martes, 31 de julio de 2018

Ahed Tamimi: la furia de la libertad La joven palestina, símbolo de la resistencia de su pueblo, fue liberada luego de casi ocho meses encerrada en una prisión israelí Ahed Tamimi: la furia de la libertad Leandro Albani. La Tinta

La joven palestina, símbolo de la resistencia de su pueblo, fue liberada luego de casi ocho meses encerrada en una prisión israelí
Ahed Tamimi: la furia de la libertad
Leandro AlbaniLa Tinta

“Mi felicidad no está completa porque tengo hermanas que permanecen en prisión”, pronunció la joven palestina Ahed Tamimi cuando este domingo recuperó la libertad luego de permanecer casi ocho meses encarcelada tras ser condenada por un tribunal militar israelí.Tamimi, convertida en un símbolo de la resistencia palestina a la ocupación, fue juzgada después de que se conociera un vídeo en la que abofetea a soldados israelíes que habían ingresado a Nabi Saleh, el pueblo de Cisjordania en donde vive toda su familia.
El traslado de Ahed desde la prisión israelí de Hasharon -situada en Even Yehuda, en el centro del Estado de Israel- hasta su casa estuvo marcado por los abrazos y besos de sus familiares. En Nabi Saleh, la bandera palestina fue izada para recibir a la joven, que puedo escuchar a los pobladores corear su nombre y vivar a la resistencia palestina.
“La resistencia continuará”, sintetizó la palestina de 17 años que despertó la ira de las fuerzas de seguridad hebreas, al mismo tiempo que en este último año recibió un fuerte apoyo internacional. Tamimi agradeció a quienes respaldaron su lucha y denunciaron los abusos a los que fue sometida dentro de la cárcel, a su vez que solicitó el respaldo para los casi seis mil presos políticos palestinos, de los cuales 291 son menores de edad.
Los defensores legales de Ahed lograron pactar su encarcelamiento a cambio de declararse culpable de cuatro de los 12 cargos de los que fue acusada: asaltar al soldado hebreo, incitar a la violencia y dos cargos más por perturbar el curso de las actividades del Ejército.
Por su parte, la abogada Gaby Lasky, quien fue defensora de la joven palestina, declaró que “se ha demostrado que las razones de la detención son políticas y no legales” y transmitió su preocupación por los peligros para Ahed si vuelve a participar en un manifestación.Ahed, que nació el 30 de marzo de 2001, fue detenida el pasado 19 de diciembre cuando tenía 16 años al aparecer en un vídeo con su madre y su prima, también detenidas, en el que increpaban y se defendían de soldados israelíes en el patio de su casa de Nabi Saleh.
Ese día, la joven se acababa de enterar de que, una hora antes, un soldado israelí le había disparado una bala en la cabeza a uno de sus primos de 15 años, que vivía en el mismo barrio. El niño sobrevivió tras una operación compleja, pero quedó desfigurado y los médicos tuvieron que sacarle parte del cráneo.
Hija de una familia que realiza diversas actividades contra la ocupación, a los 11 años Ahed fue fotografiada enfrentando a un soldado israelí y también mordiendo la mano de uno de los uniformados, cuando intentaban llevarse a uno de sus hermanos.
En sus primeras declaraciones a la prensa, Tamimi expresó que “la ocupación será eliminada si los palestinos continúan la lucha”. A su vez, elogió la resistencia del pueblo palestino, en especial, de los residentes de la Franja de Gaza, a los que les pidió que mantengan la “unidad” y “solidaridad” para superar los ataques israelíes que se multiplican todos los días contra las manifestaciones de la “Gran Marcha del Retorno”. Ahed además denunció la reciente ley del “Estado-nación judío”, aprobada por el parlamento de Tel Aviv, a la cual calificó de racista. “Al Quds (Jerusalén) será la capital eterna de Palestina”, remarcó la joven.
Conforme a varios expertos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con la detención de Ahed, Israel violó la Convención sobre los Derechos del Niño.
El pasado miércoles, para conmemorar la liberación de Tamimi, dos artistas llegados de Italia pintaron el rostro de la joven en el muro de separación que Israel construyó en la ciudad palestina de Belén. Este sábado, soldados israelíes detuvieron a los artistas porque pintar en la pared está prohibido, según argumentó el Ejército hebreo.
El jueves por la noche, las fuerzas de ocupación también cerraron la entrada a Nabi Saleh, impidiendo la entrada y salida de residentes. Según fuentes locales recogidas por Middle East Monitor, un gran número de soldados se desplegaron en la aldea. Con menos de mil residentes, Nabi Saleh es una de las aldeas más pequeñas en la Cisjordania ocupada. Desde el año 2009, la aldea ha realizado manifestaciones semanales cada viernes, junto con una docena de aldeas en la ocupada Cisjordania en protesta contra las políticas de ocupación israelíes. La gran mayoría de la tierra del pueblo se encuentra en el “Área C”, que está bajo el completo control israelí.
Ahed Tamimi se transformó en el símbolo actual más fuerte de la resistencia palestina frente a la ocupación israelí. Su detención y procesamiento confirmaron, otra vez más, que el Estado de Israel aplica un plan sistemático de represión contra los palestinos y que su blanco predilecto son los más jóvenes. Pero Tamimi también es parte de la nueva generación que denuncia y lucha contra las políticas represivas de un Estado que erige la limpieza étnica como política oficial. Ahed, sus hermanas y hermanos, y los miles de jóvenes palestinos saben que en las calles de sus pueblos y ciudades es donde la fuerzas de ocupación israelíes deben ser detenidas.
Fuente: https://latinta.com.ar/2018/07/ahed-tamimi-la-furia-de-la-libertad/
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Nueva fase en la política española: ¿neoturnismo o estrategia constituyente? (I) Brais Fernandez. Viento Sur.

Nueva fase en la política española: ¿neoturnismo o estrategia constituyente? (I)
Brais FernandezViento Sur.

