Relaciones Cuba-EE.UU. actuales en el contexto de dos “nuevos órdenes mundiales” opuestos.* Por Arnold August
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 Existen
 en la actualidad dos “nuevos órdenes mundiales” opuestos. Uno de ellos,
 el “Nuevo Orden Mundial”, está liderado por los Estados Unidos en 
alianza con la Unión Europea. Este orden fue iniciado por el presidente 
Woodrow Wilson después de la Segunda Guerra Mundial. Con la caída de la 
URSS, el presidente Gorbachov y el presidente George H. W. Bush 
adoptaron y, posteriormente, desarrollaron su “Nuevo Orden Mundial”. A 
partir de la elección del presidente Chávez en Venezuela en 1998, surgió
 un nuevo movimiento basado en la integración de América Latina y el 
Caribe. Esta nueva particularidad se expandió más allá de la región, lo 
que llevó a hacer alianzas políticas, comerciales y de cooperación con 
Rusia, China e Irán. En América del Sur, Brasil es uno de los cinco 
países que forma parte del grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y 
Sudáfrica). BRICS, con lazos estrechos en la región al sur del Río 
Grande, sirve también de base a este nuevo orden mundial en competencia 
con los demás. Esta nueva alianza no persigue hegemonía mundial, como es
 el caso del nuevo orden mundial original. Su objetivo consiste en abrir
 espacios para un mundo multipolar. 
Los 
Estados Unidos y sus aliados no se han quedado de brazos cruzados. En 
este contexto, su nueva política táctica hacia Cuba desempeña un papel 
importante.
Este ensayo
 examina esencialmente la política de los Estados Unidos posterior al 
17D hacia Cuba y América Latina, menciona los posibles efectos 
favorables para el “nuevo orden mundial” emergente y plantea sus 
factibles consecuencias peligrosas. 
- Obama planta la semilla de una nueva política con Cuba en su calidad de jefe de una nación que se ha comprometido a restablecer un nuevo orden geopolítico mundial con carácter unipolar
- El brote del “nuevo orden mundial” fundado sobre un mundo multipolar
- El papel que Obama desempeña en el marco de los esfuerzos destinados a suprimir la multipolaridad: Cuba y América Latina
- Las relaciones Cuba–EE.UU.: Los retos que se anuncian para Cuba y América Latina
a) Injerencia en América Latina
b) Resistencia en América Latina
c) Cuba: la “excepción”
Obama planta la semilla de una nueva política con Cuba en
 su calidad de jefe de una nación que se ha comprometido a restablecer 
un nuevo orden geopolítico mundial con carácter unipolar 
Los 
académicos, escritores y periodistas en América Latina y el Caribe 
perciben y analizan a Obama como presidente en formas diversas. El 
presente ensayo plantea, por el sistema político de los Estados Unidos, 
que la característica más importante del fenómeno Obama es que él 
constituye un instrumento complaciente que transmite la voluntad del 
imperialismo estadounidense. El papel que desempeña es el de pasar a la 
ofensiva en nombre de la vasta mayoría de los círculos dominantes para 
volver a conquistar globalmente la influencia perdida. Así, Obama se 
esfuerza en restablecer un nuevo orden mundial unipolar, tesis sobre a 
cual reposa la mayor parte de esta sección y que forma parte de mi libro
 más reciente.[1]
En el 
período 2006-2007, numerosas señales provenientes de representantes de 
los círculos dominantes de los Estados Unidos indicaban que el país 
enfrentaba un serio problema. Se trataba de la credibilidad 
internacional. Zbigniew Brzezinski fue asesor de Seguridad Nacional del 
presidente James Carter, en su libro Second Chance: Three Presidents and the Crisis of American Superpower (Segunda oportunidad: Tres presidentes y la crisis de la superpotencia estadounidense),
 publicado en 2008, Brzezinski se refirió al “aislamiento de los Estados
 Unidos a escala global y las dudas existentes en el mundo sobre el 
liderazgo de Bush”. Igualmente expresó preocupación por el “creciente 
vínculo que se está estableciendo en América Latina entre el auge de la 
democracia [refiriéndose a países como Venezuela] y el aumento del 
sentimiento antiestadounidense”. Brzezinski menciona igualmente que 
George W. Bush “no interpretó correctamente el momento histórico… y 
socavó la posición geopolítica de los Estados Unidos”. América Latina 
estaba “tornándose populista y antiestadounidense”.
