| Elecciones europeas en el Estado español. ¡Varapalo al PP y al PSOE, y espectacular incremento del voto a la izquierda de la socialdemocracia! | 
| Escrito por Declaración Corriente Marxista El Militante | 
| Miércoles, 28 de Mayo de 2014 19:12 | 
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Por un Frente de Izquierdas para derrotar a la derecha en las próximas municipales y generales 
Las elecciones europeas del pasado 25 de
 mayo en el Estado español marcan un importante punto de inflexión en la
 situación política. Por una parte, han puesto de manifiesto la profunda
 crisis del sistema capitalista y de todos sus engranajes políticos y, 
por otra, un profundo y extendido rechazo social a la política dictada 
por los banqueros y los empresarios junto con el colapso de la autoridad
 política y moral de todos aquellos que la ejecutan. La calle Génova 
desierta, envolviendo el dispositivo festivo que el PP tenía preparado 
para la noche del domingo en un clima fantasmagórico, y el anuncio de 
Rubalcaba, el lunes 26, de su inmediata retirada de la dirección del 
PSOE, simbolizan mucho más que un estrepitoso fracaso electoral: son 
señales del resquebrajamiento del esquema de dominación capitalista 
imperante en las últimas tres décadas en el Estado español. 
La movilización, clave del éxito de la izquierda 
Los resultados electorales del domingo, 
que han arrojado un fuerte crecimiento de Izquierda Unida y Podemos 
—reflejando el ascenso de la lucha de clases y los grandes movimientos 
de protesta que se han sucedido en estos años— ha situado claramente en 
el horizonte la posibilidad de infringir una derrota electoral decisiva a
 la derecha en las próximas elecciones municipales, autonómicas y 
generales de 2015. 
La derecha y la socialdemocracia están rabiosas 
Los banqueros, los grandes empresarios, 
los estrategas serios del capital, todos los amos del PP, pero también 
los elementos que la burguesía tiene en el seno de la dirección del 
PSOE, han visto estas elecciones con gran preocupación. Les inquieta, 
precisamente, que la movilización social y los avances de la izquierda 
en el plano electoral se puedan retroalimentar en los próximos meses, 
convirtiendo la futura e inevitable caída del PP en el inicio de un fase
 en la que la lucha de los trabajadores y los jóvenes por su futuro 
alcance un grado superior, poniendo en peligro la supervivencia del 
propio sistema capitalista. Saben, perfectamente, que la situación en el
 Estado español puede desembocar en una crisis prerrevolucionaria como 
en Grecia. 
Con el fin de tratar de minimizar el 
impacto político que han tenido los resultados de las elecciones muchos 
“analistas” están planteando la idea de que la “gente”, debido a que han
 sido unas elecciones europeas, ha tenido un comportamiento muy 
“alegre”. Felipe González está rabioso, como demuestran sus bochornosas 
declaraciones en las que ironiza con que “la revolución bolivariana está
 de moda” en el Estado español. ¡Y lo dice un millonario que trabaja a 
sueldo de las grandes multinacionales y que traiciona día sí y día 
también a los militante socialistas, y al que le importa un bledo el 
sufrimiento de la gente! También en la derecha hay mucho nerviosismo. 
Las opiniones del principal asesor electoral del PP, diciendo que el 
voto a Podemos era un voto “friqui”, o las manifestaciones del portavoz 
Carlos Floriano, comparando el apoyo electoral a Podemos con un voto por
 “Venezuela y Cuba” revela también la mezcla de desconcierto e 
histerismo con la que la derecha está encajando los resultados 
electorales. 
Pero la realidad es que los aspectos 
relevantes que salieron a la superficie el 25 de mayo tienen una base 
muy sólida; reflejan tendencias fundamentales, y pueden repetirse de 
forma ampliada en futuras elecciones. 
Batacazo del PP 
El PP obtiene el peor resultado de su 
historia, perdiendo más de 2,6 millones de votos (40% menos que los 
votos obtenidos en 2009). La mayoría absoluta que obtuvo la derecha en 
2012 estuvo asociada al desgaste y la pérdida de credibilidad del 
gobierno Zapatero, y a la expectativa de un amplio sector de las capas 
medias de que la vuelta del PP al gobierno sería también la vuelta al 
periodo de boom económico que antecedió a la crisis. El PP alimentó 
conscientemente esta expectativa, añadiendo el compromiso de que no 
habría recortes. Al día siguiente de las elecciones se desdijo de todo y
 empezó, hasta hoy, su salvaje política de destrucción de todas las 
conquistas sociales, y de ataques a los derechos democráticos. Y la 
crisis capitalista no hizo más que empeorar la situación para millones 
de personas, afectando de lleno a la clase obrera pero también a una 
parte considerable de las capas medias, que se han empobrecido y 
proletarizado en estos años. 
