miércoles, 27 de febrero de 2019

Venezuela tiene un solo presidente

Venezuela tiene un solo presidente

Estaba todo programado para que funcionara. Iba a ser la consagración del autoproclamado presidente de Venezuela. Le aguardaban el vicepresidente de EEUU, parlamentarios norteamericanos, aviones de guerra de los EEUU con cargamento de ayuda y tres presidentes latinoamericanos.
Lo llevó un helicóptero colombiano, pero él dijo que salió por acción de los militares venezolanos. Los medios fueron inflacionando el número de militares venezolanos que habrían desertado y que se habrían presentado a las autoridades colombianas. De dos a 60. Anuncio de ruptura en el Ejército de Venezuela.
Una gran multitud llegaría del lado de Venezuela. Con la complicidad de militares venezolanos que atenderían al llamado del autoproclamado, se abrirían las fronteras y penetrarían los camiones enviados desde EEUU. Un barco había salido de Puerto Rico en dirección a un puerto venezolano, con paquetes de ayuda. El autoproclamado, flanqueado por tres presidentes latinoamericanos, además de por la delegación norteamericana, sería llevado directamente al palacio presidencial, con la ayuda humanitaria, que resolvería los problemas del pueblo venezolano de una buena vez.
Pero como todo estaba planeado, nada resultó. No hubo caravana ni concentración de apoyo al autoproclamado. El barco volvió a Puerto Rico. Las fronteras quedaron cerradas. Aunque afirmando que no reconocía la ruptura de relaciones por parte del Gobierno venezolano, porque reconoce a otro presidente, Duque ordenó la vuelta de su personal –conforme a la decisión de expulsión por parte de Maduro-, como reconociendo el Gobierno real en Venezuela. El mismo autoproclamado pidió la reapertura de las fronteras. Lo hacía reconociendo el poder real de Maduro, a quien se dirigía. Si fuera un presidente real, él decidiría la reapertura de las fronteras y no la pediría.
El autoproclamado y sus mentores se han jugado todo. Creyeron que el cerco diplomático era suficiente, que apelar a una ayuda humanitaria y presionar a los militares venezolanos bastaría para decidir la pelea. Fueron con demasiada sed al pote. Y les salió mal.
Quedó clara la farsa de que habría otro presidente en Venezuela. Han tomado sus fake news por realidad y montaron el gran circo de Cúcuta. El paisaje después de la batalla no podría ser peor para ellos. Ya no hay un autoproclamado presidente en Venezuela. Ahora es un asilado en Colombia o en  EEUU. Se agotó la petición de aislamiento diplomático. La propia Unión Europea apela a una solución negociada, pacifica, del conflicto venezolano. Hasta el Gobierno de Brasil ha reculado en su posición agresiva, su vicepresidente ha declarado que el país no participará de ninguna acción agresiva en contra de Venezuela.
La intervención norteamericana es escandalosa. Tratan, como siempre, de enfrentar a unos latinoamericanos con otros. Mandan a su vicepresidente para quedarse en la frontera de Venezuela, como si no tuvieran ellos tantos problemas, incluso en su frontera sur. Es un Gobierno sin prestigio internacional para jugarse una aventura de ese tipo. Los presidentes latinoamericanos que lo acompañan, como los de Colombia, Chile, Paraguay, Brasil y Argentina, quedan marcados como lacayos de un imperio decadente, que no logra todavía resolver los conflictos de Irak y Afganistán, pero quiere meterse en otro, en el corazón de una región que había terminado con los conflictos militares en su seno.
No hay dos presidentes en Venezuela. Maduro es el único presidente. Lo cual no significa que los problemas del país estén en proceso de resolución. Ni las amenazas terminarán, ni los graves problemas internos, explotados por la derecha de dentro y de fuera del país, están en proceso de resolución. El mismo aislamiento internacional, en particular en América Latina y en Europa, es un problema al que el Gobierno de Maduro se tiene que enfrentar, con nuevas propuestas de pacificación del clima interno y de resolución de los impases políticos internos, incluso para que el Gobierno pueda concentrarse en los problemas económicos del país.
Una operación más de EEUU, apoyado por gobiernos subalternos de América Latina, que fracasa. Pero ha contribuido para enturbiar todavía más el clima en el continente, cuyos gobernantes hacen el juego de Trump de buscar en Venezuela un chivo expiatorio para los graves problemas internos que ninguno de ellos está en condiciones de resolver.
Nicolás Maduro en el acto de cierre de la Asamblea Internacional de los Pueblos en Caracas | EFE/ Prensa Miraflores

