Escenificación
de un desencuentro
El mundillo
oficial español se regocija del encuentro y hasta hay quien habla de
"deshielo". Era tan bajo el nivel a que habíamos caído que el solo
hecho de dialogar, de hablar durante dos horas y media, se considera un triunfo
digno de una apoteosis. Hablar entre ellas, lo que hace a las personas
ciudadanas, pues, para negarse a hacerlo, es preciso ser bestias o dioses,
según Aristóteles.
Salvadas las
alharacas, el contenido de la prolongada reunión es más bien flaco. Grandes
nombres, comisiones bilaterales de esto y aquello, paralizadas desde el
comienzo de la plaga de M. Rajoy, para negociar transferencias, competencias y
otras esencias. Es el concepto de negociación política de
Sánchez. Añade, como gesto de buena voluntad la retirada de la batería de
recursos del PP contra las leyes sociales de la Generalitat, detenidas,
paralizadas, anuladas, suspendidas o desmochadas, según procediera.
Y prou.
¿Autoderminación? No me suena. ¿Presos políticos? No me constan.
Y hasta
septiembre.
Torra, a su vez,
cual previsto, pidió la liberación de los presos políticos. Se presentó con el
lazo amarillo. Y también pidió un referéndum pactado de autodeterminación. La
conocida respuesta es que no cabe en la Constitución. Traducido al román
paladino: que no por que no. Es decir, lo que ambos mandatarios escenificaron a
la postre fue un desencuentro entre personas civilizadas. No se enfrentaron con
violencia ni el uno hizo arrestar al otro y lo envió cargado de cadenas ante el
juez Llarena, Némesis de la Justicia. Pero no se pusieron de acuerdo en nada;
ni siquiera en ponerse de acuerdo.
Ambos
interlocutores salieron como habían entrado y ahora ya saben los dos de primera
mano cuáles son las intenciones del otro. El gobierno español mantiene una
actitud de cerrado "no" heredada del PP y, al renunciar a hacer una
propuesta alternativa, se sitúa en una posición defensiva, en reacción a lo que
el independentismo pueda hacer. Desde el momento en que Torra declara no cejar
en sus propósitos del 1-0 y 27-0 así como las elecciones de 21 de diciembre
está claro que conserva la iniciativa política y lo más probable es que la
ejerza en breve.
La iniciativa
política da mucha ventaja y ahora se abre un periodo de debate sobre qué forma
puede tomar. Ya hay sectores independentistas que recogen el guante de
septiembre y lo fijan en la Diada. Una Diada que trascienda todo y sea una
inauguración del "nou Estat d'Europa". Pero otros sectores creen que
esperar hasta septiembre es aceptar implícitamente el marco autonomista y que
es preciso pasar a la implementación de la República, como diría Lluís Llach, de
una puta vegada. Parece que es lo que piden también los CDR
¿Hasta dónde puede
llegar esa iniciativa? Elisenda Paluzie, presidenta de la ANC, dice que, si
se implementa la República, tendremos las llaves de las celda de los presos.
Una verdad como un templo pero, como todos los templos, puede caernos sobre la
cabeza. Una vez se conozca la sentencia del tribunal de
Schleswig-Holstein, habrá mayor base de juicio para aventurar tácticas de
implementación porque la presidencia de la República en el exilio mantiene un
perfil bajo a causa de la situación judicial.
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