Durante las 
primarias demócratas de 2007 Brzezinski apoyó a Obama contra Hillary 
Clinton y justificó su decisión alegando que Obama “reconoce que el reto
 radica en modelar una “nueva cara” [y él tiene] tanto el 
coraje como la inteligencia para enfrentar ese tema [asuntos globales] y
 cambiar la naturaleza de las relaciones de los Estados Unidos con el 
mundo”.
Una de las 
primeras experiencias importantes de Obama en materia de política 
exterior tras su toma de posesión en enero de 2009 fue la Cumbre de las 
Américas de abril de ese año, celebrada en Trinidad y Tobago. Todos los 
países de las Américas fueron invitados, excepto Cuba, que fue expulsada
 unilateralmente de la Organización de Estados Americanos (OEA) en 1962 a
 causa de su ideología marxista-leninista, definida por la OEA como 
contraria a su carta democrática. La condición de miembro de ese 
organismo determina la lista de países invitados a la Cumbre de las 
Américas.
El 13 de 
abril, y solo a cuatro días de la inauguración de la Cumbre, la Casa 
Blanca emitió su anuncio relativo a la “serie de cambios” en la política
 de los Estados Unidos hacia Cuba. El rasgo principal del cambio de 
política “Extendiendo la mano al pueblo cubano” era “apoyar…su deseo de 
determinar libremente el futuro de su país… El presidente Obama cree que
 estas medidas ayudarán a hacer realidad ese objetivo”.
Las 
diferencias de Obama con anteriores políticas de los Estados Unidos no 
consistían en iniciar un cambio significativo hacia la normalización de 
relaciones. Su propósito, basado sobre las ilusiones creadas con 
respecto al sistema bipartidista, era cambiar las tácticas, ya que “no 
habían logrado alcanzar el mismo objetivo del cambio de régimen”.
Lo que ha 
cambiado son las tácticas; la argucia es la nueva cara. El plan difiere 
del de la política de Bush, del cual la única queja de Obama es que “no 
funcionó”.
Sería 
ingenuo pensar que hay incluso una pizca de buenas intenciones, como 
puede inferirse de las citas de la Casa Blanca mencionadas 
anteriormente. Cuba, por su parte liderada por el Presidente Raúl Castro
 con la plena y talentosa obra del Ministerio de Relaciones Exteriores 
(MINREX), su Ministro Bruno Rodríguez y la Directora de Asuntos EE.UU.
 de la cancillería cubana, Josefina Vidal y otros funcionarios han hecho
 todo lo posible para promover el intercambio mutuo en varias esferas, 
tales como el combate al terrorismo, la lucha contra el narcotráfico en 
el Caribe, la inmigración y otros temas. Los “cambios” realizados por 
Obama no son “modestos”; por el contrario, representan el propósito más 
bien audaz de intentar, una vez más, derrocar el sistema político de Cuba mediante otras tácticas. La
 posición sostenida por algunos de que el bloqueo tal como era en la 
época de Bush “no funcionó” es una suposición peligrosa, porque da lugar
 a nuevos métodos que sí funcionarían.
¿Cuáles son las nuevas tácticas ad hoc para concretizar el objetivo de largo plazo de los EE.UU.?
En relación 
con Cuba, los hechos demuestran que la Administración Obama está 
aplicando las mismas políticas de largo plazo de Bush y tiene el mismo 
objetivo a largo plazo que el de los actuales republicanos, incluso los 
republicanos cubanoamericanos más “halcones” en el Congreso. Esta 
política remonta a los primeros días de la Revolución de 1959, o sea, su
 objetivo es derrocar al sistema cubano.