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha bromeado este martes con presentarse a las elecciones presidenciales que se celebrarán en España el próximo 28 de abril para "dar una revolcada" a la "élite corrupta".
"Estoy pensando en postularme a las elecciones en España para darle una revolcada a toda la clase política a toda la élite corrupta de España y decir: '¡Fuera corruptos!'", ha señalado Maduro en la Asamblea Internacional de los Pueblos que apoyan la Revolución Bolivariana.
El mandatario venezolano ha asegurado que si se presentara a las elecciones ganaría con más del 50% de los votos. "Tengan la seguridad, porque el pueblo de España quiere un gran cambio y quiere gente valiente, honesta, al frente del Gobierno", ha recalcado.
El pueblo español está en contra del "intervencionismo internacional", asegura Maduro
Maduro también ha asegurado que el pueblo español está en contra del "intervencionismo internacional, acompaña a Venezuela en su lucha por la dignidad y admira la lucha de la revolución bolivariana".
Además ha acusado a los medios de comunicación españoles de mentir sobre la situación en Venezuela y ha señalado que dedican demasiado tiempo al asunto. "La gente debe aburrirse mucho en España porque España tiene suficientes problemas para que estén dedicados 24 horas del día a mentir sobre Venezuela", ha añadido.
Venezuela se encuentra sumida en una grave crisis política desde el 23 de enero, cuando el presidente de la Asamblea Nacional, el opositor Juan Guaidó, se autoproclamó "presidente encargado" del país tras denunciar la ilegalidad del nuevo mandato de Maduro.

Acelerar el colapso. Por Pasqualina Curcio por La pupila insomne

Acelerar el colapso. Por Pasqualina Curcio

por La pupila insomne
Al mismo estilo del “hacer chillar la economía” de Allende, el vocero del gobierno de Trump, William Brownfield, dijo: “Si vamos a sancionar a PDVSA, ello tendrá un impacto en el pueblo entero, en el ciudadano común y corriente. El contra argumento es que el pueblo sufre tanto por la falta de alimentación, seguridad, medicinas, salud pública, que en este momento quizás la mayor resolución sería acelerar el colapso aunque ello produzca un periodo de sufrimiento de meses o quizás años”. Se refería al pueblo venezolano.
Ante descarada confesión de las partes debería, desde hace rato, reposar en la Corte Penal Internacional la denuncia de Venezuela contra el gobierno de los EEUU. Y tal como sugirió Alfred de Zayas, experto independiente sobre la promoción de un orden internacional democrático y equitativo de la ONU, debería solicitarse a los Estados Partes en el Estatuto de Roma “reconocer los crímenes geopolíticos, entre éstos las medidas coercitivas unilaterales y las manipulaciones monetarias que inducen hiperinflación, como crímenes de lesa humanidad”.
El impacto de las medidas coercitivas unilaterales asciende a US$ 34000 millones de pérdidas. Incluye la cancelación unilateral de cuentas bancarias, el encarecimiento de los créditos internacionales por la manipulación del riesgo financiero del país, trabas en los organismos multilaterales, bloqueo de activos financieros, caso CITGO, incremento del costo de operaciones por fletes y triangulación para la adquisición de bienes.
Sumémosle US$ 95000 millones de pérdidas por la caída de la producción nacional desde el 2016 hasta el 2018 consecuencia del ataque a la moneda. La manipulación en más de 3.500.000.000% del bolívar es la causa del 40% de la disminución del PIB.
Estos US$ 129000 millones de pérdidas que han generado las acciones criminales de EEUU equivalen para nosotros los venezolanos a la producción de todo un año, o a 30 años de abastecimiento de alimentos y medicamentos, o a 10 años de atención hospitalaria y ambulatoria, o a 6 años de importación de insumos para la producción y bienes de consumo final, o a la deuda externa que debemos pagar en 20 años.
Esos números tienen rostros, el de los niños, niñas, hombres y mujeres venezolanos. Es un pueblo entero. Pero, un detalle, ese pueblo es bolivariano y su fuerza armada también.
¡Aceleremos nosotros la denuncia formal!

