Llamamiento a la Campaña: Día Internacional de los Crímenes Estadounidenses Contra la Humanidad
En agosto de 2018, el Presidente de 
Bolivia, Evo Morales, anunció al mundo una Campaña promovida por un 
grupo de intelectuales latinoamericanos para declarar el día 9 de agosto
 como Día Internacional de los Crímenes Estadounidenses Contra la Humanidad. En ese día de 1945, EEUU lanzó su segunda bomba atómica sobre la ciudad japonesa de Nagasaki.
Este llamamiento fue muy bien acogido
 y apoyado por la población latinoamericana y la dirigencia de los 
países que han sufrido y están sufriendo el hostigamiento incesante y 
criminal del imperialismo norteamericano para imponer su dominio 
absoluto en el hemisferio.
Por el contrario, este llamamiento 
apenas tuvo eco en los países centrales, en particular, en aquellos como
 el estado español en los que, siendo potencias subordinadas, sus 
actores políticos, jurídicos, empresariales, mediáticos y militares, 
juegan un papel esencial de complicidad y participación en la guerra que
 libra el imperialismo contra los países que no se someten.
El Frente Antiimperialista 
Internacionalista sostiene que la guerra imperialista abarca todo tipo 
de intervenciones sobre quienes dificultan impiden o se resisten a la 
dominación de los EEUU y sus aliados: guerra económica, guerra 
mediática, acoso político y judicial, ejércitos mercenarios, grupos 
terroristas y todo tipo de criminalización de sus víctimas.
La historia es implacable: EE.UU. ha 
intervenido en 64 ocasiones en Latinoamérica, en 20 estados, 36 de ellas
 con acciones militares; más de 35 veces lo ha hecho directamente desde 
1945 hasta la actualidad en diversas partes del mundo, y en innumerables
 ocasiones y de forma permanente lo hace de forma encubierta. Refuerza 
el militarismo con instrumentos como la OTAN, vulnera de forma cada vez 
más explícita y creciente el derecho internacional, incumple sus 
compromisos e instrumentaliza las instituciones y tratados 
internacionales.
Por tanto, consideramos primordial 
que esta campaña sea apoyada desde los países centrales como resistencia
 y lucha contra aquellos gobiernos que sostienen una política seguidista
 y subordinada a los EE.UU. a pesar del daño y el riesgo que supone para
 sus pueblos.
Hacemos un llamamiento a apoyar la Campaña cuyo contenido se recoge en la Declaración Mundial Contra los Crímenes Estadounidenses Contra la Humanidad, que se transcribe a continuación.
La campaña puede ser apoyada individual o colectivamente, firmando la adhesión en el formulario que figura abajo,
 adhesiones que serán transmitidas a los promotores de la campaña 
internacional. Ulteriores acciones de esta Campaña serán debidamente 
anunciadas en nuestra web.
DECLARACIÓN MUNDIAL CONTRA LOS CRÍMENES ESTADOUNIDENSES A LA HUMANIDAD
Texto redactado el 17 de Julio de 2017 por el 
sociólogo Atilio A. Boron, el escritor Alejo A. Brignole, la 
investigadora Telma Luzzani, la periodista y la escritora Stella 
Calloni, en el marco de la campaña por el 9 de agosto – Día Internacional de los Crímenes Estadounidenses Contra la Humanidad.
I
NOSOTROS, LOS PUEBLOS Y NACIONES DEL MUNDO, DECLARAMOS:
Que la civilización, entendida como expresión plural,
 diversa y multicultural que da cobijo a todas las manifestaciones 
humanas, a la convivencia entre los pueblos y provee el marco natural 
para el desarrollo pleno del ser humano, reprueba y condena 
enérgicamente las acciones políticas y militares estadounidenses en todo
 el mundo que vulneran flagrantemente las convenciones internacionales, 
los valores humanistas y los protocolos del derecho internacional 
expuestos en el marco de las Naciones Unidas y en organismos creados 
para hacer posible la justa convivencia entre los pueblos.
POR TANTO:
DENUNCIAMOS Y CONDENAMOS las reiteradas 
expresiones del horror programado practicadas por los diversos aparatos 
estatales de Estados Unidos en todo el mundo. Condenamos además sus 
intentos de legitimar la violencia militar y diplomática que ejerce, 
apelando en sus discursos y proclamas a principios democráticos y 
republicanos, los cuales son vulnerados tanto en su política exterior, 
como interior.