Con la victoria de Pablo Casado en el congreso del PP y del PSOE de Pedro Sánchez en el Gobierno español, los dos grandes partidos que han gobernado el régimen del 78 han iniciado una nueva fase en la que buscarán desarrollar y estabilizar sus respectivos procesos de renovación. Lo hacen desde lugares que unos meses parecían improbables: el PSOE desde el gobierno y el PP desde la oposición, dividido y alejado temporalmente del poder. Es obvio que existe una tendencia, impulsada por ambos actores pero también por la dinámica parlamentaria, a recuperar la dialéctica turnista como formula de estabilización del escenario representativo: sin embargo también existen contratendencias de fondo en lo social que impiden el cierre de la crisis. Este texto está dividido en dos partes. En la primera, trataremos el actual proceso de recomposición de las fuerzas políticas de derecha a izquierda [1]. En la segunda, trataremos de apuntar algunas claves de la onda larga de movilización en el Estado español.
La victoria de Casado: la derecha busca pueblo
En el congreso del PP competían dos estrategias para recomponer el partido. Por una parte, la representada por Soraya Sáez de Santamaría, la mujer fuerte del gobierno Rajoy. La propuesta de Santamaría era fundamentalmente una estrategia de Estado. Esta tesis piensa el PP como una agencia de gobierno, cuya potencia se basa en la capacidad de dotar de estabilidad a las viejas clases medias y en ganar el famoso voto de centro sin movilizar excesivamente a la izquierda. Se construye sobre ciertos mitos refundacionales de la derecha española: la idea de que la derecha gestiona mejor, que encarna mejor la razón de Estado, una derecha firme pero sin aspavientos ideológicos innecesarios.
En perspectiva, es explicable que Santamaría haya sido derrotaba por Pablo Casado. El PP es un partido en crisis y no precisamente por haber perdido apoyos en el seno de los aparatos del Estado. El problema lo ha revelado el censo del partido: de los 800.000 militantes que el PP decía tener, solo poco más de 60.000 eran reales. Es decir, un partido de cargos públicos, asesores, funcionarios: un partido arraigado en la sociedad política pero débil en la sociedad civil. El olfato político de Casado ha conectado con las necesidades objetivas de la derecha: para renovarse en un sentido fuerte del término (esto es, recuperar a las viejas fuerzas sociales hoy dispersas en un proyecto para la nueva fase) el PP necesita removilizar al pueblo de derechas. Casado ha optado por ganar el partido abriendo el frasco de las esencias conservadoras: forjar la unidad de España mediante la coerción, antiabortismo y una propuesta neocon en materia económica que pretende bajar los impuestos a los ricos, que imita al republicanismo americano, pero con altas dosis de corrupción cínicamente negadas.
Así pues, al menos en el corto plazo, la táctica de Casado pasa por removilizar al núcleo tradicional de la derecha. Y debe hacerlo sin perder el apoyo de los sectores a los que representa Santamaría, poco dados a veleidades incendiarias que movilicen a un PSOE que ha recuperado el gobierno y afronta el ciclo electoral a la ofensiva. No nos olvidemos que la consigna a través de la cual el antiguo PCI trataba de metaforizar su naturaleza bifronte (“partido de protesta, partido de gobierno”) no es tanto un planteamiento eurocomunista como una lógica universal de las democracias agonistas. Apostar por una cara en una fase implica siempre no olvidar que se tiene otra.
Sin embargo Casado se enfrenta a otro reto más peliagudo y que le puede llevar por caminos impredecibles. Si alza la vista a Europa (algo poco habitual en la política española), el flamante renovador popular verá que los viejos partidos de derechas se ven mermados por el auge de nuevas formaciones extremistas. ¿Le basta a Casado, en este periodo de crisis orgánica, con recuperar las viejas formulas de la derecha española? ¿Se deslizará Casado hacia nuevos temas con el objeto de ampliar su base social, ensayando discursos antiinmigración, securitarios y que avancen hacia un nacional-populismo que ponga en el centro a los sectores populares excluidos del discurso neoliberal-progresista? Esta es la incógnita estratégica que está latente en la derecha y que tanto el PP como Ciudadanos, inmersos en una feroz competencia por el mismo espacio, tendrán que resolver en los próximos meses.
El gobierno Sánchez: los efectos de la ficción progresista
Desde algunos análisis se ha apuntado que, a corto plazo, la victoria de Casado puede ser una buena noticia para el PSOE de Pedro Sánchez. Dentro de está dinámica que busca rehacer el turnismo en tiempos de inestabilidad, la tendencia de Casado a la sobreactuación derechista puede generar el efecto óptico de que el gobierno neoliberal-progresista (por usar la afortunada expresión de Nancy Fraser) está más a la izquierda de lo que realmente está. Pero los problemas para su proyecto de estabilización del régimen por la izquierda podrían venir de otro lado.
Decía un sabio griego llamado Poulantzas que una de las características fundamentales del Estado capitalista contemporáneo es su capacidad para enviar discursos en varias direcciones diferentes, pero conservando el orden unitario dominante. En esto se basa precisamente el arte de gobernar en momentos de recomposición: se trata de generar la ficción de que el gobierno tiene en cuenta a múltiples sectores sociales, con una política de reformas compartimentada, pero descartando cualquier tipo de proyecto político que toque los núcleos centrales en torno a los cuales se organiza el sistema político, económico y cultural. Así pues, el gobierno de Sánchez se ha dirigido a las mujeres, a las clases trabajadoras, a los sectores de clase media con conciencia humanitaria, a la izquierda civil de tradición republicana y a la ciudadanía catalana. Ha presentado una batería de guiños para cada uno de esos sectores, delimitando de forma inteligente la profundidad de cada medida: se trata de contentar a los sectores de clase media de cada fracción social, con medidas superficiales pero necesarias, saludables pero que dejan al margen a amplios sectores de las clases populares, que ven como el progresismo neoliberal institucionaliza desde el gobierno la normalización de su exclusión del sistema.
Esta política de gobernanza progresista tiene las patas más cortas de lo que parece. Solo se puede articular si la economía crece y subsisten ciertas expectativas (más que riqueza en un sentido real) que repartir. Cualquier dato de paro negativo o cualquier proceso de reclamación salarial fuerte puede provocar una crisis que podría ser mortal en un gobierno que aspira a organizar un reparto de concesiones sociales variado y superficial, pero que no tiene ningún tipo de margen para controlar los desarrollos de un ciclo económico inestable y volátil.
Porque, a pesar de los equilibrios discursivos y de la distribución de concesiones, toda política progre necesita una base social estable, mediada a través del Estado. A finales de los 80, esa base social se construyó a través del sueño europeo y las becas Erasmus; en los 2000, a través del boom inmobiliario: a día de hoy, el progresismo-neoliberal de Pedro Sánchez tiene pocas bases materiales a las cual aferrarse. La mitología de las clases medias puede organizarse en torno a algunas fracciones de profesionales que buscan el ascenso social a través de la renovación generacional (periodistas y políticos parecen estar a la vanguardia), pero en ningún caso en torno a un proyecto universal apoyado en la extensión de la seguridad estatal a amplios sectores de las clases trabajadoras y populares.
La izquierda post-15M: entre el agotamiento y nuevas reinvenciones
En un contexto global en el que proceso de precarización de las sociedades occidentales parece inexorable, el progresismo neoliberal siempre acaba apareciendo como impotente frente a la exclusión de millones de personas. Frente a la combinación de corporativismo burocrático, pesadez intelectual y patética sumisión al capital financiero que encarna el PSOE, parece increíble que tanto Podemos y como el resto de la izquierda parlamentaria hayan apostado con tanta fe por la carta del “cogobierno de progreso”. De cualquier modo, podemos apuntar algunas explicaciones, sin duda parciales, si combinamos ciertas dinámicas sociales con las decisiones tácticas por las que ha apostado la dirección de Podemos en los últimos años.
