lunes, 11 de octubre de 2021

POESÍA: ENTRESIJOS DEL ALMA AUTOR PEDRO MARTÍNEZ DÍAZ, EDITADO DIEGO MARÍN 2021

 

ENTRESIJOS DEL ALMA

 

Autor: PEDRO MARTÍNEZ DÍAZ

Portada: Aleida Mercedes Martínez Girona

 

 

Dedicado:

A todas las madres del mundo.

A la madre de mi hija y a mi hija (que supongo que será madre), por su amor.

Y muy especialmente, a mi madre, porque era todo amor.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

“El amor no idolátrico a una idea o a una persona es sereno, no estridente; es tranquilo y profundo; nace cada instante, pero no es delirio. No es embriaguez, ni lleva a la abnegación, sino que nace de la superación del egoísmo del yo”. Erich Fromm.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

ENTRESIJOS DEL ALMA

Meditaciones y reflexiones poéticas y filosóficas, sobre tiempos convulsos, que nos ha tocado vivir, sin saber de dónde venimos ni a dónde vamos ni que camino tomamos para este viaje como fotones volátiles perdidos en el universo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dedicatoria……..……………………………………………………………….............1                                                                          

Una reflexión……………………………………………………………………...…….2

1) Tú……………………………………………………………………………………..5

2) En mi cuarto viejo…………………………………………………………………...7

3) Paso inadvertido…………………………………………………………………..…8

4) Si cada minuto……………………………………………………………………….9

5) Cargado de vida…………………………………………………………………….10

6) Dentro de mí……………………………………………………………………..… 11

7) Tengo el alma……………………………………………………………………….12

8) Soledad……………………………………………………………………………...13

9) No tengo ganas de vivir…………………………………………………………….14

10) Tu tiempo y el mío………………………………………………………………...15    

11) Las cosas pequeñas………………………………………………………………..17

12) No me digas………………………………………………………………………..18

13) El canto del mochuelo…………………………………………………………….19

14) Con mis manos…………………………………………………………………….20

15) Todo me parece……………………………………………………………………22

16) Tu paso desaliñado………………………………………………………………..24

17) Te castigo…………………………………………………………………………..25

18) La calle vacía………………………………………………………………………27

19) Tengo………………………………………………………………………………28

20) Sé que soy………………………………………………………………………….30

21) A Juan Ramón Jiménez…………………………………………………………..32

22) El cielo oculta…………………………………………………………………...…33

23) Sentada con tus ocho años………………………………………………………..34

24) A mi campo………………………………………………………………………..35

25) Las lanzas………………………………………………………………………….37

26) Mil seres………………………………………………………………………...…38

27) Mi verso es libre…………………………………………………………………..39

28) Tienes el nombre………………………………………………………………….41

29) Poema a Almería………………………………………………………………….42

30) Gracias a ti………………………………………………………………………...43

31) Buenas noches soledad………………………………………………………...….45

32) Tengo puesta mi mano……………………………………………………………47

33) Agrupados mis delirios………………………………………………………...…47

34) ¡Sufrir tanto!  ¿Para qué ?....................................................................................49

35) Con la angustia……………………………………………………………………50

36) Mi única eternidad………………………………………………………………..51

37) Tengo de ti…………………………………………………………………………52

38) Entre sombras infinitas……………………………………………………...……53

39) Hablar de tí, viento………………………………………………………………..54

40) Está la casa………………………………………………………………………...55

41) Poema del invierno para refrescar el caluroso verano…………………………56

42) El horizonte de la vida……………………………………………………...…….58

43)  Poema para Aleida Mercedes, mi hija…………………………………………..59

44) Mi cielo bello….…………………………………………………………………...60

45) Si algún día me extrañas………………………………………………………….61

46) Sólo tú eres verdadero…………………………………………………………….62

47) He parado el tiempo………………………………………………...…………….63

48) Aquí estoy amada mía………………………………………………………..…..64

49)  Poema dedicado al compañero a Juan Guillén: las voces…………………..…65

50) Siento el mundo………………………………………………………………...…66

51) Soy un elemento……………………………………………………………….......67

52) Esta noche…………………………………………………………………………68

Biografía autor y publicaciones………..……………………………………………..69

 

                                                                                                                                     

 

Tú,

Ven aquí,                                                      

eres la verdad

Que yo me imagino.

 

Tú,

no te vayas,

eres el cielo

y el mar,

del lugar, en que vivo.

 

Tú,

ven aquí,

inventaremos encantos,

llenos, de cualquier luz,

hasta cuando queramos.

 

Tú,

no reniegues,

la salve

de nuestro canto,

que nace cada mañana,

del siglo

en que estamos.

 

Tú,

no tengas miedo,

no perderemos las imágenes

del yo,

en beneficio de la nada,

en lo peor de los vivos,

estaremos juntos,

hasta el final

de los siglos.

 

Tú,

no te pierdas,

vuelve aquí,

venceremos,

hasta el último fulgor,

del mendrugo de pan

de nuestro zurrón.

 

Si, ¡tú!, ¡te vas!

en ese momento,

¡no tendremos más!,

ni el sol;

ni la luz;

ni el rio;

ni la fuente.

Y el hasta nunca

no será igual

que el hasta siempre.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

2        En mi cuarto viejo

                                                                                                                  

En mi cuarto viejo,

crecen como palmeras las penas,

cobijadas en el manto de la melancolía,

con el ritmo de las cosas,

que envejecen,

para ser fiel al hoy

sin llorar por la vida.

 

En mi cuarto viejo,

las penas pueden crecer,

pero nunca pueden matar

las torres incólumes,

que alimentan al ser.

 

En mi cuarto viejo,

tengo tantas cosas,

dentro de mi entrañas

que el día que vengan,

no sé que voy hacer

con el equipaje

que abrasa el alma.

 

En mi cuarto viejo,

estará mi mente;

y alli permanecerá

para siempre.

 

En mi cuarto viejo,

veo este circo

de mentiras,

de esta forma de vida,

con un montón de escoria

desabrida

 

Aunque un montón de sentimientos

colman mi habitación vieja,

ella todo lo guarda,

sin que nadie lo proteja,

porque los dolores humanos

no es objeto de nadie,

ni pretexto de cualquiera.

 

 

 

 

 

 

 

3     Paso inadvertido

 

Paso inadvertido,

por un mundo de duelo.

Soy una persona,

de vida altamente

perdida en un universo,

grande y vacío,

hasta en el reverso.

