lunes, 31 de enero de 2022

(Ver Video) "Están a la desesperada”: David Rodríguez, sobre el intento en Valencia de reventar un acto solidario con Cuba por un provocador de Archipiélago

(Ver Video) "Están a la desesperada”: David Rodríguez, sobre el intento en Valencia de reventar un acto solidario con Cuba por un provocador de Archipiélago

https://www.cubainformacion.tv/especiales/20220131/95511/95511-estan-a-la-desesperada-david-rodriguez-sobre-el-intento-en-valencia-de-reventar-un-acto-solidario-con-cuba-por-un-provocador-de-archipielago

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Cubainformación.- Este pasado viernes 28, Claudio Gaitán Garmendía, perteneciente al grupo “disidente” cubano Archipiélago, junto a otras dos personas, vinculadas también a la contrarrevolución, organizaron en Valencia una provocación con el objetivo de reventar un acto, convocado por la Asociación Valenciana de Amistad con Cuba “José Martí” y la Asociación de Cubanos y Cubanas en Valencia “Caguairán”, en homenaje al Héroe Nacional José Martí.

El medio digital Cibercuba, dedicado a la guerra informativa y a la demonización del gobierno cubano y con una clara línea editorial de legitimación de las sanciones y el bloqueo brutal que sufre el pueblo de Cuba por parte del Gobierno de EEUU, dio el soporte y cobertura a la operación.

Antes del inicio del acto, Claudio Gaitán, se colocó en la puerta del evento en actitud chulesca y provocadora, y comenzó a transmitir su relato en directo, vía Facebook, desde su teléfono móvil, tratando de interferir en la entrada al local. Fue advertido varias veces de que se retirara de ese lugar y dejara de grabar a las personas presentes y, al seguir en su provocación, uno de los organizadores, David Rodríguez, miembro de la Junta Directiva de la Asociación Valenciana de Amistad con Cuba “José Martí”, apartó con una mano su teléfono celular.

El supuesto “activista de derechos humanos” comenzó a gritar y a relatar que había sido víctima de un “ataque” violento. De hecho, presentó una denuncia en la Policía Nacional, frente a cuya comisaría continuó su transmisión, en la que alabó el “estado de derecho” que es España y su policía. En la nota de Cibercuba leemos, incluso, que “el ataque” que sufrió “provocó lesiones en el brazo derecho de Gaitán Garmendía, quien necesitó tratamiento médico en un centro especializado”. Algo absolutamente inventado, como puede comprobarse en el video grabado por él mismo.

El guión de provocación fue muy similar al que, en La Habana, varios medios de similar perfil a Cibercuba, con apoyo de la prensa internacional, llevaron a cabo contra el Ministro de Cultura de Cuba, Alpidio Alonso, en enero de 2021.

A reventar el acto solidario fueron, junto a Gaitán, otras dos personas, Salomé y Simone García Bacallao, quienes portaban una pancarta sobre supuestos “niños presos políticos en Cuba”, fake news aclarada recientemente por la Fiscalía General de la República de Cuba, por la prensa cubana y por Cubainformación.

Ambas personas realizaron recientemente otro acto similar frente al hotel Meliá Plaza de Valencia, en el marco de la campaña contra el turismo y las inversiones extranjeras en Cuba, ya que dicha empresa hotelera tiene allí importantes inversiones junto al Estado cubano y sus directivos están sancionados por la Ley Helms-Burton. Prueba de que, detrás de estos actos, existe toda una gran campaña que persigue dañar aún más la débil economía cubana, apoyar el bloqueo criminal de EEUU y extender este a Europa, reivindicando para ello el regreso al régimen de sanciones de la derogada Posición Común. Salomé García, de hecho,  impulsa iniciativas de recogida de firmas en este sentido. Esta línea de ataque cuenta con el apoyo de la derecha y la ultraderecha españolas, en concreto de los partidos Vox, PP y Ciudadanos.

En declaraciones a Cubainformación, David Rodríguez señaló que esta provocación no es un acto puntual, sino que se enmarca en “una campaña mucho más amplia, que trata de entorpecer la buenas relaciones internacionales de Cuba y que tiene su rama mediática y su rama política, como ciertos shows contra Cuba en el Parlamento europeo”. Además, añadió, pretende “atacar a la comunidad cubana patriota, que trata de construir puentes de amor y que reivindica el fin del bloqueo o de la prohibición del envío de remesas desde EEUU”.

Recordar que David Rodríguez es una figura clave de la solidaridad con Cuba en el Estado español. Es una de las personas organizadoras del recientemente creado Movimiento Estatal de Solidad con Cuba (MESC), que agrupa ya a 57 colectivos en el Estado español y es impulsor de la unidad de acción entre este movimiento solidario y la emigración cubana patriótica, que se agrupa en la FACRE "José Martí" (Federación de Asociaciones de Cubanos Residentes en España "José Martí").