Un hecho que resalta la profundidad de 
este proceso es el gran batacazo del PP, tanto en sus “feudos” 
tradicionales como en las comunidades donde está en la oposición, o en 
las nacionalidades históricas donde al rechazo a su política social se 
suma el rechazo a su españolismo reaccionario. En Valencia y Madrid, 
claves para la derecha en los últimos lustros, el desplome ha sido 
descomunal. Sólo en el País Valencià pierde 476.789 votos respecto a las
 europeas de 2009, una caída del 48%, nueve puntos por encima de la 
media estatal. En Valencia ciudad la caída es de más del 50%. En la 
Comunidad de Madrid pierde más de 450.000 votos, también por encima de 
la media. En Murcia, otro antiguo “feudo” de la derecha,  pierde el 45% 
de los votos. En Catalunya, el PP pierde 100.000 votos (-28%) y queda 
relegado a la quinta fuerza política. En la Comunidad Autónoma Vasca 
pierde 40.000 (-34%). En Galicia pierde más de 200.000 votos (-37%). En 
las dos comunidades donde están en la oposición la tendencia es la 
misma: en Andalucía, donde tenían grandes expectativas, el PP pierde 
350.000 votos (-33%) y en Asturias pierde 90.000 (-50%). 
El completo descrédito de la política de
 recortes del PP, el rechazo frontal a sus medidas represivas y a su 
actitud reaccionaria frente la cuestión nacional ha sido rotunda. Las 
condiciones en las que Rajoy tendrá que afrontar nuevos ataques contra 
la mayoría de la población se darán en un escenario en el que la 
deslegitimación de la derecha, a la que sólo ha apoyado el 11,5% del 
censo con derecho a voto, ha quedado al desnudo. De hecho, la fuga de 
votos de la derecha a UPyD y Ciudadanos no compensa esta brutal caída, 
que obviamente no es una tendencia coyuntural sino de fondo. 
La socialdemocracia sigue avanzando hacia el abismo 
La dirección del PSOE perdió dos 
ocasiones históricas para encabezar un proceso de profunda 
transformación social, en 1982 y en 2004. En ambas ocasiones la clase 
obrera, la juventud y grandes sectores de las capas medias depositaron 
masivamente su confianza en la socialdemocracia, pensando que haría una 
política económica y social diametralmente opuesta a la derecha. Pero la
 socialdemocracia defraudó las ansias de un cambio económico, social y 
político profundo de la mayoría de la población. La derechización de los
 dirigentes del PSOE obedece en último término a su falta de alternativa
 al sistema capitalista. Si se acepta el capitalismo como único sistema 
posible, se acaba defendiendo una política capitalista con todas las 
consecuencias. La crisis ha estrechado todavía más el margen de la 
socialdemocracia para diferenciarse de la derecha, hasta el punto de que
 el eje fundamental de la “oposición” de Rubalcaba en los dos años de 
gobierno del PP ha sido el ofrecimiento de constantes “Pactos de Estado”
 en todos los terrenos. La dirección del PSOE ha intentado tapar esta 
lamentable trayectoria en la campaña electoral tratando de convencernos 
de que son diferentes a la derecha, pero su credibilidad está por los 
suelos. De nuevo han recibido un duro golpe, cosechando el peor 
resultado jamás obtenido por el PSOE desde la caída de la dictadura. 
La caída del PSOE es profunda y amplia, 
afectando a todas las comunidades, incluso en aquellas donde el 
descontento y la movilización social contra la derecha son muy 
acentuados. Es muy sintomático de la incapacidad de la socialdemocracia 
de conectar con este sentimiento de rebelión social, el hecho de que en 
Madrid (epicentro de movilizaciones tan importantes como el 15-M, la 
Marea Verde, la lucha contra la privatización de la sanidad, etc) se 
haya llevado un batacazo mayor aún del que ha recibido el PP: en Madrid 
el PSOE pierde casi 400.000 votos, el 48,6% de los que obtuvo en 2009. 
En Valencia, otro polo de la lucha de masas (primavera valenciana, 
indignación por el accidente del Metro y toda la manipulación posterior,
 lucha contra el cierre de Canal Nou, corrupción generalizada de la 
derecha) el PSOE pierde 331.569 votos, con una caída del 46,8%. 