El único 
tema que se debate son las tácticas, como demuestra una declaración de 
Hillary Clinton, Secretaria de Estado. El 10 de marzo de 2011, en 
representación de Obama ella asistió a una sesión del subcomité de 
Asignaciones para Operaciones Estatales, Foráneas y Programas Afines de 
la Cámara de Representantes del Congreso de los Estados Unidos. En 
respuesta a un republicano cubanoamericano miembro de este subcomité 
—que hizo una pregunta acerca de la viabilidad de los cambios de Obama 
sobre viajes familiares y remesas para alcanzar los objetivos de los 
Estados Unidos en Cuba—, Clinton dijo: “Ciertamente podemos discrepar en
 cuanto a las tácticas, pero estamos totalmente de acuerdo en lo que 
estamos tratando de alcanzar en términos de objetivos [derrocar “los 
Castros” en las palabras del republicano].”
En la Cumbre
 de las Américas, celebrada en Trinidad y Tobago en 2009, Venezuela, 
Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Argentina y otros países expresaron su 
oposición a la política de Obama hacia Cuba; sin embargo, el ambiente 
general en la propia Cumbre y posteriormente a esta fue de moderada 
oposición. El conflicto en torno a Cuba bajó de tono con un ambiente de 
“cambio” flotando sobre la Cumbre, o una nueva era de relaciones 
positivas entre los Estados Unidos y América Latina. El resultado de la 
Cumbre fue, realmente, un arreglo, ya que la declaración final fue una 
ofensa para Cuba. Por eso, y por otras razones, los asistentes no la 
firmaron.
La primera 
victima en el transcurso de este breve período caracterizado por las 
ilusiones respecto a Obama fue Honduras. El país, dirigido por el 
Presidente Manuel Zelaya, era miembro del ALBA. La Alianza Bolivariana 
para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos
 o ALBA-TCP (en ocasiones denominada extraoficialmente por su nombre 
inicial Alianza Bolivariana para América o ALBA) es una organización 
internacional de ámbito regional, enfocada para los países de América 
Latina y el Caribe que pone énfasis en la lucha contra la pobreza y la 
exclusión social con base en políticas de izquierda progresistas. El 
ALBA se creó en La Habana el 14 de diciembre de 2004 entre presidentes 
Fidel Castro y Hugo Chávez. Creció con otros países como Honduras con su
 Presidente Manuel Zelaya. Ahora tienen países miembros como Cuba, 
Venezuela, Ecuador, Bolivia y Ecuador y otros.
En junio de 
2009, un golpe de estado militar organizado por la Administración Obama 
en contubernio con sus aliados hondureños militares y los políticos de 
derecha derrocaron al gobierno constitucional dirigido por Zelaya.
Obama, con 
su don de la palabra y la imagen de “cambio” hizo una “jugada” 
moviéndose entre dos posiciones. Una estaba supuestamente en contra del 
golpe y expresaba esta “oposición” con un discurso que cambiaba a menudo
 para diluirse en una postura sin sentido. La otra, en términos 
realmente prácticos, se oponía al regreso de Manuel Zelaya a 
Honduras como presidente democráticamente electo, lo que constituía, en 
realidad, la prueba decisiva de la oposición al golpe. Con estas 
tácticas Obama sirvió al objetivo de intentar superar la desastrosa 
pérdida de credibilidad de los Estados Unidos y reducir el sentimiento 
antiestadounidense en el área. No fue la actitud de matón tipo Bush la 
que llevó a cabo el golpe de Estado en Honduras, sino más bien la más 
aceptable nueva cara del imperio. Los hechos demuestran, sin embargo, 
que Obama apoyó plenamente el golpe.[2]
El brote del “nuevo orden mundial” fundado sobre un mundo multipolar
La Comunidad
 de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), fue creada en Caracas,
 República Bolivariana de Venezuela días 2 y 3 de diciembre de 2011. 
CELAC es un organismo intergubernamental de ámbito regional, que 
promueve la integración y desarrollo de los países que la conforman.
La fundación
 de este organismo está directamente ligada a la elección de Hugo Chávez
 en diciembre de 1998. Hasta ese entonces Cuba había sido el actor 
principal bajo el mando de Fidel Castro, quien se movilizó contra la 
injerencia estadounidense por la independencia, soberanía y dignidad 
latinoamericana ya desde enero de 1959. El ALBA desempeñó un papel 
importante para hacer avanzar este momento histórico con la creación de 
la CELAC, sueño que Bolívar y Martí acariciaran. Treinta y tres países 
al sur Río Grande conforman este organismo, que del continente excluye a
 los Estados Unidos y Canadá.