Ha impulsado, desde la Asociación Valenciana de Amistad con Cuba “José Martí”, de la que fue presidente durante años, brigadas de solidaridad e incontables proyectos de cooperación en Cuba, para beneficio de miles de familias, como los desarrollados para la rehabilitación del barrio La Timba, en La Habana, junto a la Fundación Nicolás Guillén, de la que es miembro de honor. También ha participado en los hermanamientos de localidades cubanas y valencianas y, el pasado año, fue uno de los impulsores de la campaña “Jeringuillas para Cuba”, que consiguió reunir en el Estado español cuatro millones de jeringuillas y agujas que, ahora, se están utilizando en la vacunación masiva en la Isla. Iniciativas, todas, que tratan de ayudar a Cuba a resistir el bloqueo genocida de EEUU, que medios como Cibercuba y “activistas” como Claudio Gaitán legitiman.

En opinión de David Rodríguez, este incidente se enmarca en la estrategia general de guerra contra Cuba, que abarca, en el Estado español, disímiles acciones, desde agresiones violentas, provocaciones y boicot a actos solidarios al permanente acoso al Consulado General de Cuba en Barcelona, pasando por querellas judiciales a miembros de la solidaridad, gestiones para la retirada de fondos de cooperación con Cuba y otros actos.

El gobierno de EEUU financia a decenas de medios digitales de “temática cubana”, a través de sus agencias USAID y NED, con varios millones de dólares cada año. Es el caso de Diario de Cuba, Cubanet o ADN Cuba, que reciben asignaciones directas y probadas. En otros casos –tanto de medios como de fundaciones y ONG de “derechos humanos”, ubicadas en Europa y Miami- la financiación de la Casa Blanca se realiza de manera triangular, de manera camuflada, mediante intermediarios y publicidad.

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José Manzaneda

Coordinador de Cubainformación

Tel.: 94-4151107

www.cubainformacion.tv

¿Sabe usted que EEUU aún mantiene el bloqueo económico contra Cuba?www.cubavsbloqueo.cu/es

Entrada nueva en La pupila insomne #LaPupilaTv: Martí: hermano y padre de los revolucionarios cubanos (video) por La pupila insomne

 


#LaPupilaTv: Martí: hermano y padre de los revolucionarios cubanos (video)

por La pupila insomne

domingo, 30 de enero de 2022

En memoria de Howard Zinn Tweet about this on TwitterShare on FacebookEmail this to someone

 Por Daniel Denvir | 29/01/2022 | EE.UU.

Fuentes: Jacobin América Latina [Foto: Howard Zinn en Los Angeles, en el año 2000 (Slobodandimitrov / Wikimedia Commons)]

El 27 de enero de 2010 falleció Howard Zinn, historiador marxista estadounidense. Recordamos su recorrido como intelectual público y sus contribuciones a la elaboración de una historia desde abajo.

El historiador Howard Zinn falleció un día como [27 de enero] hoy en 2010. Su forma de transmitir sus ideas más allá de la academia y su participación activa en los movimientos sociales hacen que siga siendo un modelo para los intelectuales de izquierda.

Mientras enseñaba en Spelman, instituto de humanidades para mujeres de Atlanta, Zinn ayudó a organizar el movimiento estudiantil de sentadas por los derechos civiles. Durante la guerra de Vietnam viajó a Hanói a recibir a los prisioneros estadounidenses derribados por los vietnamitas del norte. Y además publicó La otra historia de los Estados Unidos, libro que llevó a muchos lectores a descubrir por primera vez las mentiras que esconde el mito fundacional de inocencia y meritocracia de los Estados Unidos.

Como escribió Eric Foner en un obituario del Nation, «Pocos historiadores lograron alcanzar una audiencia no académica tan amplia. Quienes lo hacen suelen escribir historia monumental, esas obras que celebran a los grandes hombres o los acontecimientos heroicos del país. La historia de Zinn era distinta. […] El público de Zinn aprendió sobre las luchas cotidianas de los estadounidenses que se movilizaron por justicia, igualdad y poder». Sigue Foner,

Siempre me sorprende la cantidad de estudiantes de historia que terminan destacándose y que encontraron la primera chispa de su pasión por el pasado en la lectura de Howard Zinn. Está claro que a veces su interpretación tendía a una visión maniquea, un relato demasiado simplificado de la lucha entre las fuerzas de la luz y la oscuridad. Pero La otra historia… contiene una enseñanza estimulante y saludable: que a pesar de tanta represión, si Estados Unidos tiene una historia que celebrar, debemos buscarla en los movimientos sociales que lo convirtieron en un país mejor.

Keeanga-Yamahtta Taylor, profesora de Estudios afroamericanos en la Universidad de Princeton, escribió el prólogo a la nueva edición de You Can’t Be Neutral on a Moving Train, autobiografía de Zinn. Daniel Denvir conversó con Taylor sobre la vida y el legado del historiador en su podcast the Dig.

