¿Y cómo se puede suponer que las medidas 
aplicables en la URSS sean exactamente las medidas aplicables en Cuba o 
viceversa? ¿Cómo se puede suponer que dos países que tienen una enorme 
diferencia en extensión, en población; dos países
 que tienen historias muy distintas, culturas distintas; dos países que 
han tenido problemas distintos, tengan que aplicar exactamente las 
mismas fórmulas para la solución de los problemas, para la solución de 
diferentes problemas?
Bastaría citar algunos ejemplos: en primer 
lugar, la revolución soviética lleva más de 70 años; la Revolución 
Cubana acaba de cumplir 30 años.
Yo no me consideraría con derecho a juzgar 
la historia de la Unión Soviética, no me consideraría con derecho a 
analizar los errores de la Unión Soviética, pero me veo en la necesidad 
de citar algunos ejemplos.
Todas las revoluciones han tenido problemas 
serios, y los que tienen un poco de cultura política y los que han 
analizado la historia de las revoluciones, empezando por la Revolución 
Francesa, saben, conocen todos los tipos de problemas
 que tuvieron lugar en la Revolución Francesa y los errores que 
cometieron aquellos revolucionarios. No tiene nada de extraordinario que
 cualquier proceso revolucionario cometa errores.
Desde ese punto de vista, es incuestionable 
que ocurrieron errores en el proceso revolucionario de la Unión 
Soviética, según los criterios de los propios soviéticos; pero nosotros 
no tuvimos algunos tipos de fenómenos que ocurrieron
 en la Unión Soviética en la época de Stalin. Realmente —como he dicho 
otras veces— nosotros no hemos tenido ese tipo de problemas asociados 
con aquella personalidad de la historia soviética, a no ser que me 
consideren a mí —como he dicho en algunas ocasiones—
 una especie de Stalin, y, en ese caso, yo diría que todas mis víctimas 
gozan en nuestro país de excelente salud (APLAUSOS).
Nosotros no tuvimos los problemas de la 
colectivización forzosa; no ocurrió nada parecido en este país. Todavía 
nos quedan 650 000 hectáreas en manos de 71 000 propietarios 
individuales de tierra, a los que la Revolución les dio
 la tierra, liberándolos de pago de renta, de aparcería, etcétera; y les
 hemos dicho que pueden estar toda la vida, todo el tiempo que quieran, 
¡cien años si quieren!, como propietarios individuales. Cuando hicimos 
la Segunda Ley de Reforma Agraria, se proclamó
 eso —de esto hace más de 25 años—, y ese principio se ha cumplido al 
pie de la letra.
Nosotros tenemos tres formas de explotación 
de la tierra: la primera, y la más importante, es la de las empresas 
estatales, sobre las cuales recae el peso de las producciones 
fundamentales en nuestro país, de producciones industriales
 y de producciones alimenticias. En segundo término, las cooperativas de
 producción agropecuaria, y, en tercer lugar, los propietarios 
individuales de la tierra.
Son problemas diferentes. Nosotros hicimos 
la Reforma Agraria de un modo diferente: no repartimos la tierra, 
mantuvimos las grandes extensiones como unidades productivas —como yo 
les he explicado al compañero Gorbachov y a los compañeros
 soviéticos. Si nosotros hubiéramos repartido la tierra en pedacitos 
habríamos acabado con la producción cañera de este país, y la producción
 cañera, por el contrario, ha crecido considerablemente desde el triunfo
 de la Revolución. Nosotros no tendríamos forma
 en ese caso de aplicar las grandes combinadas de caña y otros medios 
que hemos construido con la colaboración de la Unión Soviética. Son 
problemas diferentes.
La Unión Soviética es un conjunto de 
naciones, de numerosas naciones, y nosotros tenemos aquí una sola 
nación, y si excluimos el localismo de algunas provincias —y no quiero 
mencionar nombres (RISAS)—, no tenemos ese tipo de problema.
 Nuestra situación es mucho más sencilla y más simple. Sería absurdo que
 nosotros nos pusiéramos a analizar ahora el problema de las 
nacionalidades en Cuba, y en Cuba resulta que hay una sola nación.
Hay otros muchos aspectos —no los voy a 
enumerar—, pero, por ejemplo, baste decir que la Unión Soviética es 200 
veces más grande que Cuba en territorio; el territorio de Cuba equivale 
al 0,5% del territorio de la Unión Soviética.
 La población de Cuba equivale, aproximadamente, al 3,6% de la población
 de la Unión Soviética.
¿No parece verdaderamente absurdo pretender 
—como hacen algunas personas en el extranjero— que nosotros le 
apliquemos a un país de 10 millones de habitantes las fórmulas que hay 
que aplicar en un país de 285 millones de habitantes,
 o que a un país de 110 000 kilómetros cuadrados le apliquemos las 
fórmulas para la construcción del socialismo que tiene que aplicar un 
país de 22 millones de kilómetros cuadrados? Cualquiera comprende que es
 un absurdo, cualquiera comprende que es una locura,
 como sería una locura pretender que nuestras fórmulas fuesen aplicables
 a un país gigantesco como es la Unión Soviética.