El giro hacia el gobernismo progresista no se puede entender sin relacionarlo íntimamente con el alejamiento del horizonte constituyente sostenido por las bases sociales que protagonizaron el 15M. Esto es, la vuelta al eje izquierda-derecha como factor divisivo de la política, solo que ahora protagonizado por cuatro partidos. En este caso, el liderazgo del PSOE en el incipiente bloque progresista (bajo hegemonía neoliberal) se traduce en una mutación de Podemos y sus fuerzas aliadas, que podrían pasar de ser la vanguardia de un ejército que iba a asaltar los cielos a una muleta de izquierdas.
No cabe duda de que la falta de estrategia de Podemos, su tacticismo ciego y sus estruendosos bandazos han terminado por colocarle en un callejón sin salida. Dentro de la lógica que ha asumido Podemos, sus opciones parecen reducirse a una, desdoblada en dos versiones: o bien apoyar al gobierno sin participar en él o bien seguir moderando su programa y sus objetivos, hasta el punto de ser aceptados por las élites como un socio de gobierno menor y controlable. Podemos también podría verse hipotecado por sus propios esloganes si trata de dar un giro brusco y ser víctima del sentido común que han contribuido a instalar el hay que tener paciencia, los cambios llevan tiempo. La espiral de impotencia en la que se ha instalado Podemos puede racionalizarse, como hace Errejón, o vivirse con cierta rabia, como ocurre en los sectores más izquierdistas del pablismo pero, al fin y al cabo, el resultado es el mismo: colocar a la fuerza política surgida del 15M en la posición de muleta de izquierdas del bloque progresista. Una clase magistral de hegemonía dictada por el viejo moribundo y renacido Partido Socialista a los jóvenes y ambiciosos politólogos.
Sin embargo, hay sectores de las izquierdas que empiezan a apuntar en otra dirección, que trata de salvar lo mejor del ciclo 15M y que, a la vez, pone nuevos cimientos para poder avanzar en ulteriores escenarios. La propuesta de confluencia impulsada por Teresa Rodríguez (Podemos) y Antonio Maíllo (IU) en Andalucía (Adelante Andalucía) es un intento de romper con esa inercia hacia la impotencia subalterna a la que parecen condenadas las fuerzas del cambio. El reto es mayúsculo y no está exento de problemas. Con un discurso dinámico que busca recuperar los grandes ejes constituyentes del ciclo social y un programa fuerte al estilo Jeremy Corbyn, adaptado a la realidad andaluza, no deberíamos ocultar el hecho de que, a pesar de la esperanza que supone su andadura, la confluencia andaluza se enfrentará a los mismos problemas que sobredeterminan el panorama político. Porque no deberíamos medir el éxito o el fracaso de la confluencia andaluza tan sólo por su resultado electoral, sino que también deberíamos exigirle ser capaz de materializar la confluencia por abajo, agregando nuevos sectores y dando protagonismo a las luchas, a la clase trabajadora olvidada por la política de las clases medías. En definitiva, debemos esperar, ni más ni menos, que sean capaces de ir verificando en la práctica la tesis política que subyace tras la confluencia andaluza: esto es, que la degeneración electoralista, autoritaria y estrecha de miras de la nueva política no es inevitable y que, en consecuencia, hay un camino alternativo que es posible recorrer.
Para ello no podrá contar con la dirección estatal de Podemos, cuyo único objetivo para 2019 parece ser frenar los procesos de confluencia y la autonomía de los territorios [2]. Los métodos utilizados por la dirección estatal de Podemos en Andalucía, basados en el patriotismo de siglas y en tratar de desacreditar a Teresa Rodríguez, no han tenido más efecto que una contundente victoria de quienes defienden la confluencia en las primarias.
Tampoco deberíamos ser tan ingenuos como para creer que la dirección estatal de Podemos vive tan fuera de la realidad y creyese que tenía alguna opción de ganarle las primarias a Teresa Rodríguez. El objetivo no ha sido otro que advertir que, fuera de Andalucía, no se tolerará ningún proceso de confluencia que no piloten ellos desde arriba. Ahora mismo la dirección de Podemos podría situarse en la misma posición que Cayo Lara y la antigua dirección de IU ante el surgimiento de Podemos: como el freno consciente a posibles nuevos desarrollos, solo que, siendo claros, sin que haya surgido todavía una fuerza política capaz de descorchar el tapón y desbordar el proceso de cierre. Por eso, todos los esfuerzos por aislar y desacreditar la confluencia andaluza les parecen pocos a la dirección estatal de Podemos. Según sus estrechos intereses burocráticos y de poder, Andalucía debe ser la excepción, jamás la regla, aunque está cerrazón debilite todavía más a la izquierda como opción política en la sociedad. En ese sentido, la dirección federal de IU encabezada por Alberto Garzón también tiene el reto de demostrar si su giro hacia las confluencias democráticas se basa en una posición consecuente o es una simple maniobra táctica oportunista para mejorar su relación de fuerzas en Andalucía y seguir negociando por arriba en el resto del Estado.
Hay que recordar que la cerrazón de la antigua dirección de IU en 2015 fue en parte responsable de liberar fuerzas sociales latentes. Es muy improbable que en el corto plazo surja algo con la potencia del primer Podemos, pero también es seguro que muchos sectores no van a aceptar pasivamente el cierre que proponen los aparatos estatales de los partidos de izquierda. En parte, de la voluntad para la apertura confluente de las direcciones estatales de los grandes partidos de izquierda (Podemos e IU) depende en buena medida la forma de afrontar el ciclo electoral que viene a nivel autonómico y municipal, pero también de la capacidad de iniciativa de otros espacios al margen de los grandes aparatos y que reivindican una política diferente para la nueva fase política. Porque esta apertura no debería orientarse simplemente hacia la distribución de cargos públicos en clave democrática, sino que debe servir para reabrir el debate estratégico fundamental. La izquierda está ante una gran encrucijada: ¿aceptar la lógica neoturnista y ser la izquierda del progresismo o comenzar a repensar una estrategia en plazos más largos, trazando un horizonte constituyente basado en las dinámicas de lucha? Los que apostamos por la segunda opción debemos iniciar también una reflexión sobre cómo articular una fuerza material que nos permita hacerlo en un mientras tanto sui generis, en el cual, paralelamente a las recomposiciones en la sociedad política, se despliega una profunda recomposición en el plano social. De ello hablaremos próximamente.
Notas:
[1] En este texto hemos excluido conscientemente el proceso catalán del análisis. Sin duda, eso provoca ciertos déficits y limita el alcance de la propuesta, pero excedía el alcance de este artículo. Recomiendo los artículos publicados por Marti Caussa en esta misma web.
[2] El aparato central de Podemos se presenta como defensor de los inscritos del partido frente a la “autonomización” de los territorios, excepto, por supuesto, cuando les conviene lo contrario: suponemos que la secretaría de Organización de Podemos encabezada por Echenique será igual de valiente como fiscal con Manuela Carmena en el Ayuntamiento de Madrid, con la misma intensidad que con Teresa Rodriguez en Andalucia. Más allá de la ironía, la aparente arbitariedad del aparato de Podemos no es tal: complacientes y sumisos con el “entrismo progre” de Manuela Carmena, extremadamente severos y arrogantes con los sectores rupturistas. Detrás de esto, subyace la concepción de mando eurocomunista, consistente en ceder ante los poderosos y disciplinar o expulsar a los sectores radicales.
Fuente: http://www.vientosur.info/spip.php?article14041