 

Ando siempre,

del final

hacia el principio,

con pasos hundidos,

en estercoladas simientes

del sin sentido.

Espero brotar,

en las secuencias del tiempo,

que gira atrás,

borrando las páginas

del exterminio.

 

Y los días flotan conmigo,

con las ruedas del tiempo,

y a la luz de los labios,

para que no exista el olvido.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

4    Si cada minuto

 

Si cada minuto

tiene un grito,

cada hora

tiene un quejido,

cada mañana

su alborada,

en los entresijos

de mi alma.

 

Y cada día

envuelve quejidos,

por meses y por hilos,

para enjaularlos

en los espacios divididos.

 

Pero si los gritos;

los quejidos y las jaulas,

de la humanidad,

se vuelven ríos de sangre;

la mar, se volverá

verde-granate;

y, nadie podrá bañarse.

 

La esperanza se vestirá

de color rojo-carmesí,

el llanto se vestirá

de color verde brillante.  

 

Y el mar,

se tornará azul tristeza,

del silbido

de las sirenas.

 

La mente no volverá,

al centro de su contenido

para comprender

que no tienen la propiedad:

ni del minuto;

ni del grito;

ni de los días;

ni de las noches,

solo sabe que se enjaulan

los quejidos, de los hombres,

que sueñan vivir libres en la eternidad.

 

 

 

 

5    Cargado de vida

 

Cargado de vida voy,

luchando contra la más fuerte,

de las tormentas,

la razón humana,

que destroza las flores derruidas

de angustia y lágrimas.

 

Y todavía tengo aliento

para seguir

al trote y corriendo.

dando una savia nueva

a la brisa que sopla,

de un mar tranquilo y sediento.

 

Buscando la justicia de la paz,

en un remanso de la tierra,

que volverá sin alas,

por una montaña

abrupta, bajo el asombro

de nuestra mirada.

 

La lluvia vendrá

serena y dorada, en oro fino

amasaremos el pan,

que tú y yo,

comeremos cada día que el sol nazca,

en esta tierra,

que nos alimenta,

y nos salva.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

6    Dentro de mí

 

Dentro de mí,

andan las horas,

blancas de verdad

y llaneza;

en mi mente

que serenamente las halaga.

Sentado

sobre una roca solitaria,

mis ideas

permanecen,

en silencio,

en un mundo

que me divaga.

 

Todo me da vueltas

alrededor,

de la inmovilidad,

y firmeza de mi corazón.

Serenamente aislado,

abastezco de felicidad,

mi camino blanco

y limpio por extensión,

la maleza del recuerdo,

que viene sin olvido,

diluyendo los días,

como un azucarillo

en las aguas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

7   Tengo el alma

 

Tengo el alma,

vacía de rencor,

hasta su última                                                                     

queja descalza.

 

Tengo el corazón,

vacío de ensueños,

hasta el último

desvelo de amor.

 

Tengo el alma,

vacía de infinidad,

hasta su última

gota de mortal.

 

Tengo el corazón,

vacío de odio,

que es lo peor,

hasta el último

rescoldo abrasador.

 

Tengo ausente,

el sentimiento malvado,

que con ropaje obscuro

oculta su hermano

 

Con todo esto vacío,

tengo lleno el corazón,

de cuerdas tensas

vibrando de amor.

 

 

 

 

 

       

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

8   Soledad

 

Soledad,

te quiero tener,

fuera del ruido,

oculta de obscenas

miradas.

 

Me hablas soledad

de la forma

que nadie te oye,

ni te alaba.

 

Te hablo soledad,

como si fueras el cielo,

con todo tu azul

en medio,

de tu inaccesible desvelo.

 

Tu voz y la mía,

se cruzan,

en el agua y en lo inmenso.

 

El espacio aéreo,

se llena de ondas de soledad,

que chocan sus cuerpos.

 

Soledad,

quiero vivir,

solo,

y de vez en cuando para ti.

 

Soledad,

sin nadie,

necesito tu aire,

necesito tu aire,

para seguir, para seguir,

para… levantarme.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

9   No tengo ganas

 

No tengo ganas

hoy de vivir.

 

La vida se hace pesada.

 

Tengo ganas de escribir.

 

La fantasía con esto

me salva.

 

No tengo ganas

hoy de hablar.

 

El alma se me

quebranta.

 

Tengo ganas

de mirar.

 

Los labios callan

las palabras.

 

Hoy no tengo ganas.

 

El ruido del mundo

me arrastra,

entre los entresijos

de mi alma.

 

Tengo ganas de

de no sentir nada.

 

Tengo ganas,

de volar al vacío,

con el llanto

del niño

sobre mi espaldas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

10   Tu tiempo y el mío    

 

Tu tiempo y el mío,

corren paralelos

y distantes,

puedo estar

con el tiempo,

en muchos lugares

al instante.

 

No me importa el tiempo,

no se separa de ti,

ni se aleja,

ni se acerca,

su transcurrir

ni siquiera un momento.

 

Ni va para atrás,

Ni va para adelante,

siempre es constante.

La vida y el tiempo,

son tu tiempo

y el mío,

que van paralelos

y distantes,

así corren por el universo.

 

La eternidad,  vive

del tiempo y de la vida

existente,

por siempre, sin reloj

que le despierte.

 

Ni la paralelidad,

ni la horizontalidad,

del tiempo,

matan al ser real.

 

Solamente permanecen,

uno con el otro sin más.

La eternidad,

no tiene fin,

la medida y el origen

lo lleva en sí.

 

Cada cual,

siendo lo constante,

la nada

y el todo;

dentro y fuera

del universo,

que nadamos,

guarda arrinconados,

las raíces

de los tiempos

que imaginamos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

11    Las cosas pequeñas

 

Las cosas pequeñas,

van quedando

marcadas, en el rollo

de las imágenes,

con formas de películas,

que son los alimentos

de nuestros sustancias

vividas.

 

Van

creciendo para siempre,

en nosotros, como seres vivientes.

 

Nuestro pequeño ser,

en forma de fotón,

camina con la sombra

invisible de los rayos del sol

con el atardecer...

 

Y con las sombras

del mediodía,

acomplejantes y enanas;

las pequeñas cosas

son la vida,

sólo ellas, hacen

lo triste y lo feliz

grande

y pequeño al instante.

 

Las vanas glorias,

no te canses,

para nada valen

si no llevan consigo

la dignidad del detalle

 

Y lo peor

si agujereas el granero

de lo que mas vale,

de lo que crees

inacabable.