Aquí casi nos vemos uno al otro todos los 
días, y aquel es un país enorme, que cuando amanece en un lugar está 
casi oscureciendo en el otro. Por lo tanto, es arbitrario, es 
caprichoso, es absurdo y cualquiera comprende que cada país
 tiene que aplicar sus propias fórmulas en la construcción del 
socialismo, y creo que uno de los grandes méritos políticos del 
compañero Gorbachov es su defensa del principio irrestricto de que cada 
país aplique las fórmulas para la construcción del socialismo
 que se adapten a las condiciones de ese país. Lejos de ser un motivo de
 diferencia, es un motivo de concordancia, es un motivo de acuerdo.
Todos recordamos los problemas que tenía el 
movimiento revolucionario y el movimiento socialista cuando pretendía 
analizar y juzgar lo que un país socialista hacía dentro de su frontera.
 Eso trajo muchos problemas, y problemas serios.
 Hoy cada país socialista trata de perfeccionar el socialismo a partir 
de sus interpretaciones de las ideas del marxismo-leninismo; cada país 
trata de aplicar sus propias formas y sus propias fórmulas, y el 
compañero Gorbachov ha sido abanderado de esos principios.
Es que cada país socialista es como un 
laboratorio que está experimentando cómo lleva a cabo sus objetivos 
políticos, económicos y sociales, y no puede ser de otra forma.
Hay algo más, si un país socialista quiere 
construir el capitalismo tenemos que respetar su derecho a construir el 
capitalismo, no podemos interferirlo, del mismo modo que exigimos que 
nadie tiene derecho a interferir la decisión
 soberana de cualquier país capitalista o semicapitalista del mundo 
desarrollado o del mundo subdesarrollado de construir el socialismo. De 
manera que el principio de respeto irrestricto a la voluntad soberana de
 cada pueblo y de cada país es una regla de oro
 de los principios del marxismo-leninismo (APLAUSOS).
Fragmento de la entrevista
 concedida por el Comandante en Jefe Fidel Castro a Tomás Borge entre los días 18 y 20
de abril de 1992. 
Stalin. (Capítulo 3 del libro Un grano de maíz). Por Tomás Borge
Como muchos revolucionarios de mi tiempo, alguna vez fui
stalinista. Desde la adolescencia, 
observaba aquellos mostachos desafiantes y me parecían venerables. Lo 
que se decía contra el dirigente soviético, con frecuencia exagerado, lo
 consideraba ca-lumnioso y obsceno.Había leído
 las frases que Lenin dictara en diciembre de 1922 —“el camarada 
Stalin [...] ha concentrado en sus manos un poder inmenso, y no 
estoy seguro de que siempre sepa utilizarlo con la suficiente 
prudencia”; más aún, “Stalin es 
demasiado brusco” y hay que buscar “otro hombre [...] que sea
 más tolerante, más leal, más correcto y más atento a los camaradas, 
menos caprichoso”—, pero me parecieron apreciaciones demasiado 
subjetivas. Mucho antes de que triunfara la Revolución Nicaragüense, el 
ídolo intachable se me desplomó. Poco a poco se fue abriendo
 en mi conciencia aquella sombra de horror después del parto ilumi-nado 
de la Revolución de Octubre. Desde su exilio político en París, Régis 
Debray declaró hace algunas semanas que Fidel Castro “es Trotsky, Lenin y
Stalin, em-paquetados en un solo 
caudillo”. A pesar de que Fidel tiene la calidad intelectual de Trotsky,
 la integridad de Lenin y la capacidad organizativa de
Stalin, es impo-sible compararlo con 
esos personajes históricos. Hacerlo equival-dría a seguir tomando, como 
obligatorios patrones de referencia, los procesos y valores europeos. De
 esto ya estamos aburridos los latinoamericanos.
 Un grano de maiz 5501/03/11 10:47 a.m.
Fidel es Fidel. Y sólo es un “caudillo” 
en el sentido en que lo fueron, en tiempos de gloria para nuestra 
América, Túpac Amaru, Bolívar, San Martín, Hidalgo, Martí, Morazán y 
Sandino. En Cuba, el culto, si es que existe de veras,
 está respaldado por la personalidad: Fidel es, sin duda, un arquetipo 
mundial. Lo que el líder cubano dice a continuación puede ayudarnos a 
tener una visión más objetiva de una personalidad del movimiento 
revolucionario que ha estado siempre en el ángulo oscuro
 de la controversia. 
Tomas Borge: Para la 
mayoría de los dirigentes revolucionarios de América Latina, la crisis 
actual del socialismo tiene un autor intelectual: José Stalin. ¿Qué 
opina usted?
Fidel Castro: No se puede afirmar eso así, no me atrevería a afirmarlo de esa forma.
Creo que Stalin cometió errores muy grandes,
 pero también tuvo aciertos grandes. Creo que Stalin tuvo un papel 
importante en la Revolución de Octubre y en la guerra contra la 
intervención extranjera después de la revolución, eso
 es conocido históricamente. Stalin desempeño un papel importante en la 
industrialización de la Unión Soviética, y en la gran guerra patria y la
 reconstrucción del país. Esos son hechos objetivos.