Washington: de fracaso en fracaso por Atilio Boron

Washington: de fracaso en fracaso

por Atilio Boron
 El pasado fin de semana fue terrible para la Casa Blanca y sus impresentables capataces del sur del río Bravo, el apropiadamente llamado “Cartel” de Lima dada la estrecha vinculación que algunos de los gobiernos que lo integran mantienen con el narcotráfico, especialmente el colombiano y, antes del advenimiento de López Obrador, el de Peña Nieto en México. El sábado los estrategas estadounidenses decidieron organizar, para el 23 de Febrero, un concierto con algunas de las celebridades consagradas por la industria musical maiamera. El evento atrajo a unas 25.000 personas, la décima parte de lo esperado, divididas jerárquicamente en dos categorías claramente demarcadas. El sector VIP donde fueron a parar presidentes –Duque, Piñera, Abdo Benítez-  ministros y jerarcas del  Cartel y, doscientos metros más atrás (sic!) el resto del público.  (ver:  https://www.laiguana.tv/articulos/438246-concierto-aid-live-fotos-tarima-vip-publico-general/ ) El organizador y financista del espectáculo fue el magnate británico Richard Branson, un conocido evasor de impuestos y acosador sexual que contrató a una serie de cantantes y grupos de derecha entre los cuales Reymar Perdomo, "El Puma" Rodríguez,  Chino, Ricardo Montaner, Diego Torres, Miguel Bosé, Maluma, Nacho, Luis Fonsi, Carlos Vives, Juan Luis Guerra, Juanes, Maná y Alejandro Sanz, que compitieron con fiereza para ver quién se llevaba el Oscar el lambiscón mayor del imperio.
            Este concierto se suponía que crearía el clima necesario para facilitar el ingreso de la “ayuda humanitaria” preparada en Cúcuta por los estadounidenses y sus sirvientes del gobierno colombiano. Pero no fue así, y por varias razones. Primero, porque tal como lo afirmara la Cruz Roja,sólo puede enviarse ese tipo de ayuda, cuidadosamente fiscalizada (cosa que no se hizo, además) si el gobierno del país que va a recibir cargamento lo solicita. En el mismo sentido se explayó el Secretario General de la ONU, Antonio Gutérrez. Y, segundo, porque el gobierno bolivariano no lo hizo porque sabía muy bien que Estados Unidos utiliza esa “ayuda” para introducir espías, agentes encubiertos disfrazados de médicos y asistentes sociales y para-militares en el territorio de sus enemigos y, por supuesto,  no iba a consentir esa movida. Además, si efectivamente la Casa Blanca tuviera un interés genuino en ofrecer una ayuda para aliviar los sufrimientos de la población venezolana tiene en sus manos un recurso mucho más sencillo y efectivo: levantar las sanciones con las cuales ha estado agobiando a la República Bolivariana; o abolir el veto que imponen a las relaciones comerciales internacionales; o devolver los enormes activos de las empresas públicas de ese país confiscados, en un acto que sólo puede calificarse como un robo, por decisión del gobierno de Donald Trump o de autoridades como las del Banco de Inglaterra que se apropió del oro venezolano depositado en su tesoro valuado en algo más de 1.700 millones de dólares. La rabiosa reacción de la derecha ante el fracaso de la operación “ayuda humanitaria” fue tremenda. El propio narcopresidente Iván Duque saludaba desde las alturas del puente internacional a las bandas de delincuentes contratados para producir desmanes mientras preparaban sus bombas molotov y aceitaban sus armas. Cuando ante la firme resistencia de civiles y militares bolivarianos se consumó el fracaso del operativo norteamericano el lumpenaje, protegido por la Policía Nacional de Colombia, tomó al puente por asalto y procedió a incendiar a los camiones que traían la “ayuda humanitaria”. Como era previsible, la prensa culpó del hecho al gobierno venezolano: ahí están las fotos publicadas por toda la canalla mediática mundial con el correspondiente epígrafe satanizando la barbarie chavista y ocultando a los verdaderos responsables de la barbarie. (ver video sobre el tema en: https://youtu.be/fxTDm11_rmE) Mientras tanto,  en perfecta coordinación, los ocupantes de una tanqueta de la policía bolivariana arremete contra las vallas que había en el puente para facilitar la “espontánea” deserción de tres policías buscando asilo en la tranquila y próspera Colombia.  La prensa, empero, nada dijo de los atentos “directores de escena” que, desde el lado colombiano del puente, les indicaban a los desertores cómo debían actuar, por donde entrar,  qué decir y les gritaban “¡levanta el arma, levanta el arma!” para que quedara en evidencia que eran policías o militares bolivarianos que huían de la “dictadura” de Maduro. Todo esto está rotundamente documentado en un video que, por supuesto, la “prensa seria” se ha cuidado muy bien de reproducir. (ver https://twitter.com/OrlenysOV/status/1099505029663412224?s=19 )
En resumen, un fiasco diplomático descomunal e  inocultable que, para desgracia de la tropa comandada por Trump sería apenas el preludio de otro aún peor.