En tu prólogo escribiste, «El poder de Howard Zinn como escritor eclipsó la fascinante historia de su participación en esos grandes movimientos sociales». ¿Qué destacarías de los distintos roles que Zinn jugó en tantas décadas de izquierda estadounidense?

Es probable que los dos episodios más interesantes, y tal vez los más importantes en su formación, hayan sido su participación en el Movimiento por los derechos civiles y su compromiso con el movimiento en contra de la guerra de Vietnam, que en cierto sentido fue una conclusión de su desempeño como piloto de bombardero en la Segunda Guerra Mundial. El primer episodio tal vez sorprenda a mucha gente, pues Zinn suele ser reconocido por haber escrito Otra historia… Pero en realidad, todo el marco teórico de ese libro —estudiar la historia desde abajo— viene de su participación en aquel movimiento.

Zinn fue parte del trabajo cotidiano y de base del movimiento sureño, muchas veces opacado cuando ensalzamos la figura de Martin Luther King, las grandes marchas y las confrontaciones espectaculares de la época. Nuestro historiador estuvo involucrado en muchas confrontaciones que no tuvieron tanta prensa. Su libro nos enseña justamente que el movimiento se mantuvo unido por las acciones de esos activistas comunes y corrientes, personas que estaban dispuestas a perder todo (incluso su vida), pero que aprendieron en el proceso y lograron sobreponerse a los altibajos que afectan a todos los movimientos sociales. De ese modo, no solo transformaron la realidad del Sur, sino que también se transformaron a sí mismos.

Pasado cierto tiempo, el Sur fue incapaz de conservar la legislación de Jim Crow porque las personas negras se negaron a ser gobernadas así. Zinn nos brinda una cartografía detallada del proceso a través del cual estas personas pasaron del miedo a la conciencia de que eran las únicas capaces de transformar sus condiciones de vida. Todo eso conlleva una importante cuota de sacrificio, pero también de heroísmo, además de muchas enseñanzas importantes para quienes abordan en la actualidad la cuestión de los movimientos sociales, sus métodos de trabajo y su posible efectividad.

Aunque las historias de Zinn efectivamente eclipsaron su historia personal, escribiste que su obra y su vida se reflejan una en la otra, en el sentido de que su vida fue un modelo de esas vidas comprometidas que retrató en sus libros. Dijiste que su libro más famoso es La otra historia de los Estados Unidos. ¿Cómo llegó a convertirse en un libro tan popular?

El eje que puso en la vida cotidiana de las personas no solo brinda una perspectiva más compleja de la historia, sino que también desmitifica el eterno dilema que enfrentamos quienes interrogamos la realidad del mundo: «¿Cómo es posible que algo cambie?». Zinn quita el velo de ese misterio y desmiente los mitos fundamentales de la historia de Estados Unidos, es decir, que el motor de cambio son las acciones de los hombres blancos y de las instituciones que reinan en nuestra gran democracia.

No basta con decir, «Bueno, eso no es tan así» o «La historia es más compleja». Zinn da vuelta el esquema y pone en el centro las vidas de esos millones de personas comunes que suelen ser invisibles en los libros de historia, como un modo de mostrar que el cambio es complejo y difícil, pero que las capacidades y la inteligencia de la gente común hacen que siempre sea posible. No es un milagro y no es magia. Son todas esas luchas pequeñas las que a veces logran convertirse en luchas más grandes. En muchos casos fracasan, incluso nos hacen retroceder. Pero la presión constante que ejercen las condiciones sociales sobre las vidas de las personas siempre las fuerzan a avanzar.

En última instancia, eso hace posible que ciertos militantes más radicalizados decidan organizarse, aprender del pasado, estudiar la historia como un modo de aportar al desarrollo de sus estrategias y tácticas en el marco de los movimientos sociales. Por eso el libro de Zinn, siendo tan dinámico y vital, suele tener mucho más sentido que las historias típicas que nos cuentan de arriba y que siempre están cubiertas por un velo de misterio. Zinn plantea una ruptura nítida con todos esos enfoques.

También escribiste que Zinn no solo convierte a las personas comunes en protagonistas de su historia, sino que otorga mucha importancia a los acontecimientos corrientes. En un momento leemos que su historia aborda el impacto de las acciones políticas de un modo no convencional.

Por ejemplo, la forma en que analiza el «fracaso» del Movimiento por los derechos civiles en Albany (Georgia) en 1961-1962 y la decepción de las primeras movilizaciones contra la guerra de Vietnam de 1965. ¿Qué pensaba Zinn de estos movimientos de izquierda aparentemente «fallidos»?

En primer lugar, hay que entender la importancia de esa observación, pues muchas personas no tan familiarizadas con la organización política, por causas ajenas a su voluntad, no saben que los intentos fallidos suelen ser los que impulsan las victorias más importantes. Las grandes movilizaciones —esto también vale para los años 1960— no caen del cielo. Deben ser construidas y organizadas.