T.B. Algunos dicen que la Unión Soviética ganó la guerra a pesar de Stalin…
F.C. Tomas, yo tenia opiniones críticas 
desde hace muchos años sobre Stalín en muchos terrenos, por eso creo que
 me siento con cierta autoridad para tratar de ser objetivo en todo 
esto. A mí me parece que equivale a un simplismo
 histórico atribuirle a Stalin la culpa de los fenómenos que han pasado 
en la Unión Soviética, porque ningún hombre podía, unipersonalmente, 
crear determinadas condiciones.
Es como atribuirle a Stalin los méritos de 
lo que fue la URSS, ¡imposible! Creo que fue el esfuerzo de millones y 
millones de gente heroica lo que hizo posible que la URSS surgiera, que 
la URSS se desarrollara, que la URSS fuera
 una realidad y representara un importantísimo papel en el mundo a favor
 de cientos de millones de personas.
Creo que el mérito principal de la 
Revolución de Octubre, desde luego, si nos ponemos a pensar en 
personalidades, lo tuvo Lenin; un merito extraordinario, singular, 
relevante y muy por encima de todos los demás dirigentes.
Los que 
hemos estudiado a Lenin, todos los que conocemos su pensamiento, 
su enorme talento, nos damos cuenta de que Lenin habría sido capaz de 
rectificar muchas de las tendencias negativas que se dieron dentro del 
proceso revolucionario soviético después de
 su muerte, ¿te das cuenta? Así que la ausencia de Lenin, el vacío que 
significó en el orden teórico, en el orden intelectual, en la 
construcción del socialismo en la Unión Soviética, es un factor que 
tiene mucha importancia en las cosas que ocurrieron después.
Ahora, te decía que he sido critico de 
Stalin en muchas cosas; primero, he sido crítico de las violaciones de 
la legalidad que cometió Stalin.
Creo que Stalin cometió enormes abusos de poder, esa es otra convicción que yo siempre he tenido.
Creo que Stalin -debo hablar así, a grandes 
rasgos, sobre los errores más grandes cometidos, a mi juicio, por 
Stalin-, en la política agrícola, durante mucho tiempo confió en los 
minifundios y en la forma de propiedad privada; es
 decir, no desarrolló un proceso progresivo de socialización de la 
tierra. Durante un número de años se mantuvo una situación: toda la 
producción de alimentos dependía de las parcelas individuales, hasta que
 en un momento dado esas parcelas habían dado de sí
 todo lo que podían dar y se estancó totalmente la producción de 
alimentos. Pienso que el proceso de socialización de la tierra debió 
haberse iniciado antes y debió desarrollarse progresivamente. Me parece 
que fue muy costoso, en el orden económico y en el
 orden humano, el intento de socialización de la tierra en un brevísimo 
período histórico y mediante la violencia. Ese fue un gran error 
cometido durante la dirección de Stalin.
Sobre eso te puedo hablar de nuestra propia 
experiencia; más que con argumentos, podemos razonar con los hechos. 
Primero, nosotros no hicimos el tipo de reforma agraria que hicieron los
 soviéticos, ni hicimos el tipo de reforma agraria
 que hicieron los países socialistas. Nosotros les dimos la propiedad de
 la tierra a todos los aparceros, colonos, precaristas, a todo el que 
tenía posesión de la tierra, pero los grandes latifundios no los 
dividimos, no los fragmentamos; si hubiéramos hecho
 eso habríamos destruido la industria azucarera de nuestro país, habría 
sido terrible, habría casi desaparecido esa industria; habríamos 
destruido las posibilidades de poder alimentar a la población, creando 
cientos de miles de nuevos minifundios en nuestro
 país.
No hicimos eso nunca, sino preservamos 
aquellas unidades. — Claro, es muy fácil juzgar en condiciones 
diferentes. tal vez los sovíéticos no tuvieron otra alternativa que 
dividirlo todo; si se toma en cuenta el momento en que la pobreza
 en que estaban, la falta de recursos, el bloqueo y todos los problemas 
que estaban sufriendo, no les quedaba más remedio que hacer ese tipo de 
reforma agraria. Admito que la necesidad los hubiera obligado a eso, lo 
que no creo es que nada los obligaba a haber
 llevado a cabo después un proceso acelerado de colectivización forzosa,
 ¿comprendes?
Te decía que nosotros no dividimos, no 
parcelamos, les dimos la propiedad a todas aquellas personas que ya 
estaban en posesión de pedazos de tierra, pero creamos una propiedad 
estatal que constituyó la base para la producción en
 gran escala de la agricultura. Fíjate que nuestro país es uno de los 
países que exporta más alimento percápita en el mundo; ningún país del 
mundo exporta tanto alimento percápita como Cuba con tan poca superficie
 de tierra. Fíjate que exportamos alimento para
 40 millones de personas cada año; hemos estado exportando alimento, en 
los últimos 15 años de la Revolución, para 40 millones de personas 
aproximadamente; a pesar de que nuestra población crece, a pesar de que 
disponemos de menos superficie porque se han ido
 haciendo instalaciones de todo tipo, tenemos una exportación percápita 
altísima de alimentos.
Si hubiéramos fragmentado la tierra, no 
habríamos podido hacerlo. Esa es una cosa que se ignora: ¿cuánto 
alimento percápita exporta Cuba? Nosotros, por cada ciudadano, hemos 
estado exportando alimento para cuatro ciudadanos en el
 mundo, precisamente porque no hicimos ese tipo de reforma agraria, 
tuvimos suficiente luz para ver eso.