 

 

 

 

 

 

 

 

12    No me digas

 

No me digas,

un sí ciego,

y, mátame con un no luminoso.

 

No me pintes,

un mundo muerto,

y, mátame vivo

como a cualquier esperpento.

 

Mátame con tu amor,

siguiendo

el río de la estrella;

que camina

por la calle,

vestido de gala

en el domingo de fiesta.

 

Llévame al jardín,

que ofrece su sangre

fresca, como agua,

para la ternura

de un alma sedienta,

como las plantas,

que toman la vida,

como la mies de la siega.

 

Siembra tu paz

y anega tu odio;

y entonces brotará

en tus manos,

la justicia

como el rocío

en los campos de trigo,

de las noches largas,

del invierno y del otoño,

que cubrieron de blanco,

una tierra de esperanzas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

13  El canto del mochuelo

 

El canto del mochuelo,

en esta tarde de mayo,

deja silencios

floridos,

para una primavera

triste de hogaño.

 

¡Maldita sea!

 

Ir quiere

con el hombre

solidario y libre

 

A tu lado

quiero encontrarme

con una sonrisa

entre cardos nacida;

sincera y buena,

alimentada de aire

cogido por tu canto.

 

Pero, sólo tengo conmigo,

el sol limpio

y el cielo blanco.

Y un mochuelo

cantándome en un árbol

cuando me levanto.

Sólo eso,

y mío es, el rostro

reclinado,

de una mañana

de primavera de mayo.

 

Y en ella veo,

las dóciles hierbas,

sin saber,

si mañana de nuevo

en el silencio de las estrellas

nos encontraremos otra vez,

con el canto del mochuelo

al anochecer

junta a ellas.

 

 

 

 

 

 

14   Con mis manos

                          

Con mis manos,

escribiré las denuncias,

que se perderán

por los oceanos.

 

Con mis manos,

ahondaré la tierra,

y regaré verdades,

plantadas desde siempre,

sobre la naturaleza

que emerge.

 

Con mis manos,

derribaré los muros,

de las injusticias

y del engaño;

construidos con el sudor

del hermano, que pone cerco,

a la dignidad

con su propio llanto.

 

Con mis manos,

humildes y rurales,

llenaré papeles

vacíos y blancos,

para dejarlos

repletos de verdadero canto. 

 

Con mis manos,

amaré sin descansar,

y haré cada día

el eterno pan.

 

Con mis manos,

cultivaré la amistad,

en una sociedad

cada día más

sin humanidad.

 

Con mis manos,

levantaré el pulso

de vida que ausenta

la mañana turbia

del ser obscuro.

 

 

 

Con mis manos,

haré un sol

y una tierra

fértil en empatía,

y a lo real inaccesible,

poblándola de alimentos,

de cultura, felicidad y poesía.

 

Con mis manos,

abiertas y cerradas,

hundiré los milagros

que nos venden con palmadas.

 

Siempre con mis manos,

ensueño,

con tus manos enlazadas,

marco la besana

de la tierra con el cielo,

para la humanidad entera,

sin razas, sin religiones, sin naciones,

en lo más recóndito

de su seno.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

15  Todo me parece

 

Todo me parece,

como himnos

solitarios

de deseos infinitos.

 

A lo lejos,

se ven

las rupturas del cielo

entre los horizontes

del amanecer.

 

Entre nublos negros

nacen rayas granates.

 

El silencio de las bocas

pasan con el tedio

de la velocidad

de la noche sin remedio

 

El autocar,

deja kilómetros atrás,

caminando,

entre las horas,

que nacían a tu lado.

 

Sembraba mi corazón

gotas de mi vida,

en el espacio del tiempo,

y, esforzaba el reloj

detener la extensión

de la medida.

Soñar, es partir

el tiempo en dos,

en el momento justo,

que suena el despertador.

 

Así, cada momento

que amanecía,

quedaba mi sueño,

con la luz rota,

tú seguías en el asiento

de mi lado;

regando las imágenes

del corazón invisibles.

Nunca un camino

largo fue tan corto

en el llanto.

 

La presencia de tus ojos,

besaba, el nudo

de la alegría,

bello como el universo,

y, brillante como un relámpago.

 

Dando a mí ser,

la sustancia necesaria,

para respirar la vida,

en el ensueño

de tu cielo,

y el amanecer de tu risa.

 

Todo gracias a ti,

que siendo

una viva postal,

bajada de otro mundo,

para ser carne abrasada

en esta tierra humana

de locos de necedad.

 

Hoy puedo escribir

con mi mano dolida,

la ruptura,

de una noche de camino,

largo en espacio,

y corto en tiempo,

que tus ojos

llenaban de sollozos,

el silencio del destino.

 

Gracias a ti,

pues ahora

te espero,

hasta que lo eterno,

nos una, y los canales

abiertos,

de nuestras venas,

marquen las huellas,

a los pasos de nuestras veredas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

16   Tu paso desaliñado

 

Tu paso desaliñado,

y tu pobreza,

tiene

sobre mí,

los arcos

de mi fuerza.

 

Tú casa pequeña,

tú linda habitación

de dormir,

donde tus ojos cunados

se cierran y vuelan

como las golondrinas

en el cielo feliz.

 

Te quiero así,

inmensamente,

desde el uno

al otro lado confín.

 

Te quiero,

y mis palabras

tan pequeñas

tienen miedo

porque, al mirarte,

puedo despertar

el silencio de tu bello sueño.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

17    Te castigo

 

Te castigo,

con el castigo

más cruel

de la vida.

 

Te retiro

el sabor agridulce

de mi mirada.

 

Te castigo,

al más cruel

de los castigos.

 

La fuente

que te creías

inacabada,

desde hoy,

no beberás

su agua.

 

Sentirás una sed

profunda,

largas noches

desvelada.

 

Y los ríos,

ni las miradas,

ni la nieve,

ni las charcas,

calmarán tu sed

agobiada

de sueños,

cuando despiertes

cada mañana.

 

Cruel será,

las imágenes de caricias,

engalanadas,

de flores llorosas,

que ya no las tendrás.

en tu piel vaporosa.

La luz no brotará

con los reflejos

en tu cara.

 

 

 

Cuando te mires,

en el espejo del cielo,

y veas en tus entrañas,

el grito

sordo y sufrido,

de rabia.