La población
 total de los países integrados en la CELAC rondaría los 600 millones de
 habitantes y el territorio una extensión de más de 20 millones de 
kilómetros cuadrados. Con un PIB de aproximadamente 7 billones de dólares EE.UU.
 a precios de poder adquisitivo (incluidos los nuevos territorios 
tomados en cuenta), CELAC es la tercera potencia económica a nivel 
mundial, además del mayor productor de alimentos del mundo y el tercer 
productor en importancia de energía eléctrica.
De igual 
importancia internacional es que la CELAC ha estado desarrollando nexos 
económicos y políticos con otras potencias mundiales destacadas. Un 
ejemplo notable es el de China. El director general de América Latina y 
el Caribe del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Zhu 
Qingqiao, precisó que China, América Latina y el Caribe comparten los 
mismos sueños y cuentan con un gran potencial para profundizar la 
cooperación.[3]
Otro ejemplo es el de Rusia. La Declaración conjunta de la CELAC – Federación de Rusia, del 29 septiembre de 2015 estipula:
“Establecimiento
 del Mecanismo Permanente del Diálogo Político y de Cooperación entre la
 CELAC y la Federación de Rusia….Para ello:… Se promoverá el diálogo 
político con el propósito de contribuir a un orden internacional 
transparente, democrático, justo y equitativo…”[4]
Ante este 
panorama internacional de rápida evolución, en el que Venezuela es uno 
de los elementos motores, el gobierno de los Estados Unidos no se ha 
quedado de brazos cruzados. En Venezuela entre 2013 y 2014, la mano de 
Obama en el esfuerzo por desestabilizar la situación en el país es 
evidente. Él y su gobierno se negaron a reconocer las primeras 
elecciones presidenciales celebradas y ganadas por Nicolás Maduro el 14 
de abril de 2013. Esas elecciones presidenciales fueron las primeras 
realizadas desde el fallecimiento de Hugo Chávez en marzo de 2013. La 
falta de reconocimiento por parte de los Estados Unidos condujo, 
finalmente, a una serie de eventos. El primero ocurrió el 15 de abril de
 2013, y luego con más violencia e injerencia otros a partir de febrero 
del 2014. Estos incidentes han sido inspirados y orquestados por Obama, 
con el objeto de derrocar al Presidente constitucional y desafiar todo 
el orden constitucional.”[5] 
El papel que Obama desempeña en el marco de los esfuerzos destinados a suprimir la multipolaridad: Cuba y América Latina
La 
declaración de Obama y los documentos emitidos por la Casa Blanca el 17 
de diciembre de 2014 que anunciaban el restablecimiento de las 
relaciones diplomáticas y la apertura de las embajadas señalan muy 
claramente que la política de Cuba aislaba a los Estados Unidos más que a
 Cuba y que dañaba la imagen del país norteño y su influencia en América
 Latina. Esto se ha suscitado en varias ocasiones desde entonces y su 
origen data de su nueva política hacia Cuba de 2009, tal como se indica 
anteriormente. En diferentes ocasiones la Administración Obama se ha 
lamentado de todas las heridas que se ha infligido a sí misma y sus 
repercusiones, tal como la ausencia de relaciones diplomáticas, 
embajadas cerradas y el bloqueo. 
De manera 
que Washington decidió de una vez por todas cambiar de táctica respecto a
 Cuba. No obstante, en lo que concierne al bloqueo solo se han 
modificado algunos de sus aspectos. Estos consisten en algunas medidas 
importantes y positivas pero de alcance limitado que sobre todo sirven a
 los intereses estadounidenses. Una diversidad de medidas ejecutivas 
bajo el control del presidente no se han ejecutado. Por su parte el 
Gobierno cubano, desde el 17 de diciembre de 2014 hasta la visita de 
Obama en marzo de 2016, no ha dejado pasar oportunidad alguna de emitir 
críticas severas sobre los Estados Unidos. Sus críticas se centran en 
esa política cada vez más rígida acompañada de multas severas contra 
instituciones financieras que cuentan con sede fuera de los EE.UU., tal como en Europa, lo cual recalca la naturaleza extraterritorial cruel del bloqueo por parte de los Estados Unidos.