Sobre la condena penal a Juana Rivas, esta es nuestra opinión

Sobre la condena penal a Juana Rivas, esta es nuestra opinión
AMJE

Hoy se ha hecho pública la sentencia dictada el 18 de julio de 2018 por la que se condena a Juana Rivas como autora de dos delitos de sustracción de menores a la pena de cinco años de prisión, indemnizar a su exmarido con 30 000 euros además de inhabilitarla durante seis años para ejercer la patria potestad sobre sus hijos.
Partiendo del absoluto respeto a todas las decisiones judiciales, la gravedad y trascendencia de las penas impuestas resulta evidente, pues con ellas no se condena solo a la acusada, sino a dos hijos a perder el vínculo con su madre, a pesar de que todos los informes de especialistas, incluido aquél en el que se apoya la sentencia, confirman una relación positiva y vinculante entre los menores y su progenitora.
Desde AMJE seguimos manteniendo que lo que se percibe como decisiones desproporcionadas o dictadas al margen de la realidad social no son sino el producto de ignorar la obligación de integrar la perspectiva de género en la aplicación del derecho, y con ella interpretar la norma salvaguardando los Derechos Humanos.
La persistencia de estereotipos en la labor judicial, como aquellos que afirman la existencia de un perfil típico de maltratador primario y atávico que forzosamente tiene que ser perceptible, no solo por la víctima, sino también por su entorno; o los que cuestionan la veracidad del testimonio de la mujer por no denunciar los hechos mientras el maltrato se producía llevan a valoraciones de la prueba e interpretaciones de la norma que, aunque legales, corren el riesgo de consagrar una manifiesta injusticia.
Existen recientes pronunciamientos judicales que, de forma expresa, integran el mandato de aplicar la perspectiva de género y la necesidad de atender a las particulares circunstancias que pueden darse frente a quien denuncia ser víctima de violencia machista. La Sentencia de la Sala 2ª del Tribunal Supremo de 13 de junio de 2018 es clara cuando dice que:
“Tampoco será un elemento negativo hacia la víctima la circunstancia de que tarde en denunciar en hechos de violencia de género, dadas las especiales circunstancias que rodean a estos casos en los que las víctimas pueden tardar en tomar la decisión en denunciar por tratarse el denunciado de su pareja, o ex pareja, lo que es un dato que puede incidir en esas dudas de las víctimas que están sometidas a esa especial posición psicológica en la que quien les ha agredido es su propia pareja”
La no integración de esta perspectiva y un posicionamiento de la justicia que no atendió suficientemente las denuncias de maltrato realizadas por la madre de una menor ya llevó aparejada la conocida condena del Comite CEDAW de Naciones Unidas a España por el asesinato de la hija de Angela González(Dictamen de 16 de julio de 2014) entre cuyas recomendaciones a nuestro país, se incluye expresamente:
“Tomar medidas adecuadas y efectivas para que los antecedentes de violencia doméstica sean tenidos en cuenta en el momento de estipular los derechos de custodia y visita relativos a los hijos, y para que el ejercicio de los derechos de visita o custodia no ponga en peligro la seguridad de las víctimas de la violencia, incluidos los hijos”
Dictamen, cuya efectividad se ha visto parcialmente cumplida en la reciente Sentencia de la Sala 3ª del Tribunal Supremo de 17 de julio de 2018 que ha reconocido su derecho a ser indemnizada por la ineficaz protección que le dieron a ella y a su hija las instituciones y órganos judiciales españoles, condenándose a la Administración General del Estado por anormal funcionamiento de la Administración de Justicia.
No podemos persistir en los mismos errores y seguir ignorando los mandatos legales y jurisprudenciales que exigen una Justicia que pondere adecuadamente los hechos y el derecho aplicable tomando como base, siempre, el principio de igualdad y la protección de los y las menores.
Debemos dejar de ser herederos y herederas de una justicia patriarcal que la sociedad no tolera y la comunidad internacional condena, pues solo así podremos mantener la confianza de la ciudadanía en sus instituciones.
28 de julio de 2018
Este comunicado fue publicado originalmente en la web de AMJE.

El recurso del terror: darles alas a los racistas

El recurso del terror: darles alas a los racistas
2
Comentarios

El recurso del terror: darles alas a los racistas

En Estados Unidos no es nuevo el tema del racismo ni el de la xenofobia; dicen los Pueblos Originarios del norte del continente americano, que los invasores lo utilizaron contra ellos, mientras realizaban el genocidio más grande de la historia y posteriormente al encerrarlos en cárceles a las que les dieron el nombre de reservas.

Del tema del racismo podrían hablar los miles de chinos indocumentados que fueron utilizados para construir el puente de San Francisco. Podrían hablar los afro descendientes desde el tiempo de la esclavitud y la invasión al continente africano. Podrían hablar desde las cárceles, desde los parques, las vías públicas, desde el deporte federado, desde las fábricas y universidades. Miles de testimonios podrían dar los jornaleros del campo, los braceros, las empleadas domésticas, los albañiles. Un tema que va de la mano con la explotación laboral a quienes no tienen documentos.

No es política exclusiva de Trump, es sistemático, porque mientras Obama caminaba para conmemorar 50 años de la marcha en Selma, la policía asesinaba negros en las calles del país. Mientras Obama hablaba de unificación, de reconciliación, de respeto y humanidad, su administración deportaba indocumentados por canastadas.

Pero algo ha cambiado del gobierno de Obama al de Trump y es el recurso del terror, la palabrería fascista y machista de Trump que les ha dado alas a los racistas que no son solamente caucásicos si no todo aquel que se crea superior: y ahí entran asiáticos, negros adinerados, europeos, latinoamericanos derechistas, fascistas en general.

Y estos personajes se encuentran en cualquier lugar: son docentes, enfermeros, doctores, granjeros, pescadores, trabajadores de caminos, padres de familia, deportistas, religiosos, son jueces, abogados. Con miles de rostros y diferente condición social, porque un racista pobre se siente superior a un indocumentado en las mismas condiciones económicas.

El discurso racista de Trump específico contra latinoamericanos indocumentados ha florecido en Estados Unidos y los fascistas atacan cada vez más a quienes ellos por simple imaginación creen indocumentados. Hemos sido atacados, cuestionados de nuestra situación legal en el país, señalados, acosados por cualquiera que se siente como agente de inmigración y dueño de esta tierra robada a los Pueblos Originarios.

Caucásicos del Kukluxklan pululan en cualquier lugar, discriminando, insultando y aterrorizando a la población latinoamericana indocumentada. Y lo mismo sucede con policías y agentes de inmigración que salen de casería en cualquier estado del país, porque lo de “ciudades santuario” es de adorno nada más.

La política del terror está funcionando en el gobierno de Trump, la población latinoamericana indocumentada si de por sí iban de su casa al trabajo y viceversa, en esta administración es peor, la paranoia, la psicosis y el estigma han marcado a quienes han llegado a este país para salvar sus vidas y buscar sustento.