 

Desde hoy,

caminarás en penumbra,

tu mirada,

mi mano

ya no te dará el respiro,

que necesita tu almohada

ese es mi último castigo.

 

 

 

 

 

 

 

 

  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

18      La calle vacía

 

La calle vacía,

alumbra la soledad

del alba.

 

La calle llena,

la obscuridad del silencio

del alma.

 

La calle,

con su pavimento frío,

solitario

de la nada.

 

Por la calle,

te veo;

en la calle,

eres rueda pisoteada.

 

Hasta la calle,

con tu alba,

tu miseria,

siempre andante,

con el asfalto

sobre tus espaldas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

19    Tengo  

 

Tengo,

en mi poder

aún,

la esencia de tu mirada.

 

Tengo,

en el seno,

de la brisa,

de mi alma,

el corazón

de tu risa.

 

Tengo,

dentro de mí,

unas horas de tu vida,

que crecen,

lejos

y cerca de tí.

 

Tengo,

dentro del tiempo,

un ciclo verde

de esperanza,

prisionero de tu cerco.

 

Tengo,

tu bondad navegando

perdida

en un desierto.

 

La noche ha llegado,

mi luz se ha ocultado,

mis ojos

y mis manos,

buscan, los momentos

más bellos, en cada arena,

la imagen de tu encuentro.

 

El cielo

y mis brazos

como un niño

lloran el castigo

imaginado.

 

 

 

 

 

Tu eres el sueño,

de una sombra

blanca,

adherida a mi boca,

por el golpe

de tu palabra.

 

Tu eres el surco del día

que va arando la noche,

como luciérnaga

que nos guía,

hacia la sensibilidad humana.

 

Así, tengo,

el poder de la mirada

de tus ojos,

por un camino abierto,

que me lleva

al paraíso donde manan los sentimientos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

20    Sé que soy

 

Sé que soy,

una montaña,

blanca y obscura,

en medio,

de una piedra

escarpada y abrupta.

 

Sé que soy,

camino, aire

y desvelo,

en medio,

de una afirmación

desecha en el suelo.

 

Sé que soy,

cada latido

de pena;

en medio

de una soledad

diluida en la arena.

 

Sé que soy,

verso sobre papel,

y cemento

sobre sardinel,

en medio,

de un edificio,

como un lamento.

 

Sé que soy,

hasta la nada

con lo eterno,

en medio,

de un halo maldito.

 

Sé que soy,

una paja

pasajera,

en medio de una

pajera.

 

Sé que soy,

una frase breve,

en medio,

de largas murmuraciones

de la gente.

 

 

 

Sé que soy,

un sueño corto,

en medio,

de una noche amarga,

cargada de silencio,

cuando calla.

 

Sé que soy,

un suspiro,

en medio,

de la niebla

en un grito

 

Sé que soy,

el pecado

de un deseo,

en medio,

de un cuerpo limpio

en un templo.

 

Sé que soy,

una gota de agua,

en medio,

de las dunas

del desierto.

 

Sé que soy,

se que soy,

una espera,

con voz

de incienso,

y un poema, en las largas noches

del invierno, durmiendo despierto.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

21   A Juan Ramón Jiménez

 

A Juan Ramón Jiménez,

el cielo,

viene hacia mí,

y tú estás lejos.

 

La tierra,

va hacia tí,

y tú estás cerca.

 

La tierra, el cielo,

las estrellas tristes,

los días plateados;

por la noche los espero.

 

El viento me trae

un aroma cargado

de horizontes melancólicos

con poemas de clavel.

 

Respiro oxígenos

diluidos en la nostalgia

del sonido del aire,

en la tierra y en el cielo.

 

Tu figura crece

en el corazón de la poesía

y en una soledad

sin omega ni alfa de melancolía.

 

Entre los vientos

vagas los aires

de las bellezas

puras que escapan

del ensueño

por las ventanas del tiempo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

22    El cielo oculta

 

El cielo oculta

tu rostro;

maravilla desnuda

de la tierra.

 

Las palabras emitidas

por tu boca;

santa y buena;

vuelan al aire

como la fe

y la esperanza.

 

Ni tu rostro,

ni tus palabras

han venido

a mis ojos

ni a mis oídos.

 

Pero espero

el camino

que me lleve

a tu casa;

y, desde la ventana

de tu cara,

alientes la cruz

de mis llagas.

 

¿Comprender? ¡Qué!

¡Te quiero!

Y nunca tuve,

ni tu imagen,

ni tu alma.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

23   Sentada con tus ocho años

 

Sentada con tus ocho años,

sobre un portal,

calado de indeferencia

y de daño.

 

Tus ojos miran,

con la ternura

fuera del entorno,

que mece al mundo

que te configura.

 

Pasan señores,

bien vestidos

y su buenas corbatas

rozan tus modestas ropas

displicentemente

y no se sobresaltan.

 

Mientras te veo,

como una bella siembra

de otoño, con lluvioso invierno,

y una florida primavera,

con final dorado de verano,

para espigar con tu mano,

el amor sincero.

 

Dando ejemplo al mundo

de la prisa miserable,

de la sana espiga,

que le saque del error

que inunda

su almas enfermizas,

cargadas de “inteligencia”

absurda.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

24     A mi campo

 

A mi campo, a mi tierra;

a esos rayos,

que caen entre las sombras

verticales de las tarde;

resquebrajando las heridas

del polvo de todos los días.

 

El sol atormenta a un lugareño,

la rojez quemada de su frente,

sedienta de agua,

entre los nublos del sudor

arando la tierra.

 

El polvo vuela

haciendo camino,

como una estela

marinera.

 

A mi campo,

cuando se limpia

el sudor del arado,

desaparece su huella.

 

El lugareño es como una estrella,

y ve la soledad

amarga,

de esta tierra,

morir

en el campo

es vivir la vida llena

con ella.

 

Los cortijos

y las casas guardan

dentro de sí,

la jerga de sus palabras.

 

Su alma vive en penumbra,

pero no se derrumba,

porque la sabiduría

del silencio le alumbra.

 

No lloréis hombres

y mujeres de ciudad,

máquinas de trabajar.

 

 

Si desaparece mi campo,

desaparece la flor,

ya no habrá la alegría

de la mañana al amanecer.

Y estarán tristes lo rayos del sol

sobre las estelas del atardecer.

 

Este es mi campo y esta es mi tierra

viven venerando la sana tradición,

que nació tras el surco

que fertilizó sobre ella.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

25       Las lanzas

 

Las lanzas,

lanzadas a los de abajo;

desde lo alto,

para matarnos

como viles escarabajos.