DENUNCIAMOS Y CONDENAMOS que Estados Unidos a 
lo largo de todo el siglo XX, y en lo transcurrido de este siglo XXI, 
haya fomentado, utilizado, perfeccionado y legalizado la tortura como 
método para alcanzar objetivos económicos, represivos y de dominación 
ideológica. Entendiendo que esta utilización sistemática, continua y 
organizada metodológicamente, ha terminado por naturalizar todo aquello 
que la civilización debe erradicar: el terror, el abuso cruel y 
despiadado de unas personas contra otras, la dominación de unas naciones
 por sobre el resto, el terrorismo de Estado, y la desintegración de la 
voluntad moral que todo persona humana debe poseer, pero que el temor a 
la tortura desvanece.
DENUNCIAMOS Y CONDENAMOS las irrefutables 
muestras dadas por Estados Unidos como un Estado torturador que no sólo 
aplica, sino que legitima la violencia, organizando recursos y personas 
para la tortura, desplegando estas capacidades en todo el mundo, 
publicando manuales para instruir sobre formas de tormento y entrenando 
especialistas para la estas tareas de lesa humanidad.
DENUNCIAMOS Y CONDENAMOS las acciones 
unilaterales de Estados Unidos en todo el mundo que, pretendiendo ser 
legales utilizando los foros democráticos mundiales como las Naciones 
Unidas contravienen todo principio de convivencia entre las naciones, 
generando guerras innecesarias y millones de muertos dispersos en 
múltiples conflictos, junto a la destrucción de ciudades e 
infraestructuras en todo el mundo, llevando de esta manera la 
degradación, la muerte y la desesperación a millones de seres humanos, 
por el simple hecho de no aceptar las políticas impuestas por 
Washington.
DENUNCIAMOS Y CONDENAMOS que Estados Unidos 
sea poseedor de un millar de bases militares en todo el mundo, pues esta
 presencia convierte a ese país en una nación colonialista, opresora e 
irrefutablemente imperialista que no solo pervierte los ideales 
humanistas con que fue fundada en 1776, sino que además convierte al 
resto del mundo en un campo cautivo de su poderío militar, sin que 
ningún organismo o foro internacional lo autorice o habilite.
DENUNCIAMOS Y CONDENAMOS que Estados Unidos 
realice asesinatos selectivos en todo el orbe, que financie y construya 
centros clandestinos de detención de personas, que promueva la 
persecución política seguida de muerte o tortura para miles de 
intelectuales, activistas y líderes sociales que no comulgan con las 
estrategias de Estados Unidos en el mundo, entendiendo que tales 
prácticas promueven un sistema de convivencia internacional retrógrado y
 que degrada la civilización.
DENUNCIAMOS Y CONDENAMOS que Estados Unidos 
ejerza en su diplomacia y con su poder militar y económico, 
vulneraciones reiteradas, intencionales y programadas, de gran parte de 
los principios contenidos en la Declaración Universal de los Derechos 
Humanos, sancionada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 
1948, convirtiendo a Estados Unidos en la nación que más ha vulnerado y 
vulnera actualmente todos los artículos contenidos en dicha Declaración 
Universal. Y que, por tanto, debe ser considerada una nación peligrosa 
para la convivencia mundial y contraria a todo humanismo, pues promueve 
la disolución de los lazos fraternos que deben ser la base de la 
civilización, lesionando la concordia entre las naciones.
Los pueblos y naciones del mundo DENUNCIAMOS Y CONDENAMOS
 las acciones militaristas, los intervencionismos armados y las 
injerencias políticas de Estados Unidos en diferentes países, cuyas 
consecuencias más visibles son la muerte, las hambrunas, la destrucción 
de tejidos sociales e infraestructuras básicas que mediante bombardeos, 
invasiones y ataques por tierra y aire, consiguen arrasar todo aquello 
que no conviene a la supremacía global estadounidense, convirtiendo al 
planeta en un lugar inestable y condenado al sufrimiento, solamente para
 satisfacer las apetencias de un solo Estado nacional dominante y 
carente de una moral humanista efectiva.
Por último, DENUNCIAMOS Y CONDENAMOS todo 
intento propagandístico y discursivo por parte de Estados Unidos, de 
mostrarse como una nación defensora de la humanidad, de la democracia y 
de los mejores ideales para la convivencia internacional, pues nada de 
ello resulta coherente con las acciones constatables en su historia 
moderna. Hoy sabemos que los recursos que Estados Unidos destina a 
ayudas humanitarias y proyectos de cooperación e incentivos a la 
democracia, son concebidos para obtener resultados estratégicos o para 
instalar el concepto de que Estados Unidos es una nación benefactora, en
 vez de un Estado agresor que tortura, oprime y limita el desarrollo de 
naciones y sociedades en todo el mundo.