Nos referimos a la tan publicitada reunión del Cartel de Lima en Bogotá, que para su eterno deshonor fue presidida por el Vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, cosa de que quede bien establecida la naturaleza patriótica y democrática de la oposición venezolana. El vice de Trump llegó a Bogotá para reunirse, en patética demostración de la vertiginosa declinación del otrora enorme poderío estadounidense en la región, con un grupo de segundones . En otras épocas, la llegada de un emisario de altísimo nivel de la Casa Blanca hubiera desatado un arrollador “efecto manada” y uno tras otros los nefastos presidentes neocoloniales hubieran corrido en tropel para llegar lo antes posible al besamanos oficial. Pero los tiempos han cambiado y Pence sólo pudo estrechar manos con su desprestigiado anfitrión y con el cómico bufón del magnate neoyorkino, el autoproclamado “Presidente Encargado”  Juan Guaidó. El resto eran gentes de rango inferior:  cancilleres e inclusive vice-cancilleres que con las mejores caras de circunstancias escucharon, con fingida solemnidad, la lectura del acta de defunción del plan golpista estadounidense y, casi con seguridad, del propio Cartel de Lima, habida cuenta de su comprobada inutilidad. El documento, leído con desgano y en medio de un clima deprimente, volvía todo a fojas cero y re-enviaba la cuestión al laberinto sin salida del Consejo de Seguridad de la ONU. Un fracaso gigantesco del gobierno de Estados Unidos en un área que algún troglodita del norte llamó no sólo su “patio trasero” sino su “puerta trasera”.  Los plazos para la “salida” de Maduro (primero planteados por Pedro Sánchez, desde Madrid y luego reiterados por Trump, Pompeo, Pence, Bolton y todos los hampones que hoy se cobijan bajo las alas del presidente norteamericano) se disiparon como una vaporosa niebla matinal bajo el ardiente sol del Caribe venezolano. No sólo eso, ante las evidentes muestras de la declinación  del poder imperial los lacayos neocoloniales optaron por ponerse a salvo del desastre y en un gesto inesperado declararon su oposición a una intervención militar en Venezuela. Los bravos guerreros del sur percibieron que en sus propios países una intervención gringa en Venezuela -aún bajo la infructuosa cobertura de una operación de “fuerzas conjuntas” con militares colombianos o de cualquier otro país- sería impopular y les ocasionaría serios costos políticos y optaron por salvar sus expuestos pellejos y dejar que Washington se encargara del asunto.
¡Qué puede hacer ahora Trump? Víctima de su verborragia y la brutalidad de los torvos gangsters que lo asesoran y aconsejan, ¿extraerá ahora a la última carta del mazo, la opción militar, esta que siempre estuvo sobre la mesa? Difícil que un personaje como él admita tan impresionante derrota diplomática y política sin un gesto violento, una puñalada artera. Por lo tanto, no habría que descartar esa posibilidad aunque creo que la probabilidad de una invasión estilo Santo Domingo 1965 o Panamá 1989 es muy baja. El Pentágono sabe que Venezuela no está desarmada y que una incursión en tierras de Bolívar y Chávez no sería lo mismo que la invasión en la inerme Granada de 1983 y  ocasionaría numerosas bajas entre los invasores.  Escenarios  alternativos: (a) provocar escaramuzas o realizar bombardeos tácticos en la larga e incontrolable  frontera colombo-venezolana; (b) subir un escalón y atacar objetivos militares dentro del territorio venezolano, desafiando empero una represalia bolivariana que podría ser muy destructiva y alcanzar, inclusive, las bases que EEUU tiene en Colombia o las que la OTAN tiene en Aruba y Curazao; o (c) sacrificar a Juan Guaidó, desecharlo debido a la inutilidad de toda la maniobra, y culpar del magnicidio al gobierno bolivariano. Con esto se buscaría crear un clima mundial de repudio que justificaría, con la ayuda de la prensa canalla, una operación militar de vasta envergadura. Claro que esta sería una jugada de altísimo costo político porque la credibilidad que tendría el gobierno de Estados Unidos ante un hecho de este tipo es igual a cero. Si Washington hizo estallar al acorazado Maine en la Bahía de La Habana en 1898 (enviando a la muerte de 254 marineros) para justificar la declaración de guerra contra España y quedarse con Cuba; si para entrar en la Segunda Guerra Mundial el presidente Franklin D. Roosevelt consintió en permitir que la Armada Imperial Japonesa atacara “por sorpresa” a Pearl Harbor en diciembre de 1941 ocasionando la muerte a unos 2500 marineros e hiriendo a otros 1300,  ¿quién podría creer que si algo malo le sucede a Guaidó, que nadie desea, el culpable podría ser otro que el gobierno de Estados Unidos? Los próximos días comenzará a develarse esta incógnita. Lo cierto, sin embargo, es que por ahora toda la operación golpista pergeñada por los hampones de Washington ha ido de fracaso en fracaso.

