Debate de investidura Sánchez e Iglesias negocian un cambio de la estructura y una vicepresidencia para Podemos
El candidato se resistía a ceder una vicepresidencia 
al partido morado y ministerios de Estado, pero finalmente el presidente
 en funciones estudia un nuevo organigrama y aumentar hasta 21 el número
 de ministerios. Los acuerdos de los Presupuestos, claves en la 
negociación programática. El dirigente socialista ha dicho a Iglesias 
que no habrá otra oportunidad en septiembre.
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias tras la firma, en La Moncloa, del acuerdo sobre los Presupuestos Generales del Estado para 2019.
FERNANDO.CALVO
A contrarreloj. PSOE y Unidas Podemos están ultimando un acuerdo de Gobierno y para la investidura de Pedro Sánchez,
 con el objetivo de llegar a un pacto cerrado el próximo jueves, segunda
 jornada de votación, donde el candidato socialista sólo precisará de 
más votos a favor que en contra para resultar investido.
Y la negociación se está llevando a dos niveles muy diferenciados. Por una lado, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias
 estuvieron hablando durante todo el domingo del gobierno, su estructura
 y la incorporación de miembros de la formación morada al Ejecutivo. 
Podemos ha reclamado una presencia en el Consejo de Ministros 
proporcional a su representación política y aspira , al menos, a cinco 
ministerios. Además, siempre ha estado entre sus pretensiones una 
vicepresidencia. El candidato, según fuentes consultadas, no tiene tan 
decidido que aceptara una vicepresidencia a cargo de Unidas Podemos, 
pero finalmente está abierto a asumirlo, según fuentes consultadas.  
Tampoco se conoce cuál será el número de ministerios que queden en manos
 de dirigentes del partido de Iglesias, que podría estar entre tres y 
cinco.
Lo que se está estudiando en ese nuevo organigrama es que Sánchez aumente
 el número de ministerios —actualmente hay diecisiete— y llegar hasta 
21, según apuntan algunas fuentes, lo que facilitaría que la formación 
morada tuviera más carteras. Sánchez, nada más llegar al Gobierno, 
también planificó un Ejecutivo con más ministerios, pero le convencieron
 en el último momento.
De hecho, por este motivo, el candidato incumplió 
promesas hechas en campaña como la de crear un ministerio exclusivo de 
Igualdad —se buscó la solución de incorporarlo a las tareas de 
vicepresidencia— o de Juventud, que también lo deslizó Sánchez en varios
 mítines.
"Vivienda o Migraciones podrían ser dos carteras nuevas que estuvieran en manos de Podemos"
Los
 nuevos ministerios serían áreas desgajadas de las actuales, como 
podrían ser Vivienda o Migraciones, dos carteras que gustarían a la 
formación de Iglesias.
También está descartado que dirigentes de Podemos asuman los llamados ministerios de Estado —Justicia, Defensa, Interior o Hacienda— a lo que parece que ha accedido Iglesias, que busca un mayor protagonismo en el área social.
Los nombres y el organigrama será lo que tengan que cerrar Sánchez e Iglesias para que fructifique finalmente el acuerdo, ya que el tema programático hay más sintonía entre ambos partidos.
Los equipos de ambos partidos, encabezados por Adriana Lastra y Carmen Calvo por parte del PSOE; y por Pablo Echenique
 por parte de Unidas Podemos, están trabajando sobre un programa común, 
cuya columna vertebral son los acuerdos alcanzados en los Presupuestos y
 que no se llevaron a cabo, al ser rechazadas por el Congreso las 
Cuentas del Estado.
Fuentes socialistas admiten que hay diferencias en 
algunos temas, pero no ven difícil alcanzar un acuerdo de mínimos, 
cediendo las dos partes. No obstante, desde el PSOE al menos, se ha 
optado por no informar de las negociaciones hasta que no haya una 
posición definitiva.
Lo que aseguran con toda rotundidad desde el PSOE es 
que será ahora o nunca, porque no habrá otra oportunidad en septiembre, y
 admiten en que se muestran esperanzados en que se consiga, "aunque sea 
el jueves de madrugada", apuntan. Este mensaje, aseguran las fuentes 
consultadas, se lo ha transmitido directamente Sánchez a Iglesias.
Buena voluntad
Desde el PSOE se insiste en que para que todo llegue
 a buen puerto tiene que haber "buena voluntad", y que no se repitan 
esas actitudes de Unidas Podemos de querer presentarse como el aladí de 
la izquierda o que se cuestione la independencia de Pedro Sánchez frente
 a los llamados poderes fácticos, una acusación que molesta 
especialmente a los socialistas. Y, desde Podemos, como han dicho en 
reiteradas ocasiones sus dirigentes, no quiere ver esa actitud 
prepotente del PSOE y de cierto ninguneo a las formación de Iglesias, 
tanto a sus propuestas como a sus dirigentes. No aceptarán que los 
socialistas quieran negociar desde la superioridad y con imposiciones 
cerradas. "Sobran ya las descalificaciones", dicen desde la dirección 
socialista.
Lo que es seguro es que este lunes, a las 12.00 horas, se subirá Pedro Sánchez a
 la tribuna del Congreso de los Diputados para solicitar la confianza de
 la Cámara Baja para ser investido presidente del Gobierno. En unas 
condiciones muy distintas a las de hace apenas 72 horas.
La renuncia de Pablo Iglesias
 a entrar en el Gobierno, como le pidió Sánchez, ha abierto el camino 
para el acuerdo entre PSOE y Unidas Podemos que, sin estar cerrado del 
todo, parece impensable que tenga marcha atrás.
Un discurso progresista
De hecho, el discurso que preparaba Sánchez y su 
equipo con esmero, destinado a solicitar la abstención de todos por 
responsabilidad y para facilitar la gobernabilidad del país, pasará a un
 segundo plano. No es que Sánchez vaya a renunciar a reprochar las 
incongruencias del PP con respecto a lo que ellos pidieron al PSOE hace 
tres años en el caso de Mariano Rajoy; ni que no denuncie que 
Ciudadanos ha perdido sus señas de un partido centrista y que apostaba 
por la regeneración para echarse al monte, pero es evidente que estos 
mensajes tienen menos fuerza si hay un pacto previo con Unidas Podemos.
Por ello, Sánchez hará un discurso
 defendiendo los postulados de un Gobierno progresista, haciendo 
hincapié en un crecimiento económico con justicia social, poniendo el 
énfasis de sus políticas en el empleo de calidad, la transición 
energética, las reivindicaciones feministas o la lucha contra el cambio 
climático. No por ello dejará de tender la mano a PP y Ciudadanos para 
los grandes Pactos de Estado, que el candidato a presidente del Gobierno
 pretende alcanzar a lo largo del a legislatura.
Sánchez, además, quiere hacer un discurso este lunes
 que llegue la ciudadanía progresista, y que despierte esa ilusión que 
se generó el 28 de abril y que se ha visto truncada estos meses. No 
obstante, el propio Sánchez sabe que hasta el jueves 23, en torno al 
mediodía, no sabrá si será presidente de Gobierno.
 

 
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