Desde 
entonces, el encuadre estadounidense ha sido consolidado y denota con 
mayor evidencia su relación con la desazón de Washington relativa al 
humillante estatuto de un nuevo orden mundial unipolar.
Por ejemplo,
 en el discurso anual sobre el Estado de la Unión, pronunciado el 13 de 
enero de 2016, el presidente Obama reiteró su política sobre las 
relaciones Cuba-EE.UU. La 
alocución fue elaborada sobre la base de una nueva táctica a fin de 
conseguir el añejo objetivo de los Estados Unidos de aplastar la 
Revolución Cubana, pero ahora desde dentro y mediante un llamado al 
“pueblo cubano”. Según Obama:
“Cincuenta 
años de aislamiento a Cuba no habían servido para promover la 
democracia, lo que nos estancó en Latinoamérica. Por eso recuperamos las
 relaciones diplomáticas, (aplauso) abrimos las puertas a viajes y 
comercio, y nos posicionamos con el fin de mejorar las vidas del pueblo 
cubano”. (Aplauso.)
Obama apuntó
 directamente contra China y Rusia, que forman parte importante del 
cimiento de un nuevo mundo multipolar, en alianza creciente con América 
Latina y el Caribe.
“…y cuando 
se trata de asuntos internacionales importantes, la gente en el mundo no
 busca ayuda en Pekín o Moscú —nos llaman a nosotros”. (Aplauso.)
Parte de este comentario denota la competencia feroz de los EE.UU.
 por la hegemonía mundial, poniendo la vista en China y en Rusia. 
Durante su discurso y muy animado por el aplauso tradicional, criticó a 
Rusia (Crimea) e hizo lo mismo con China. Explicó como China fue, 
supuestamente, manipulada y dejada a un lado por el acuerdo Trans-Pacific Partnership (TPP) [Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica]. 
Obama continuó en el discurso anual sobre el Estado de la Unión:
“Estados 
Unidos de América es la nación más poderosa de la Tierra. Punto. 
(Aplauso.) Punto. No hay comparación. No hay comparación. (Aplauso.) No 
hay comparación. Gastamos más en nuestras fuerzas militares que las 
siguientes ocho naciones juntas”.[6]
Si se analiza la política de los EE.UU. hacia América Latina, uno debe guardar en mente todo esto.
Las relaciones Cuba–EE.UU.: Los retos que se anuncian para Cuba y América Latina
Mucho se ha 
dicho y escrito en Cuba y América Latina desde el 18 de febrero de 2016,
 fecha en que se anunció el viaje de Obama a Cuba, hasta la llegada 
efectiva de su séquito el día 20 de marzo. Durante su estancia de tres 
días en La Habana, la polémica llegó a su apogeo. Cuando partió hacia la
 Argentina, el debate no había disminuido; de hecho, se intensificó. Al 
momento de escribir estas líneas aún no se apacigua y es probable que 
las controversias persistan por algún tiempo.
Dada la vocación circunscrita del presente ensayo, solo cabe mencionar algunos puntos del debate.
a) Injerencia en América Latina 
La visita releva de la política Cuba–EE.UU.,
 lo cual se nota desde el primer mandato de Obama de “hacer las paces” 
con la Perla del Caribe a fin de recuperar el terreno que perdiera “en 
su patio trasero”. Esta nueva política es parte de la hostilidad 
estadounidense frente a la tendencia creciente de la multipolaridad, 
orden mundial en el cual la CELAC desempeña un papel primordial. La 
visita de Obama a La Habana no solo constituye la continuación de tal 
política, sino que también representa una ofensiva vista dentro del 
contexto del conjunto de políticas imperiales estadounidenses de 
dominación del mundo por medio de la fuerza o de subterfugios.