A veces solemos perder de vista este hecho, sobre todo cuando intervienen fundaciones que bajan mucha plata y gestionan muchos recursos. Pero el problema es siempre el mismo: si eso no está conectado con una organización o con un proceso real, aun si tal vez sirva para llamar la atención sobre un tema particular, no generará los medios para solucionarlo y no logrará perdurar.

Zinn está intentando hacer dos cosas. Una es sintetizar el modo en que se desarrolla la conciencia. El caso de Albany siempre es presentado como un ejemplo de fracaso del Movimiento por los derechos civiles por no haber promovido el tipo de espectáculo sobre el que se apoyaba Martin Luther King para convocar a la prensa y llamar la atención del gobierno federal, siempre con el fin de presionarlos, en última instancia, para que forzaran a las autoridades del Sur a adecuarse a las leyes federales. En Albany, el sheriff detuvo a todo el mundo sin provocar mayores disturbios y fue elogiado por no golpear a los activistas locales.

Por ese motivo suele ser considerada una campaña infructuosa en comparación con Selma, Birmingham u otras victorias bien conocidas. Pero como participante del movimiento de Albany, Zinn planteó otra perspectiva: reconoció que la participación local en las actividades del movimiento, que implicaba superar el miedo enorme, a veces incapacitante, que infundían los sectores políticos, legales y económicos dominantes de esa ciudad, sin llegar a ser una «victoria», conllevó la transformación de sus protagonistas. Superaron el miedo. Y eso los colocaba a medio camino de la victoria. Porque la mantención del statu quo promovida por los sectores políticos dominantes de esa ciudad y del Sur dependía de ese miedo, cultivado durante largas décadas de violencia. Vencer el miedo y darse cuenta de que era realmente posible transformar la realidad: eso fue una victoria.

Entonces, la pregunta más importante es, ¿cómo hacen las personas para sobreponerse a esa reticencia que surge de la idea de que es imposible transformar sus propias condiciones de vida? Ese es el elemento fundamental de la conciencia: esa voluntad, no solo de participar en una que otra marcha, sino de involucrarse completamente en un movimiento social y en un proyecto político que apunta a transformar la realidad.

En el caso de Vietnam, Zinn relata la frustración de las primeras manifestaciones, que no lograron convocatorias amplias. Unos cuantos cientos de personas en la calle no eran suficientes para desafiar la máquina de guerra estadounidense. Entonces, hace avanzar a los lectores por dos caminos.

En primer lugar, muestra que, durante cierto tiempo, los militantes pueden realizar actividades que contribuyen a generar un proceso de organización más efectivo. La gente aprende a hacer correr la voz antes de emprender una acción particular. Con el tiempo, se desarrollan relaciones que posibilitan llegar a una audiencia más amplia que al principio.

Pero también hay en juego factores sociales que no tienen nada que ver con la experiencia organizativa. Pensar que solo los militantes son capaces de convocar a la existencia grandes movilizaciones de masas es pecar de voluntarismo. Esos movimientos toman forma en función de fuerzas que están fuera de todo control.

Pero esa es la utilidad del libro de Zinn. Explica que el cambio social es una combinación de factores objetivos y subjetivos. Y el cambio es posible solo cuando nos ponemos en una posición que permite aprovechar las circunstancias, aunque eso no siempre depende de nosotros.

Por ejemplo, la aceleración de la guerra de Vietnam es un factor que impulsó el crecimiento del movimiento antiguerra. Pero si fue posible aprovechar esa situación, fue a causa de que existían militantes y activistas comprometidos desde el principio. Tuvo que haber alguien dispuesto a organizar las conclusiones que habían sacado esos movimientos de los que participó Zinn. De esa manera, vemos todos los elementos distintos que entran en juego cuando se trata de generar las condiciones de un movimiento efectivo.

Zinn pudo haber escrito una autobiografía de mil páginas. Pero optó por escribir un libro modesto, de doscientas páginas. En esas páginas pone el eje en todas estas campañas que estamos comentando. Porque no escribe para ensalzar su propia figura: escribe para transmitir su experiencia a una nueva generación de activistas, de personas que tarde o temprano se movilizarán y llegarán a preguntarse, «¿Qué hacemos? ¿Cómo hacemos?». No existe ninguna prescripción ni mapa certero que permita construir un movimiento exitoso, pero la historia de las organizaciones nos enseña ciertas cosas, sobre todo, nos muestra cómo cambia la conciencia y cómo la convergencia de muchos factores es capaz de crear las condiciones para que un movimiento de gente común y corriente reúna suficiente poder como para transformar una situación.

Durante el período en que participó del movimiento de Albany, Zinn fue profesor en Spelman, una institución de humanidades para mujeres negras. Fue un modelo de intelectual público de izquierda comprometido con el mundo político. Veo que es una posición que decidiste adoptar. ¿Qué podrías decirnos de tu rol de intelectual pública y qué aprendiste de Zinn?