Atilio Boron | 26 febrero, 2019 en 8:55 pm | Etiquetas: EEUU, Venezuela | Categorías: Artículos, Destacado, Víctimas y Resistencias | URL: https://wp.me/p6X47X-P2

Revolución permanente. León Trotsky


Discurso histórico de Pablo Bustinduy, diciendo verdades.


lunes, 25 de febrero de 2019

El genocidio del régimen franquista: Los testimonios detrás de la querella de Zaragoza contra los crímenes del franquismo "A mi tío le prepararon una hoguera en la plaza para quemarlo" Óscar F. Civieta eldiario.es



La querella contra los crímenes del franquismo del Ayuntamiento de Zaragoza reúne 136 testimonios que acusan a siete policías, siete gobernadores civiles y once civiles de delitos de genocidio y crímenes lesa humanidad
Emoción y tristeza. Alegría por el paso dado; pesar por el tiempo de espera. Rabia y recuerdos que forman un crisol de emociones en el pecho de María Andresa Marikovich y Fidel Ibáñez, familiar de asesinados y torturados y víctima directa del franquismo respectivamente. Son la memoria de tantos que se fueron por no callar. La reminiscencia de los que, insurrectos, lucharon y gritaron.
Ella, él y otras muchas personas han puesto letra y voz a la querella criminal por los crímenes contra la humanidad cometidos por el franquismo en Zaragoza, que el pasado 31 de enero presentó el consistorio de la capital aragonesa. En total, reúne 136 testimonios que acusan a siete policías, siete gobernadores militares y once civiles como presuntos autores de delitos de genocidio y crímenes de lesa humanidad, asesinato, detención ilegal, torturas sistemáticas y desapariciones forzosas.
96 de los hechos denunciados tuvieron lugar entre 1936 y 1942. María Andresa Marikovich Cánovas no había nacido, pero ha escuchado demasiadas veces los hechos que destrozaron a su familia. Imposible ignorarlos: “No olvido, y, si hay dios, que perdone él”, dice. Por su madre y sus tías supo que, el día del golpe de Estado de 1936, su tío, un anarquista de Aljafarín (Zaragoza) había viajado a la capital: “Al volver le habían hecho una hoguera en la plaza del pueblo para quemarlo vivo”.
Al ver el macabro recibimiento, evoca, se escapó, “pero le pegaron dos tiros”. A pesar de todo logró huir al monte, donde se recuperó hasta que pudo marcharse: “No supimos nada más de él”. Mientras estuvo escondido en la montaña, “mi abuela (su madre) le llevaba mendrugos de pan en los calcetines cuando decía que iba a buscar leña”.
Pero eso no iba a quedar así: “Al no pillar a mi tío fueron a buscar a mi abuelo y lo metieron en el calabozo. Alrededor del 30 de julio lo sacaron y lo fusilaron”.