No fue mera 
casualidad que la segunda parte de la visita de Obama a América Latina 
en marzo de 2016 fuese a la Argentina. El objetivo era forjar nexos con 
el nuevo Gobierno de Macri que simpatiza con los Estados Unidos, así 
como fortalecer el nuevo caballo de Troya en América Latina. El 
resultado esperado por la Casa Blanca es lograr una reacción concatenada
 en la región, ya sea mediante la aparición de “ligeros golpes de estado
 parlamentarios” tal como el de Brasil o de actos de desestabilización 
violenta como los perpetrados en Venezuela (o una combinación de ambos 
como el golpe de estado que Obama realizó en Honduras en el año 2009) 
con el propósito de cimentar quintas columnas al sur de Rio Grande.
b) Resistencia en América Latina
Desde luego,
 es innegable, que ha habido una tendencia hacia la restauración del ala
 conservadora o de derecha, tal como se ha visto en la Argentina (en las
 elecciones de noviembre de 2015), en las elecciones de la Asamblea 
Nacional en Venezuela (en diciembre de 2015), en los resultados del 
referendo en Bolivia (en febrero de 2016) y actualmente (al momento de 
redactar estas líneas) las incursiones que se están realizando en 
Brasil. No obstante, en estos países se está desarrollando un movimiento
 de resistencia que contribuye objetivamente a la salvaguardia de las 
ganancias logradas en el ámbito de la multipolaridad geopolítica que se 
opone al nuevo orden mundial estadounidense.
Por ejemplo,
 en la Argentina, la resistencia se ha ido fortaleciendo desde el revés 
electoral de la izquierda. Incluso, las masas en rebelión, cada vez más 
numerosas, osaron demostrar su oposición a la visita de Obama, —en 
desafío al orden imperial. El escándalo internacional de los Papeles de 
Panamá que revelan el enredo del presidente Macri ha sido el factor que 
ha accionado el mecanismo acelerador. Y más recientemente, se está 
desarrollando un movimiento para defender a la ex Presidenta Cristina 
Fernández contra acusaciones prefabricadas.
A pesar de 
los contratiempos en los países antedichos, la CELAC continúa sus 
políticas de integración y medidas de oposición a la injerencia 
estadounidense. Por ejemplo, denunció la presión ejercida por los 
Estados Unidos en Venezuela mediante una Orden Ejecutiva que declaraba 
“una emergencia nacional con respecto a la amenaza inusual y 
extraordinaria para la seguridad nacional y la política exterior de los 
Estados Unidos.” Los treinta y tres países miembro de la CELAC adoptaron
 unánimemente la declaración a continuación:
“La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) expresa su rechazo a la aplicación de medidas coercitivas unilaterales contrarias al Derecho  Internacional.”[7]
Sostengo 
(junto con otros comentadores) que en Venezuela, a raíz del gran revés 
recibido como resultado de las elecciones legislativas del 6 de 
diciembre de 2015, este fracaso no significa que la Revolución 
Bolivariana haya muerto. Todo lo contrario, considero que la Revolución 
Bolivariana ha evolucionado desde 1998 como una fuerza material en el 
seno de la sociedad venezolana y de su sistema político. Dicha evolución
 rebasa los límites de las estructuras formales del sistema electoral. 
El guantazo solo sirve para fortalecer y cavar más la consciencia 
ideológica y política entre los chavistas respecto del imperialismo 
estadounidense y de sus aliados.
El Gobierno 
de Maduro está luchando por mantener la leyenda de Hugo Chávez mediante 
la creación de nuevas formas de democracia participativa dentro del 
contexto de la Constitución. Por consiguiente, la consciencia política 
se va enraizando y desarrollando. Este movimiento resultante, 
relativamente nuevo, provee un espacio a millones de venezolanos 
deseosos de desarrollar su consciencia política. Esto se está llevando a
 cabo al grado de que cualquier persona de los millones de chavistas 
podría confrontar hasta al presidente de los Estados Unidos y a sus 
aliados venezolanos en un debate público que tratara el tema de la 
injerencia de los Estados Unidos en su país y de las memorables 
realizaciones de la Revolución Bolivariana.