II
Porque las acciones militares y políticas 
estadounidenses han vulnerado de muchas y muy variadas maneras la 
dignidad humana, sembrando la muerte, la desnutrición, el atraso 
económico, promoviendo y financiado dictaduras, asesinando militantes y 
dirigentes humanistas, desapareciendo y torturando masivamente a 
personas, bombardeando ciudades y poblaciones civiles indefensas…
DECLARAMOS Y ADVERTIMOS: Que para su 
subsistencia, las generaciones futuras deberán comprender y luego actuar
 políticamente para poner fin a la filosofía necrófila, militarista e 
imperialista que los Estados Unidos de América aplica con sus crímenes 
internacionales, incluidos los graves delitos ecológicos que perpetra 
para su exclusivo beneficio económico y el de su empresas trasnacionales
 diseminadas en todo el mundo, dilatando, además, la firma de protocolos
 internacionales y malogrando acuerdos para la defensa ecológica y la 
reducción de contaminaciones.
Que las guerras preventivas, las torturas programadas
 y la persecución de opositores junto a la devastación de ecosistemas en
 todo el planeta impuesta por una filosofía del lucro infinito, deben 
cesar. Y para que ello ocurra, los pueblos del mundo tienen el 
imperativo de responder a la destrucción sistemática que impone la 
política exterior de Washington.
Que sin desconocer ni abjurar de las múltiples 
aportaciones del pueblo y la sociedad estadounidenses al género humano 
en el campo de las ciencias, la cultura, el arte y el progreso 
tecnológico, debemos condenar todo aquello que pervierte, degrada y 
diluye esos valiosos aportes al mundo, comprendiendo y defendiendo la 
idea que ninguna nación tiene mayor derecho sobre otra, ni ninguna 
cultura, ser humano sociedad puede arrogarse el derecho a la dominación y
 a tutelas de ningún tipo.
POR TANTO: Ante la multitud de crímenes 
estadounidenses contra la Humanidad, designamos una fecha conmemorativa 
en homenaje a esos pueblos, países y sociedades que fueron aplastados 
por la voluntad y la ambición de un único Estado que busca someter por 
diferentes métodos a casi todas las naciones del orbe. Desde las remotas
 islas de Pacífico, a los Estados Europeos, desde África Subsahariana, 
Oriente Medio, Asia o América Latina, todas han sufrido en su suelo los 
estragos del militarismo y la diplomacia intervencionista de Estados 
Unidos.
En esta perspectiva histórica y humanista, que está 
libre de ideologías sectarias, más que los que alienta un humanismo 
universal y horizontal…
PROMOVEMOS: Que el día 9 de agosto sea reconocido por las naciones de mundo, como el DÍA INTERNACIONAL DE LOS CRÍMENES ESTADOUNIDENSES CONTRA LA HUMANIDAD,
 por ser aquel 9 de agosto de 1945 el día en que la ciudad de Nagasaki 
fue innecesariamente destruida por un segundo ataque atómico. Bombardeo 
de magnitudes genocidas que se realizó con el fin de enviar un mensaje 
disuasorio a la Unión Soviética sobre el poderío estadounidense y que 
ocasionó una masacre brutal entre la población civil. Vaya esta fecha 
como una más de las muchas que podrían servir como un recordatorio 
oprobioso para la civilización sobre el rol estadounidense en la 
historia del último siglo y su desprecio por la vida humana.
Todos los pueblos del mundo que se sientan unidos por
 ideales fraternos, por principios de convivencia pacífica y de 
concordia en la diversidad, pueden alzar esta consigna universal para 
permitir que la Civilización continúe un derrotero edificante basado en 
la igualdad ante la ley y con un derecho internacional liberado de 
hegemonías y dominaciones sectarias.
LAS Y LOS ABAJO FIRMANTES, QUE NOS DECLARAMOS 
MILITANTES POR OTRO MUNDO POSIBLE, MÁS PACÍFICO, COOPERATIVO, RESPETUOSO
 CON LA MADRE TIERRA Y LIBERADO DE COLONIALISMOS Y MILITARISMOS, 
DECLARAMOS A ESTADOS UNIDOS, SU GOBIERNO Y SUS GRANDES CORPORACIONES 
COMO ACTORES QUE PONEN EN PELIGRO LA CONTINUIDAD HUMANA EN EL PLANETA Y 
EL PROGRESO DE LA CIVILIZACIÓN.
QUE LA PAZ ENTRE LAS PERSONAS DE BUENA VOLUNTAD SEA SIEMPRE EL LENGUAJE QUE NOS UNA Y NOS CONDUZCA A UN CRECIMIENTO COMPARTIDO.
 

 
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