"El pasado viernes 27 de febrero - dice un comunicado emitido por el colectivo de oficiales militares españoles Anemoi - se
ha produjo la inaudita detención de ocho españoles que, movidos por su
conciencia solidaria con la lucha antifascista, se habían desplazado a
la región del Donbass, en Ucrania, para colaborar militarmente con las
milicias de autodefensa.
Caracterizados
con el despectivo y prejuicioso epíteto de “separatistas prorrusos” por
todos los políticos en ejercicio y los medios de persuasión en España,
las autodefensas de las regiones de Lugansk y Donestk no son otra cosa
que heroicos resistentes a un régimen surgido de un golpe de Estado
auspiciado, maquinado y alimentado por la Unión Europea y, sobre todo,
los Estados Unidos. Valiéndose de los elementos más violentos de los
partidos hoy en el poder en Ucrania, el Sector Derecho y Svoboda
(herederos del nazi Stepan Bandera), el nuevo régimen ucraniano ha
desatado una limpieza étnica que ha arrinconado en la región del Donbass
a una buena parte de la población rusohablante y provocado un éxodo a
Rusia de más de un millón de refugiados.
Las autodefensas del Donbass, por tanto, tienen muy claro que su lucha
es a vida o muerte. Naturalmente, Rusia desea que la situación se
estabilice para preservar el blindaje de una frontera que contempló,
hace ahora 70 años, el tránsito de la invasión nazi, a la que hizo
frente al escalofriante precio de 22 millones de vidas. Es por ello que
se esfuerza con denuedo en desactivar el conflicto a través de la
negociación con Alemania y Francia, en forma de garantizar un estatus de
autonomía plena para estas repúblicas populares del Donbass. Nada más
alejado de las pretensiones anexionistas que se le atribuyen. Como
tampoco son ciertas las afirmaciones de incursiones de tropas rusas en
territorio ucraniano, desmentidas por el propio Jefe del Estado Mayor
del Ejército de Ucrania.
Es, por el contrario, la insoportable presión de la intervención
imperialista la que está llevando a la región y a Rusia a un callejón
sin salida, en una calculada campaña de provocación y acoso para su
desmembramiento, como antes se hiciera con la extinta Yugoslavia, para
mejor hacerse con el control de sus ingentes recursos. Pero nada de esto
llegará a la conciencia de los ciudadanos de a pié, que consumen las
noticias cocinadas por los grandes oligopolios de la comunicación, los
mismos que desatan las intervenciones.
Parece que España está dispuesta a cumplir fielmente con su papel de
perrito faldero de los EEUU y su política de guerraiii, con resultados
que pueden ser devastadores. En Anemoi no estamos por el enfrentamiento
armado, sino por la cultura de la paz y la resolución negociada de los
conflictos. Sin embargo, reconocemos el derecho a la legítima defensa
ante la agresión, así como la solidaridad entre los pueblos. Por tanto,
entendemos que es perfectamente legítima la participación de
internacionalistas españoles en la defensa del Donbass frente al régimen
de Kiev. Su detención al regreso de su campaña militar, en proceso
iniciado por la Audiencia Nacional a instancias de la fiscalíaiv,
resulta grotesca atendiendo a los cargos que se les imputan: asesinato ,
tenencia de armas y explosivos y actos que atentan contra los intereses
del Reino de España en el exteriorv. Está por ver si se les acusa
también de terrorismo.
Mientras tanto, el Gobierno y los partidos del régimen del 78 continúan
con la farsa de su apoyo al gobierno fascista de Kiev y a todas las
actividades, abiertas o encubiertas, de sus aliados de la OTAN contra
Rusia y contra cualesquiera otros estados soberanos que osen resistirse a
sus designios.
El ridículo papel jugado por la Comisaría General de Información del
Cuerpo Nacional de Policía y la entusiasta respuesta de la fiscalía
anticipan la sistemática criminalización que se va a hacer de
quienquiera que se implique en actividades de lucha armada antifascista,
sea donde sea, como consecuencia del flamante pacto antiterrorista
firmado por los dos partidos mayoritarios.
Así, mientras los poderes públicos y los ejércitos españoles
continuarán con sus actividades de intervención, saqueo y muerte en
beneficio de los ricos, los más solidarios de los resistentes
antifascistas serán perseguidos desde aquí mismo como criminales.
Definitivamente, el Estado Español, que ha sido incapaz de reconocer el
heroísmo y el sacrificio de las Brigadas Internacionales en su lucha
contra el fascismo, renueva así su compromiso militante contra el
internacionalismo antifascista".
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