En Bolivia y
 Ecuador, se están dando movimientos similares, aunque menos 
espectaculares que el de Venezuela debido a la situación extremadamente 
tensa en ese país que posee grandes reservas de petróleo. En Honduras, 
desde el asesinato de Berta Cáceres, los miembros de la sociedad también
 continúan desarrollando su consciencia política y tildan al gobierno 
impuesto por los Estados Unidos de responsable del asesinato político. 
c) Cuba: la “excepción” 
¿Cómo 
encuadra Cuba en esto? En Cuba, la situación es totalmente opuesta. El 
Gobierno de los Estados Unidos está haciendo todo lo posible por 
destruir la Revolución Cubana no desde fuera, sino cada vez más desde 
dentro. No le queda otro remedio sino adoptar este método dado que el 
poder revolucionario en Cuba ha estado bajo el control del pueblo desde 
1959. La soberanía en manos del pueblo no se comparte con fuerzas 
basadas en la extranjera. A pesar de sus desperfectos, hay, como dicen 
los cubanos, necesidad de mejoras; sin embargo, el poder es estable. Por
 más de cinco décadas, la inmensa mayoría del pueblo cubano ha sabido 
resistir a la invasión de Playa Girón en 1961 y a la violencia y terror 
que el gobierno de los Estados Unidos sembró desde 1959 hasta los años 
90. Estas incursiones que son abiertamente de carácter militar se 
combinan con tácticas “suaves” vinculadas a programas de “promoción de 
la democracia”. Sin embargo, han fallado en encontrar los medios 
eficaces para desestabilizar el Poder Popular Cubano dirigido por Fidel 
Castro, Raúl Castro, el Partido Comunista de Cuba y el gobierno 
revolucionario cubano.
Sin embargo 
con la emergencia de la nueva cara del imperialismo acompañada de su 
remozada política de relaciones con Cuba, existe otro desafío aún no 
enfrentado a tal escala. Esto se ha reflejado en la visita de Obama y la
 amplitud de sus ecos dentro y fuera de Cuba.
Tanto antes 
como durante la visita y desde entonces, esta ha desatado una guerra 
mediática y política sin precedentes contra la cultura socialista, el 
sistema político y la soberanía de Cuba. Esta visita fue estructurada 
por Obama en su forma y contenido: desde su conferencia de prensa 
conjunta con Raúl Castro y su discurso público al pueblo cubano, pasando
 por sus reuniones con los diferentes sectores de la sociedad cubana y 
acompañada por una cobertura de prensa internacional adecuada. El 
contenido fundamental deriva de lo que Obama califica de falta de 
democracia en Cuba, de respeto de los derechos humanos, de libertad de 
prensa y de expresión y de barrera a las “empresas privadas”.
Sin embargo, por vez primera, esto tuvo lugar en
 Cuba. Obama se dirigió cautelosamente a quienes considera como aliados 
naturales, a aquéllos a quienes espera transformar en caballo de Troya 
para introducirse en Cuba. Esto ocurría al tiempo, en que el Gobierno de
 Cuba y el Ministerio de Relaciones Exteriores se esforzaban en trazar 
rutas para ejercer la cooperación mutua y actividades comerciales, tal 
como lo hicieran desde el inicio de este nuevo proceso, a fin de hacer 
un éxito de este viaje, lo cual se logró.
La 
resistencia cubana a esta guerra cultural es única y prácticamente sin 
precedente. Cuba no es una sociedad políticamente homogénea. Los 
políticos estadounidenses en el poder y los medios masivos de 
comunicación pretenden que la “diversidad” en Cuba solo se encuentra 
entre sus aliados o socios potenciales, en aquéllos que se oponen a un 
bloque ideológico y político supuestamente monolítico. Ese pensamiento 
uniforme nunca ha existido en Cuba. Quizás, como nunca antes, todo el 
período relativo a la visita se ha caracterizado por un intenso debate 
dentro de las fuerzas revolucionarias. En diferentes grados hay quienes 
conservan la ilusión de la visita de Obama y, desde luego, de todo el 
fenómeno que lo envuelve. Otras personas se sienten menos atraídas por 
ese aspecto. Y los hay quienes han cambiado de postura a lo largo de 
este proceso de controversia. Esto se aceleró e intensificó durante la 
estadía de tres días, lo cual prosigue desde entonces. De momento, esta 
dinámica no da señas de quedarse atrás. 