Segundo, les dimos la propiedad a aquellos 
campesinos que ya poseían tierras aunque sin títulos de propiedad. 
Siempre hemos comprendido que las pequeñas parcelas de tierra tienen 
posibilidades limitadas de producción de tierra; pero
 nunca hemos llevado a cabo ningún tipo de cooperativización forzosa.
El proceso de cooperativizacion entre los 
pequeños agricultores —que han realizado un papel en la producción 
agrícola de Cuba y tienen un determinado porcentaje de tierra— lo 
hicimos progresivamente, poco a poco, y en diez años o
 más habíamos logrado que unieran sus tierras alrededor del 50 por 
ciento de los pequeños propietarios. El otro 50 por ciento todavía 
existe, y lo hemos respetado, trabajamos con ellos y llevamos a cabo 
nuestro programa alimentario en coordinación con ellos,
 cualesquiera que sean las limitaciones técnicas de una pequeña parcela,
 porque tú no puedes utilizar en ella un equipo de regadío de pivote 
central que riegue 100 hectáreas, es imposible; no puedes utilizar el 
avión, ni la combinada de caña, ni las técnicas
 más moderna y de más elevada productividad. Sin embargo, nunca se nos 
ha ocurrido socializar por la fuerza a ese 50 por Ciento de propietarios
 independientes que quedaron después que se desarrollaron las 
cooperativas; les hemos dado garantía y seguridad, y
 les hemos prometido que si toda la vida quieren estar, estarán toda la 
vida, y que siempre respetaremos su voluntad. Nosotros llevamos a cabo 
el proceso de colectivización entre los campesinos independientes que 
eran propietarios de la tierra, tierra que les
 habiamos dado nosotros, sobre la base de la más estricta voluntariedad.
Ahora, ya tú te imaginas las consecuencias 
que tiene que haber tenido para un país que era en su inmensa mayoría 
campesino, donde se había repartido inicialmente la tierra- tal vez como
 una necesidad política y social fundamental,
 vez porque no podían hacer otra cosa en ese momento-, el proceso de 
colectivización forzosa. Ese es, a mi juicio, de los grandes errores de 
Stalin.
T.B. Y Volviendo al tema de la Conducción militar durante la Segunda Guerra, ¿ cuál es su valoración del papel de Stalin?
F.C. Creo que la política de Stalin en 
vísperas de la guerra fue una política totalmente errónea. Se pueden 
explicar perfectamente las motivaciones de Stalin en su política 
internacional Creo que es un hecho históricamente comprobado
 que quería organizar una coalición contra Hitler.
¿Por qué? Existen documentos, existen 
pruebas de todas clases, y es un hecho claro, evidente, que las 
potencias occidentales, los países capitalistas querían echar a pelear a
 Hitler contra la URSS; es un hecho clarísimo, evidente,
 probado en la historia, que Hitler fue visto con beneplácito, incluso 
con simpatías, y que el nazismo recibe apoyo de la burguesía en Alemania
 como instrumento contra el comunismo. Porque aunque Hitler era un 
fanático racista, y lo demostraba, todas esas cosas
 se las perdonaban a Hitler porque se presentaba como un campeón de la 
lucha contra el comunismo, y todo el mundó vio en Hitler el instrumento 
para destruir a la Unión Soviética. Cuando empieza la Segunda Guerra 
Mundial, yo tenía 13 años y ya entonces leía
 todos los periódicos; desde la Guerra Civil Española yo leía todos los 
periódicos, todas las noticias internacionales, siempre con una gran 
avidez.
La Guerra Civil fue en 1936, entonces iba a 
cumplir 10 años, y recuerdo casi como si acabara de leerlas, muchas de 
las noticias que llegaban aquí, porque en la finca de mi padre vivían 
muchos españoles y algunos de ellos no sabían
 leer ni escribir —allí estaban divididos entre republicanos y 
franquistas, y había muchos de estos españoles que por instinto eran 
republicanos—, entonces me pedían que les leyera el periódico. Al 
cocinero de la casa, entre otros, un gallego de origen campesino,
 analfabeto, republicano a rabiar —parece que por tradición en la sangre
 llevaba la rebeldía contra el feudalismo y contra la explotación—, yo 
le leía las noticias, y recuerdo todas las batallas en Asturias, en 
Teruel, en el Ebro, y seguía al pie de la letra
 todo aquello. En los años que precedieron la Segunda Guerra Mundíal 
leía los periódicos, y durante los años de la guerra leía las noticias 
todos los días, para no hablarte ya de la cantidad de libros que he 
leído, tanto de los acontecimientos militares ocurridos
 entonces como de los acontecimientos políticos posteriores a la guerra.
 Durante 50 años he leído sobre esos hechos y cuando comenzó aquello yo 
tenía, como te dije, 13 años.
He podido reconstruir en mi mente muchas 
cosas y hacer análisis políticos de todo eso, análisis políticos e 
incluso análisis militares. No se puede negar, en absoluto, el hecho de 
que las potencias occidentales impulsaron a Hitler,
 hasta que Hitler se convirtió en un monstruo, en una verdadera amenaza.
