-invasion-militar_198563
(12)https://www.washingtonpost.com/opinions/global-opinions/fidel-castros-venezuela-obsession/2016/11/26/5a3d3e9c-b405-11e6-8616-52b15787add0_story.html?utm_term=.313b9f96e8de
(13)http://www.dw.com/es/qu%C3%A9-futuro-le-ve-a-venezuela/a-40015546
(14)http://www.elmundo.es/opinion/2017/08/15/5991d326468aebea428b45f3.html
(15)http://www.abc.es/internacional/abci-cuba-controla-venezuela-traves-centro-escuchas-electronicas-201704050306_noticia.html
(16)http://www.el-nacional.com/noticias/columnista/venezuela-cuba-seran-solo-pais_185285
(17)https://elpais.com/elpais/2017/05/13/opinion/1494697154_543336.html
(18)https://elpais.com/elpais/2017/08/04/opinion/1501856720_135011.html
(19)http://www.cubainformacion.tv/index.php/lecciones-de-manipulacion/56246-moises-naim-el-pais-ofrece-columna-diaria-para-denigrar-a-venezuela-y-cuba-a-un-criminal-del-caracazo
(20)http://www.dw.com/es/qu%C3%A9-futuro-le-ve-a-venezuela/a-40015546
(21)http://www.rebelion.org/noticia.php?id=164505
(22)https://elpais.com/elpais/2017/05/13/opinion/1494697154_543336.html
(23)http://www.forodebatemarxista.com/index.php?option=com_content&view=article&id=559:s-sesui&catid=4:internacional&Itemid=7
(24)http://www.infobae.com/america/venezuela/2017/07/29/moises-naim-venezuela-paso-de-ser-un-petroestado-a-ser-un-narcoestado/
(25)http://www.cubadebate.cu/noticias/2017/07/22/la-oposicion-ha-quemado-vivas-al-menos-23-personas-en-venezuela/#.WZLz-lFLeig
(26)http://www.telesurtv.net/articulos/2014/02/27/el-caracazo-y-el-derrumbe-del-golpe-fascista-3177.html
(27)http://www.elmundo.es/internacional/2017/08/05/598464ea22601d385f8b465f.html
(28)https://www.republica.com/en-el-anden/2017/08/01/maduro-chavez-y-la-invasion-consentida/
(29)http://www.laprensa.com.ni/2017/08/05/editorial/2274926-el-factor-cubano-en-venezuela
(30)https://elpais.com/elpais/2017/08/04/opinion/1501856720_135011.html
(31)https://forocontralaguerra.org/2017/08/09/como-no-dar-una-noticia-paraperiodistas-espanoles-ante-la-constituyente-venezolana/