 

Mi ahora,

camina más rápido

de lo normal,

y las lanzadas por nuestros hermanos

siegan nuestros cuerpos sin piedad.

 

La vida no se vive,

con este modelo de sociedad,

no encuentra su centro,

se enfanga de miserias insensitivas

creando desiertos

de huesos de insumos por dentro

dejando lo esencia en las orillas.

que se desperdicia.

 

Este mundo

vacío de sentimientos

que destruye nuestras vidas

por todos los horizontes

rodeados de riquezas,

nos llena de ruinas.

 

Pero yo tengo,

menos mal,

a tus ojos verdes,

que como un lucero,

me abren cerrojos,

de estas cárceles,

y multiplican mi sonrisa;

que me levantan

el sentido de la vida.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

26     Mil seres

 

Mil seres,

retorcidos como una columna

salomónica;

nacen,

cada día en cada sol,

que alumbra,

de mañana y de tarde,

sin que esto conmueva al corazón de nadie.

 

Las sensaciones de los hombres

que matan como nada,

manchando sus manos

con semillas de sangre.

 

Mil seres,

veo llorar en el camino,

que los lleva

a ningún destino.

 

Busco una respuesta,

al origen de esa crueldad,

para que crezcan los jardines

del amor y la amistad:

y sólo encuentro,

indiferencia y oquedad.

 

Mil seres,

Veo andando en desbandada,

por los asfaltos solitarios,

del llanto contaminado,

que aplasta la ciudad.

 

Mil seres

humanos,

caen cada día al suelo,

sin que el empedrado

de sus carnes,

muevan la conciencia

del mundo ni un dedo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

27   Mi verso es libre

 

Mi verso es libre,

como las flores,

que solas nacen

y solas mueren.

 

Mi verso es libre,

como la luz,

que duerme en una estrella

y amanece

en un planeta.

 

Mi verso es libre,

como la aurora,

que corre

hacia la mañana,

refugio de sus deseos

sin obstáculos ni demora.

 

Mi verso es libre,

como tú,

cuando tus sentidos

te oprimen,

y te escapas con el pensamiento

de su esclavitud.

 

Mi verso es libre,

y nadie puede amarrar,

su voz

que eternamente vibrará.

 

Mi verso es libre,

como la sencillez,

humana,

que sangra del corazón

y muere aislada.

 

Mi verso es libre,

y vive el fruto,

que su cosecha le ofreció

cada mañana.

 

Mi verso es libre,

como el silbo,

de la belleza

que sublima las flores

que emergen de la sabia.

 

Mi verso es libre,

como las palabras,

de mi boca;

que aunque nadie las escucha,

viajan por los espacios,

de  la eternidad y nadie las controla.

 

Mi verso es libre,

como el aire de las alturas,

que existen

sin tiempo ni cerraduras.

 

Mi verso es libre,

y siempre vive,

porque nunca muere

lo sutil y lo sublime,

es imposible.

 

Mi verso es libre

y anda por siempre

por ese universo,

inalcanzable,

para los necios que desperdician

su tiempo.

.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

28  Tienes el nombre

 

Tienes el nombre,

Esperanza,

de soledad, pobreza y olvido;

y envuelta de verde

andas por los caminos.

 

Eres tan extraña

como mi propia vida;

llena de ausencia,

vacía de sentido.

 

Sé, Esperanza,

que no te tengo

ni te he tenido.

 

Sé, que no serás mía

ni lo has sido.

 

¿Cómo no tener tu nombre

tan siquiera en el diario

de bolsillo?

 

Si, ya no tengo Esperanza,

el aire me robó

los papeles viejos

en los que escribía

mis añoranzas.

 

¿Qué haré,

si he perdido los papales

y su alma?

 

¿Cómo voy a llamar

el vacío que me dejan

las palabras?

 

Si, tú, como la noche,

Esperanza,

te llevaste,

la única luz que alumbraba

mis veredas de huellas

escarchadas.

 

 

 

 

 

 

29    Poema a Almería

 

Eres desnuda como la verdad,

de tu suelo árido,

de erial de desierto y matorral.

 

Tu claridad y tu luz,

tu campo tan seco,

enternece el corazón,

y escalofríos al cielo.

 

Tus colinas limpias

de vegetación,

cubiertas de esparto,

del impío sol,

que abrasa

con toda su fuerza

hasta los lagartos.

 

Tus pobres bojas,

que sin vida,

el viento os arrastra

como las hojas.

 

¡Almería, Almería!

Eres patria de la faz de la calma,

que me ilumina,

y la de tu soledad, que me embarga.

 

Eres la tierra

de los profetas de las noches

estrelladas,

que inspiras

y sublimas el alma.

 

¡Almería, Almería!

¡Ay Almería!,

Me resucita del ensueño,

para instar al mundo,

¡que existes!

¡Qué tu tierra morena

y pálida!

Eres tierra de amor,

y candidez humana,

donde la diafanidad,

no tiene ni religiones ni razas,

con tu aridez de generosidad milenaria.

 

 

 

30     Gracias a ti

 

Gracias a ti,

vivo, imploro, lloro y canto.

 

Gracias a ti,

me libro de la ordinariez

de la vida y del trabajo.

 

Gracias a ti,

cada día es diferente,

cada día nace algo.

 

Gracias a ti,

el sol alumbra dos veces

y la noche llega callando.

 

Gracias a ti,

yo sigo andando

y todavía no me he suicidado

 

Gracias a ti,

Me pueden llamar loco

por vivir amando.

 

Gracias a ti,

salgo de la cordura

de los discursos atiborrados.

 

Gracias a ti,

vivo y vivo

conmigo y lo sencillo.

 

Gracias a ti,

tengo, dias, horas y años,

siglos, lustros, milenios;

siempre contigo dentro,

tu eres un poema,

y yo un hombre solo

caminando por su senda.

 

Gracias a ti,

tu vas en la mente,

aunque nadie lo ve

ni lo siente

desde el origen

de la especie.

 

 

Gracias a tí

vas con el nombre callado,

se lo recitas durmiendo

y con tus venas despertado.

 

Gracias a ti,

simples gracias,

más la vida te debo,

y cada día es tuyo

y todo lo que tengo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

31   Buenas noches soledad

 

Buenas noches soledad,

son las tres de la madrugada,

buenas noches obscuridad,

buenas noches, estrella del alba.