 Tampoco se puede negar la extraordinaria debilidad que tuvieron las 
potencias occidentales con Hitler y su conducta en los días que 
precedieron a la anexión de Austria, al famoso Anschluss;
 primero que todo a la ocupación del Sarre, donde se le tenía prohibido 
enviar las tropas, y todavía antes la intervención de Hitler y de 
Mussolini en España.
Fueron los aviones de bombardeo y los 
pilotos alemanes los que destruyeron a Guernica y los que bombardearon a
 Madrid, los que mataron a cientos de miles de españoles; fueron los 
aviones alemanes y los aviones italianos en una clara
 política expansionista los que decidieron, entre otros factores, la 
guerra. Sin embargo, junto a la República Española no luchó ningún avión
 inglés, ningún avión francés, ningún avión norteamericano; fueron las 
brigadas de voluntarios internacionales las que
 participaron allí. El único país que la ayudó de verdad fue la URSS. No
 se puede negar históricamente que las armas con que esencialmente luchó
 la República Española eran armas provenientes de la Unión Soviética, y 
los aviones con que contó la República, los
 tanques, la artillería eran procedentes de la URSS; lo que tenían los 
soviéticos se lo dieron, se lo hicieron llegar allá. ¿Qué otro país hizo
 eso cuando Hitler y Mussolini desataban una política expansionista? Y 
lograron su objetivo por fin, lograron que
 la República Española desapareciera. ¿Qué hizo Occidente? ¿Qué hicieron
 las potencias occidentales que eran poderosas en aquel tiempo? En medio
 de aquellos acontecimientos se produce el rearme alemán. ¿ Qué hizo 
Occidente por impedir el rearme alemán?
Después vino la ocupación de todas aquellas 
áreas del territorio de Europa donde no podía introducirse el ejército 
de Hitler. Más tarde los alemanes se anexionan Austria, se expanden. 
Después viene Munich y le arrebatan una parte
 del territorio a Checoslovaquia, y más adelante, en poco tiempo, ocupan
 el resto del país; la influencia y la expansión alemanas avanzan en 
dirección a Hungría, en dirección a Rumanía, en dirección a Bulgaria, 
enviando fuerzas a todas las partes.
¿Qué hace Occidente frente a todos esos 
movimientos? Dejan sola a la URSS, y la URSS se ve muy atemorizada 
frente a aquella maniobra, veía que Hitler penetraba en el Danubio y en 
lugares estratégicos y nada, se le toleró todo aquello.
 Claro, eso estimuló el expansionismo de Hitler y el temor de Stalin, 
que lo lleva a algo que yo toda mi vida criticaré, porque pienso que fue
 realmente una violación flagrante de principio: buscar a toda costa la 
paz con Hitler para ganar tiempo. Nosotros
 en nuestra larga vida revolucionaria, en la historia ya relativamente 
larga de la Revolución Cubana, jamas hemos negociado un solo principio 
para ganar tiempo ni para ninguna ventaja de tipo práctico. Creo que 
aquello fue un error garrafal. No voy a decir
 que fuera su exclusiva culpa, creo que toda la política occidental lo 
arrastró hacia esa posición; pero él cae en aquel famoso Pacto 
Molotov-Ribbentrop, cuando ya los alemanes estaban empezando a exigir la
 entrega del corredor de Dantzig; hicieron una serie
 de exigencias sobre Polonia y en ese momento se produce el pacto.
Toda mi vida, desde que he tenido conciencia
 política y conciencia revolucionaria, al analizar esos hechos, me 
pareció un enorme error cometido por la política exterior soviética, 
cometido por Stalin en esos años en vísperas de la
 guerra.pienso que, además, el pacto de no agresión, lejos de dar 
tiempo, redujo el tiempo, porque en definitiva se desató la guerra. 
Claro que cuando Hitler ataca a Polonia, Inglaterra y Francia se 
quedaron sin ninguna otra alternativa, y se desató la guerra.
¿Qué consecuencias trajo la guerra? Todas 
aquellas acciones militares relámpago de Hitler, la invasión sucesiva de
 Noruega, posteriormente la ocupación de Bélgica y Holanda, el ataque a 
Francia, la derrota de Francia e Inglaterra
 en el territorio continental. Se incrementa el poderío de Hitler en 
toda Europa; entra oportunistamente Mussolini en la guerra creyendo que 
era el momento en que se desplomaba Francia, y cada mes que pasaba 
Hitler era más poderoso, cada mes que pasaba tenía
 más recursos humanos, más recursos materiales, combustibles, minerales,
 todo, y se iba haciendo un enemigo mucho más poderoso para la Unión 
Soviética.
Luego, en ese período también, en esa 
situación, se va produciendo una competencia entre Stalin y Hitler, 
viendo que podía producirse la guerra a medida que Hitler avanzaba hacia
 Oriente, tratando de ganar posiciones, tratando de
 ganar territorio, tratando de ganar ventajas estratégicas. ¿Qué pienso 
de todo eso? ¿Tienen algún peso las razones para ciertas acciones 
soviéticas en aquel tiempo? Si tú dices: Aquí hay una población rusa y 
la quiero proteger, no debo dejar que vengan los
 alemanes, voy a ocuparla. Ahí se produce, a mi juicio, otro gran error:
 en el momento en que está siendo atacada Polonia, envía tropas a ocupar
 ese territorio que había estado en litigio porque tenía población 
ucraniana o rusa, no sé.