Tampoco era suficiente: “Cuando vieron que sacaban a su padre del calabozo, y sabiendo que lo iban a fusilar, mis tías se agarraron a sus piernas, a una de ellas le dieron con el mosquetón y le cortaron la oreja”. Después, continúa María Andresa, “les cortaron el pelo y les pusieron una banderica. A mi abuela le pusieron un cartel en la espalda que ponía ‘roja’ y la pusieron a barrer las calles”.
Su madre, que también pisó la cárcel en aquellos tenebrosos años, es quien ha impelido en María Andresa la fuerza para seguir: “Tenía obsesión por saber dónde está enterrado su padre, y se murió (en 1997 con 78 años) sin saberlo. Hacer esto se lo debo a ellos”.
52 asesinatos, 46 detenciones y 11 torturasLa recopilación de testimonios la ha llevado a cabo la Asociación Libre de Abogados de Zaragoza (Alaz) en la Oficina de Atención a las Víctimas del Franquismo. Se han recogido testificaciones de 52 asesinatos, 46 detenciones ilegales (42 de ellas desapariciones forzosas) y 11 torturas.
12 de estos hechos denunciados acaecieron en la segunda etapa establecida para elaborar la querella: de 1963 a 1975. “Era el domingo 30 de abril de 1968 sobre las 9:30 de la mañana, yo iba a empezar a hablar en una reunión de CCOO, de la que fui fundador en Aragón, nada más tomar la palabra, nos vimos rodeados por miembros de la Brigada Político Social. Estábamos unos 500 y se llevaron a 53 detenidos, procesaron a 13, yo cumplí una pena de tres meses y un día”.
Esa fue la primera vez que detuvieron a Fidel Ibáñez. Lo rememoró emocionado, pero clarividente, en el acto de presentación de la querella. La segunda fue años más tarde, en el 72: “Volvíamos de Madrid, de un encuentro estatal de CCOO, íbamos mi compañero, mi mujer y yo y nos dieron el alto, a él, nada más bajar, le pusieron la metralleta en las costillas, a mi mujer le dije: ‘Nos acaban de cazar’”.
Las dos detenciones no fueron igual, su desemejanza es aún patente en el cuerpo de Fidel: “La primera vez me torturaron, me rompieron los dos tímpanos, aún llevo tres agujeros en el derecho. En la segunda no, llegaron a la conclusión de que daba igual, hicieran lo que hicieran el resultado iba a ser el mismo”.
María Andresa y Fidel son los ojos, los llantos y las heridas de tantos y tantas. Nombres y caras. Porque no se habla números, como aseguró el historiador Herminio Lafoz –que ha participado en la elaboración de la querella–, “hablamos de gente que trabajó por una justicia social, que se dejó la vida, de campesinos que no sabían ni leer ni escribir, pero que tenían una cosa clara: el servicio a la democracia”.
Fuente: http://www.eldiario.es/aragon/sociedad/prepararon-quemarlo-franquismo-Ayuntamiento-Zaragoza_0_870713369.html

