Los grandes medios de comunicación parecen 
coincidir alrededor de que en un país como Cuba no existen la libertad 
de expresión y el pluralismo mientras que estos sí abundan en la prensa 
capitalista. Sin embargo, algo extraño parece estar ocurriendo al 
respecto en los últimos días  a raíz de la retirada de los más de 8 000 
profesionales de la salud cubanos que laboraban en el programa Más 
Médicos en Brasil, luego de que el Ministerio de Salud de Cuba declarara
 que el Presidente electo de ese  país Jair
 Bolsonaro, "con referencias directas, despectivas y amenazantes a la 
presencia de nuestros médicos, ha declarado y reiterado que modificará 
términos y condiciones del Programa Más Médicos, con irrespeto a la 
Organización Panamericana de la Salud y a lo convenido por esta con 
Cuba".
Mientras los medios de comunicación cubanos 
han recogido, tanto desde Brasil como a su llegada a Cuba, a donde ya 
han retornado más de 2000, las declaraciones de cientos de esos galenos,
 la prensa que se dice objetiva sólo ha podido entrevistar a dos con 
nombres y apellidos que, casualmente, han decidido no regresar a la 
Isla. Otros que no "desean identificarse", o el tuit de algún troll con 
una cuenta recién creada han sido los escasos testimoniantes de los 
defensores de la libertad de expresión que no dan derecho a la palabra a
 la mayoría que ha  decidido regresar a su país, incluyendo aquellos que
 habiendo hecho familia en Brasil podrán establecerse allí sin 
restricción alguna de las autoridades cubanas.  
A quien sí dieron voz sobre el asunto esos 
medios de comunicación fue al Vicepresidente de Bolsonaro, General  
Hamilton Mourão, quien afirmó a la agencia estadounidense AP "creo que la mitad no vuelve".
 Pero AP no recordó a sus lectores que Mourão es el mismo que declaró el
 pasado septiembre, refiriéndose a sus correligionarios, que  "los 
profesionales de la violencia somos nosotros" y describió a su nieto 
como "un chico bonito, mírenlo ahí: blanqueo de raza". 
Durante la campaña electoral Hamilton Mourão enalteció al coronel Carlos Alberto Brilhante Ustra,
 uno de los más conocidos torturadores y asesinos de la dictadura 
militar que gobernó Brasil de 1964 a 1985. "Los héroes matan", dijo 
Mourão sobre Brilhante Ustra, célebre por colocar a una prisionera 
desnuda y recién torturada con electricidad en la vagina y los pechos 
ante los hijos de esta de apenas cuatro y cinco años.
Con semejante inversión de valores, que 
considera héroes a torturadores y asesinos, es obvio que los médicos 
cubanos que perseveran en salvar las vidas de quienes no han podido como
 el Vicepresidente electo de Brasil "adelantar la raza", deben ser 
grandes villanos. Lo asombroso es que la objetiva "prensa libre" no nos 
ponga en contexto al augur que utiliza para reforzar su nada neutral 
postura en este tema. 
Por cierto, no se dice nada nuevo si se 
afirma que Michel Temer, llegado al gobierno brasileño tras la 
cuestionada destitución de la Presidenta Dilma Rouseff, es un neoliberal
 confeso, las medidas que ha implementado desde su ascenso a la máxima 
magistratura así lo prueban. Tampoco se revela ningún secreto si se 
califica a Bolsonaro y su Vicepresidente de ultraliberales, los anuncios
 de lo que harán tras asumir el gobierno no dejan logar a dudas sobre 
ello, lo que supone reducción de presupuestos de salud y educación y 
grandes privatrizaciones. No obstante, gracias a la denuncia cubana, 
tanto el gobierno saliente como el entrante aparecen ahora preocupados 
por conservar un programa social instalado por sus adversarios del 
Partido de los Trabajadores, y un decreto del gobierno de Temer ha 
pretendido sustituir a los médicos cubanos por galenos brasileños, pero 
lo cierto es que apenas un 8% de médicos brasileños convocados se presentó para sustituir a los cubanos, quienes trabajaban mayoritariamente en lugares donde nunca llegó un profesional de la salud nativo. 
El escritor brasileño Fernando Morais lo había anticipado muy gráficamente
 cuando afirmó "los médicos olorosos y limpiecitos que hacen cursitos 
caros en facultades caras aquí en el Sudeste, jamás aceptarán poner sus 
pies allá."
 
 
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