En la era Trump se desconfía hasta del soplo del viento, no se sabe quién llamará a inmigración por odio y racismo. Puede ser un compañero de trabajo, la maestra de la escuela, el doctor o la enfermera que atendió en emergencias, la trabajadora social, puede ser el piloto de autobús, el piloto de tren, puede ser cualquier persona en la que haya florecido el fascismo que grita Trump a los cuatro vientos.
Lo duro de todo esto, no es el tema de los racistas y su acoso, es la pasividad de esa otra parte de la población que no hace nada al respecto y que solapa con su desidia este tipo de abuso inconcebible.

La desgracia de todo esto es que no sucede solo en Estados Unidos, porque aquí es el Kukluxklan, pero en Latinoamérica, la mente colonizada.

Blog de la autora: Crónicas de una Inquilina

Ilka Oliva Corado @ilkaolivacorado
29 de Julio de 2018, Estados Unidos.

Uribe Vélez expresidente de Colombia, un auténtico sanguinario terrorista de Estado.Periodista colombiano revela expediente contra Uribe Vélez

"Uribe miente con descaro: por supuesto que está maniobrando para escapar a la competencia de la Corte", dijo a través de Twitter el senador Iván Cepeda.

"Uribe miente con descaro: por supuesto que está maniobrando para escapar a la competencia de la Corte", dijo a través de Twitter el senador Iván Cepeda. | Foto: EFE

Publicado 30 julio 2018 (Hace 18 horas 5 minutos)

Daniel Coronell en un artículo de opinión reveló detalles de la investigación que adelantan contra el expresidente colombiano por soborno y fraude procesal.

El periodista y columnista colombiano Daniel Coronell, publicó un artículo en el diario Semana, los detalles del expediente de la investigación que lleva adelante la Corte Suprema en contra del expresidente Álvaro Uribe Vélez por soborno y fraude procesal.
En la publicación muestra cuáles son los tres emisarios que intentaron convencer al exparamilitar Juan Guillermo Monsalve para que declarara en favor del exsenador Uribe Vélez. 

Coronell expresó en sus líneas que desde el día en que la Corte Suprema llamó a indagatoria al expresidente se puso en marcha una operación político-jurídico-mediática para mover el reflector lejos de lo sustancial y cerca de lo que le conviene al indiciado.
Detalla que uno de los emisarios que han buscado para mover las declaraciones a favor de Uribe es Carlos Eduardo López Callejas, alias Caliche, antiguo compañero de Monsalve quien ha tenido contacto con el congresista Álvaro Hernán Prada.

De acuerdo con la publicación, la justicia de Colombia tiene en su poder un audio donde Caliche alega que el congresista Padra y otros amigos lo buscaron, supuestamente, para que lo convenciera de grabarse retractándose de las acusaciones que entregó en contra del exsenador y ex presidente. 
Otra persona para intentar cambiar la versión del testigo es el abogado Diego Javier Cadena, según Coronell. A su juicio, el personaje está categorizado por "patinar cartas de narcotraficantes presos para librar a políticos de toda sospecha".
El último personaje es Enrique Pardo Hasche, miembro de una distinguida familia bogotana y condenado a 29 años de cárcel por el secuestro de Eduardo Puyana, suegro del expresidente Andrés Pastrana.
El columnista enfatizó en su escrito que Hasche quedó grabado en un video en la cárcel cuando trata de convencer a Monsalve de que cambie su testimonio y, en cambio, declare en contra del senador Iván Cepeda.


Entretanto, Coronell destaca que "la especulación pretende soslayar un hecho incontrovertible: varios personajes cercanos o con contactos con el bajo mundo le hicieron ofrecimientos a Juan Guillermo Monsalve para que cambiara su versión a favor de Uribe"

Conmemoran natalicio del comandante Hugo Chávez en Venezuela












lunes, 30 de julio de 2018

El precio de la Transición

El Economista


Los materiales publicados con las confesiones de Corinna Zu Wittgentein solamente han podido sorprender a los extremadamente ingenuos o a los extremadamente cínicos. El llamado Rey emérito no es peor que la oligarquía económica, política y mediática que constituida como un doble Estado de cañerías insalubres, tramas de todo tipo, uso mafioso de las instituciones y apropiación del erario público, mudó de piel política para seguir haciendo lo que hizo durante la dictadura: robar, corromper y pervertir los grandes principios políticos, éticos y del Derecho.Ya va siendo hora de asumir que el pícaro designado por el dictador Francisco Franco como sucesor a título de Rey fue, y lo es su sucesor dinástico, la clave del arco que sustentaba y sustenta el edificio corrupto de la segunda Restauración borbónica.
Desde hace mucho tiempo vengo afirmando que el sistema político de nuestro país puede ser definido como una no dictadura en la medida en que hay elecciones, instituciones surgidas de las mismas y un ejercicio de libertades, eso sí, cada vez más intervenido política, judicial y mediáticamente. Pero la Democracia como sinónimo de transparencia, participación más allá de lo electoral, ética pública, control cívico, igualdad jurídica e imperio de la Ley, todavía no se ha implantado en España. Para realizar esta afirmación me atengo a la memoria histórica basada en lo ocurrido entre 1977 y nuestros días.
Que Juan Carlos I borboneó, se entregó a actividades lucrativas irregulares y opacas o jugó frívolamente en operaciones políticas sinuosas de alto riesgo, fue posible porque los gobiernos de turno se lo permitieron, los medios de comunicación ocultaron y/o velaron muchos hechos, y los poderes económicos mostraron su adhesión a uno de los suyos que lucía corona. Sin olvidar tampoco los silencios judiciales. Cuando las oligarquías de toda índole entendieron que ya no les servía, forzaron su abdicación en junio de 2014. A cambio lo aforaron y no permitieron la rendición de cuentas. Corinna ha aireado las facturas y los albaranes olvidados pero sabidos por todos. Que cuide su salud.
La Transición está en el origen de esta degradación, en absoluto desconocida u oculta. Y es que hoy, en 2018, la cuestión sigue siendo la misma que en 1975 cuando murió el dictador, la ruptura democrática con el régimen de excepción ética, moral y de funcionamiento público, sigue siendo una necesaria asignatura a aprobar. La ciudadanía tiene la palabra.
Julio Anguita. Colectivo Prometeo
Fuente: El Economista
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Sabíamos lo que firmábamos