En Catalunya, uno de los bastiones 
históricos del PSOE-PSC, la socialdemocracia pierde la mitad de los 
votos que tenía en 2009, pasando de 700.000 a 350.000, pagando un precio
 extra por su incapacidad de ofrecer una alternativa de clase y 
socialista a la cuestión nacional, debido a su sumisión al nacionalismo 
españolista del PP, y por su oposición de terciopleo a CiU frente a sus 
reiterados ataques al gasto y a los derechos sociales. En Navarra el 
PSOE cosecha una de las pérdidas porcentuales más altas de todo el 
Estado, un 52% de los votos, como consecuencia de su política de 
sostenimiento del gobierno de la derecha de Unión del Pueblo Navarro 
(UPN), a pesar de las masivas protestas en la calle y teniendo en sus 
manos la llave para propiciar su caída. Igualmente, en la Comunidad 
Autónoma Vasca la debacle del PSOE es mayúscula, perdiendo 100.000 
votos, prácticamente la mitad de su electorado, y quedando reducido a un
 miserable 13,7%. En Asturias, una de las dos comunidades en las que 
gobierna, el descenso es fortísimo, también de un 50%. En Andalucía, 
cuyos resultados son presentados como un éxito por la dirección del 
PSOE, a pesar de ser la formación más votada por el gran descenso del 
PP, pierde también 330.000 votos y cae un 26%. 
El batacazo del PSOE ha profundizado la 
crisis interna del partido. El anuncio de retirada de Rubalcaba y la 
convocatoria de un congreso extraordinario no ha calmado la tensión 
interna en el aparato. De hecho, varios dirigentes han reclamado 
públicamente la celebración de primarias antes que un congreso. En todo 
caso, la única manera que tendría el PSOE de revertir su declive es con 
un giro de 180 grados de su política, lo que parece bastante poco 
probable que se produzca. La base de apoyo electoral y social del PSOE 
ha sido históricamente trabajadora y de izquierdas, pero su dirección 
después de más de tres décadas de derechización está profundamente 
comprometida con el sistema capitalista, con su estabilidad y 
preservación. El propio partido ha ido perdiendo toda autoridad y 
contacto con los sectores de la clase obrera y de la juventud más 
comprometidos con la lucha. Gestos retóricos tendrán muy poco efecto 
para detener, en el actual contexto, el menguante apoyo del partido. Y 
un giro lo suficientemente profundo hacia la izquierda, tendría un 
impacto político que la mayoría de los dirigentes fundamentales del 
partido no están dispuestos a asumir. 
Un sector del partido, como el 
representado por Felipe González, aboga claramente por un futuro 
gobierno PP-PSOE para tratar de garantizar la continuidad de la política
 de recortes sociales en beneficio del voraz sector financiero. Este 
sería el último servicio del PSOE antes de perecer a la griega. Otros 
sectores del aparato quizás se inclinen, con el mismo propósito de 
preservar la estabilidad del sistema, por atar a Izquierda Unida en un 
compromiso “realista”, y tratar de evitar así el “efecto Syriza” que 
podría provocar un eventual Frente de Izquierdas. Ambas opciones 
entrañan enormes riesgos incluso desde el punto de vista de los 
intereses de la burguesía y en todo caso no detendrán el proceso de 
radicalización a la izquierda de amplias capas de trabajadores y 
jóvenes. 
El enorme potencial de una política de izquierdas de verdad 
En muchas comunidades autónomas y 
localidades clave, el voto sumado de IU y Podemos supera esta media e 
iguala, o queda muy poco por debajo, del obtenido por el PSOE. En la 
Comunidad de Madrid, IU y Podemos obtienen casi el 22% por ciento de los
 votos, frente al 19% del PSOE. En Valencia, IU y Podemos casi igualan 
al PSOE, pero si sumamos el voto a Compromís, se supera ampliamente (26%
 frente a 21%). En Asturias se supera ligeramente al PSOE (26%); en 
Avilés, IU más Podemos sacan el 30%, superando ampliamente al PSOE (25%)
 y al PP (23,7%); en Gijón se produce una situación similar; en las 
cuencas, donde en cifras redondas IU obtiene el 20% de los votos y 
Podemos el 15%, la superación al PSOE y al PP es todavía más abultada. 
En Galicia, Alternativa Galega de Esquerdas (AGE), la suma de Anova y de
 IU, más Podemos prácticamente iguala al PSOE. En ciudades como Vigo los
 votos de AGE y Podemos superan al PSOE y al PP. En Ferrol superan al 
PSOE y quedan a pocos votos del PP. En Catalunya, IU y Podemos (15%) 
superan al PSC (14%), sin contar el hecho de las CUP no se han 
presentado. 
Aunque los medios de comunicación de la 
burguesía han tratado de eclipsarlo, el avance de Izquierda Unida ha 
sido tremendo, pasando de medio millón de votos a más de un millón y 
medio en cifras redondas. Pero el recorrido potencial de IU es mucho 
mayor, y estas elecciones también han mostrado sus puntos débiles. Es 
significativo que el incremento de IU en Extremadura (que lógicamente no
 está al margen de la tendencia política general) sea bastante menos 
pronunciado que la media general. En esta comunidad se duplica el voto 
(alcanzando el 6% del electorado), pero en el resto del Estado 
prácticamente se triplica. La aberrante postura de la dirección 
extremeña de IU de sostener al PP en la comunidad tiene la virtud de 
beneficiar a la derecha (lavándole la cara con un barniz progre) y al 
PSOE que, aunque también cae, lo hace en menor medida (30%) que en el 
resto del Estado (más de 40%). Un efecto similar tiene la Junta del 
PSOE-IU en Andalucía, también implicada en los recortes. El incremento 
de IU está más atenuado aquí que en el resto del Estado y una parte de 
voto potencial de IU se ha inclinado hacia Podemos donde en Sevilla 
ciudad supera, aunque por poco, a IU y lo hace mucho más ampliamente en 
Cádiz (16% Podemos y 11% IU). 