 

Esta noche estrella del alba,

esta noche voy a estar con vosotros,

en mi vieja habitación,

tengo poemas escritos,

en las paredes, con palabras

nacidas, de las entrañas.

 

Pero no, esta noche,

voy a escribir poemas,

en las arenas del desierto,

voy a diluirme con el polvo,

arrancado por el viento.

 

Voy  a ser  mar,

fuertemente embravecido

 

Voy a ser noche

de buenas noches entumecido.

 

Buenas noches

otra vez, solo me presento:

soy una luz sin camino.

 

Buenas noches,

 mirada,

ya no alcanza mi silencio,

soy un rostro ensombrecido

que sale a tu encuentro.

 

Buenas noches,

mi noche,

nos vemos con las estrellas

y con la estrella del sol,

cuando llegue el día

llega nuestra desaparición,

 

Buenas noches, a ti,

que estas sentado en esa acera

con el frio del invierno.

 

 

 

 

¿qué haces ahí?

-No tengo casa-

ni aposento ni dinero

 

Buen hombre,

ni dinero ni aposento

espere al cielo pues

¿el cielo?

diablos, el infierno,

para quitarme el frio

allá, dicen, hay brasero

 

Buenas noches,

buenas noches al mendigo,

sin techo,

tu pasas horas

y yo te pienso,

oigo el dolor

de tu silencio,

sin que nadie le importe ello.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

32   Tengo puesta mi mano

 

Tengo puesta mi mano,

en el vacío de tu corazón,

ese corazón tiembla,

el tiempo de vida

en un día de amor.

 

Tengo mi mano puesta,

en cualquier vacío,

que no tenga vida,

y resucite

con el vaho,

en otra mano esclava

presa de cadenas amordazadas.

 

Tengo la mano puesta

en mi corazón

que todavía palpita,

hasta que llegue

el tránsito de la otra vida.

 

Tengo la mono puesta,

ahí, en esa pausa, de vacío,

que tu corazón deja

en cada latido

 

Tengo la mano puesta

en el impulso eterno,

del tu y yo,

en el obscuro silencio,

y te pido:

la mano sobre la mano;

andar sin tiempo

a través de los años.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

33  Agrupados mis delirios

 

Agrupados mis delirios,

en la fe de tus ojos;

veo la luz,

en las noches,

de los días de sonrojos.

 

Pienso agrupar

todos mis dolores,

como aire en la mano

de los adioses.

 

Caminar con ellos,

entre los huecos

de mi alma,

entresijadas

en los rincones

más pequeños

y olvidados,

con su polvo

y sus telarañas.

 

El universo,

camina sobre los latidos,

del corazón,

que palpitan en lo más hondo

de lo sentidos.

 

Mi puño se mostrará

bien cerrado

y ahogará

el genio de mi piel,

que curará con dureza

mis llagas de ayer.

 

¡Universo mío!

quiero olvidar,

tu polvo, tu arena,

y tu pena en las entrañas.

Tan pequeña,

amaneces en mi pupila,

que pareces célula

de luz opaca,

entre rincones de siglos,

ocultos,

sin cuna en la madrugada.

 

 

 

34   ¡Sufrir tanto!  ¿para qué?

 

¡Sufrir tanto! ¿para qué ?

donde buscarás,

tantas glorias, tantos infiernos,

y la verdad, ¿dónde está?

 

Tanto desvelo, tanto dolor,

parece como si nada

y la vida ¿donde va?

llorar tanto ¿para qué?

donde las lágrimas

crecen con tanta solidez.

 

Tanta noche tanta mañana,

parece como sangre

extinguida en soledad

en los espacios celestes.

 

Como se paga el sufrimiento

en esta tierra,

aquí,

el infierno

no tiene sentido,

ni la gloria será su fin.

 

Si hay más allá,

Si hay más sufrimiento,

mi corazón se hundirá

como agua en desierto.

La angustia temblará

de los origenes

de mi especie

dejando el mundo

fuera de la ética y de la moral

sin gloria, sin eternidad,

sin infierno sin ayer

sin mañana.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

35   Con la angustia

 

Con la angustia

y el dolor,

del estar lejos,

de lo que quieres

de cerca.

 

Con la angustia

y el dolor,

de sentirse esclavo

consciente

y te miren con pena.

 

Con la angustia

y el dolor,

de vivir

sintiendo el temblor

dentro de mis venas.

 

Con la angustia

y el dolor,

de estar a miles de kilómetros

de tu origen

y de tu tierra.

 

Con la angustia

y el dolor

de mis quejidos

de emigrante

son tan hondos,

son tan grandes,

que me pierdo

como un caballero errante.

 

Con la angustia

y el dolor,

del fuego de inocencia,

que sale

de mi corazón;

con ella sembraré

vuelos de fe,

y labios de pureza,

que rediman el bien

y maldigan la maleza.

 

 

 

 

 

36   Mi única eternidad

 

Mi única eternidad,

es la eternidad del instante,

que me suspira,

desde el cielo,

me llama y me invita.

 

Mi única eternidad,

es la llamada que grita,

que no se le escucha,

y no tiene respuesta en esta vida.

 

Mi única eternidad,

es la sombra de la noche

sin estrellas

que en el mar se cobijan.

 

Mi única eternidad,

es el sonido de una golondrina

que apuesta volar

por entre las miradas malditas.

 

Mi única eternidad,

es la espera de la nada,

y un socavón en el vacío

con adornos y cintas.

 

Mi única eternidad,

es el deseo de morir,

y morir como yo quiero,

sin que nadie me lo diga.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

37     Tengo de ti

 

Tengo de tí,

el recuerdo de un poema,

puesto en tus labios;

balbuceantes,

con su roja sangre

de pena febril.

 

Tengo de ti,

el llanto; opaco y frívolo,

de tus lágrimas que se deslizaban

dejando la huella en tu rostro,

como flechas lanzadas

en un mundo, de manos escondidas

y de hombres sin conciencia.

 

Te tengo a tí,

unas palabras escritas,

que aparqué,

en un lugar,

donde, ni las estrellas las ven.

 

Tengo de ti,

una mirada firme,

y, una mano blanda;

como un ramo de flores secas,

en un jardín sin agua.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

38  Entre sombras infinitas

 

Entre sombras infinitas

de sueños,

te respiro mía

y en mis brazos.

 

No soy nada,

voy como una broza

en un río de niebla blanca,

donde languidece mi alma.