Sabíamos lo que firmábamos



Uno cuando es tropa temporal tiene que escuchar una serie de frases despreciativas. Estas frases evolucionan con el tiempo, al principio eran del tipo; “eres voluntario, nadie te obliga a estar aquí, así que si no te gusta lo que hay vete.” Esta frase la decían mucho nuestros mandos cuando entré, en el tiempo en el que aún había tropa de reemplazo. Sobre todo cuando te mandaban algo que no te correspondía hacer.
Pero como digo estas frases han evolucionado, y la que más se repite hoy es la de “sabías lo que firmabas, así que no te quejes”. Es una frase que la exministra Cospedal usaba mucho y ha calado. Ante esa frase yo me pregunto. ¿Cuándo teníamos que saber lo que firmábamos? Yo entré en el ejército en 1997 y de aquella la ley era curiosa y muy injusta, dividían los compromisos entre largos y cortos, según especialidad, los compromisos cortos eran de 18 meses y los largos de tres años. Eso influía en el tiempo que podías permanecer en el ejército, si tenías compromiso largo podías permanecer hasta los cincuenta y pico años (la edad exacta no la recuerdo, hace muchos años de eso) y si tenías compromiso corto podías permanecer hasta los cuarenta y muchos. El siguiente compromiso que firmé fue en el año 2000, ya con la nueva ley que nos puso Aznar, la famosa ley en la que te echaban a los 35 años o a los 12 de servicio y creo a los permanentes. Firmé otro compromiso en 2003 con la misma ley y por último, en 2006 firmé el compromiso de larga duración hasta los 45 años.
Por supuesto, cada una de las veces que firmé el compromiso, asumiendo con ello la nueva legislación, sabía lo que firmaba. Ni yo ni el resto de mis compañeros somos idiotas, nos leemos lo que firmamos y todos sabíamos lo que firmábamos. ¿Pero acaso teníamos otra opción? Las opciones eran dos, o firmábamos o nos íbamos a la calle. Como les pasa a muchos otros trabajadores, no teníamos ninguna opción de negociar nuestras condiciones laborales en la firma de nuestros compromisos, no podíamos decir: mire usted, este artículo de la ley no me gusta, así que cámbienlo.
Así que efectivamente, sabíamos lo que firmábamos, pero nos parecía injusto cuando lo firmamos y nos parece injusto hoy. Y es hoy cuando tenemos la posibilidad de presionar para cambiar las cosas y vamos a presionar, nos estamos movilizando y no vamos a parar.
Hay otra frase que se nos repite con insistencia la de, “haber estudiado”, esta frase tiene una respuesta muy fácil ya que durante nuestro tiempo en activo pasamos por numerosos procesos selectivos. Pero claro, no hemos aprobado la permanencia y nos dicen que es porque somos unos vagos y nos hemos acomodado. Curioso acomodamiento que depende del año de nacimiento. De los nacidos en el 70 echaron por cumplir los 45 años a menos de 10, de los nacidos en el 71 fueron menos de 100, los del 72 fueron echados por edad 274. Más de 1000 van a ser echados este año, los nacidos en el 73. Viendo estos datos, podríamos pensar que la vagancia va por quintas, que cuanto más joven más inútil. Pero no es cierto, lo que pasa es que con el paso del tiempo se nos han ido cerrando las opciones y queridos, sin opciones da igual lo que estudiemos, simplemente no cabemos.
El problema de la discriminación por edad y nuestra acción reivindicativa ante él, va a ir creciendo conforme se vaya echando a más y más gente, por una simple cuestión de aritmética. Por lo tanto el gobierno y los generales tienen dos opciones, arreglarlo ahora que aún la bola no es muy grande o arreglarlo cuando la bola sea enorme y reviente. Lo lógico sería solucionarlo ahora y quitarse un problema de encima, pero nuestros generales no se rigen por la lógica, se rigen por sus prejuicios. En este punto hay que decir que nuestros generales han llegado a su cargo por ser hijos de y nietos de, nunca por mérito y capacidad, eso nos ha llevado a que nuestro ejército sea uno de los peores gobernados del mundo, ni siquiera tenemos una política coherente de defensa. Eso consigue que las decisiones que suelen tomar estos generales, sean las peores y más irracionales posibles. Ya conocéis el dicho, “se pueden hacer las cosas, bien, mal o como en el ejército”. Una muestra de esto que digo la hemos tenido recientemente con el expediente a nuestro compañero Jener López, alma máter de la asociación #45sindespidos. El ámbito de acción de la asociación #45sindespidos es muy concreto, está limitado casi única y exclusivamente a luchar contra temporalidad de la tropa y como he comentado antes, la solución a la temporalidad es solo una cuestión de tiempo. Por lo tanto, toda acción coercitiva que tomen los generales sobre este tema es pegarse un tiro en el pie.
Yo quiero mostrar todo mi apoyo a Jener y dejar claro que este tipo de acciones represivas no nos restan, al contrario, nos multiplican. Hoy mismo, cuando termine de escribir estas letras, vamos al ayuntamiento de Sevilla, donde se va a aprobar por unanimidad una declaración institucional en nuestro apoyo. Esté Jener o no, esté #45sindespidos o no, esté yo o no, esto va a continuar y crecer. Solo los lerdos pueden pensar que con arrestos esto se va a terminar.
Javier del Canto, es miembro del colectivo de militares demócratas Anemoi, reservista de especial disponibilidad (RED), miembro de #45sindespidos.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes

NICARAGUA. La derecha y la Iglesia católica hacen causa común

NICARAGUA. La derecha y la Iglesia católica hacen causa común

En un mensaje publicado en la página de Facebook de la Archidiócesis de Managua, el cardenal Brenes agradeció «de manera personal y en nombre de Monseñor Silvio (Brenes) la peregrinación que ayer desarrollaron los laicos».
El purpurado agradeció especialmente «a los laicos de nuestra Iglesia católica, a nuestros fieles, como también a muchos miembros de otras iglesias hermanas que se unieron a esa peregrinación, así mismo a otros organismos, hombres y mujeres de buena voluntad que se unieron para apoyar la gestión de servicio que la Conferencia Episcopal está realizando».
La mañana del 28 de julio se celebró la llamada «Peregrinación por nuestros obispos, defensores de la verdad y la justicia», donde cientos de personas acudieron a la convocatoria, con clara presencia de la clase media nicaragüense.
El cardenal Brenes aseguró que «sin duda alguna todos los obispos de Nicaragua hemos asumido esta solicitud de la Presidencia de participar como mediadores y testigos; y lo hacemos con una actitud de servicio».
«No nos hicimos presente porque miramos que era un acto de los laicos, le pedimos a monseñor Carlos Avilés que presidiera el final de la peregrinación», explicó el cardenal.
«Damos un servicio pero no buscamos ser reyes, ni presidente, ni ministros, ni cosa por el estilo, sino solo somos servidores», precisó.
«A todos estos hermanos que ayer se manifestaron aquí en Managua y en otras diócesis nuestro agradecimiento pero de manera especial le pedimos sus oraciones ya que es lo que nos fortalece», finalizó.
Por su parte, monseñor Báez agradeció en Twitter «de corazón todas las muestras de cariño y las oraciones que el pueblo católico, cristianos en general y toda Nicaragua le ha ofrecido a la iglesia católica».