¿Cuál pienso que habría sido la mejor 
política? Estoy seguro de que si nosotros nos hubiéramos visto en una 
situación como ésa, habríamos hecho otra cosa. Nosotros, antes de dar la
 imagen de que estamos atacando por la retaguardia
 a ese país invadido por Hitler, hubiéramos preferido invitar a la 
población a que cruzara al otro lado de la frontera para protegerse, 
pero no hubiéramos violado la frontera de ese país y no hubiéramos 
combatido con ese país cualesquiera que hubieran sido
 las diferencias ideológicas, un país que está siendo agredido por 
Hitler. Creo que fue un error garrafal desde el punto de vista de los 
principios y de la opinión internacional.
Creo que la guerrita contra Finlandia fue 
otro error garrafal, lo he pensado toda mi vida, tanto desde el punto de
 vista de los principios como desde el punto de vista del derecho 
internacional; esa es la opinión que he tenido siempre.
Fue cometiendo sucesivos errores que le 
granjearon la antipatía a la Unión Soviética en grandes sectores de la 
opinión pública mundial, que pusieron en todo el mundo a los comunistas,
 que eran muy solidarios y muy amigos de la Unión
 Soviética, en situaciones sumamente difíciles al tener que defender 
ante la opinión pública de esos países cada uno de aquellos episodios, 
porque tuvieron que hacerse una especie de harakiri los comunistas en 
todo el mundo -eran los años de la internacional-
 por defender a la URSS. Y yo diría que fue correcto defender a la URSS.
 No podían abandonar a la URSS cualesquiera que fueran errores, pero se 
vieron obligados a defender cosas tan impopu1ares y tan antipáticas como
 el Pacto Molotov-Ribbentrop, la ocupación
 de una parte del territorio polaco y la guerra de Finlandia. Ya que 
estamos hablando de este tema, aprovecho y te digo, nunca he abordado 
estos temas así ningún periodista.
Considero que fueron errores políticos 
garrafales y errores de principio también, que nosotros jamás habríamos 
cometido. Creo que la historia de la Revolución Cubana es un argumento 
que demuestra esto que estoy razonando, porque
 jamás la Revolución cometió una violación de principio; jamás la 
Revolución, por ninguna razón ni por ninguna conveniencia nacional, 
abandonó ninguna causa justa en este mundo, ni abandonó a un solo 
movimiento revolucionario a pesar de que nosotros teníamos
 por adversario a un país tan poderoso y un gobierno tan poderoso como 
el de Estados Unidos.
La historia de la Revolución demuestra que 
nosotros nunca hemos incurrido en una violación de principios. Las cosas
 que mencioné están reñidas con los principios, con la doctrina; están 
reñidas, incluso, con la sabiduría política.
 Aunque es cierto que desde septiembre de 1939 hasta junio de 1941 
transcurrieron un año y nueve meses para el rearme de la URSS, en ese 
período quien se hizo mucho más fuerte, cinco veces más fuerte, diez 
veces más fuerte, fue Hitler. Pudo la URSS haber incrementado
 a un altísimo costo político y moral su poderío militar, pero Hitler se
 hizo diez veces más poderoso en ese momento.
Si Hitler va a la guerra en 1939 contra la 
URSS, te digo que hubiera hecho menos destrucción que la que hizo en 
junio de 1941, y habría corrido la misma suerte que Napoleón Bonaparte. 
No ya solo con el ejército soviético, que era
 una realidad y que tenía muchos oficiales valientes, aguerridos, 
experimentados en las guerras de la época de la Revolución de Octubre: 
un pueblo siempre Combativo, un pueblo valiente. Con la participación 
del pueblo en la guerra irregular, la Unión Soviética
 hubiera derrotado a Hitler.
Desde luego, a mi juicio, fue y siempre vi 
eso como un gran error de Stalin y la dirección soviética. Por último, 
el carácter de Stalin, su desconfianza terrible de todo, lo llevó a 
cometer otros graves errores: uno de ellos fue
 caer en la trampa de las intrigas alemanas, y llevó a cabo una 
depuración tremenda, terrible, cruenta, de las fuerzas armadas y 
descabezó, prácticamente, al ejército soviético en vísperas de la 
guerra.
Otro error gravísimo fue en junio de 1941, 
cuando los alemanes habían concentrado millones de hombres, miles y 
miles de aviones, decenas de miles de tanques y carros blindados, 
cientos de divisiones en las fronteras divisiones alemanas,
 rumanas, húngaras, finlandesas, incluso—, que, frente a una 
evidentísima agresión —era imposible ocultar esos planes de agresión—, 
se empecina -cn la teoría de que era una provocación, de que todo lo que
 le decían y todo lo que le informaban de eso era una
 provocación, y adopta una política de avestruz, mete la cabeza en un un
 hueco. No movilizó las tropas, y cualquier país, cuando ve que una 
agresión es inminente, lo primero que tiene que decretar es una 
movilización general.