Dicho lo anterior, IU ha recogido un 
fuerte y merecido apoyo, pues sus activistas han aparecido hombro con 
hombro con miles de trabajadores y jóvenes en las luchas más importantes
 de estos dos años, incluyendo la gran marcha de la dignidad a Madrid 
del pasado 22 de marzo que reunió a más de un millón de personas. De lo 
que se trata, por tanto, es de profundizar en este camino. Si Izquierda 
Unida adoptara de forma clara y consecuente un programa socialista 
revolucionario, si se opusiera pública y contundentemente a las 
políticas de pacto social que defienden las cúpulas de CCOO y UGT, y 
organizase a los militantes de base de los sindicatos para  luchar 
contra ellas; si se desmarcara claramente de los recortes en Andalucía y
 se corrigiese la lamentable posición de IU en Extremadura…Si Izquierda 
Unida defendiera con claridad y rotundidad una alternativa de clase y 
socialista al capitalismo, su apoyo podría incrementarse muchísimo más, 
convirtiéndose en una fuerza de masas imparable. Esta es la lucha que 
debemos emprender todos los militantes y activistas de Izquierda Unida: 
lograr imponer una orientación revolucionaria, lo que significa también 
sacudirse del lastre de muchos profesionales de la política 
institucional que hay en su seno, y promover a los militantes y 
activistas más comprometidos con la lucha social y con las posiciones 
políticas más coherentes.. 
Está claro que un amplio sector de la 
juventud que ha participado activamente en el movimiento de protesta de 
estos años, especialmente la juventud universitaria que puso su sello en
 el 15M, pero también jóvenes trabajadores en precario y desempleados 
han visto en el voto a Podemos la mejor opción para dejar constancia, 
con más claridad y rotundidad, de su rechazo a la derecha, a los 
recortes, a la represión y a la podredumbre institucional burguesa. Y 
todo eso a pesar de que, junto a ideas claras y concretas, que han 
conectado con el sentimiento y la experiencia de cientos de miles, 
también se ha esgrimido por muchos dirigentes de Podemos un lenguaje 
confuso e interclasista, lleno de fórmulas como “ni izquierda ni 
derecha, sino los de abajo contra los de arriba”, o apelaciones al 
“patriotismo de europeos del sur”. Algo que, lejos de ser un punto 
fuerte, como piensan algunos de sus ideólogos, es un punto débil que 
puede pasar factura en el futuro. 
¡Por el Frente de Izquierdas! ¡Por la transformación socialista de la sociedad 
Estas elecciones son un triunfo de la 
izquierda que lucha y, sobre todo, indica el tremendo potencial que hay 
para levantar una auténtica alternativa socialista y anticapitalista de 
masas. Desde la Corriente Marxista El Militante defendemos que el camino
 para derrotar a la derecha, para cambiar completamente la situación en 
beneficio de la población está abierto gracias a la tremenda 
movilización social ¡Y hay que aprovecharlo! Es la hora de construir un 
gran FRENTE DE IZQUIERDAS, que integre a Izquierda Unida, a Podemos, a 
los movimientos sociales, a la izquierda de las nacionalidades 
históricas. Una unidad de la izquierda, no para disolvernos en los 
mecanismos de esas instituciones que están completamente alejadas de 
nuestros intereses, sino para representar a la mayoría explotada y 
defender un programa en su beneficio. Un programa que debe tener como 
ejes los que el propio movimiento ha demandado en las grandes luchas: 
 
En los últimos años, los efectos de la 
crisis capitalista, la ofensiva salvaje de la burguesía contra los 
derechos sociales conquistados y la experiencia de la lucha de masas, 
han provocado un profundo cambio en la conciencia de millones de 
trabajadores, de jóvenes, de desempleados, de sectores de las capas 
medias empobrecidas. Estas elecciones reflejan que la posibilidad de 
derrotar a la derecha y detener su ofensiva, tanto en la calle como en 
las urnas, es perfectamente real, y que esta derrota sería un paso 
decisivo en la transformación socialista de la sociedad y la conquista 
de la auténtica democracia con justicia social. 
¡Únete a la Corriente Marxista Revolucionaria! | 
 
 
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