Guaidó:Un payaso pelele a las órdenes del Imperio yanquis

La derecha golpista no tuvo su "día D" en Venezuela

A pesar de la alta tensión de este sábado en la frontera con Colombia, y en menor medida Brasil, los objetivos que se había planteado la derecha golpista de Guaidó se vieron frustrados, al menos por ahora.
Domingo 24 de febrero
El show injerencista montado por el imperialismo estadounidense y la derecha regional, que estuvo disfrazado de “ayuda humanitaria” tenía un objetivo bien definido y era quebrar a un sector de las Fuerzas Armadas venezolanas para forzar un golpe contra Maduro y abrir el paso para un gobierno de la derecha títere de Trump.
Para este objetivo Guaidó hizo un llamado claro durante toda la semana que consistía en movilizar una “marea humana” a los cuarteles, para presionar a los militares, al mismo tiempo que concentrar los esfuerzos en la frontera con Colombia para intentar mostrar una imagen internacional de caos y eventualmente lograr que el Ejército y la Guardia Nacional dejaran entrar los camiones con insumos, lo que implicaría una fractura del mando con el gobierno de Maduro.
Sin embargo tanto la derecha golpista como el imperialismo que alentó esta aventura injerencista se inflingieron una autoderrota y no consiguieron ni una movilización masiva a los cuarteles, ni quebrar a un sector significativo del Ejército que muestre insubordinación en la frontera.
A primera hora de la mañana la derecha trató de viralizar un video en el que se mostraba a una tanqueta de la Guardia Nacional con tres efectivos que desertaban rompiendo las vayas fronterizas y cruzando a Colombia en el cruce del puente Simon Bolivar. En ese puente se habían concentrado los principales referentes políticos de la oposición, que en el video aparecen gritando “son de los nuestros” en lo que parece un montaje donde los militares colombianos dejan pasar la situación sin inmutarse.
Este hecho no surtió efecto y la oposición solo pudo mostrar la deserción de seis militares en total a lo largo de la jornada, a pesar del ridículo llamado que lanzó Guaidó desde las redes sociales diciendo ”En mi condición de Comandante en Jefe de la Fuerza Armada Nacional, dadas las circunstancias excepcionales que vive la República, dejo sin efecto la calificación de Traidores a la Patria, para efectivos militares que crucen la frontera”. Un mensaje desesperado de último momento que resultó un fracaso absoluto.
El segundo paso de la operación mediática y política era mostrar el respaldo internacional. Pasado el mediodía Guaidó apareció dando una conferencia de prensa junto Ivan Duque, Sebastian Piñera, Mario Abdo y Luis Almagro, como abanderados de la derecha regional. A esa altura el objetivo fue lanzar un nuevo ultimátum a los militares e intentar que dejen pasar algunos camiones para mostrar al menos un triunfo parcial.
Sin embargo tras la conferencia de prensa y una foto de Guaidó subido a un camión con provisiones, las fronteras permanecieron cerradas, y la derecha solo pudo anotarse el ingreso de un camión en la frontera con Brasil. Algo que Guaidó, ya en un estado de desesperación, consideró “un gran logro”.
Ya cuando Guaidó estaba dando por finalizada la jornada anunció un supuesto ingreso de camiones por el paso de Ureña que en realidad terminó con la Guardia Nacional tirando gases para frenar su paso y con dos camiones quemados, lo que fue aprovechado por los medios de la derecha para decir que era una acción de guerra contra Colombia.
Más allá de la propaganda que pueda hacer la derecha, magnificando su acción de este sábado, la verdad es que se trató de un fracaso de lo que consideraban su “día D” para avanzar en una dinámica golpista que contaba con un injerencismo abierto y desbocado de Estados Unidos, la derecha regional, los principales países de la Unión Europea y que hasta fue bendecido por el Papa Francisco.
Por su parte Maduro convocó a una movilización en Caracas en la que hizo un discurso rechazando el intento golpista y rompió todo tipo de relaciones con Colombia.
Si bien el gobierno de Maduro quiso adjudicarse la derrota golpista como un triunfo propio, esa lectura está lejos de la realidad. La derecha pudo utilizar demagógicamente el ingreso de “ayuda humanitaria” apoyándose en la catástrofe social que vive el país. Por su parte los llamados a los militares se basan en el hecho de que las Fuerzas Armadas son hoy el árbitro de la situación política. Maduro depende de ellas para mantenerse en el gobierno tanto como Guaidó para forzar un golpe y hacerse del poder.
Ante este escenario, que aún no se ha cerrado, es necesario enfrentar en primer lugar estos intento golpistas y la ofensiva imperialista, lo que no implica el más mínimo apoyo político a Maduro.
Es imperioso que los trabajadores y explotados de América latina se movilicen contra este intento de avanzada imperialista en Venezuela que no harán más que fortalecer a las derechas regionales y los ataques que llevan adelante en cada país como Macri en Argentina, Bolsonaro en Brasil, Duque en Colombia o Piñera en Chile.