Un país como la Unión Soviética, que podía 
movilizar a muchos millones de hombres, campesinos, soldados, obreros; 
que podía movilizar a toda la población y que tenía miles de aviones, y 
miles de tanques, en vez de movilizar, aunque
 fuera de manera progresiva, pero movilizarlos, o decretar una 
movilización general oportuna e inmediata, adopta una posición, a mi 
juicio, absurda, demasiado cautelosa, extraordinariamente cautelosa, 
podríamos decir que excesivamente cautelosa, para no darle
 pretexto a Hitler, y por ello no moviliza al ejército, no decreta la 
movilización general. Entonces, figúrate, ¿qué ocurre? Después de todos 
los errores anteriores —eso fue en el año 1941—, atacan a la Unión 
Soviética por sorpresa el día 22 de junio; creo
 que era un fin de semana, un sábado o un domingo.
¿Cómo tú puedes atacar con millones de 
hombres por sorpresa? Se produjo, sin embargo, la sorpresa y se atacó a 
un país desmovilizado. Resulta que los oficiales y muchos soldados 
estaban de pase el día del ataque, la aviación en primera
 línea, en los aeródromos de primera línea. Para mí siempre ha sido 
clarísimo que lo que se debió hacer en ese momento fue la movilización 
general total, retirar a la profundidad la aviación y otras medidas 
similares. Si tú no vas a atacar, si vas a adoptar
 una política defensiva, en esas condiciones debes retirar a la 
profundidad toda la aviación, movilizar toda la reserva, concentrar toda
 esa reserva en los puntos estratégicos, tener en máxima alerta 
combativa a todos los hombres de primera línea, y Hitler
 no habría podido atacar por sorpresa y alcanzar grandes resultados 
iniciales.
Cuando se produce la invasión de Yugoslavia,
 que retrasa tal vez en algunas semanas el ataque de Hitler, ya tenía 
que estar la Unión Soviética movilizada. Y si eso ocurre en el año 1941,
 tengo la absoluta seguridad de que el ejército
 de Hitler se estrella contra el ejército soviético en la profundidad y 
no hubieran cercado a millones de hombres, no hubieran hecho cientos de 
miles de prisioneros en las primeras semanas de la guerra, no habrían 
destruido casi toda la aviación el primer día,
 y no hubieran causado la enorme destrucción que causaron en las 
primeras semanas y meses de la guerra. No llegan a Moscú, no llegan a 
Kiev, no llegan a Stalingrado, no llegan a ninguna de esas partes; era 
imposible, ese país inmenso se habría tragado a los
 ejércitos alemanes si su pueblo, si sus fuerzas hubieran estado 
movilizados. Creo que la historia del mundo sería otra, incluso, y la 
Segunda Guerra Mundial, si hubiera hecho la Unión Soviética lo que tenía
 que haber hecho en vísperas de la agresión alemana,
 la guerra no termina en Berlín, sino en Portugal si los hitlerianos no 
se rendían.
T.B. Los soviéticos hubieran ocupado toda Europa, por lo menos hasta Francia...
F.C: Claro, si derrotan a Hitler en Berlín 
no habrían tenido que seguir avanzando, o si lo derrotan en las 
fronteras occidentales de Alemania; pero Hitler tenía ocupada Francia, 
no tenía ocupada España, donde, sin embargo, había
 un gobierno afín. Entonces, si luchan hasta el final, digo que la 
guerra terminaba en Portugal, no habría habido ni siquiera Segundo 
Frente, no habrían desembarcado las tropas norteamericanas en Europa. 
Tengo la más absoluta se seguridad, la tuve siempre,
 cuando hacía el análisis de todos estos acontecimientos.
Con esto te he enumerado los grandes errores
 de Stalin por supuesto, te incluí entre ellos los abusos de poder, las 
violaciones de la legalidad y los actos de crueldad que realmente 
cometió Stalin. Este es, a mi juicio el conjunto
 de errores fundamentales.
T.B ¿Cuáles fueron, a su juicio, los méritos de Stalin?
F.C. Si se habla a grandes rasgos de los 
méritos de Stalin, está el mérito de que llegó a establecer la unidad de
 la Unión Soviética, consolidó lo que había iniciado Lenin, la unidad 
del partido, le dio impulso al movimiento revolucionario
 internacional, no hay duda; la industrialización de la Unión Soviética 
fue un gran acierto, un gran esfuerzo y un gran mérito de Stalin, y creo
 que eso fue decisivo en la capacidad de resistencia de la Unión 
Soviética. Un gran mérito de Stalin —o del colectivo
 que estaba con Stalin, pero ya que le echan toda la culpa a él y se 
están individualizando los méritos y los errores, aunque hubo méritos de
 muchos y errores de muchos— y un gran acierto fue el programa de 
traslado de la industria bélica y de las industrias
 estratégicas fundamentales para Siberia y para las profundidades de la 
Unión Soviética.
Creo que en la guerra, una vez iniciada, 
supo dirigir a la Unión Soviética. Tiene unos primeros momentos de gran 
desconcierto; eso es históricamente comprobado, eso me lo contó Mikoyan:
 cómo fueron las primeras horas de Stalin. Estaba
 muy amargado, como todas sus premisas habían fallado, como no eran 
provocaciones las informaciones que recibía, como se produce el ataque 
por sorpresa, como le ocasiona Hitler un gran destrozo, tiene varias 
horas, creo que incluso varios días, en que está
 en un gran desconcierto, hasta que reacciona y se convierte en un líder
 militar capaz, porque nadie más que él podía ejercer esasfunciones, 
nadie tenía la autoridad, el prestigio, el poder que tenía él para 
llevar a cabo ese papel, y entonces se consagró a
 la defensa de la Unión Soviética, y, según dicen muchos de los 
generales —Zhukov y los más brillantes generales soviéticos—, Stalin 
tuvo un papel importantísimo en la defensa de la Unión Soviética en la 
guerra contra el nazismo. Eso es reconocido por todos.