ARAM AHARONIAN. Nicaragüita, y el triste papel de la izquierda regional

ARAM AHARONIAN. Nicaragüita, y el triste papel de la izquierda regional

Ahora el intento restaurador llega de la mano de una derecha internacional mucho más agresiva, consciente de que las demandas de ganancia del gran capital se producen en un mundo más competitivo, con otros actores globales fortalecidos y decididos a ocupar los espacios que reivindican como propios, y en circunstancias en que su principal centro de poder, Estados Unidos, está operando de forma peligrosa, unilateral e irresponsable, en virtud de que conoce que su poderío global está en declive.
Para muchos, el estallido fue causado por el hartazgo político, porque la realidad es que la derecha liberal es muy débil, y el Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP) –que cogobernó con Ortega hasta apenas semanas antes del 18 de abril- carece de capacidad de movilizar a esos miles de nicaragüenses que salieron a las calles. El estallido carece de líderes visibles, más allá de grandes empresarios, sacerdotes y obispos. Y carece de programa (por ende, carece de futuro).
Lo cierto es que la situación actual de Nicaragua ha generado un inesperado grado de polémica en la izquierda latinoamericana, arrastrando en ese tsunami a connotados intelectuales y dirigentes populares y políticos, y sobre todo a una fauna de opinadores profesionales que hasta el momento habían olvidado la necesidad de la crítica, del legado del pensamiento crítico latinoamericano, preocupados en servir de caja de resonancia de aquellos que los financian, olvidando cumplir con su función de informar y opinar, más allá de citas al azar de Marx, Lenin, Gramsci y/o Fidel Castro
Y entonces aparecen los academicismos y eufemismo de nuestros críticos, muchos de ellos mirando para otro lado, cuando Estados Unidos avanza en su proyecto recolonizador con una guerra de cuarta generación, baja intensidad, de violentos focos desestabilizadores, dentro de la cual debiera encuadrarse esta supuesta “rebelión andictatorial”.
Esta actitud no es nueva en nuestro continente. Ya sucedió en situaciones que vivió Cuba y, sobre todo, en la que aún vive Venezuela. Es una actitud cómoda, desde sus centros (y salarios) académicos, desde medios de comunicación de derecha, centro o de izquierda –tanto da-, con una capacidad asombrosa de no haberse dado cuenta de que el mundo del siglo 20 ya no existe, y que es más fácil hablar en pasado que preocuparse de las realidades del presente.
Y, entonces, comenzamos a hablar de la realidad geoestratégica, donde Estados Unidos –que sigue insistiendo en que América Latina es su patio trasero y puede regarlo o incendiarlo cuando le plazca- hoy pelea hegemonía con otras potencias como China y Rusia. Y a veces dejamos de lado la importancia que tiene sobre nuestros gobiernos, movimientos sociales y partidos políticos las manipulaciones y financiamientos de la socialdemocracia europea y sus fundaciones y ONGs, o del Vaticano, con el jesuita Jorge Bergoglio a la cabeza.
Fakenews de cuarta generación
Todas las imágenes sobre los sucesos en Nicaragua, transmitidas desde el 18 de abril por los medios hegemónicos, viralizadas en las redes, se abstienen de mostrar la otra cara, la de los ataques con armas a los locales públicos, los saqueos, los militantes sandinistas quemados vivos en plena calle, la vejación a jóvenes.
Nicaragua es rehén de una realidad falseada y ficticia que mueve el terrorismo mediático de esta guerra de cuarta generación, al ritmo de las redes sociales, donde la realidad virtual se impone sobre la realidad real, donde, incluso, la masa de gente que de forma autoconvocada, genuina y respetuosa de la paz se moviliza por la democracia es convertida en carne de cañón, en ‘daño colateral’ para lograr el objetivo final: salir del gobierno constitucional, cueste lo que cueste.
Nadie dice que los ‘manifestantes pacíficos’ atacaron, quemaron, saquearon, destruyeron la oficialista Nueva Radio Ya, la Caja Rural Nacional (Caruna), cooperativa que ha administrado los fondos ALBA para proyectos sociales en beneficio de miles de familias. y el edificio del Ministerio de Economía Familiar.
Pero al coro de los medios hegemónicos se suman organizaciones de derechos humanos, rectores de universidades y sobre todo obispos que insisten en integrar la Comisión Mediadora del Diálogo Nacional para imponer el imaginario colectivo de que es una masacre del gobierno. Nadie habla de los muertos sandinistas, civiles, policías, funcionarios; nadie habla de la caravana atacada en Estelí, o lo que pasó en Masaya.
¿Qué dirá el Santo Padre que vive en Roma?
Y, sobre todo, se invisibilizó la activa y agresiva participación del Episcopado y de sacerdotes e iglesias católicas en actos vandálicos: iglesias usadas como arsenales, obispos y curas arengando a la rebelión y a la muerte desde los púlpitos, paramilitares de la derecha disfrazados de monjitas para llevar a cabo sus matanzas… Nada dijo el papa Francisco desde sus aposentos en el Vaticano.
Pero ese imaginario colectivo, quizá transmitido también por los medios vaticanos, alcanzó, por ejemplo, al reconocido teólogo brasileño de la liberación, Leonardo Boff, quien hizo pública una carta en la que se declaró “perplejo por que un gobierno que condujo a la liberación de Nicaragua pueda imitar las prácticas del antiguo dictador”, al manifestar apoyo a los obispos del país, ”mediadores” en el conflicto interno que enfrenta el país centroamericano, según el sitio web Confidencial.
Las
La internacional capitalista existe, la moviliza el movimiento libertario de extrema derecha y, obviamente , está muy bien financiada: funciona a través de un inmenso conglomerado de fundaciones, institutos, ONGs, centros  y sociedades , unidos entre sí por hilos poco detectables, entre los que se destaca la Atlas Economic Research Foundation, o la Red Atlas, señala el analista Álvaro Verzi Rangel.
Cabe destacar que varios líderes ligados a Atlas consiguieron ganar notoriedad últimamente: varios ministros del gobierno conservador argentino, senadores bolivianos y dirigentes del Movimento Brasil Livre (MBL), que ayudaron a derrocar a la presidenta constitucional Dilma Rousseff, según señala Lee Fang en un exhaustivo informe en The Intercept.
La red Atlas, que ayudó a alterar el poder político en diversos países, es una extensión tácita de la política exterior de EEUU – los think tanks asociados a Atlas son financiados por el Departamento de Estado y la National Endowment for Democracy (Fundación Nacional para la Democracia – NED), brazo crucial del soft power estadounidense y directamente patrocinada por los hermanos Koch, poderosos billonarios ultraconservadores.
La NED y el Departamento de Estado, que cuentan con entidades públicas que funcionan como centros de operación y despliegue de líneas y fondos como la Fundación Panamericana para el Desarrollo (PADF), Freedom House y la Agencia del Desarrollo Internacional de Estados Unidos (Usaid), son los principales entes actores que reparten directrices y recursos, a cambio de resultados concretos en la guerra asimétrica en la que participan .
Las investigaciones del periodista estadounidense Max Blumenthal y del catedrático venezolano Álvaro Verzi Rangel, pusieron al descubierto el rol de entidades como la Usaid, Freedom House, y la NED en el financiamiento de ONG’s nicaragüenses, que llamaron al derrocamiento de Ortega. La Usaid aportó 5,2 millones de dólares, para “la capacitación de la sociedad civil y las organizaciones de medios de comunicación”.