«Intelectual público» es un término equívoco. Zinn fue participante activo de un movimiento social y enseñó en un instituto de mujeres negras del Sur en un momento en que las estudiantes buscaban medios de participación efectivos. Entonces, decidió comprometerse, en las aulas y a nivel más general, a tal punto que perdió su trabajo. Lo despidieron de Spelman. Cuando fue a la Universidad de Boston y empezó a hablar y a organizarse en contra de la guerra, John Silber, presidente de la universidad, también intentó echarlo.

En fin, es un nivel de compromiso y de sacrificio raro entre esas personas que solemos definir como «intelectuales públicos». Zinn utilizó su posición de profesor para escribir artículos que publicaba en el New York Times y en el Nation y que contribuían a visibilizar la política del movimiento y a encuadrarla en un momento en que el discurso dominante sostenía que los activistas por los derechos civiles estaban pidiendo demasiado.

En su libro cuenta lo que les decía a sus estudiantes: que él no era una persona neutra, que no todas las ideas tienen el mismo peso y que los niveles de injusticia y desigualdad del mundo exigían un posicionamiento firme. Ese posicionamiento debía estar anclado en los hechos, en la historia. Pero la vida es demasiado corta como para ser tibios. Es necesario tomar posición y luchar.

Yo creo que esa es una enseñanza muy importante. Es la ética con la que entro al aula. Tenemos que confrontar respetuosamente nuestras ideas, pero la historia también está hecha de puntos de vista. Todo el tiempo estoy tratando de responder, junto a otros compañeros, a las mismas preguntas: ¿Cómo podemos ganar? ¿Cuál es el método más efectivo para que ganen los oprimidos, la clase obrera, los negros, los inmigrantes, es decir, los nuestros? ¿Cómo hacemos para triunfar en la lucha por la supervivencia del planeta?

Cuando uno entiende los intereses que están en juego, es muy difícil mantenerse en una posición neutra. Estamos hablando de la supervivencia del planeta y de nuestra especie. Eso implica una respuesta urgente. Me gustaría que, mientras todavía estoy dando clases, surja un movimiento de peso, suficientemente importante y amplio, en el que pueda participar activamente.

Sin embargo, después de la marcha de mujeres, citaste a Zinn para decir que los militantes más radicalizados no deberían agarrárselas con los liberales por la tibieza de sus métodos. Aclaraste que fue la experiencia de confrontación con la policía en una marcha la que terminó radicalizando a Zinn.

Es una enseñanza clave. Zinn creía que todos eran capaces de llegar a conclusiones radicales, y que no se puede descartar a nadie, porque cada uno llega a esas conclusiones en función de su experiencia personal.

Hay personas que leen a Zinn y dicen, «Perfecto, esto tiene sentido. Soy socialista». Probablemente no sean pocas. Pero por cada persona que hace esa experiencia, hay cientos que ni siquiera leen el libro, que todos los días intentan dar lo mejor de sí mismas en su vida cotidiana y que solo llegan a posiciones radicales cuando identifican una brecha entre las posibilidades que supuestamente ofrece este país y la realidad. En esa brecha emerge la cuestión de la disparidad entre la idea de que este es el mejor país del mundo si uno se esfuerza y el hecho de que muchísimas personas se esfuerzan y no son exitosas. Entonces, no se puede descartar a nadie.

La mayor parte de las personas que terminan adoptando posiciones de izquierda más radicalizadas —si no todas— empiezan siendo liberales. Comienzan teniendo ilusiones liberales en la capacidad de las instituciones estatales estadounidenses para solucionar los problemas del país. Es solo a través de la experiencia del fracaso repetido de esas instituciones que empiezan a plantearse cuestiones más profundas. ¿Por qué todavía tenemos que luchar contra una policía que asesina negros? ¿Por qué hubo tanta especulación y polémica cuando hubo que definir si Jason Van Dyke había matado a Laquan McDonald? Todos vimos que el tipo disparó dieciséis veces sobre el cuerpo del niño, pero dudábamos sobre si debía ser acusado o no del crimen. Así que es ese fracaso permanente de nuestras instituciones lo que abre la posibilidad de pensar el cambio de otra forma.

Si simplemente descartamos a todas esas personas porque no llegan a las conclusiones a las que llegamos nosotros, no estamos hablando de construir un movimiento de masas. Estamos hablando de un grupo de amigos que piensa lo mismo y que está dispuesto a poner toda su energía en el cambio social. Pero las cosas no suceden de esa manera. Si estamos hablando de transformar la sociedad estadounidense en una sociedad democrática, eso implica un movimiento de masas, y un movimiento de masas implica transformar la conciencia y las ideas de las personas.

El cuestionamiento profundo de la organización de la sociedad estadounidense está desplegándose ante nuestra mirada. Podemos señalar el levantamiento de Ferguson, el levantamiento de Baltimore, los trece millones de personas que votaron por el socialista declarado Bernie Sanders y el notable crecimiento de Democratic Socialists of America. Son muchos los factores que apuntan a la existencia de una radicalización en curso en los Estados Unidos. En ese movimiento hay muchas personas que solían tener ilusiones liberales. Esas ideas también cambian.