Creo que tiene que llegar el momento en que 
se haga el análisis imparcial del personaje y ahora no le echen la culpa
 de todo lo que pasó porque, al fin y al cabo, la Unión Soviética que 
nosotros conocimos era una Unión Soviética
 poderosísima, una Unión Soviética que apenas cuatro años después que 
estallan las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki, que le dieron el 
monopolio del arma nuclear a Estados Unidos, ya tenía el arma nuclear, 
muy poco después el arma termonuclear, y no tardó
 mucho tiempo en disponer de medios de transporte para estas armas. Fue 
capaz de desarrollar la cohetería, fue capaz de desarrollar los vuelos 
espaciales, fue capaz de alcanzar realmente niveles de desarrollo y de 
producción industrial y alimentaria extraordinarios.
La Unión Soviética producía a veces más de 
200 millones de toneladas de alimentos; lo que producía la Unión 
Soviética cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial eran apenas 50 ó 60 
millones de toneladas de trigo. No me voy a referir
 a eso ahora, pero la Unión Soviética que nosotros conocimos fue una 
Unión Soviética riquísima, con enormes recursos económicos, recursos en 
materia primas, recursos industriales, recursos científicos; es decir, 
lo que se conoció fue una superpotencia, la Unión
 Soviética era una verdadera superpotencia. Ahora, ¿tuvo algo que ver o 
no Stalin en el desarrollo esa superpotencia? Tuvo que ver. ¿Cómo ahora 
le van a echar la culpa a Stalin, sencillamente, de todo lo que ha 
pasado en la Unión Soviética? Creo que eso sería
 un simplismo histórico, y no me conformo con aceptar una imputación 
semejante. Es como decir que el culpable fue Lenin por haber hecho la 
revolución socialista, haber tomado el Palacio de Invierno y haber 
constituido el gobierno soviético y todo este tipo
 de cosas. ¿A cuanta gente se le podría echar la culpa por ese camino? 
Terminan echándole la culpa a Dios porque no le dio mas salud a Lenin 
para que viviera 15 o 20 años mas.
No quiero bromear en torno a esto, aunque 
pudiera decir algunas cosas de humor; pero la verdad que después de 
haber recibido un Estado poderoso y haberlo desbaratado en unos pocos 
años, haber hecho en un unos pocos años lo que no
 pudo hacer Hitler, lo que no pudo hacer la reacción mundial, y haber 
desintegrado un país tan poderoso, de 20 millones de ciudadanos, es una 
gran responsabilidad que la historia se encargará de señalar con 
justicia, que el imperialismo haya logrado esos objetivos
 sin disparar un tiro.
Hay que ser objetivos, analizar todos los 
errores políticos y de principios cometidos por Stalin, analizar los 
aciertos y profundizar en los factores que realmente dieron lugar a la 
destrucción de la Unión Soviética y en la verdadera
 responsabilidad que tiene cada cual. La construcción del socialismo en 
la URSS fue la primera experiencia de ese tipo en la historia de la 
humanidad. No ha habido ningún proceso revolucionario sin errores, no ha
 habido ninguna revolución sin grandes errores.
 Piensa en la Revolución Francesa, en las revoluciones clásicas, en las 
revoluciones históricas. Piensa dentro del ámbito latinoamericano en la 
Revolución Mexicana, un importante acontecimiento histórico que precedió
 a la Revolución Bolchevique; hubo de todo:
 violencia, violaciones de la legalidad. Y en Francia ¿las hubo o no las
 hubo? Y cuando vino la Restauración, ¿hubo o no hubo mas violaciones de
 la legalidad? En todas las revoluciones se han producido esos 
fenómenos.
Realmente he dicho alguna vez que nosotros 
nos sentimos orgullosos por haber cometido un mínimo de errores y no 
haber cometido muchos de los errores que se cometieron en todas las 
demás revoluciones. Podría enumerarlos, pero no estamos
 hablando de eso ahora. Pero, ¿se podría concebir una revolución en el 
viejo imperio de los zares sin muchos errores? No se podría concebir. 
Sin embargo, tuvo lugar una revolución con muchos errores y muchos 
aciertos, Tomás, que desempeñó un papel trascendete
 en el mundo, porque la existencia de la Unión Soviética y las luchas de
 la Unión Soviética aceleraron el proceso revolucionario en el mundo: 
evitaron que la humanidad cayera bajo el dominio fascista; aceleraron el
 proceso revolucionario en China, un acontecimiento
 de singular importancia, ayudaron a la independencia de Viet Nam, 
ayudaron al movimiento de Liberación en África y en todas partes, y nos 
dieron un espacio a los demás pueblos para vivir en un mundo que conoció
 los antagonismos de dos grandes potencias, que
 para todo aquellos que no querían caer bajo el yugo del imperialismo 
yanki significo una enorme ventaja, ventaja que se perdió al desaparecer
 la Unión Soviética
 
 
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