 

Mi corazón flota

en su lucha,

con la soledad infinita,

donde perecen

los suspiros,

de mis sentimientos,

como los horizontes perdidos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

39   Hablar de tí, viento

 

Hablar de ti, viento,

es hablar de música

llena de formas ocultas

en el tiempo.

 

Hablar de ti, viento,

es hablar de misterios,

de noches, de días,

de horas interminables de desaliento.

 

Hablar de ti, viento,

es repetir una historia

que nunca se repite

en la memoria del silencio.

 

Hablar de tí, viento,

es evocar con el corazón,

que cualquier momento,

pasado o presente,

no fue mejor ni peor,

sino que fue

y es una lágrima permanente.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

40   Está la casa

 

Está la casa,

está la puerta,

están las ventanas,

están las sillas,

está la cama,

está todo,

hasta las sábanas

donde tu cuerpo

y tu mundo descansaban.

Está todo, todo.

Está la música,

están las melodías,

están los sonidos.

Está el mar,

está el azul del cielo.

Está todo, todo.

Está el infinito,

están las estrellas,

que tú no mirabas.

Está el reflejo de tu belleza,

como vuelo de paloma atormentada

por el cruel gavilán que le acecha.

Todo está, no falta nada,

pero la vida, la crueldad,

el amor de verdad,

que se pierde y no se vuelve a encontrar.

Está el llanto,

que dejaste en mis venas

y que no volverá.

Están las huellas

de lo eterno

que son las vivencias.

Cuando se marcha todo,

y se queda

el hueco de la opacidad,

el espacio, vacío difuminado,

sin sonidos ni colores.

Cuando todo pasa,

todo muere,

sólo queda la espera,

la nada y lo inerte.

 

 

 

 

 

 

 

 

41    Poema del invierno para refrescar el caluroso verano

 

Acércate, a mí,

¡oh! compañera,

Acércate, a mí,

y no dejes que el invierno

se interponga entre nosotros.

Siéntate, aquí,

conmigo, junto a las llamas

del fuego,

es lo más bello del invierno.

Háblame de la vida,

háblame de tu corazón,

aquí, junto a la chimenea;

detrás de la noche,

para que no se vaya el calor,

asegura la puerta

con el pestillo,

cierra la ventana,

porque el colérico semblante

del mundo me abate.

Imagina sólo la tranquilidad

de nuestros yermos campos,

cubiertos de la oscuridad

con sus rocíos blancos

que hacen llorar de calma

a mi desangelada alma.

El olivo con su aceite

al candil alimenta

y con su leña

a nuestro corazón calienta.

¡Oh! compañera,

no dejes que su luz

y fuego se desvanezca.

Coloca el candil,

aquí, junto a mí,

para que yo pueda leer

con mis lágrimas,

lo que a tu lado mi vida

ha escrito sobre la mejilla de tu cara.

Acércate a mí,

no tengas miedo.

¡Oh! amada compañera,

verás las brasas de mi alma,

que se extinguen

bajo las pulverizadas

cenizas de las ramas.

 

 

 

 

¡Abrázame!,

acaríciame con tu aliento

porque nos cierran la vida,

destilemos nuestro tiempo.

 

Mirémonos, el uno al otro,

frente a frente,

antes que la noche

se abra al día,

y nos ciegue el corazón roto.

 

Búscame con tus brazos,

rodéame con tu voz,

deja que el amor del sueño

funda nuestros trazos.

 

¡Bésame! Por favor,

que la vida se acaba.

¡No ves que nos acecha,

el rudo frío del invierno,

y la nada nos entierra!

 

Pero no temas,

amada amapola,

no podrán helar el hielo

de nuestros trémulos labios,

porque cuando ya no estemos aquí,

estaremos en el pensamiento.

 

Si, tú y yo,

seremos un beso eterno,

una constelación en el universo.

 

¡Cuán profundos y vastos han de ser

los océanos de los sueños!

¡compañera!

¡Cuándo sólo

haya la luz de los sentimientos!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

42  El horizonte de la vida

 

El horizonte de la vida

llega hasta el umbral de la muerte;

y allí se termina la raza egoísta

y todos sus poderíos.

El horizonte que se pierde,

es un horizonte de tiempo

que se va para siempre.

Se va de nuestras manos

y no podemos detenerlo.

El horizonte se va tiñendo,

de un rojo-sangre

más allá de las alturas,

en el atardecer del viento.

El horizonte de la vida,

es la cumbre de la alta montaña

y se pierde tu mirada

con tu frente inclinada,

hacia perfil de tus pestañas.

No puedes pensar

que tu horizonte pueda caminar

con el infinito sin morir,

sino que del horizonte de la vida,

solo quedará la sombra del sentir

de tu alma insensitiva.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

43  Poema para Aleida Mercedes, mi hija.

 

Tus ojillos brillantes,

como estrellas,

de noches oscuras cargadas,

de tiernos húmedos rocíos chispeantes;

que calan e inundan lo más hondo del alma

de mi atormentado ser

cuando te tengo distante.

 

Tus enérgicos ademanes,

llenos de vitalidad radiante,

cuando los tengo presentes

parecen una fuerza aplastante.

 

Pero ¡oh! ¡Cuando no los tengo!

Me parece que el mundo

se me hunde en un momento;

parece que el mundo

me aplana;

me veo perdido,

en un mundo cargado de cosas,

donde todo me falta.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

44    Mi cielo bello

 

Mi cielo bello,

en mis venas te llevo,

y se me coagula la sangre

de tan hondo que te llevo dentro,

Me pides, que no te quiera mucho,

y menos con locura,

sin embargo, mi corazón

te responde, multiplicando su amor

para ahogar mi cordura.

 

Tu decides,

para salvarme o matarme,

lo puedes hacer cuando quieras,

con sólo decirme:

que me amas

o que me dejas,

en este caso,

todo lo que te amo,

desaparecerá del universo

como la aurora del cielo.

 

Pero no te hagas ilusiones,

las moléculas de mi cuerpo,

se diluirán por el infinito,

para que tu, no viéndome,

yo te pueda querer in témpore.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

45   Si algún día me extrañas

 

Si algún día me extrañas,        

cuando esté desaparecido,

búscame por el camino,

cuando alumbra el sol

que te lleva a la ciudad del destino.

 

Allí te dirá mi voz,

de forma clara,

al pasar las horas,

todo lo que te he dicho

y todo lo que me callara.