Si nosotros, que pensamos mucho este tema y llegamos a conclusiones distintas, nos contentamos con descartar a esas personas por no haber llegado a tiempo a las mismas ideas, entonces nunca construiremos ni desarrollaremos el tipo de movimiento necesario para transformar realmente los Estados Unidos, y no solo remedarlo en tal o cual punto.

Traducción: Valentín Huarte.

Fuente: https://jacobinlat.com/2022/01/27/en-memoria-de-howard-zinn/

El bloqueo de Estados Unidos contra Cuba está en vigor, es real y tiene un impacto nefacto sobre el pueblo cubano. Por Fernando M. García Bielsa por La pupila insomne

 

El bloqueo de Estados Unidos contra Cuba está en vigor, es real y tiene un impacto nefacto sobre el pueblo cubano. Por Fernando M. García Bielsa

por La pupila insomne

El 3 de febrero de 1962, hace exactamemte 60 años, el presidente Kennedy anunció un embargo total sobre el comercio con Cuba, con lo que amplió prohibiciones adoptadas en los dos años precedentes y se iInició el carácter extraterritorial del bloqueo.

¿En qué consiste?

Una formulación oficial, el Memorando de Lester Mallory, Vicesecretario de Estado Asistente para Asuntos Interamericanos del Departamento de Estado, que se puso a la atención del presidente DwightEisenhower y fechado 6 de abril de 1960, sintetiza las intenciones para establecer el bloqueo, al señalar:

“La mayoría de los cubanos apoya a Castro… No existe una oposición política efectiva… La influencia comunista está impregnando el gobierno… Todos los medios posibles deben emprenderse con prontitud para debilitar la vida económica de Cuba… Realizar los mayores avances para negar dinero y suministros a Cuba, para disminuir los salarios monetarios y reales, para provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno…”.1

Con el espíritu de aquella nota, y con la fuerza de una directiva llevada a cabo y reforzada por doce administraciones, tanto demócratas como republicanas, la mayor potencia que jamás haya existido ha pretendido doblegar al pueblo de una pequeña isla durante casi sesenta y dos años y destruir sus esfuerzos para desarrollarse y vivir en paz. ¿El pecado?: lo que consideran un mal ejemplo, al persistir Cuba en sus empeños de defender su independencia y soberanía.

El tenor general de la posición de EE. UU. hacia Cuba es un enfoque de línea dura en lo que considera su patio trasero al estilo de la Doctrina Monroe. Esa política ha sido acompañada con agresiones militares, sabotajes, el uso de mercenarios y renovados planes y acciones subversivas que intentan el llamado “cambio de régimen”.

El bloqueo económico, financiero, comercial, con pretensiones totalizadoras contra Cuba y de alcance extraterritorial, es llamado por ellos eufemísticamente un “embargo”. Aunque algunas medidas lo antecedieron desde 1960, fue establecido a comienzos de 1962 y han generado pérdidas de entre dos y cuatro mil millones de dólares anuales durante sesenta años. Al margen de las cifras es difícil aquilatar la magnitud y todos los ámbitos en que el bloqueo estadounidense ha ocasionado dificultades y sufrimientos a la población cubana. E incluso, de manera sostenida, ha dificultado o impedido la obtención de medicamentos que se necesitan para salvar vidas.

Jurídicamente hablando es un crimen, por injusto, ilegal e inhumano; un conjunto de acciones ilícitas de alcance extraterritorial que pretende rendir por hambre al pueblo cubano. Por su forma son actos que exceden las facultades de un Estado integrante de la comunidad internacional. Es una permanente saturación de acciones hostiles de todo tipo, equivalente a una guerra, y sin apenas ropaje de derecho.

Las sanciones (¡una verdadera guerra económico-financiera contra Cuba!) fueron impuestas mediante directivas del Ejecutivo y luego promulgadas por el Congreso. Este bloqueo es una carga dolorosa para todos y cada uno de los cubanos. Durante un cuarto de siglo, año tras año, con votaciones casi unánimes la Asamblea General de Naciones Unidas ha apoyado resoluciones que emplazan a Estados Unidos por su nombre y en las cuales se condena la política del bloqueo.

No es solo porque Cuba no tenga acceso al mercado estadounidense. Debe tenerse en cuenta que: + el asedio nos obliga a comerciar con la mayor desventaja; estamos obligados al uso de costosos préstamos comerciales a corto plazo; + no podemos realizar transacciones directamente en dólares estadounidenses; + terceros países no pueden vender sus productos en el mercado estadounidense si contienen insumos cubanos, + ni podemos comprar en ningún lugar del mundo un producto en el que más del 20% de su valor total esté representado por contenidos originarios de los Estados Unidos; + un barco que hace escala en nuestras costas debe esperar seis meses antes de poder visitar cualquier puerto de los Estados Unidos, lo que alza aún más los costos de nuestro comercio; + no podemos acceder a tecnologías de los Estados Unidos ni, a veces, a la de ningún otro país desarrollado;