En junio, los dirigentes del M19, el grupo estudiantil que comenzó las protestas antigubernamentales viajaron a Washington, financiados por Freedom House, donde se reunieron con la ultraderecha parlamentaria estadounidense. Félix Madariaga, uno de los líderes del M19, está al frente del •Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas, recibió 260,000 dólares de la NED. Otra fundaciones como “Hagamos Democracia”, de Luciano García, recibió 525,000 dólares de la NED desde 2014.
En 2017 un millón de dólares fue entregado por la NED a la Comisión de DDHH de Nicaragua, sl Centro para la Empresa Privada, al Instituto Republicano Internacional, a la Fundación Iberoamericana de Cultura, a la Fundación Desarrollo Económico Social y 305,000 dólares a grupos anónimos para la “promoción de la democracia.
Si, no, quizás
Algunos intelectuales de izquierda como Raúl Zebchi, señalan que “tenemos la segunda oportunidad de que la izquierda latinoamericana se redima de todos sus “errores”,  y llaman a condenar  la masacre que están perpetrando Daniel Ortega y Rosario Murillo contra su propio pueblo.” Dice que culpar al imperialismo de los crímenes propios es absurdo.
Otros, como Atilio Borón, comparan líricamente a la revolución nicaragüense como la niña que navega en un bote en un mar embravecido y con un timonel que ha perdido el rumbo.
“Aun bajo estas circunstancias, sería absurdo entregar a la niña a sus verdugos o hundir el bote y arrojarla al mar. Ya sabemos lo que ocurrió cuando gobiernos progresistas o de izquierda cayeron a causa de la conspiración imperial. Basta mirar lo acontecido en Honduras, Paraguay o Brasil para vislumbrar lo que podría ocurrir en Nicaragua si la ofensiva destituyente en curso fuese coronada con la victoria, indica
Lo de Nicaragua es una demostración más del poder del terror mediático de los medios hegemónicos trasnacionales y cartelizados y de su capacidad de imponer imaginarios colectivos en la región. Y, también, de una agencia propia de los medios alternativos (al mensaje hegemónico), preocupados permanentemente por seguir reactivamente la agenda del enemigo y creer que la resistencia es la denunciología , sin informar sobre lo que realmente pasa.
Cuidado: no justificamos las acciones del gobierno nicaragüense, ni los pactos ‘tácticos’ con enemigos históricos del sandinismo ni la imposición de una reforma previsional siguiendo los modelos del FMI y sin consulta alguna con las bases ni la ciuadanía.
Lo que sí alertamos es que esta época de la posverdad exige que haya un pensamiento único, imágenes únicas, un solo discurso, y ese relato manejado desde los centros de inteligencia del norte, ha logrado quebrar el raciocinio de algunos que durante muchos años dieron muestras fehacientes de integridad y ética.
Hoy Nicaragua –no sólo el gobierno de Daniel Ortega y Rosarito Murillo- sufre los embates de la derecha vernácula, financiada, pertrechada y aguijoneada desde el norte. Muy probablemente este estallido fue iniciado “por errores de conducción, por fallas en la subjetividad de la dirección, por métodos y prácticas incorrectas”, como analiza Sergio Rodríguez. Lo cierto es que la muerte y la destrucción disfrazadas de democracia se quieren instalar en Nicaragua.
No parece verosímil la versión de que EEUU trasladó a Nicaragua parte de los mercenarios que protagonizaron las ‘guarimbas’ en Venezuela, pero sin lugar a dudas la caída del sandinismo debilitará el entorno geopolítico de Venezuela, y aumentaría las posibilidades dd que la violencia se generalice en toda la región.
Pero los errores que se han cometido, los desvíos de la senda revolucionaria y popular, los tendrá que superar el propio pueblo nicaragüense, sin injerencias, sin recomendaciones gringas ni soluciones llegadas desde Washington vía Luis Almagro y la Organización de Estados Americanos, o de su Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
El periodista argentino-mexicano José Steinsleger, buen conocedor de Nicaragua y la gesta revolucionaria, señala que “el pueblo sandinista decidirá. Mas no para que los escritores caigan en el prosaísmo de ser aclamados por consideraciones que exceden sus méritos literarios, o convirtiendo la paradoja en receta de buena ciudadanía”. Será el propio pueblo el que exigirá retomar el camino correcto.
Nicaragua, junto a Venezuela, Cuba y Bolivia, se ha convertido en una piedra en el zapato de los proyectos “panamericanistas” de Estados Unidos y sus repetidores, y hoy usan todos los argumentos para aniquilarla. No es la primera vez, tampoco. Tras la revolución sandinista, llegó la guerra del escándalo Irán-Contras, la agresión desde Honduras, el bloqueo de los puertos, las sanciones económicas, el intento de rendir por muerte o por hambre al pueblo.
La historia nos muestra que la revolución sandinista significó la tercera derrota de EEUU ante Nicaragua. La primera,  a mediados del siglo XIX, cuando el mercenario Walker intentó crear una extensión de Estados Unidos en Centroamérica; a comienzos del siglo XX cuando el general Sandino y su Ejercito de Hombres Libres los hizo morder el polvo de la derrota y los expulsó del territorio nacional y en 1979, cuando hicieron huir a Anastasio Somoza (“nuestro hijo de puta”, como lo llamó Franklin Roosevelt).
En el encuentro habanero del Foro de Sao Paulo, el segundo secretario del Partido Comunista Cubano, José Ramón Machado Ventura, señaló que con respecto a Nicaragua, la posición cubana  es categórica: en la medida en que Estados Unidos trata de manipular asuntos internos que solo los nicaragüenses deben resolver sin injerencia externa alguna, nuestro Partido ha dado, da y dará toda la solidaridad que demande el Frente Sandinista de Liberación Nacional para posibilitar el retorno de la paz al país”.
Toda esta realidad, toda esta barbarie, encubre otra realidad: la crisis de la integración latinoamericana y caribeña y atenta contra los esfuerzos de preservar la Celac y los demás proyectos integradores. Esa debiera ser una causa unitaria que las fuerzas (e intelectuales) de izquierda deberían colocar entre las/sus prioridades. También encubre el fracaso en propiciar la formación de nuevos cuadros, nuevos líderes, para dirigir las batallas actuales y las que vienen. Decía Fidel Castro que hay que saber donde esté el imperio para ponerse en la trinchera del frente.
Los opinadores hegemónicos invisibilizaron la crueldad y el salvajismo de algunas protestas (quemaron vivo a un funcionario, balearon sedes gubernamentales, incendiaron escuelas, vejaron militantes), mientras por el otro lado se obvió la dura y brutal represión del gobierno.
Hace muchos siglos, Aristóteles sostuvo que la única verdad es la realidad, mal les plazca a nuestros opinadores. Hace cien días que se especula a través de los medios, mientras el gobierno de Estados Unidos (y el otros países satélites) siguen amenazando a Ortega, “exigiendo” elecciones adelantadas. ¿Y si las gana Ortega otra vez?
Nadie aventura qué pasaría si cae el gobierno Ortega-Murillo, dado que los sublevados carecen de programa y no se avizora recambio, tampoco, dentro del sandinismo. El gobierno áun se sostiene, y si Ortega logra aplastar la protesta, no sería nada raro que la COSEP y la Iglesia se sienten a negociar el futuro de sus negocios.
En 1959 el escritor guatemalteco Augusto Monterroso escribió el cuento más corto de la historia: “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”. La interpretación queda librada a cada lector.