 

Si algún día,

me quieres encontrar,

búscame sin tardanza,

en esas cosas humildes,

que un día te regalara.

 

Si algún día,

me quieres encontrar,

búscame en el ensueño,

de la bondad humana,

porque lo que nos rodea

rápidamente pasa.

 

Siempre estaré

apartado de la maldad

en el vacío de la nada.

Y siempre viajará conmigo

la sonrisa de tu cara,

que alimenta mi madrugada,

después de tanto tiempo,

de mi nostalgia lejana.

Ya sabes,

si algún día y quieres,

me buscas donde estaba,

allí, sólo habrá un espectro,

que será el llanto de mi alma.

 

 

 

46  Sólo tú eres verdadero

 

Sólo tú eres verdadero,

sólo tú eres grande;

más grande que el cielo;

más grande que el infinito;

por tí, he vivido exiliado;

por tí, he dado vueltas por la tierra;

por tí, he caminado y caminado;

por tí, he paseado y paseado;

por tí, he estado escondido detrás de un árbol;

por tí, he ido por las tardes al viejo atrio;

por tí, he sido formal, serio y hombre;

por tí, he sido revolucionario y ateo;

por ti, he sido perseguido por la Ley;

por tí, he sido no creyente y cristiano;

por tí, por las noches me he sublevado;

por tí, he estado contra los dioses;

por ti, me he echado a la calle;

por tí, huyo de los santos;

por tí, creo en mi palabra;

por tí, no veo mi mirada, mi fe, ni mis llagas;

por ti, reniego de ser hombre;

por tí, sería piedra insensitiva;

por tí, lloro mis frustraciones sin mentiras;

por tí, sólo veo caretas en vez de caras;

por tí, me hundo y me deprimo;

por tí, lucho y pervivo;

por tí, hablo y callo;

por tí, hago el silencio más largo.

¿Quién eres tú que tanto suspiras?

¡Yo soy la vida efímera!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

47   He parado el tiempo

 

He parado el tiempo,

aquí, en tu ausencia,

ahora que me faltas,

y no tengo a tu cuerpo.

 

He querido llorar

para siempre, eternizar

tu viva presencia

ahora que tú no estás.

 

El reloj se ha muerto aquí,

dentro de mi corazón,

y ya nunca marcará la hora del fin.

La imagen que me dejas,

llena a mi soledad,

para que no sangren mis venas.

 

He empuñado tus momentos,

para llevarlos conmigo.

Y cuidarlos con el aliento,

de mi amor esparcido.

 

Quiero permanecer perpetuo;

cosido a las horas,

que me has regalado

sin tu saberlo.

 

Con la generosidad de tu mirada,

impregnada en el silencio;

aquí estás como la melodía

más bella de mis entrañas dentro.

 

Guardaré el color de tu cara,

en el paisaje de mis retinas,

como magnolias entristecidas.

Tu hermosura vivirá,

como una luz,

dentro de mi amargura,

ya que nunca conmigo estarás tú.

 

 

48  Aquí estoy amada mía

 

Aquí estoy amada mía   

amándote,

porque aquí donde estoy

te amo,

única manera de amarte.

 

Nadie ve mi amor,

ni tan siquiera la ceguera.

El vacío del llanto

de mi vida se apodera,

hundiéndose como un arado

en el corazón de la tierra.

 

Aquí sigo, anónimo,

sin nombre ni apellido.

 

Aquí está, este amor sufrido,

amándote sin más recompensa,

que mi tiempo vivido.

 

Y no pido nada por la derrota,

mi llanto está desecho

y nunca crujirá delante de tu puerta.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

49 Poema dedicado al compañero a Juan Guillén: las voces

 

Las voces,

de una multitud agresiva

y aislada,

que atrozmente se devoran

el alma;

va hundiéndose dentro de una horrible

soledad humana.

 

Los gritos,

de un hombre en medio

de todo,

es muy poca sangre

derramada,

para que pueda ser

escuchada,

en un mundo en llamas,

de tanto corazón roto.

 

Las manos

apretadas en el puño,

de una tierra

envenenada,

por la estupidez inhumana,

que expropia la sabiduría

que germina,

de la naturaleza

donde nace nuestra vida,

universal y libre

sin amo ni soflama.

 

Las lágrimas,

se perderán en bóvedas,

cargadas del vacío, sin contornos

y aquí, no habrá quien se salve;

si no nos unimos

en el grito

de un sueño de uno mismo.

 

 

 

 

50  Siento el mundo

 

Siento el mundo

alrededor de mí,

donde todo parece

girar sin existir.

 

Todo es extraño,

no sé descifrar,

se pasan los minutos;

me falta la presencia de algo,

los segundos pensando.

 

Cada instante

que se me escapa,

es un girón de mi carne

que alimenta mi tristeza,

para que mi corazón no se desangre.

 

Todo es nada,

y nada es todo;

y cuando me encuentro

y lo logro,

parece que la multitud

me despedaza.

¡Cuánta miseria

se hunde dentro

de un mundo de abundancia!

A esa barbarie

le llaman,

“progreso” y “avance”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

51  Soy un elemento

 

Soy un elemento

microscópico dentro del cosmos,

que ansío, amo y vivo

para la nada.

 

Estoy rodeado de seres celestes,

corro por medio astros, planetas,

espacios siderales, satélites

como un ser invisible e inexistente.

 

Soy un fotón infinito

del microcosmos, navegando el espacio

interplanetario donde me sostengo contrito.

 

Estoy ahí,

para hablar del universo

entero,

que en el planeta

tierra,

hay mucha mentira,

mucha gente infame,

mucha cobardía

y mucho miedo.

 

Si quieres volar conmigo:

aquí tienes mi corazón

como nave,

que te dará cobijo,

con justicia cálida sin precio,

ni tarifas;

y mi alma fotónica será el piloto

con la seguridad de llevarte

al lugar que necesitas.

 

 

 

 

 

 

 

 

52    Esta noche

 

Esta noche,

te puedo decir,

las cosas más hermosas

y más bellas,

que hay en el centro

de mi existir.

 

Te puedo decir,

que te amé

sin límite y sin fin.

 

Te puedo decir,

que estoy ausente

en medio de la gente.

 

Te puedo decir,

que tus ojos

eran mis luceros

y tu boca mi cielo.

 

Te quiero decir,

para que lo sepas,

que tú y yo,

éramos dos arcadas bellas

en medio del viento

y las tormentas.

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