Los engaños de Obama. Por Esteban Morales
Obama
 está concluyendo  su  Administración. Pero no parece que su despedida  
dejará un legado presidencial como podíamos esperar después del 17 de 
diciembre del 2014, cuando el  Presidente declaró valientemente,  que la
 política seguida con Cuba había sido un fracaso y que era Estados 
Unidos quien había resultado aislado con tal política. También dijo que 
no era posible continuar haciendo todo de modo igual y esperar 
resultados diferentes. Lo que indica tempranamente, que Obama, con Cuba,
 nunca se propuso cambiar la estrategia de política,  sino,  si acaso, 
solo los métodos y sus mecanismos de instrumentación.
Es lógico 
pensar, que cuando Barack Obama hizo sus declaraciones del 17 D, ya 
había pensado las alternativas a seguir.  Lo contrario sería  imaginar 
erróneamente  que se nos presentaría como un derrotado y arrepentido. 
Renunciando a sus intereses imperiales.
Obama, aun  
antes de ser presidente, no compartía la política hacia Cuba; pero 
cuando declaro al final de su campaña presidencial del 2008,  que 
conversaría con Cuba, también dijo que no levantaría el bloqueo. En lo 
cual ha sido totalmente consecuente. No ha levantado el bloqueo, a pesar
 de conminar al Congreso a principios del 2015,  a hacerlo;  haberlo 
criticado como algo inoperante y obsoleto, también  haber  adoptado 
medidas – como las referentes al dólar-  que en definitiva,  tampoco  ha
 cumplido.
Todo lo 
contrario, la banca se ha asustado y con razón, por  la actitud de Obama
 de que Cuba no puede utilizar el dólar en sus transacciones. 
Poniéndoles unas multas que no tienen precedentes en la historia de las 
finanzas internacionales.
Obama posee 
prerrogativas presidenciales suficientes, para convertir al bloqueo  en 
una “entelequia”. Pero ha preferido mantenerlo y ni siquiera ha 
 adoptado  medidas directas que alivien  a Cuba de sus desbastadores 
efectos.
El bloqueo esta ante nosotros como siempre, incólume, apretándonos  la yugular.
Entonces 
Obama lo que ha hecho hasta hoy,  restándole menos de 3 meses para dejar
 la presidencia, ha sido, lo que dijimos ya en abril del 2009.Utilizar 
el bloqueo como un sofisticado instrumento,  en que combina “garrote y 
zanahoria”, como no lo había  logrado hacer ningún presidente 
norteamericano.
Obama, como 
ya hemos expresado antes, ha dividido el bloqueo en dos: garrote contra 
la dirección de la revolución y zanahoria para tratar de conquistar a la
 sociedad civil cubana. Haciendo  centro de su política el interés de 
subvertir el régimen político  cubano, a pesar también,  de  haber 
declarado   que esa no es su intención.
Luego 
entonces, Obama, a pesar de haber adoptado  algunas  medidas  positivas 
en las relaciones con Cuba, entre ellas, como la más importante, 
restablecer los  vínculos diplomáticas entre ambos países, a nivel de 
embajadas, está resultando ser el presidente más demagogo, inconsecuente
 y mentiroso con el que nos hayamos podido tropezar. Creo que en  esas 
dobleces  supera a todos los presidentes anteriores. A ningún presidente
 anterior le había interesado tanto aparecer como lo que no es.
Y  no ha 
hecho todo ello por no ser un hombre inteligente. Todo lo contario. Es 
un imperialista muy inteligente. Porque ha sido con Cuba un hombre que 
ha logrado representar muy bien los intereses imperiales y  sobre todo, 
 porque lo ha hecho, tratando de darnos  a entender de que hace todo lo 
contrario. Llevando las cosas hasta el límite.  Por eso se despide con 
 el legado de ser el presidente que más ha hecho por mejorar las 
relaciones con Cuba, pero dejándonos  el escenario preparado de un modo 
tal,  que podemos decir, que no ha sacrificado uno solo de los intereses
 estratégicos a utilizar contra  Cuba, para que los que le   sucedan 
puedan recuperar   la Isla. Dado que quien lo sustituya contará con el 
bloqueo, la  Base naval en Guantánamo, el formidable aparato de 
agresividad mediática,  La Ley de Ajuste y la deuda de las 
compensaciones. Además de contar con una embajada,  con la que tratará 
de manejar todo el andamiaje de  esas políticas contra Cuba.
Es  que 
ninguna de las medidas que Obama ha aceptado seguir con Cuba, hasta 
ahora, representan un real estorbo para continuar  trabajando desde 
dentro la subversión contra  nuestro país.
Ninguna de 
las medidas que Obama ha adoptado, representan un beneficio sustancial, 
-mas allá de facilitar los vuelos comerciales-, para que Cuba pueda 
realmente ir adelante con su proyecto de establecimiento del nuevo 
Modelo Económico, que es la piedra angular de la salvación de la 
economía cubana. Nada de inversiones, nada de comercio bilateral,  nada 
de préstamos, ni de permitir el turismo norteamericano,  nada de 
utilizar el dólar,  etc.
Por 
supuesto, que Obama  tendrá que pagar un precio por ello. Recibirá, en 
la  Asamblea de Naciones Unidas, el 26 de octubre próximo,  el  
“zapatazo moral”  a nivel internacional,  más grande  recibido por 
cualquier presidente norteamericano en la historia de Estados Unidos.
Pero ya, a 
estas alturas,  es posible decir que no le importa, no le interesa 
retirarse de la presidencia con esa carga  inmoral. Porque  va haber 
cumplido, con el compromiso imperial; demostrando así, de  que aun 
siendo negro, aun llevando sobre su cuerpo,  lo  que para muchos en los 
Estados Unidos, es el color de la desconfianza, dentro de una sociedad 
tan racista como la norteamericana, el ha sido capaz de representar  
bien los intereses del imperio, dejándole el camino expedito, a  todos 
los que como él,  aun siendo negros, aspiren a una posición presidencial
 en el futuro: dígase un Collin Powell,   una  Condoleza  Rice y otros 
similares.
Porque 
 además, no es ocioso decir, que Obama no ha sido capaz de hacer nada 
por los negros en Estados Unidos. Solo permitir que se les asesine en 
las calles.
Nunca se 
habían acumulado, en tan poco tiempo,  tantos negros asesinados  
impunemente por la policía en las calles de las ciudades norteamericanas
 .Y si Obama no se ha dado cuenta de  lo que eso significa, que los 
grupos de poder  blancos,  racistas de derecha,  lo hacen, como para que
 hacia el futuro no se le  vaya ocurrir a  ningún  negro que puede 
llegar de nuevo a la presidencia, pobre de su alma.
Sin embargo,
 nada de lo dicho hasta  aquí significa, ni por asomo,  que los cubanos 
no debiéramos continuar aprovechando la extraordinaria   oportunidad 
 que representa seguir negociando nuestras diferencias con Estados 
Unidos. Cuestión esta ultima  que nunca habíamos logrado. Ni siguiera,  
que no debiéramos tratar de continuar avanzando lo más posible en las 
relaciones, evitando así que se pueda dar marcha atrás a lo obtenido 
hasta ahora.
Considero 
que debemos continuar la lucha. Porque Obama podrá despedirse de 
cualquier forma, y ojala que sea de la mejor,  pero nosotros tendremos 
que seguir  tratando de entendérnosla con la próxima administración. Sea
 demócrata o republicana. Ante la cual deberemos defender lo alcanzado  y
 no bajar la guardia para enfrentarnos con fuerza a lo que  nos depare 
el futuro.
Septiembre 10 del 2016.
 