Han perseguido y tratado de frustrar cuanta oportunidad de negocio Cuba gestiona en el mundo. + Aprietan las tuercas hasta el más mínimo detalle para impedir cualquier vía de ingreso de divisas al país. +Funcionarios estadounidenses se dedican a presionar, con amenazas y/o la aplicación de fuertes sanciones, a entidades privadas, instituciones y gobiernos de todo el mundo para que se abstengan de relacionarse con nuestro país. + Nos limita el marco de suministradores disponibles y los encarece; + han propiciado el robo de nuestras marcas comerciales, por ejemplo marcas de ron y de tabaco. + La embestida se extiende en el campo de las nuevas tecnologías digitales y las telecomunicaciones. + Asimismo, el gobierno de los Estados Unidos llego hasta el punto de recompensar a elementos terroristas del exilio en Miami con activos y depósitos bancarios cubanos congelados..., etcétera.

El marco de esa política también se extiende a la prohibición de viajar a Cuba aplicada a los ciudadanos estadounidenses, lo cual, con ese carácter permanente, no se establece respecto a ningún otro país del mundo. Por otro lado, los visitantes que llegan desde un aeropuerto cubano tienen muchas veces más probabilidades de ser detenidos y sometidos a más inspecciones aduaneras que los visitantes de otros países.

Al menos 10 agencias diferentes son responsables de hacer cumplir las diferentes disposiciones del embargo y, según la Oficina de Responsabilidad Gubernamental, el gobierno de EE. UU. dedica cientos de millones de dólares y decenas de miles de horas hombre a administrar el embargo cada año. Las llamadas regulaciones han venido complejizándose y detallan las sanciones, prohibiciones y los blancos de sus ataques, tanto en Cuba como hacia entidades en terceros países que entren en tratos con nuestro país.

En los últimos tres años unas 250 nuevas medidas hostiles ha adoptado el gobierno estadounidense. Con cada nueva administración se agregan nuevos pretextos y acciones hostiles en ámbitos que bordean y amplían la política de bloqueo. Entre esos ámbitos están el migratorio y cuestiones que deberían facilitar los vínculos entre Cuba y las personas de origen cubano radicadas en Estados Unidos.

Tradicionalmente la política inmigratoria ha sido instrumentalizada para atacar a Cuba o crear dificultades bilaterales. A fines de 2016 y comienzo de 2017 miembros de la Embajada de Estados Unidos en La Habana comenzaron a informar que sentían síntomas extraños, sensaciones de debilidad, etc. En breve el gobierno de ese país y otros medios aseguraron que se debían a ataques sónicos de naturaleza desconocida. Eso les sirvió de pretexto para cerrar el Consulado en La Habana, con lo que dejaron de cumplir la entrega de visados fijada en los acuerdos migratorios bilaterales. Como consecuencia aumentaron las salidas ilegales, ante lo cual la arrogancia y el cinismo de Washington ha sido lanzar amenazas: si el gobierno cubano permite el flujo migratorio desordenado y masivo, dijeron, se afecta así la seguridad nacional de ese país y se adoptarían muy fuertes medidas contra Cuba.

¿Puede ser eliminado el bloqueo?

Debido a variedad de entidades que aplican las sanciones y las múltiples obligaciones legales establecidas y sus vericuetos harán que se requiera una diversidad de procedimientos para levantar el bloqueo.

El mismo está codificado – consolidado como un cuerpo de leyes metódico y sistemático - y solo lo puede eliminarlo el Congreso en votaciones por mayoría simple en cada una de ambas cámaras, lo cual en la actualidad está muy lejos de ser posible dado el ambiente hostil y la imagen caricaturesca que los políticos de Washington y los grandes medios de difusión han construido acerca de Cuba.

Entre los factores para que llegue a ser eliminarlo está, y es fundamental, que Cuba y el pueblo cubano sigan adelante, sin ceder en lo esencial de su soberanía y demostrando su capacidad económicamente e incrementar sus vínculos internacionales y su inserción económica con el resto del mundo.

A la par con ello, el gobierno cubano ha reiterado una y otra vez la disposición para desarrollar un diálogo respetuoso y edificar un nuevo tipo de relaciones con los Estados Unidos, sin pretensiones de que Cuba renuncie a los principios de la Revolución y el Socialismo, ni que realice concesiones inherentes a su soberanía e independencia, o ceda en el ejercicio de su política exterior comprometida con las causas justas, la defensa de la autodeterminación de los pueblos y el histórico apoyo a países hermanos.

Un importante factor de política interna en Estados Unidos con el cual justifican y les sirve de excusa para buena parte de la política hacia Cuba, es el peso que tiene, hasta el momento, el Estado de la Florida en los cálculos electoreros y la determinación del triunfo o derrota en las elecciones presidenciales estadounidenses, donde se dan votaciones cerradas que pueden inclinar la balanza electoral nacional. Esa situación potencia permanentemente la influencia de la claque política y económica anti cubana de ese Estado sobre los funcionarios electos y las maquinarias políticas de ambos partidos del sistema y, por consiguiente, para los gobernantes de turno en Washington, en sus prioridades y cálculos en cada ciclo electoral, y los llevan a cortejar especialmente al electorado y los sectores pudientes en ese estado.