Conclusión
El emergente
 mundo multipolar está librando una lucha de vida o muerte para no ceder
 ante las presiones políticas, ideológicas y militares del gobierno de 
los Estados Unidos, el cual trata de imponer su orden mundial unipolar 
en la medida de lo posible. De manera que, nos guste o no, los Estados 
Unidos están al centro de esta batalla, que está afectando el futuro del
 mundo. El trabajo que he venido elaborando desde hace años sobre el 
sistema ideológico y político de los Estados Unidos demuestra que el 
mayor peligro que corre la población mundial es abrigar ilusiones sobre 
el sistema bipartidista estadounidense. Esas ideas se inspiran de la 
noción falsa de que el sistema bipartidista y las elecciones pueden 
suscitar cambios fundamentales en la política extranjera de los Estados 
Unidos. Si bien pudieran darse algunos reajustes, tal como en el caso de
 la actual política hacia Cuba, la estrategia estadounidense no ha 
cambiado. El fenómeno Obama es el epítome de este mal entendido.
Uno pudiera 
decirse que ya no hay necesidad de lidiar con Obama, puesto que su 
mandato está por terminar. Aunque queden ocho meses, mucho puede ocurrir
 en ese lapso, ya que América Latina y el Caribe están inmersos en 
grandes desórdenes. Por consiguiente, lo que queda de 2016 podría ser 
determinante en la lucha entre los dos órdenes mundiales que se oponen.
[1]Cuba y sus vecinos: democracia en movimiento, Arnold August, Ciencias Sociales, La Habana, 2015.
[2] “Obama y el golpe de Estado en Honduras,” Arnold August, octubre de 2011.
[3] “China, A. Latina y el Caribe con potencial para más cooperación,” teleSUR, 4 de febrero de 2015. http://www.telesurtv.net/news/China-A.-Latina-y-el-Caribe-con-potencial-para-mas-cooperacion-20160204-0053.html
[4]
 “Declaración conjunta de la CELAC – federación de Rusia,” Sistema 
Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA), octubre de 2015.http://www.sela.org/media/1998332/declaracion-celac-rusia-2015.pdf
[5] “La mano de Washington en los “golpes electorales” en Venezuela,” Arnold August, Cubadebate, 23 de diciembre de 2015.http://www.cubadebate.cu/opinion/2015/12/23/la-mano-de-washington-en-los-golpes-electorales-en-venezuela/
[6] “Comentarios del Presidente Barack Obama Discurso sobre el Estado de la Unión,” The White House, 12 de enero de 2016. https://www.whitehouse.gov/the-press-office/2016/01/12/comentarios-del-presidente-barack-obama-discurso-sobre-el-estado-de-la
“Remarks of President Barack Obama – State of the Union Address As Delivered,” The White House, 12 de enero de 2016. https://www.whitehouse.gov/the-press-office/2016/01/12/remarks-president-barack-obama-%E2%80%93-prepared-delivery-state-union-address
[7] “Inició décima Cumbre de Celac en República Dominicana,” teleSUR, abril 1de 2016.http://www.telesurtv.net/news/Inicio-decima-Cumbre-de-Celac-en-Republica-Dominicana-20160401-0039.html
“CELAC rechaza prórroga del decreto de EE.UU. sobre Venezuela,” Cubadebate, 2 de abril de 2016. http://www.cubadebate.cu/noticias/2016/04/02/celac-rechaza-prorroga-del-decreto-de-eeuu-sobre-venezuela/
*Este 
ensayo es una versión ligeramente modificada y corregida para su 
publicación en el blog Dialogar, dialogar administrado por Dr. Elier 
Ramírez Cañedo. El ensayo es basado en la ponencia impartida por Arnold 
August en el XII Seminario de Relaciones Internacionales: “ISRI 2016” 
del Instituto Superior de Relaciones Internacionales “Raúl Roa García”. 
 El Seminario se celebró en La Habana, del 27 al 29 de abril de 2016, 
bajo el lema “CONTINUIDAD Y CAMBIOS EN LAS RELACIONES INTERNACIONALES”
* Arnold August, Periodista y conferencista canadiense, el autor de los librosDemocracy in Cuba and the 1997–98 Elections y más recientemente, Cuba y sus vecinos: Democracia en movimiento. En Twitter: @Arnold_August  Su sitio web:www.lademocracia.com
 