Al propio tiempo, desde el gobierno aducen que el tema Cuba no es una prioridad y ciertamente no se dan pasos para modificar la política vigente. Realmente la oposición a la mejora de las relaciones bilaterales es central, en alguna medida, solo en ciertos medios políticos influyentes en Washington y en estados como la Florida y Nueva Jersey parte de. Varios elementos indican la existencia de una situación diferente en la mayor la nación donde la opinión anticubana predominante es bastante epidérmica y sería moldeable en caso de que se manifiesten con mayor determinación los sectores empresariales, exportadores agrícolas, y otros que pueden beneficiarse con la mejoría de las relaciones entre nuestros países, se modifiquen los cálculos entre las elites del poder y su correspondiente reflejo en los enfoque de la gran prensa que a ellas responden.

A la par con ello, otro elemento influyente en alguna medida es la evolución política del panorama latinoamericano y la ubicación de Cuba como un factor en la misma, y en los cálculos del gobierno de Estados Unidos hacia la región.

Todo eso debe reflejarse finalmente en una modificación de los alineamientos en el Congreso que puedan generar un balance de fuerzas como para conformar una mayoría capaz de votar por el levantamiento del bloqueo, que fue codificado y no depende solo del Poder Ejecutivo.

Obviamente el objetivo perseguido con el bloqueo de rendir por hambre al pueblo cubano y provocar un alzamiento o derrocamiento de la Revolución no ha sido ni será alcanzado.

Pero ello no debe opacar que ese fracaso en lo político ha sido acompañado por un impacto real, nefasto sobre nuestra sociedad y nuestra economía. Mucho daño y sufrimiento ha generado para nuestra población, para el ciudadano de a pie, lo cual testifica el carácter ilegal, cínico y criminal de esa política anticuada, hipócrita y contraproducente.

Hace unos años, el entonces presidente Barack Obama reconoció el fracaso de tal política. En algunos aspectos, esa política, junto a las agresiones de todo tipo por parte de la mayor potencia de todos los tiempos, les ha resultado contraproducente pues ha catalizado la capacidad de resistencia de los cubanos, en una mayoría de ellos ha afianzado las posiciones antiimperialistas, y ha concitado una mayor simpatía y la solidaridad para con Cuba en el resto del mundo.

Texto del memorándun de Lester Mallory en 1https://history.state.gov/historicaldocuments/frus1958-60v06/d499

TRADUCCION AL ESPAÑOL:

Relaciones Exteriores de los Estados Unidos, 1958–1960, Cuba, Volumen VI

499. Memorando del Subsecretario de Estado Adjunto para Asuntos Interamericanos (Mallory) al Subsecretario de Estado para Asuntos Interamericanos (Rubottom)1

Washington, 6 de abril de 1960.

ASUNTO •

La Decadencia y Caída de Castro

Son consideraciones sobresalientes respecto a la vida del actual Gobierno de Cuba:

  1. La mayoría de los cubanos apoya a Castro (la estimación más baja que he visto es del 50 por ciento).

  2. No existe una oposición política efectiva.

  3. Fidel Castro y otros miembros del gobierno cubano propugnan o aprueban la influencia comunista.

  4. La influencia comunista está impregnando el gobierno y el cuerpo político a un ritmo asombrosamente rápido.

  5. La oposición militante a Castro desde fuera de Cuba solo serviría a su causa y a la comunista.

  6. El único medio previsible de enajenar el apoyo interno es a través del desencanto y la desafección basados ​​en la insatisfacción y las dificultades económicas.

Si se acepta lo anterior o no se puede contrarrestar con éxito, se sigue que todos los medios posibles deben emprenderse con prontitud para debilitar la vida económica de Cuba. Si se adopta tal política, debe ser el resultado de una decisión positiva que provoque una línea de acción que, siendo lo más diestra y discreta posible, logre los mayores avances en negar dinero y suministros a Cuba, para disminuir los recursos monetarios y económicos, los salarios reales, para provocar el hambre, la desesperación y el derrocamiento del gobierno.

El elemento principal de nuestra aljaba económica sería la autoridad flexible en la legislación azucarera. Esto hay que buscarlo con urgencia. Asimismo, deben explorarse todas las demás vías. Pero primero, una decisión es [Página 886] necesaria en cuanto a la línea de nuestra conducta. ¿Le gustaría que se preparara una propuesta de este tipo para el Secretario?2

LDM

1. Fuente: Departamento de Estado, Archivos Centrales, 737.00/4–660. Secreto. Redactado por Mallory.↩ 2. Rubottom puso sus iniciales en el espacio "sí" provisto en el texto fuente.↩